LA SOLANO LIMA

Recordando a Arturo Frondizi

Día para recordar a Arturo Frondizi, quien intentó realizar reformar estructurales decisivas en la Argentina, y no pudo. La corriente La Solano Lima le dedicó una declaración.

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). En Argentina se realizaron 6 golpes de Estado durante el siglo 20, en 1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976. 
 
Los 4 primeros establecieron dictaduras provisionales en tanto que los 2 últimos establecieron dictaduras de tipo permanente según el modelo de Estado burocrático-autoritario (EBA). 
 
El de 1976, además, impuso un Terrorismo de Estado, en el que se violaron masivamente los derechos humanos y se produjeron miles de detenidos-desaparecidos.
 
En los 53 años que transcurrieron desde el primer golpe de Estado en 1930, hasta que finalizó la última dictadura, en 1983, los militares gobernaron 25 años, imponiendo 14 dictadores, un promedio de 1 cada 1,7 año. 
 
Tal como lo recuerda Wikipedia, el golpe militar del 29/03/1962 tuvo elementos tragicómicos que determinaron que no fuera un militar, sino un civil, quien accediera al gobierno luego de derrocar al presidente Arturo Frondizi.
 
Frondizi soportó durante su gobierno reiterados planteos e insurrecciones militares, mediante los cuales llegaron a imponerle incluso al ministro de Economía (Álvaro Alsogaray) y terminaron en el golpe de Estado, liderado por el general Raúl Poggi.
 
El hecho que precipitó el golpe fue la amplia victoria del peronismo en las elecciones realizadas 11 días antes, en 10 de las 14 provincias existentes en aquel momento, incluyendo la estratégica Provincia de Buenos Aires, donde triunfó el dirigente sindical textil Andrés Framini, el peor candidato que podía designar Juan Perón, quien precisamente así pretendía demostrar su poder electoral. 
 
El peronismo había sido proscrito por la dictadura militar de 1955, y Frondizi volvió a habilitarlo electoralmente, aunque manteniendo la prohibición a Juan Perón de presentarse como candidato y volver al país. 
 
Frondizi inmediatamente intervino las provincias en las que había ganado el peronismo, pero quienes tramaban un golpe no se detuvieron.
 
Producido el levantamiento militar, el presidente Frondizi, detenido por los militares en la Isla Martín García, se negó a renunciar ("No me suicidaré, no renunciaré y no me iré del país"). Esa decisión de Frondizi provocó movimientos, amenazas y gestiones que agotaron a los líderes de la insurrección, quienes se fueron a dormir antes de asumir formalmente el poder. 
 
En la mañana del 30/03, el general Raúl Poggi, líder de la insurrección, se dirigió a la Casa Rosada para hacerse cargo del Ejecutivo, pero fue sorprendido cuando los periodistas le comentaron que un civil, José María Guido, había jurado ya esa mañana como Presidente en el palacio de la Corte Suprema de Justicia.
 
Guido era un senador radical intransigente (UCRI, el partido que había cofundado Frondizi), quien presidía provisionalmente la Cámara de Senadores, a causa de la renuncia del vicepresidente Alejandro Gómez. 
 
¿Qué había ocurrido? La noche del 29/03, algunos abogados relacionados con la Corte Suprema de Justicia de la Nación y que simpatizaban con la UCRI, entre ellos Horacio Oyhanarte, resolvieron que el derrocamiento de Frondizi era un caso de acefalía y le propusieron a Guido asumir la presidencia por encontrarse en la línea sucesoria, algo que éste hizo jurando ante la Corte Suprema la mañana del 30 de marzo.
 
Entre incrédulos, sorprendidos e indignados, los militares golpistas terminaron aceptando a regañadientes la situación y convocaron a Guido a la Casa Rosada para comunicarle que sería reconocido como Presidente, en tanto y en cuanto se comprometiera por escrito a ejecutar las medidas políticas indicadas por las Fuerzas Armadas, comenzando por anular las elecciones ganadas por el peronismo. 
 
Guido aceptó las imposiciones militares, firmó un acta dejando constancia de ello y recién entonces fue habilitado por estos para instalarse con el título de Presidente, pero con la obligación de clausurar el Congreso Nacional e intervenir las provincias.
 
Guido lo hizo y, además, designó un equipo económico que incluía a conservadores como Federico Pinedo y José Alfredo Martínez de Hoz.
 
En 1963 volvió a convocar a elecciones limitadas, con proscripción del peronismo, en las que resultó elegido presidente Arturo Illia (radical del pueblo), quien sería derrocado por un golpe militar el 28/06/1966.
 
En cuanto a Frondizi, quien falleció el 18/04/1995, gobernó entre el 01/05/1958 y el 29/03/1962.
 
