CONTRA EL NARCO

C4: Entre Telmex y el DF abren en México el centro de Inteligencia más grande de Latinoamérica

Con una inversión de US$ 460 millones (facturados por Telmex, de Carlos Slim) el C4 es el centro de inteligencia más grande de Latinoamérica. El centro se encarga de recavar informaciónd e 47 dependencias de toda la ciudad y cuenta con 14 mil cámaras distribuídas por todo el distrito.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - El jefe de gobierno de la Ciudad de México inauguró ayer el centro de inteligencia más grande y costoso de América Latina, con 14 mil cámaras distribuidas por la capital del país, la concentración de información de 47 dependencias de la ciudad y la conexión a las bases de datos de Plataforma México de la administración federal. Este megacentro de inteligencia tiene un costó de US$ 460 millones y significa el mayor gasto de la administración de Marcelo Ebrard (alcalde del DF) después de la línea 12 del Metro.

Buena parte de ese dinero se lo llevará la monopólica empresa del magnate Carlos Slim, Telmex, quien junto con la empresa francesa Thales, se encargará de proveer la tecnología del centro C4I4 ( Centro de Comando, Control, Comunicaciones, Cómputo, Inteligencia, Integración, Información e Investigación es el ostentoso nombre del también llamado Big Brother de Ebrard).

El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, da los últimos toques a su proyecto Bicentenario: Ciudad Segura, que comenzará a funcionar en pleno en unas cuantas semanas, justo en tiempos electorales. Se trata de un sistema que ya está provisto de 12 mil videocámaras y un megabúnker de crisis cuyo nombre y alcances son pretenciosos: Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo, Inteligencia, Investigación, Información e Integración –supuestamente el más avanzado en su tipo de América Latina–, que aguarda sus primeras pruebas de fuego: desde catástrofes naturales, plagas e inundaciones hasta estallidos sociales, actos terroristas y ataques de la delincuencia organizada.

MÉXICO, D.F. (Proceso).- Según Marcelo Ebrard, uno de sus temores más grandes como jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), si no es que el mayor, es no estar preparado para enfrentar una catástrofe como la del terremoto del 19 de septiembre de 1985, que destruyó parte de la Ciudad de México y mató a 3 mil 692 personas, de acuerdo con el más reciente dato oficial dado a conocer por el propio GDF durante la ceremonia del 26 aniversario de la tragedia.

Pero a esta particular inquietud se suma otra, por una situación no menos riesgosa: el gradual acercamiento de los capitalinos a la violencia, como las balaceras a plena luz del día, la aparición de cuerpos decapitados y el surgimiento de grupos anarquistas proclives a emprender acciones de corte terrorista.

En 2008, sin ventilar el asunto públicamente, Ebrard lanzó la convocatoria para la licitación del Proyecto Bicentenario: Ciudad Segura, una especie de Big Brother en el que, después de la línea 12 del Metro, se invertirá la mayor cantidad de recursos en su gestión: 459 millones 431 mil 428 dólares, esto es, casi 6 mil millones de pesos.

Dicha inversión equivale a la cuarta parte de la destinada a la construcción de la línea 12 del Metro, cuyo monto asciende a 21 mil 209 millones de pesos, y es superior en casi mil millones al presupuesto anual dedicado al programa de pensión alimentaria para adultos mayores, que es de 5 mil 101 millones.

El proyecto fue adjudicado directamente a Teléfonos de México (Telmex), luego de que Elbit Systems, una de las principales empresas fabricantes de materiales electrónicos de Defensa en Israel, y la estadunidense Enterprise Application Integration (EAI) –las dos firmas interesadas inicialmente–, incumplieron con las bases de licitación.

Para desarrollar el proyecto, Telmex cuya dirección general está a cargo de Héctor Slim Seade, sobrino del magnate Carlos Slim, se asoció con la compañía francesa Thales, líder mundial en sistemas de información de misión crítica para la defensa y la seguridad, la industria aeroespacial y el transporte.

El director general del C4i4, Fausto Lugo, afirma que este proyecto es el más grande de su tipo en América Latina, y su modelo es semejante a los que operan en Chicago y Washington. Incluye, dice, 12 mil videocámaras –8 mil en puntos estratégicos de la metrópoli y 3 mil 200 en la red del Metro– con sus respectivos botones de alerta.

