SEXUS

JUEGOS Y ORGASMO

Vibrador en pareja

Cada vez son más (y son ya muchas) las mujeres que utilizan un vibrador para tener orgasmos cuando se masturban. La mayoría de ellas no lo utilizan para penetrarse, aunque el vibrador sea del tipo consolador, con forma de pene. En verdad, muchas compran ésos porque son los más fáciles de encontrar a la venta.

 

A pesar de que el masaje con un aparato eléctrico (que funciona con pilas) es la forma más fácil para muchas mujeres de alcanzar el orgasmo, casi ninguna de las que lo usan durante la masturbación intenta usarlo también cuando practica el sexo con un hombre, de acuerdo a terapeutas consultados. 
 
Ellas tienen miedo a cómo reaccionará su pareja (ya sea permanente u ocasional); muchas de las que lo han probado dicen que la mayoría de los hombres se resisten a incluir un vibrador en su relación con la mujer, incluso aunque acepten el principio de que la estimulación del clítoris es necesaria para ella.
 
Pero, aparentemente, es una cuestión de edad. En los hombres más jóvenes el vibrador es más aceptado que en los hombres de edad madura.
 
A muchas mujeres les encantaría incluir el vibrador en la relación porque les resulta más sexy y les ayuda a llegar al climax, pero no se animan a plantearlo.
 
Algunos hombres consideran que el vibrador es un competidor. O cuestionan que sus parejas lleguen al orgasmo más facilmente con el vibrador que con ellos, y así se sienten disminuidos sexualmente.
 
Los terapeutas sexuales intentan ayudar a que el hombre comprenda que el vibrador no es un competidor sino un facilitador, hasta excitante, del sexo con sus parejas. Y que, de ninguna manera, es un menoscabo a su virilidad.
 
Deberían considerar que sus parejas pueden llegar al orgasmo con ellos incluyendo al vibrador, lo que es mejor que llegar al orgasmo solo con el vibrador, cuando ellos se han dormido y ellas no pudieron lograr el placer buscado.
 
No hay ningún motivo para que un hombre y una mujer no puedan utilizar un vibrador como parte normal de su relación sexual, dicen los terapeutas. 
 
Además, un vibrador es una buena forma de romper la timidez que puede acompañar a 2 personas cuando están aprendiendo lo que es para la mujer n orgasmo.
 
Una actividad placentera parece resultar que, mientras la mujer juega con el vibrador frotándolo sobre la zona de su clítoris, el hombre puede introducirle un dedo en la vagina, o acariciarla y besarla, o tocarse y jugar con sus cuerpos. En definitiva:es una actividad para dos personas, no para una sola.
 
Acerca del orgasmo
 
En definitiva, todo es la búsqueda del placer.
 
El orgasmo verdadero, no el fingido, es parte del placer.
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Antes, el orgasmo femenino parecía prescindible, pero desde el conocimiento del Tantra y la revisión del Kama Sutra y de otras técnicas orientales, la mujer ha perdido la inhibición y reclama su orgasmo tal como el hombre pide su eyaculación. Es parte de la igualdad de los sexos.
 
El orgasmo se inicia en el cerebro, es el clímax de la excitación sexual, cuando todos los músculos contraídos por la estimulación se relajan, los latidos del corazón de la mujer aumentan, la respiración se acelera y la presión arterial sube; se sienten espasmos musculares por todo el cuerpo, especialmente en la vagina, el útero y el perineo. 
 
Las endorfinas entran al flujo sanguíneo causando sensaciones placenteras en todo el cuerpo, y hacen que las mujeres se sientan felices, mareadas, enardecidas o con sueño.
 
Lo único que se ha revalorado de las teorías es que el clítoris mide unos 10 centímetros y el botón encapuchado que asoma discretamente entre los labios de la vagina es la punta de un enorme iceberg como “una masa de tejido piramidal—según la doctora australiana Helen O’Connell—  profusamente inervado” hacia cada uno de los labios menores. Y hay que saber usarlo.
 
