SIN EL QUERIDO LÍDER

3 temas a seguir tras la muerte de Kim Jong Il

La reunificación con Corea del Sur, la continuidad de la política de alianzas China y la potencialidad de un golpe de estado contra el joven heredero son los 3 temas principales que desvelan a la comunidad internacional más allá del conocido arsenal nuclear.

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). En nota por separado planteábamos la pesada herencia que dejaba la muerte del “querido” líder, Kim Jong Il: un importante y secreto arsenal nuclear y un redituable mercado negro para material fisible, todo lo que quedaba en manos de su sucesor, Kin Jong Un (ver nota relacionada).
 
Pero no es ese el único tema que desvela a la comunidad internacional tras la muerte del líder de Corea del Norte. Entre las principales preocupaciones figuran las siguientes:
 
> ¿Habrá acuerdo con Corea del Sur? ¿Habrá reunificación de las Coreas? ¿O continuará el enfrentamiento?
 
> ¿China mantendrá una política similar a la que vino manteniendo con Corea del Norte o buscará menos conflicto? 
 
> ¿Es posible un golpe contra el heredero o todo está bien atado?
 
Sin duda las 3 cuestiones se entrelazan. Mientras los devotos del régimen comunista lloran, los opositores (internos y externos) acarician la esperanza de que pronto se produzca un cambio. 
 
El cambio puede venir en cualquiera de las variantes arriba planteadas. 
 
Nadie puede pensar en una reunificación coreana sin considerar las políticas que seguirán USA y China, o con presidencia de la suerte que siga su programa nuclear. 
 
Ni nadie puede asegurar que política adoptará el heredero, de cuyo resultado podría o no generarse enemigos internos que intenten tumbarlo. 
 
En principio, es mucha la expectativa causó la muerte de Kim Jong-il en las comunidades de refugiados norcoreanos en Seúl sobre el futuro de la península de Corea, con un marcado optimismo contenido ante la posibilidad de una reunificación.
[ pagebreak ]
Cerca de 22.000 desertores norcoreanos que residen en Corea del Sur parecen mostrarse satisfechos con la muerte del líder, evento que consideran el primer paso hacia la futura apertura y democratización del país más hermético del mundo.
 
En ese sentido, llegaron ayer (20/12) las condolencias de Corea del Sur, tras largas horas de vacilaciones sobre la conveniencia de expresarlas, por temor a que pesen negativamente sobre el Ejecutivo de Seúl ante las elecciones de 2012. En todo caso, el Sur no enviará representante alguno a los funerales y entierro del dictador. Habrá que esperar un poco antes de hablar de pasos concretos en miras a una potencial reunificación. 
 
Más que cualquier otra país del mundo, Corea del Sur se siente amenazada por el Norte. De hecho, ambos vecinos siguen técnicamente en guerra. Por lo tanto, el anuncio de Pyongyang del lunes (19/12) de la muerte de Kim Jong Il, puso a Seúl a temblar, con legisladores corriendo de reunión partidaria en reunión gubernamental y viceversa. El KOSPI -el índice bursátil local- se desplomó. Según la prensa de Corea del Sur, el ministro de Defensa se enteró de la noticia por la televisión de Corea del Norte, al igual que millones de personas. El presidente surcoreano, Lee Myung Bak suspendió su agenda para el día y puso a los militares de su país en alerta máxima.
 
Desde que llegó al poder en 2008, Lee, quien se desempeño anteriormente como CEO en el ámbito privado, ha adoptado una política práctica respecto al impredecible Norte. Dio marcha atrás con casi una década de la "política del sol" que intentaba comprometer a Pyongyang, forjada para persuadir al Norte a comportarse mejor. En cambio, Lee, de 70 años, jugó duro. Refiriéndose a los años anteriores como la "década perdida", Lee adoptó en su lugar una estrategia revisada que condicionaba la ayuda de Corea del Sur al desmantelamiento del programa armamentístico de Corea del Norte.
 
