“HIJO, ALGÚN DÍA TODO ESTO SERÁ TUYO”

La herencia de Kim Jong Il: un arsenal nuclear y su mercado negro

No se sabe a ciencia cierta cúantas son, pero armas nucleares sobran en Pyongyang como sobra el intercambio de material fisible con otras naciones. Y ahora todo eso queda en manos de un joven inexperto que no ha hecho ni tan siquiera el servicio militar obligatorio.

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). La realidad es que nadie sabe exactamente cuantas son las armas nucleares que el régimen norcoreano ha fabricado. Se especula que serían entre 6 y 12 bombas atómicas. También se desconoce la capacidad de sus misiles para hacerlas explotar contra algún objetivo específico. 
 
Sin embargo si hay consenso en que el botón rojo, en manos de un inexperto y joven (por no decir inmaduro) Kim Jong-Un, el hijo del fallecido Kim Jong-il -al que tanto el régimen como China ya han ratificado como heredero-, constituye un peligro sin precedentes. 
 
La muerte de Kim Jong Il hace ingresar a la península coreana y al resto de Asia oriental en un período de gran incertidumbre. Pero uno de los legados más peligrosos de Kim Jong Il tiene implicaciones de seguridad más allá de la región: deja atrás un próspero negocio de exportación de armas nucleares, que la comunidad internacional haría bien en detener. 
 
Existe suficiente evidencia que demuestra que Corea del Norte ha puesto en marcha un negocio (ilícito) de exportaciones nucleares a Siria, Irán y posiblemente otros destinos. El reactor nuclear de Al-Kibar en Siria -bombardeado por aviones de guerra israelíes en 2007- se parecía mucho a una planta de Corea del Norte que producía plutonio para bombas. Y un diplomático occidental le aseguró a la revista Time que en ese ataque israelí, murieron técnicos superiores de Corea del Norte.
 
El intercambio entre Corea del Norte e Irán de tecnología para misiles que podrían ser utilizados para transportar ojivas nucleares es tan extenso que algunos analistas dicen que sólo puede ser analizado si se lo toma como un programa conjunto. Nadie sabe si Corea del Norte también está ayudando a Irán con el diseño de armas nucleares, y es posible que haya otros clientes aún no detectados. 
 
Corea del Norte comparte poco en términos de ideología con Siria o Irán, sus relaciones son principalmente con fines de lucro. Para sus clientes, Corea del Norte ofrece un mercado negro para comprar tecnología nuclear sensible sin ser detectados por la comunidad internacional. El escenario de pesadilla es que Pyongyang podría vender material fisible, el ingrediente clave para las bombas nucleares, a terroristas, si el precio es el adecuado.
 
La mayoría de los expertos en temas de no proliferación encuentran este escenario poco probable, ya que sería la ruta más rápida imaginable para que su país sea bombardeado y posiblemente invadido. Sin embargo, los casos de Siria e Irán muestran que Corea ha estado dispuesta a vender la tecnología necesaria para producir material fisible, y los misiles necesarios para su transporte. 
 
Lo que no está claro es hasta qué punto esta red contó con el apoyo, o por lo menos la autorización, de Kim Jong Il. Los informes realizados por algunos de los desertores de Corea del Norte que alguna vez participaron de las conversaciones para la no proliferación, sugieren que el proceso es altamente sofisticado y cuenta con muchas y diferentes capas de burocracia. Es posible que funcione de la siguiente manera: las empresas comerciales estatales que trabajan directamente para el régimen de Corea del Norte establecen sucursales en China continental. Estas empresas chinas contratan a empresas privadas para que envíen ordenes de compra a las filiales locales de empresas europeas de maquinaria industrial que se han instalado en China específicamente para sacar provecho de crecimiento del mercado interno de China.
[ pagebreak ]
Estas órdenes nacionales, por supuesto, no están sujetos a controles de exportación, por lo que, sin saberlo, las filiales occidentales venden tecnología de doble uso - herramientas industriales y equipo de tintura, por ejemplo- directamente a las empresas privadas chinas, que a continuación, utilizan sus rutas establecidas para el transporte de bienes a Corea del Norte. En términos de ventas, las empresas comerciales del Estado Coreano también contratan a las empresas privadas chinas para transportar mercancías a través del Sudeste Asiático (incluyendo a Myanmar) y hacia los clientes en el Medio Oriente.
 
El éxito de esta red es una consecuencia no deseada de la estrategia china para Corea, que ha puesto un gran énfasis en una sucesión pacífica y estable al hijo de Kim Jong Il, Kim Jong Un. La estrategia es comprensible: el colapso del régimen en Corea del Norte enviaría una avalancha de refugiados a través de la frontera a algunas de las provincias más pobres de China. Beijing también cree que la reforma económica y las relaciones partido-a-partido podrían ayudar a la reforma y apertura de Corea del Norte. Tal vez sea así, pero mientras tanto esta política ha creado más oportunidades para que Corea del Norte  aumentara su actividad ilícita a lo largo del continente.
 
Por desgracia, intentar contar con la colaboración de China para acabar con el uso de empresas privadas chinas por entidades de Corea del Norte, incluso ahora que Kim Jong Il está muerto, es una causa perdida para USA y sus aliados. La seguridad portuaria de China y sus recursos de vigilancia del comercio son lamentablemente escasos atentos al volumen de comercio de la China actual. Más importante aún, la corrupción a nivel local sigue siendo un problema importante.
 