Kim Cattrall, más reconocida como Samanttha en Sex and the City, le dedicó 140 páginas ilustradas de su libro Satisfaction, the Art of the Female Orgasm, a una forma de orgasmo: “La primera vez, muchas mujeres vuelan hasta el clímax en la boca del hombre hasta no poder seguir más. Después de una experiencia con este tipo de relación, la mayoría encuentran que se pueden venir repetidamente si el hombre aligera la presión de su lengua cuando ella culmina y después sigue muy lenta y suavemente por un rato, evitando el contacto directo con el clítoris. 
 
El hombre debe seguir dibujando con su lengua círculos alrededor del clítoris, pero sin tocarlo. Sería mejor que se miraran a los ojos (en esa posición: él con su cara entre las piernas de ella), para demostrarse que están realmente allí, el uno para el otro, mientras él sigue lamiendo los labios vaginales y hace como si los aspirara, para luego dejar los labios de la vagina alrededor del clítoris.
 
Lentamente, y llenándose la boca de la lubricación, vuelve suavemente a dibujar círculos lentos con su lengua, apenas tocando el clítoris, para luego aumentar paulatinamente el contacto hasta que la mujer esté lista para más”.
 
Pero también hay otras formas de llegar al orgasmo. Por ejemplo, con la penetración. La pareja debe asumir una postura en la que el clítoris entre en juego durante la penetración, o que las manos de ambos queden libres para estimular las zonas erógenas. La vagina para poder cubrir el pene en su interior, debe estar lubricada, ya sea por excitación o por ayuda; y después de la penetración, conviene seguir estimulando la vulva para que la excitación siga subiendo, de lo contrario, tocaría volver a empezar.
 
La mujer debe elegir el momento de la entrada del pene, que suele ser en el estado de meseta, cuando se siente venir el orgasmo. Las investigaciones declaran menos frecuente el orgasmo por penetración inmediata, por lo que requiere de mayor estimulación.
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De no conseguirlo, hay que buscar el punto G... y volvemos al vibrador.
 
Beverly Whipple, de la Asociación Mundial de Sexología, le reveló a la revista colombiana Fucsia que “es difícil, aunque no imposible, encontrarlo (el punto G), a menos que utilice un vibrador diseñado para alcanzarlo. Es más fácil con ayuda de la pareja; está dentro de la vagina en su pared anterior, detrás del hueso pélvico. Si se empuja con dos dedos detrás del hueso pélvico y se hace un movimiento como de ‘ven acá’ esa área empezará a hincharse. A algunas mujeres les produce sensación de querer orinar, pero luego de unos segundos de masaje se pasa a un placer sexual intenso." 
 
Algunas mujeres han reportado orgasmos por la estimulación de esa área. El ‘Punto G’ parece estar en el interior, pero de la cabeza: en el cerebro. 
 
Lo admite Whipple: “Es importante conocerse y experimentar con sigo misma para comunicarle a la pareja lo que le gusta. He trabajado con mujeres que nunca habían tenido un orgasmo y lo logran con el pensamiento, sin contacto físico”.
 
Shere Hite confirma en sus estudios, que la misma fricción que ocurre durante la masturbación puede ocurrir durante el acto sexual, aunque en menor grado. 
 
Con el vibrador puede alcanzarse un clímax por manipulación directa, que la mujer podría enseñarle al hombre para hacerlo juntos. Ella debe guiar la mano del hombre hasta el monte de Venus, “la mejor manera de llegar no es usar uno o dos dedos intentando encontrar el clítoris —dice Hite—, sino cubrir suavemente la zona con la palma y moverse en círculos. Mientras tanto, la mujer puede poner la mano sobre la de su pareja y enseñarle cómo le gusta que la toquen”.
 
Que la lectura sirva para el fin de semana largo.

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