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Catástrofe vs. No catástrofe: Los CEOs debaten

Administrar empresas en días de descenso de la economía es deprimente para la mayoría de los CEOs, en especial porque sus ingresos son condicionados por la situación y porque hay que hacer reingenería, lo que tiene un costo personal elevado, en especial cuando hay despidos. Es un tema muy presente en el debate entre CEOs.

 

Por voluntarismo de los ejecutivos (que anhelan los bonus de fin de año propios de los grandes años de bonanza), o conveniencia de los organizadores (que precisan mantener el show pago de Davos), el Foro Económico Mundial 2011 pretendió recuperar la sonrisa y pasar la página de la crisis, aún reconociendo que la recuperación se anunciaba desigual y no exenta de incertidumbres. Las expectativas sobre las economías emergentes elevaban en enero de 2011 la confianza de los grandes jefes globales a niveles equiparables a los de principios de 2007, en vísperas de que se desencadenara el temporal.
 
Pero 2012 no ha confirmado esos vaticinios. Todo lo contrario.
 
De todos modos, "existe un peligro", segun David Jones, CEO de la firma francesa de publicidad Havas, "de que en medio de la oscuridad una buena noticia pase por alto".
 
"Yo creo que el futuro no será tan catastrófico como muchos predicen", comenta mientras detalla la forma en que China e India siguen creciendo de manera adecuada, y cómo hay buenos informes de las medidas que están tomando en la zona euro.
 
"Pero lo que suele suceder es que uno de los temas domina todo", apunta Jones.
 
El empresario está preocupado de que cuestiones clave, como el desempleo juvenil y el calentamiento global, puedan ser dejados de lado.
 
Obsesionarse con la crisis también puede provocar que las empresas pasen por alto que la forma tradicional de hacer negocios está cambiando.
 
Jones lo llama la "era de los daños", donde "los medios crean un mundo de transparencia radical".
 
"Si usted es el jefe de un país árabe, el jefe de BP (British Petroleum), una diseñadora de moda o un jugador de fútbol", explica, "básicamente lo que estamos viendo cada día es el poder de gente para hacer comportar a los dirigentes de la manera que ellos quieren".
 
El porcentaje de CEOs globales muy confiados en las perspectivas de crecimiento de sus empresas en los próximos 12 meses cae este año a 40%, tras encadenar 2 años de recuperación en 2010 y 2011, después de haber tocado fondo en 2009. La confianza no se desploma tanto como tras el colapso en otoño de 2008 del gigante bancario estadounidense Lehman Brothers. Los directivos confían ahora en la solidez de sus empresas tras los duros ajustes emprendidos desde el inicio de la crisis.
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El 48% de los directivos mundiales cree que la economía global empeorará en los próximos 12 meses; el 34% considera que seguirá igual; y sólo el 15%, que mejorará, de acuerdo a la XV Encuesta Anual de CEOs Globales elaborada por PricewaterhouseCoopers y presentada en la víspera del Foro Económico Mundial. Son los resultados de 1.258 entrevistas con líderes empresariales de 60 países.
 
"La vulnerabilidad mundial ante nuevos choques económicos y los riesgos de turbulencias sociales amenazan con debilitar el progreso aportado por la globalización", advirtió el Foro Económico Mundial en su informe Riesgos Globales 2012. Los desajustes fiscales crónicos y la grave disparidad de ingresos serán los riesgos predominantes en los próximos diez años. Amenazarán el crecimiento mundial al suponer un peligroso caldo de cultivo de nacionalismos, populismos y proteccionismos.
 
Además, el mundo aún es vulnerable a choques sistémicos financieros, y posibles crisis alimenticias y de agua. 
 
El informe describió 50 riesgos globales agrupados en categorías: económicos, medioambientales, sociales, geopolíticos y tecnológicos, segun el documento que publicó el Foro Económico Mundial con Marsh & McLennan, Swiss Re, Wharton Center for Risk Management y Zurich.
 