La Iniciativa de Seguridad contra la Proliferación (ISP), lanzada en 2003 como una organización voluntaria de naciones que cooperan para impedir el envío de tecnologías sensibles de proliferación ha demostrado ser una herramienta cada vez más eficaz para luchar contra el contrabando de Corea del Norte. Ha llevado a la intercepción de varios embarques de Corea del Norte de misiles y componentes de armas de destrucción masiva, el caso más reciente siendo el protagonizado por la Marina de USA y un buque norcoreano con bandera de Belice en junio sospechado de transportar tecnología misilística hacia Myanmar (posiblemente para seguir luego su camino a Medio Oriente). En el corto plazo, la ISP debe continuar. Lo que es más, hay que alentar a los estados de la PSI y a China para que ofrezcan recompensas monetarias que conduzcan a interceptar los envíos de Corea del Norte. Después de todo, los comerciantes mercenarios pueden ser comprados, cuando no detenidos. 
 
Corea del Norte es un país atrasado, roto, con una economía disfuncional. Pero sus líderes son sobrevivientes de profesión y muy aptos para conseguir lo que necesitan. No se debe asumir que las cosas cambiarán con la muerte de Kim Jong Il. Con 2 pruebas nucleares ya completadas, Corea del Norte ha aprendido claramente la forma de construir un mercado negro, de servicio completo, para su programa de armas nucleares. Sobra la evidencia en sentido de que, ahora, podría ayudar a cualquier otro país que quiera pagar por hacer lo mismo. 
[ pagebreak ]
La muerte de Kim Jong Il debe forzar la atención de Occidente en detener la propagación de la tecnología de Corea del Norte. Cortar el suministro le daría tiempo a Occidente para dar la pelea en otros foros e instancias. En los países y regiones donde la demanda de armas nucleares sigue siendo fuerte, Occidente debe esforzarse más por resolver los problemas subyacentes que causan que esos países busquen armas nucleares en un primer lugar.
 
Por el momento, el periódico surcoreano Joongang informaba este lunes (19/12), antes de que se anunciara la muerte de Kim Jong-il, que Pyongyang había comunicado a Washington que estaba dispuesto a considerar la suspensión de su programa de enriquecimiento de uranio. Esta medida facilitaría la tercera ronda de negociaciones entre USA y Corea del Norte que debía de celebrarse mañana en Beijing y que ahora impide el luto oficial declarado hasta el 29/12.
 
En los últimos meses, los expertos surcoreanos habían percibido la ansiedad del régimen por garantizarse la ayuda alimentaria masiva de USA desde el comienzo de 2012. De ahí, esa disposición, ahora truncada, de aceptar la exigencia de Washington de paralizar el moderno programa de enriquecimiento de uranio. 
 
El régimen reconoció que tiene funcionando 2.000 centrifugadoras después de invitar al científico estadounidense y experto nuclear Siegfried Hecker a visitar las instalaciones, a finales de 2009.
 
Lo que vio Hecker no fue de su agrado. Ni bien regreso a Washinfton informó a la Casa Blanca que Corea del Norte estaba mucho mas avanzado en su programa nuclear que lo que se pensaba. La consecución de uranio enriquecido le permite fabricar bombas mucho más potentes que las construida hasta entonces tras obtener plutonio del combustible utilizado en una central nuclear, incluidas las de uso civil.
 
En las conversaciones mantenidas la semana pasada en Beijing por el enviado estadounidense para asuntos humanitarios de Corea del Norte, Robert King, y el director general de América del Norte del Ministerio de Exteriores norcoreano, Ri Kun, pareció constatarse un cambio en la actitud de Pyongyang. Su principal objetivo era la consecución de 20.000 toneladas mensuales durante un año de galletas y barritas de cereales enriquecidos con vitaminas para complementar la escasa dieta de sus 24 millones de habitantes. Confiaba, además, en que si Washington se comprometía a suministrar esta ayuda, otros países también acudirían, con lo que podría cumplir su programa de convertir al país en “una nación fuerte y próspera”.
 
A cambio -si bien nadie lo ha confirmado, ni habla abiertamente de ello- aceptaba la suspensión del programa de enriquecimiento y un posterior retorno a la mesa de negociación a 6 bandas –USA, China, Rusia, Japón y las 2 Coreas-.
 
Esas negociaciones a 6 bandas son consideradas por todas las partes como fundamentales y ya dieron fruto: en la primavera de 2008, los norcoreanos derribaron la torre de refrigeración de la central nuclear del Yongbion. Fue el último compromiso cumplido del acuerdo para el desmantelamiento de su programa nuclear, alcanzado en esas negociaciones multilaterales.
[ pagebreak ]
Las negociaciones quedaron en suspenso con el infarto de miocardio sufrido por Kim Jong-il ese verano. El régimen optó por ocultar la debilidad de su líder (cómo lo están haciendo en la actualidad con la edad de su hijo a quien le modificaron la fecha de nacimiento para que aparezca más grande, en determinio de su credibilidad), poner fin a las negociaciones y exigió que los inspectores de la OIEA retirasen los precintos y las cámaras de vigilancia de la central de Yongbion.
 
Con la súbita muerte del llamado Querido Líder vuelve los temores a que el régimen se encierre nuevamente y retome el oscurantismo más severo y el fin de toda pretensión de apertura para que no sea interpretada como debilidad. Peor aún, aún esta por verse la gobernabilidad que pueda imponer el nuevo líder y si no existirá una puja de poderes puertas para adentro. 
 
El mundo espera que el desconocido Kim Jong-un mantenga la cordura (o se la mantengan por él) con el botón rojo en manos de militares de grado (Kim Jong-un no ha hecho ni tan siquiera el servicio militar obligatorio, pero fue nombrado en septiembre de 2010 teniente general). Después de todo, estos por lo menos experimentaron el horror de la guerra. Y eso puede ser suficiente para que se lo piensen 2 veces.

Dejá tu comentario