Cuenta con dos unidades móviles blindadas (C2M) equipadas con cámaras, computadoras y sistema de audio, desde las cuales se podrá enviar y recibir información sobre sucesos que pongan en riesgo la seguridad de los capitalinos.

Parte fundamental del sistema es el Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo, Inteligencia, Investigación, Información e Integración (C4i4), y los cinco centros externos (C2), que se encuentran en el Centro Histórico y las delegaciones Cuauhtémoc, Gustavo A. Madero, Álvaro Obregón, Benito Juárez e Iztapalapa.

Considerado como el cerebro del sistema, el C4i4 es un búnker de 34 mil metros cuadrados de construcción, ubicado en la calle de Cecilio Robelo y Stand de Tiro, colonia Aeronáutica Militar, delegación Venustiano Carranza, a un costado de la Cámara de Diputados.

El inmueble, de cuatro niveles, ocupa una superficie de 17 mil 598 metros cuadrados y se encuentra cercado por una barda perimetral de concreto de cinco metros de altura, capaz de resistir –según las descripciones del proyecto– la fuerza de ataques externos y fenómenos naturales como inundaciones, huracanes y temblores.

Paralelamente a las labores de vigilancia e inteligencia que desde ahí se realizarán de manera cotidiana, funcionarios de los gobiernos federal y local sesionarán en casos de crisis: sismos, inundaciones, erupciones volcánicas, situaciones violentas, actos terroristas y estallidos sociales o políticos.

A prueba de todo

Fausto Lugo comenta que la operación en pleno de todo el sistema estaba prevista para comenzar a finales de septiembre, pero se postergó unas cuantas semanas más.

Es claro que el sistema empezará a funcionar en tiempos electorales.

El proyecto fue diseñado por Telmex, la empresa del magnate Carlos Slim. Proceso tiene una copia del mismo, en el que se prevén escenarios como atentados contra el C4i4 por parte de organizaciones terroristas, grupos criminales o fuerzas subversivas con armas de fuego, misiles, cohetes y armas químicas; tampoco descarta la posibilidad de que se cometan atentados desde el interior del mismo centro perpetrados por trabajadores sobornados por el crimen organizado, por ejemplo.

De igual forma, prevé escenarios y reacciones en caso de inundaciones e incluso de enfermedades infectocontagiosas y plagas.

Según el proyecto, los daños que puede sufrir el C4i4 en todos esos escenarios son mínimos “gracias al diseño arquitectónico” y a sus sistemas de seguridad internos y externos.

En la construcción de muros y techos, por ejemplo, se utilizaron losas de cimentación, trabes y losas de concreto macizo, alternados con un sistema de lámina galvanizada estructural de firme compresión con el propósito de evitar un colapso del techo en caso de temblor. En las ventanas se colocaron cristales blindados de 38 milímetros de espesor, capaces de soportar vientos de 100 kilómetros por hora, así como impactos de bala.

Rodeado de canchas deportivas y unidades habitacionales, el edificio consta de cuatro niveles divididos en dos cuerpos: el primero tiene forma elíptica y el segundo, la de un polígono irregular. Ambas estructuras están interconectadas por medio de pasillos, y el conjunto cuenta con helipuerto en la azotea.

Un detalle más: La azotea puede soportar siete toneladas de peso, por lo que no hay impedimento para que aterrice ahí un helicóptero Puma, uno de los más pesados de los que operan en México.

La fortaleza de concreto está provista de una sala de crisis y otra para videoconferencias, dormitorios con baño completo y servicios complementarios para pasar varios días ahí, como cocina, comedor y almacén.

Fausto Lugo, director general del C4i4, calcula que en este búnker laborarán alrededor de 2 mil personas divididas en tres turnos las 24 horas del día y los 365 días del año.

En entrevista, dice a Proceso que cada una de las dependencias federales y locales que participarán en las tareas del centro aportará su propio personal.

El C4i4, explica, “es una estructura muy eficiente en donde las secretarías ponen los recursos especializados, y nosotros lo que hacemos es coordinar la infraestructura, tenerla lista y disponible para que ellos puedan operar de una forma coordinada y transparente con dependencias locales y federales y organismos privados”.

El megabúnker captará toda la información de las cámaras de videovigilancia instaladas en la Ciudad y en el Metro y coordinará a los cinco C2, cuya misión es atender “oportunamente” las emergencias y eventos locales que surjan en las 16 delegaciones políticas.