En el capítulo económico, el informe alerta del endeudamiento excesivo y crónico de los Estados, los desequilibrios también crónicos de los mercados laborales, la elevada volatilidad de los precios de las materias primas energéticas y agrícolas, el aterrizaje brusco de las economías emergentes, nuevos agujeros negros en el sistema financiero internacional, la falta prolongada de la debida atención a las infraestructuras, crisis recurrentes de liquidez, una marcada desigualdad de ingresos y riqueza, consecuencias negativas inesperadas de la reglamentación excesiva o insuficiente, y una situación ingestionable de inflación o deflación.
 
Otros riesgos son el creciente número de jóvenes con pocas perspectivas, el creciente del número de jubilados que depende de Estados endeudados hasta las cejas, y el aumento de la brecha entre ricos y pobres. Todo lo cual alimenta el resentimiento global. El documento advierte que las políticas, normas e instituciones del siglo XX no podrán seguir protegiéndonos en un mundo más complejo e interdependiente. Su debilidad queda al descubierto frente a los riesgos que generan las nuevas tecnologías, la interdependencia financiera, el agotamiento de recursos y el cambio climático.
 
La vida cotidiana queda expuesta al lado oscuro de la conectividad al depender casi en su totalidad de sistemas conectados en línea. La sociedad de la aldea global es más vulnerable ante individuos, instituciones y naciones maliciosas con cada vez más capacidad de desatar ciberataques devastadores de manera anónima y remota.
 
Refuerza tan negros augurios el Índice de Confianza Global, cuya más reciente edición publicó este lunes el Foro Económico Mundial. De los más de 345 expertos de los sectores público y privado entrevistados para elaborar este indicador, el 54% prevé una grave perturbación geopolítica en los próximos 12 meses, porcentaje que era de sólo un 36 por ciento en el trimestre precedente. Y un 60 por ciento de los encuestados mostraron su desconfianza en la gobernanza mundial y el liderazgo de los políticos para solventar riesgos globales económicos, geopolíticos, tecnológicos y medioambientales.
 
Otro de los documentos que animarán los debates de Davos será la edición 2011-2012 del informe sobre Competitividad Global, elaborado para el Foro Económico Mundial bajo la dirección del catalán Xavier Sala-i-Martín, catedrático de la Universidad de Columbia.
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Otro de los informes desvelados por el Foro Económico Mundial, elaborado en este caso en colaboración con Accenture, asegura que las grandes economías mundiales podrían ahorrar US$ 2 billones en 2030 si van adaptando su uso de recursos: energía, minerales, materias primas agrícolas, agua, gestión de deshechos, etcétera. El informe se titula Más con menos: aumentar el consumo sostenible y la eficiencia de los recursos.
 
"¿El capitalismo está funcionado? ¿Vamos a crecer de nuevo? ¿El modelo occidental sigue siendo el paradigma?", se pregunta John Griffiths-Jones, director del gigante de KPMG en el Reino Unido y Europa.
 
"Estoy muy interesado en escuchar a la gente hablar de eso", dice.
 
Griffiths-Jones habla de la necesidad de encontrar un "concepto de capitalismo responsable" y le preocupa que, aunque se llegue a un consenso en Davos, no sea muy claro para el resto del mundo.
 
El fundador e impulsor del foro, el profesor Klaus Schwab, es aún más contundente: "El capitalismo en su forma actual ya no encaja en el mundo que nos rodea".
 
El profesor Schwab habla de un futuro donde las élites políticas y económicas "están en peligro de perder por completo la confianza de las generaciones futuras".
 
De hecho, un estudio mundial publicado pocos días antes del comienzo de Davos, el Barómetro de Confianza Edelman, sugiere que ha habido una fuerte caída de la confianza del público, no sólo en los negocios sino especialmente en los gobiernos de todo el mundo.

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