REAPARICIÓN PRESIDENCIAL

Peligrosa ensalada mental de la Presidente

Probablemente los responsables de la Unidad Médica Presidencial podrían explicar mejor qué fue lo que ocurrió en Rosario, Santa Fe. La Presidente reapareció luego de un innecesario mutis por el foro, y en su discurso divagó sobre una cantidad de temas que, evidentemente, le preocupan, pero no abordó el tema específico de la convocatoria, que consistía en homenajear los 200 años de la 1ra. vez que se izó el pabellón patrio (de estética bien diferente al que hoy se conoce) creado por Manuel Belgrano.

por EDGAR MAINHARD

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Cristina Fernández viuda de Kirchner llegó a Rosario, Santa Fe, a rendir homenaje a Manuel Belgrano, al cumplirse 200 años del izamiento inaugural de la bandera argentina, a orillas del río Paraná.

Sin embargo, Cristina Fernández habló más de Néstor Kirchner que de Manuel Belgrano, el homenajeado.

Y ella abundó en detalles sobre la obra de gobierno del Frente para la Victoria antes que sobre el significado del pabellón nacional, que logró diferenciar a los criollos de los españoles monárquicos, y afirmó su deseo de independencia respecto del Reino de España.

Más adelante, la Presidente reivindicó el reclamo al Reino Unido por la soberanía de las islas Malvinas. Debe recordarse que el Estado argentino todavía no realizó una presentación que prometió ante el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, y mientras la Presidente habla contra los deseos británicos de mantener su bandera sobre Falkland, Guillermo Moreno está por viajar a Angola a comprar gas que extrae ese país en sociedad con la británica BP.

Cristina habló de la muerte, en referencia al accidente ferroviario ocurrido en Plaza Once, y prometió que tomará las medidas que correspondan cuando la Justicia se pronuncie, en un plazo que ella estimó de no más de 15 días. Pero ella no explicó porqué en noviembre, hace 3 meses, visitó la línea Sarmiento, donde ocurrió la tragedia que ahora lamenta, y felicitó al modelo ferroviario, a la empresa Trenes de Buenos Aires y a su titular, Claudio Cirigliano.

Cristina tampoco explicó si todo el problema consiste en que han muerto 51 personas; es decir que si no hubiese ocurrido el accidente, el modelo ferroviario continuaría sin cambios, cuando en verdad los muertos son la consecuencia de algo que no funciona pero que, con excepción de los muertos, a la Presidente pareciera que le resulta aceptable (ella así lo manifestó en noviembre de 2011).

La Presidente, evidentemente, tiene graves problemas de análisis de la realidad, y padece de una frivolidad peligrosa cuando debe demostrar alguna profundidad o una menor subestimación de su auditorio no pago. Un problema considerable consistiría en que ella crea que los militantes pagos que llevó al acto en Rosario resultan toda la sociedad argentina, y no solamente una porción pequeña de ella.

Cristina Fernández prometió castigo a los culpables de lo ocurrido en Plaza Once, Sin embargo, no explicó porqué se encuentra vigente un modelo de transporte ferroviario tan oneroso como ineficiente. Ella dijo que el sistema SUBE estaba destinado a conocer las erogaciones reales cuando es mentira que se precise el SUBE para conocer lo que no funciona porque la cuestión de fondo es el modelo de subsidio a granel, y la ausencia de controles de parte del Estado. Luego, el SUBE no resuelve los déficits de mantenimiento, la fatiga de materiales y la ausencia de inversión apropiada, que sí provocaron las 51 muertes.

Cristina se quejó que le ha demandado 3 años organizar el SUBE y que... justo ahora ocurre todo esto (¿?).

En verdad, Cristina se encuentra encerrada en su propio discurso y entonces apela a mezclar temas, consignas y promesas para intentar distraer a la opinión pública enojada. Sucede que el resultado de las encuestas han encendido señales de alarma y le han reclamado intentar regresar al rol de víctima para no quedar entre los victimarios.

Pero ella no ofreció precisiones. Y de TBA saltó sin pausa a la importación de energía porque no hay producción local suficiente, alusión a su problema de negocios con los accionistas de YPF. Tampoco en este tema abordó la cuestión de fondo: el precio, porque desde 2003 funciona una extraordinaria distorsión en la estructura de precios relativos, que en el caso de la energía provocó el desinterés inversor con excepción de la producción en áreas secundarias, donde no hay riesgo o el riesgo es muy bajo. 

En esta cuestión Cristina continuó con errores conceptuables graves y disparates considerables. Cristina demostró en Rosario que hay crisis en su gobierno, que es el problema que padece es profundo, y que ella no parece encontrar cuál es la salida apropiada pese a que su licencia extraordinaria ha durado varios días en los cuales tuvo tiempo suficiente para trabajar en escenarios más sólidos.

Cristina no habló de corrupción, que es el tema que hoy avanza sobre su gestión. Corrupción en los subsidios ferroviarios y en la administración de esos recursos. Corrupción en el Boudougate de parte de su propio vicepresidente de la Nación. Corrupción en torno a la puja por el control societario de YPF.

¿Y Manuel Belgrano qué? Es evidente que si fuese funcionario del gobierno de Cristina, ya lo habrían enviado otra vez al Norte, a disputar batallas para la que no estaba preparado con tal de quitarse de encima a un personaje tan honesto, austero y frontal que el Frente para la Victoria no podría soportarlo.

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