Gi-Wook Shin, director del Centro de Investigación Shorenstein para Asia-Pacífico, con sede en Seúl, compara las diferentes administraciones a los padres que toman roles opuestos en materias de disciplina por el bien de su hijo. "Él ha estado jugando el papel de “policía malo”. Eso no quiere decir que sea necesariamente malo" Sin embargo, el enfoque de Lee le ha generado una buena cantidad de críticas. Después de todo, fue bajo su mando que se experimentaron las peores provocaciones de Pyongyang de los últimos años en las relaciones Norte-Sur: el hundimiento de un barco de guerra surcoreano en marzo de 2010 en el que murieron 46 marineros, y menos de un año más tarde, el bombardeo de la isla de Yeonpyeong que causó la muerte de 2 soldados y 2 civiles.
[ pagebreak ]
La historia se repite. Ahora que Kim se ha ido, Lee podría aprovechar el momento para suavizar las cosas. Una oportunidad similar se presentó a Seúl en 1994 con la muerte del padre de Kim, el eterno líder norcoreano Kim Il Sung. A continuación, el presidente surcoreano, Kim Young Sam tenía previsto reunirse con Kim Il Sung para una cumbre muy esperado, pero el gran líder murió de un repentino ataque al corazón antes de la fecha. Kim Young Sam "no mostró ninguna buena voluntad hacia Corea del Norte" después de la muerte, dice Shin, lo que enfureció a Pyongyang.
 
El hijo menor del dictador, Kim Jong-un, "tomará ahora el poder, pero en 2 o 3 años habrá grandes cambios en Corea del Norte, ya que mucha gente está cansada del régimen y ahora hay más influencias del exterior en el país", indicó Peter Chung, portavoz de la organización "Justice for North Korea" ("Justicia para Corea del Norte"), una ONG, con sede en Seúl y promotora de los derechos humanos en el país comunista, dando a entender que el heredero no podrá gobernar, en el mediano y largo plazo, en las mismas condiciones que lo hacían su padre y su abuelo.
 
De joven edad, desconocido para la comunidad internacional y sin la preparación para gobernar que sí tuvo su padre, Kin Jong-Un ni siquiera realizó el servicio militar obligatorio en un país altamente militarizado. Asume como indiscutido líder nacional y comandante de un ejército de 1,2 millones de hombres y tal vez en posesión de 8 a 12 cabezas nucleares. Muchos dudan de que pueda.
 
Si bien aún un desconocido, parece haber cierto consenso en cuanto a que Kim Jong-un no está preparado, a sus menos de 30 años, para dar una continuidad estable al régimen comunista que su abuelo Kim Il-sung fundó en 1948. Si los militares le dejarán efectivamente hacerse con el control del “botón rojo” está aún por verse.
 
Su falta de experiencia militar lo obligará a depender de otros, al menos por un tiempo. Los analistas sospechan que las peleas internas comenzaron mucho antes de la muerte de Kim Jong-il, lo que quizás explicaría algunas acciones agresivas de Corea del Norte en los últimos años, como el hundimiento de una corbeta surcoreana el año pasado y un letal ataque de artillería contra una isla hace 12 meses. 
 
El peor escenario sería que algunas figuras en Corea del Norte intenten provocar conflictos con el fin de mejorar su posicionamiento interno. Por eso no sorprende que el ejército surcoreano y unos 28 mil soldados estadounidenses basados en la península se hayan declarado en alerta.
[ pagebreak ]
"La principal tarea, tanto internamente como para el régimen, sería establecer claridad en el liderazgo", dijo Michael Denison, director de investigación de la consultora de riesgos Control Risks, con sede en Londres. "¿Existe un riesgo real de inestabilidad interna, particularmente dentro de la elite? por el momento no está claro si Kim Jong-un podrá asumir con claridad el control", añadió.
 
"Existe una verdadera preocupación de que el heredero designado no haya tenido suficiente tiempo como para implementar en su país las alianzas que le permitan consolidar su futuro como líder", dijo Sarah McDowell, analista especializada en Asia en IHS Global Insight. "Hay un mayor riesgo de que aumenten las tensiones entre las facciones de la elite política norcoreana, ya que las figuras políticas prominentes, dudando de la capacidad de Kim Jong-un, podrían iniciar una lucha por el poder", indicó.
 
Muchos esperan que el tío del joven, Jang Song-thaek, siga siendo una fuerza clave, tal vez, incluso, gobernando entre bambalinas mientras Kim Jong-un acumula experiencia, pero tal vez también enfrentándose con él. Otras fuerzas, además, pueden sentir la necesidad de reafirmarse o correr el riesgo de ser expulsadas en lo que rápidamente podría convertirse en una sanguinaria lucha por el poder.
 