Afiliado a la Unión Cívica Radical en la década de 1930, Frondizi fue uno de los líderes que renovaron esa fuerza política en la década de 1940, dando origen a la corriente intransigente. 
 
Diputado nacional en 1946, en 1951 integró la fórmula presidencial de la UCR que lideró Ricardo Balbín.5
 
Pero él intentó profundizar la revisión ideológica que había iniciado, y a la que la UCR se negaba. De su relación intelectual con Rogelio Frigerio, Frondizi marchó hacia un tipo de desarrollismo menos impulsado desde el Estado y más orientado al desarrollo de la industria pesada como consecuencia de la instalación de empresas multinacionales.
 
Perón apoyó su candidatura y así Frondizi ganó.
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Ya en el gobierno, su política sociolaboral, petrolera y educativa tuvo picos de alta conflictividad, con grandes manifestaciones y huelgas del movimiento obrero y del movimiento estudiantil, así como numerosos atentados contra el gobierno con fines políticos en los que resultaron asesinadas 17 personas entre civiles y militares.
 
En ese marco, él ejecutó el polémico Plan CONINTES, que ponía a los manifestantes bajo jurisdicción de los tribunales militares y prohibía las huelgas.
 
La política exterior de Frondizi buscó acercarse a la administración demócrata de Kennedy en USA, pero mantuvo una línea independiente e incluso llegó a reunirse en secreto con Ernesto 'Che' Guevara.
 
Frondizi es considerado por muchos políticos argentinos como el último Presidente en implementar un proyecto estratégico de país (lo del Frente para la Victoria no puede considerarse estratégico cuando viven el día-a-día), y también en ser el último Presidente con ideales industriales o desarrollistas (la restricción a las importaciones de Cristina Fernández no puede considerarse industrialismo).
 
Aquí la declaración de la agrupación La Solano Lima:
 
El derrocamiento de Arturo Frondizi -hace medio siglo exacto- inició una etapa de deterioro global del país, cuyos efectos se acentúan en estos días por la irresponsabilidad del populismo autoritario que amenaza convertirse en una dictadura plebiscitaria.  
En menos de cuatro años Frondizi había conseguido el autoabastecimiento energético. La denominada “batalla del petróleo” era un triunfo del nacionalismo de fines por sobre el dogmatismo de los que niegan el progreso social atándose a la ideología del atraso. El país evitó la sangría de cientos de millones de dólares que se utilizaron en la promoción del desarrollo genuino y sustentable y a la vez significó una señal promisoria para las inversiones externas.  Así el círculo virtuoso del desarrollo, acompañado por una Ley de Asociaciones Profesionales que le devolvía al trabajador su autonomía negociadora ante el empresario y el Estado, crearon en el país las condiciones objetivas para una era de prosperidad con justicia social.
Pero la incomprensión de unos, los intereses perversos de otros, ejercieron un juego de pinzas que frustraron la experiencia desarrollista. 
 
Todavía estamos pagando las consecuencias.
 
Frondizi derogó el decreto 4161 que prohibía cualquier manifestación pública peronista. Dictó una amplia ley de amnistía y articuló una paciente recuperación de la legalidad. Pero las fuerzas de la disgregación generaban conflictos permanentes y los planteos militares estaban a la orden del día. 
 
Nada les importó que el Estadista Ejemplar hubiera conseguido el 82% móvil para los jubilados y fortalecido la industria del acero, o que había impulsado la creación del CONICET, del CONET, de Eudeba y jerarquizado a la educación a través del Estatuto del Docente. Los golpistas ignoraron  la construcción de 13.000 de kilómetros de rutas y caminos nuevos proyectados y terminado en su gestión iniciada el 1 de mayo de 1958 y quebrantada el 29 de marzo de 1962.
 
Ese golpismo revanchista y antiperonita frustró la gestión de un Estadista magnánimo, que sabía perdonar al enemigo y que su doctrina de la integración nacional incorporaba a todos los argentinos en la tarea común de construir la Patria sin falsas antinomias. 
 
Su palabra profética nos guía: “El mundo marcha aceleradamente hacia la paz constructiva y la emulación pacífica entre diversos regímenes sociales y político. 
 
En este cuadro, que descarta la violencia y pone los infinitos recursos de la moderna ciencia y la moderna tecnología al servicio del bienestar de toda la humanidad, el espectáculo argentino de contracción económica, de tensión social, de aislamiento de cada vez más amplias fuentes de cooperación internacionales, es un insulto a nuestra inteligencia, es un inexplicable desmentido a nuestra histórica vocación de grandeza”. 
 
Sepamos levantar su bandera para llevarla a la victoria.
 
LA SOLANO LIMA
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 29 de marzo de 2012.

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