Por riesgos sanguíneos cuestionan a la dieta Atkins

Los regímenes basados en eliminar los hidratos de carbono tienen numerosos riesgos. Ahora un artículo que publica la revista The Lancet añade uno nuevo: la llamada dieta Atkins podría llegar a a ocasionar una complicación sanguínea propia de los diabéticos.

"Las dietas pobres en hidratos de carbono para el control del peso están lejos de ser sanas, dada su asociación con la cetosis, el estreñimiento o diarrea, halitosis, cefaleas y fatiga general, por mencionar unos cuantos efectos secundarios. Estos regímenes también aumentan la carga de proteínas en los riñones y alteran el equilibrio de ácidos del organismo, lo que puede resultar en una pérdida de minerales, comprometiendo la integridad del hueso", dice un comentario que publica la revista británica.

"Chen y su equipo probablemente estarán de acuerdo en que las dietas bajas en carbohidratos no deberían ser recomendadas para perder peso", añade.

The Lancet recoge un caso atendido por el doctor Tsuh-Yin Chen y su equipo, del Hospital Lenox Hill de Nueva York (USA), que atendieron a una mujer obesa, de 40 años, que se quejaba de dificultad para respirar (disnea).

La paciente llevaba un mes siguiendo estrictamente la dieta Atkins: comía carne, queso y ensaladas, además de los suplementos vitamínicos que aconsejaba el gurú de la dieta. Había conseguido perder nueve kilos, pero desde hacía cinco días, la mujer sentía náuseas y había vomitado hasta seis veces diarias.

Tras una serie de pruebas, el diagnóstico fue de cetoacidosis, un trastorno que se produce cuando los líquidos del organismo se vuelven demasiado ácidos debido a la acumulación de cetonas (un tipo de ácido que se producen cuando se metabolizan las grasas), según explica por su parte El Mundo.

Este problema suele deberse a la diabetes tipo 1, a la inanición o al alcoholismo. Tras descartar estas tres explicaciones y otras posibles causas, los autores llegaron a la conclusión de que la responsable era la dieta Atkins.

"Nuestra paciente tenía una cetosis (aumento de cetona en la sangre) subyacente ocasionada por la dieta Atkins y desarrolló una cetoacidosis grave, posiblemente cuando su alimentación se vio comprometida por una pancreatitis leve o una gastroenteritis", concluyen Chen y su equipo.

Según su artículo de The Lancet, hasta el momento no se había visto este problema en personas que hacen la dieta Atkins (aunque sí en niños epilépticos que siguen una alimentación similar como parte de su tratamiento), pero creen que "este problema puede convertirse en algo más reconocido porque esta dieta se está haciendo cada vez más popular en todo el mundo". "La dieta Atkins puede resultar atractiva para las personas obesas y con sobrepeso porque presume no ser peligrosa para la salud y, lo que es más immportante, de una rápida pérdida de peso sin pasar hambre en la etapa inicial y más restrictiva de la dieta", reconocen las autoras del comentario, dos epidemiólogas de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Minnesota (USA).

Sin embargo, "como investigadores y médicos, nuestro criterio más importante debería ser una seguridad indiscutible, y actualmente las dietas bajas en carbohidratos no alcanzan este punto", concluyen.

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