"Hay potencial para que se produzcan tensiones entre Kim Jong-un y Jang Song-thaek, que podrían resultar en que uno de ellos o los dos precipitaran una crisis para demostrar el poder del nuevo gobierno a otros líderes importantes, aunque a corto plazo es muy improbable que cualquier lucha interna sea revelada públicamente", dijo Brittany Damora, analista especializada en Asia de la consultora de riesgo AKE, con sede en Londres.
 
"Kim Jong-un no goza, ni de lejos, del respeto que la gente profesaba a Kim Il-sung", sentenció Chung, que considera que la juventud y falta de experiencia del hijo del líder norcoreano serán obstáculos insalvables a la hora de asentar su liderazgo a largo plazo.
 
En principio, las autoridades de la República Popular Democrática de Corea (RPDC) pidieron el mismo día 19 que la nación le sea leal a Kim Jong Un y consolidar aún más la "resuelta unidad del partido, el ejército y el pueblo".
 
El llamado se realizó en una nota publicada por la agencia de noticias oficial KCNA tras darse a conocer el fallecimiento de Kim Jong Il, secretario general del Partido de los Trabajadores de Corea (PTC), a través de la cadena de televisión estatal nacional.
[ pagebreak ]
"Todos los militantes del partido, los militares y el pueblo deben mostrar fidelidad a la dirección del respetado Kim Jong Un y proteger firmemente y consolidar aún más la resuelta unidad del partido, el ejército y el pueblo", afirmó el comunicado
 
Asimismo instó a la nación a transformar el pesar en fuerza y coraje bajo el liderazgo de Kim Jong Un, superando las actuales dificultades y trabajando con mayor ahínco para conseguir una gran victoria.
 
"Seguramente lograremos la reunificación independiente del país con esfuerzos concertados de todos los coreanos mediante la implementación total de las Tres Cartas para la Reunificación Nacional y las declaraciones conjuntas Norte-Sur", añadió.
 
"Nuestros partido y pueblo se esforzarán arduamente para fomentar la amistad y la solidaridad con los pueblos de diferentes países, orientados por la idea de la independencia, la paz y la amistad, y construirán un nuevo mundo independiente y pacífico, libre de la dominación, la subyugación, la agresión y la guerra", recalcó KCNA en su nota de corte netamente institucional, pero alejado de la real politik. 
 
La misma opinión expresó el pastor Chun Ki-won, de la asociación cristiana de ayuda a refugiados Durihana, que confió en que el vecino comunista entre en los próximos años en un ciclo de inestabilidad que culmine en el desmoronamiento del rígido sistema totalitario norcoreano.
 
"Siempre hay que lamentar la pérdida de cualquier ser humano pero, tras la muerte de Kim Jong-il, la reunificación está ahora más cerca", apuntó.
 
El portavoz de "Justice for North Korea" adelantó que su organización redoblará esfuerzos para, en coordinación con otros grupos civiles, enviar a la ONU, al Tribunal Penal Internacional y a otras instituciones internacionales cientos de misivas para que presionen a Pyongyang a fin de que respete los derechos humanos.
[ pagebreak ]
La Asamblea General de Naciones Unidas aprobó el pasado mes una resolución en la que mostró una "profunda preocupación" por la situación de deterioro de los derechos humanos en Corea del Norte, donde, aseguraba, "persisten" las violaciones graves de los principios fundamentales.
 
El documento de la ONU confirmaba que el Gobierno norcoreano infringe los derechos humanos al practicar "la tortura y otros castigos o tratamientos crueles, inhumanos o degradantes", así como ejecuciones públicas y detenciones extrajudiciales y arbitrarias, entre otras irregularidades.
 
Sin embargo, a estas alturas, parece poco probable que el régimen caiga por cuestiones relativas a los derechos humanos. Después de todo, el régimen tiene un control férreo de sus ciudadanos, los medios de producción y comunicación y sus fronteras. 
 
Es más posible que cualquier ataque desestabilizador responda a luchas internas frente a una incapacidad del heredero para gobernar, ya sea real o presunta. 
 