Estos centros se encuentran en el Centro Histórico, en la calle Victorio 76, delegación Cuauhtémoc; en Aquiles Serdán 19, colonia Villa Gustavo A. Madero, delegación del mismo nombre; en Prolongación Calle 10 número 91, colonia Tolteco, Álvaro Obregón; en el deportivo Benito Juárez, delegación del mismo nombre, y en avenida Zacatlán, colonia San Lorenzo Tezonco, delegación Iztapalapa. Este último fue inaugurado el pasado 9 de septiembre.

En la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas del Instituto Politécnico Nacional (UPIICSA) se instaló un laboratorio de formación de profesionales para el diseño y programación de nuevas aplicaciones para seguridad pública, tránsito y protección civil. El laboratorio dispone de una estructura semejante a la de un C2.

Los C2 cuentan con equipo de visualización y de audio, estaciones de trabajo, bases de datos gubernamentales y de organizaciones civiles en tiempo real, central de llamadas y de despacho, equipo de comunicación móvil, satelital y por radio, así como un sistema de gestión e inteligencia para la toma de decisiones.

A través del C4 se pretende integrar la información de instituciones policiacas y de protección civil con la finalidad de explotar bases de datos para producir mapas y árboles delincuenciales. Según las descripciones, el sistema será capaz de generar referencias cruzadas de datos para obtener patrones de coincidencia en delitos.

El C4i4 está concebido para recibir información proveniente de cada uno de los C2, de las cámaras de tránsito y de reconocimiento de placas, así como de tráfico de internet. Igualmente, recibirá información de los Centros de Control y Comando Móviles (C2M) que estarán equipados con características similares a las de un C2. La diferencia es que los C2M se podrán trasladar a los sitios donde ocurran o pudieran generarse eventos.

De acuerdo con las autoridades capitalinas, mediante este sistema de videovigilancia podrán visualizarse imágenes en tiempo real, grabarse y analizarse contenidos y captarse señales de ruido ambiental, como disparos de arma de fuego y explosiones.

Las especificaciones del sistema sostienen que será posible rastrear placas de automóviles con reporte de robo, localizar a prófugos de la justicia, identificar a personas sospechosas y observar a individuos que deambulen por sitios prohibidos o que abandonen objetos extraños.

Según Joel Ortega, quien fue secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal al comienzo de la gestión de Ebrard y tomó parte en la fase inicial del proyecto, uno de los inconvenientes del sistema de audiovigilancia es que los enlaces entre las cámaras de los C2 y el C4i4 son rentados, es decir, tendrán un costo anual que deberá considerarse para mantener la operación de los centros. Lo mismo sucederá, dice, con los enlaces satelitales que conectan a los C2M.

Presidente de la agrupación política Ciudadanía y Democracia, Ortega afirma que el proyecto se realizó tomando como base el modelo de operación policial vigente en 2008, pero no se ha adaptado al actual.

En lo que respecta a las particularidades del contrato de operación tecnológica, Ortega señala que éste no obliga al proveedor a proporcionar el identificador del teléfono que origina la llamada de emergencia ni la dirección registrada para ese número, lo que es necesario, dice, para lograr una atención rápida de las emergencias ciudadanas y es un elemento básico en los sistemas 066 y 911 a nivel mundial.

Por lo demás, indica el exfuncionario, el proyecto tendría que prever la integración de alarmas externas al sistema, como la alerta sísmica, que podría ser replicada en los altavoces de los sistemas denominados STV’s a fin de alertar y preparar a la población.

Para conocer más detalles acerca de los supuestos inconvenientes referidos por Ortega, Proceso solicitó una entrevista con la persona responsable en Telmex del proyecto Ciudad Segura. La subdirectora de Comunicación Social de la empresa, Concepción Rivera Romero, respondió que la compañía declinaba hacer comentarios al respecto.

Según el calendario de pagos de la obra, el GDF debió haber cubierto a Telmex las siguientes cantidades: en 2008, 40 millones 172 mil dólares; en 2009, 86 millones 83 mil 213 (en estos dos años el dinero fue cubierto por la SSP capitalina); en 2010, 162 millones 881 mil 343 .67 dólares, aunque sólo se cubrieron 118 millones 469 mil 491.

Este año, el GDF deberá desembolsar 170 millones 294 mil 704 dólares. Hasta junio pasado no se había cubierto dicha cantidad.

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