Además, cabe recordar, Corea del Norte experimenta una crisis alimentaria con pocos precedentes en la historia moderna. Es más factible que cualquier intento de desestabilización o de negociación externa apunte a este extremo que a cualquier otro (con excepción de su programa nuclear, claro está).
 
"Primero hay que ver lo que ocurre, esto es solo el principio de un largo proceso. No obstante, esperamos que Corea del Norte se abra al mundo de una vez y algún día abrace la democracia", comentó Kim Eun-young, coordinadora de programas de la ONG Alianza de Ciudadanos para los Derechos en Corea del Norte.
[ pagebreak ]
Estos mismos desertores coreanos dan pie a otro interrogante planteado: ¿Qué hará China?
 
Generalmente el periplo de los desertores norcoreanos que buscan llegar al Sur comienza en China, adonde llegan por tierra tras cruzar clandestinamente el fronterizo río Yalu.
 
En territorio chino han de esconderse de las autoridades que, de descubrirlos, los repatrían de nuevo al Norte, donde pagan su deslealtad en salas de interrogatorio y campos de concentración, según denuncian las organizaciones humanitarias.
 
"Hay una cosa clara: seguimos preocupados por la situación de los nuestros en China", remarcó el activista Peter Chung, que recordó que son muchos los norcoreanos que permanecen ocultos en el extenso país asiático y viven en condiciones infrahumanas a la espera de cruzar a un tercer estado desde el que solicitar asilo en Corea del Sur.
 
Lo anterior es otra consecuencia no deseada de la estrategia china para Corea, que ha puesto un gran énfasis en una sucesión pacífica y estable al hijo de Kim Jong Il, Kim Jong Un, al que rápidamente le dio la bienvenida. 
 
La estrategia es comprensible: el colapso del régimen en Corea del Norte enviaría una avalancha de refugiados a través de la frontera a algunas de las provincias más pobres de China. Beijing también cree que la reforma económica y las relaciones partido-a-partido podrían ayudar a la reforma y apertura de Corea del Norte
[ pagebreak ]
Más aún, China desconfía de una Corea del Sur aupada por Washington, por lo que es predecible que Beijing continúe apoyando al régimen norcoreano, en principio, hasta que la propia China cambie su autoridades este año que empieza. 
 
En ese sentido, y siendo China el interlocutor de Corea del Norte con el mundo, su ventana al concierto de las naciones, Beijing, que ya el lunes mostró su respaldo al nuevo líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, alentó ayer (20/12) que este visite pronto su país.
 
Un portavoz del Ministerio de Exteriores de China recordó a los medios de comunicación que "China y Corea del Norte siempre han realizado visitas de alto nivel". Y añadió: "Recibiríamos con agrado al líder norcoreano si hiciese una visita en un momento adecuado para ambas partes"
 
El portavoz no quiso comentar la visita que hizo ayer el presidente chino, Hu Jintao, a la Embajada norcoreana en Beijing, donde transmitió sus condolencias por la muerte. 
 
El Ministerio de Exteriores chino indicó en un comunicado que el ministro, Yang Jiechi, habló por la mañana con su homólogo surcoreano, Sung Hwan, y con la secretaria de Estado de USA, Hillary Clinton. Los 3 coincidieron en la importancia de "mantener la paz y la estabilidad en la península coreana", algo que "beneficia a todas las partes", según la nota. 
 
Yang añadió que "China está deseando trabajar con todas las partes con ese fin", mientras que Corea del Sur y USA han dicho estar "deseando mantener una coordinación y una comunicación cercanas con China", el más próximo aliado de Pyongyang y, con mucho, la potencia dominante en la región. 
 
En ese sentido, China tiene incentivos para no alterar su política: le da chapa de mediador internacional. 
 
Corolario
 
En el corto plazo, la preocupación internacional generada por la muerte del líder norcoreano Kim Jong-il se centra en una potencial lucha de poder interna que podría elevar el riesgo de un nuevo conflicto en la península.
 
A largo plazo, sin embargo, su fallecimiento también podría dar inicio a un desafío diferente: la costosa tarea de reunificar Corea y reintegrar al Estado más aislado del mundo a la economía mundial. Los próximos días podrían estar plagados de señales contradictorias.
 
USA y China tendrán la oportunidad de demostrar por qué son las potencias líderes en la guerra fría que se avecina. 

Dejá tu comentario