LA APROPIACIÓN DE LA PETROLERA

YPF: El nuevo 'Malvinas'

En el año del 30° aniversario de la Guerra de Malvinas, Cristina Fernández expropió YPF repitiendo los errores de la Junta Militar encabezada por Leopoldo Galtieri cuando se ocuparon las islas: un mal análisis del contexto internacional, subestimando la reacción del país implicado (en este caso España) y la onda expansiva en el exterior. Como la Junta, Cristina solo atiende la política doméstica; el impacto de una anuncio teñido de nacionalismo, los reacomodamientos políticos y un test para la reforma que concrete el sueño eternización en el Poder.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Hace 30 años la Junta Militar encabezada por el General Leopoldo Fortunato Galtieri anunciaba la ocupación de las Islas Malvinas en una decisión insólita que apelaba a los legítimos derechos soberanos sobre el archipiélago y que ponía a miles de argentinos y a la dirigencia política en la encrucijada de apoyar la recuperación del territorio nacional o denunciar las intenciones de los militares de eternizarse en el Poder. En ese entonces el Proceso subestimó fatalmente las consecuencias internacionales de su aventura militar que terminaron con la derrota en la Guerra y su caída definitiva.

A 30 años, el escenario donde Cristina Fernández anuncia la expropiación de las acciones de Repsol en YPF, propiciando así el control estatal, es bastante parecido al que interpretó la Junta Militar: la subestimación de la repercusión exterior donde ya se conoce la dura respuesta del gobierno español y la preocupación de Chile.

El titular de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallosta, dijo este lunes (16/04) que la decisión del gobierno argentino es "arbitraria" y " discriminatoria". El ministro de Industria, José Manuel Soria, aseguró que interpretan la iniciativa de Cristina como "un gesto de hostilidad" y advirtió que " el Gobierno de España actuará en consecuencia" aunque aún “se está trabajando en medidas que serán dadas a conocer en los próximos días".

La semana pasada Madrid había amenazado incluso con una ruptura de las relaciones bilaterales, una amenaza que muchos analistas consideraron desmedidas y en el contexto de las negociaciones con Repsol.

De la multitud de acciones que puede adoptar el gobierno español, las primeras tienden a lograr apoyo internacional. Sabe que en la Organización Mundial de Comercio –donde hace dos semanas se cuestionaron las medidas proteccionistas del gobierno argentino- no logrará ningún pronunciamiento si primero no lo hace la Unión Europea.

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Fuera de Europa España saldrá a buscar apoyo de México –que a través de Pemex tiene acciones en YPF- y es hoy por hoy presidente temporal del G20 donde hace rato que quieren reemplazar a la Argentina por Chile o Colombia.

Luego Rajoy visitará Colombia donde espera sumar a su causa al presidente Juan Manuel Santos (quien el año pasado dijo: "Mariano Rajoy es un gran amigo de Colombia") y hasta en Madrid se especula con un intento de que el chileno Sebastián Piñera se pronuncie en concordancia con su reclamo.

Por el momento, este lunes (16/04) el Gobierno trasandino manifestó su preocupación tras el anuncio de expropiación. El ministro portavoz, Andrés Chadwick, dijo a los periodistas en el Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo, que la notificación de la presidenta Fernández "afectará directamente a nuestro país".

" El presidente (Sebastián Piñera) en la última Cumbre (en Cartagena de Indias), cuando se dio a conocer que esto era una situación probable, señaló que teníamos velas en ese entierro, porque resulta que Repsol tiene una subsidiaria que está en sociedad con ENAP y por lo tanto es obvio que nos afecta", precisó el ministro portavoz.

Por su parte, desde Estados Unidos -hay fondos estadounidenses que tienen el 17% de YPF-, opinó Hillary Clinton ("amiga" de Cristina) y lejos de respaldar a la presidente argentina dijo que "Las decisiones tomadas por los diferentes países son decisiones que ellos deben justificar y deberán vivir con ellas" y agregó que " esta decisión será muy debatida, y con razón. Un mercado abierto de energía y commodities es el mejor modelo de competencia y acceso al mercado".

Resulta evidente que para la Presidente hay una similitud entre lo ocurrido con Aerolíneas Argentinas y lo de YPF cuando son experiencias e intereses diferentes. Lo de Repsol es mucho más complejo y no se trata solamente de un juicio en el CIADI, tal como intentan relativizar los referentes del Frente para la Victoria.

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Ocurre que en Repsol se dan cita intereses de distintas naciones como Estados Unidos, el Estado mexicano, Chile, de la banca y hasta la Corona española. Interviene también la Unión Europea, donde el Reino Unido viene reclamando sanciones contra la Argentina por sus medidas proteccionistas, y tendrá debate en la compleja interna del ya mencionado G20 donde desde hace tiempo los temas de lavado de dinero hacen peligrar la participación de la Argentina.

Ante este contexto internacional adverso y con tantos y diversos intereses que encierra YPF el gran interrogante es saber qué pasó durante el fin de semana cuando Cristina estaba en Cartagena de Indias en la Cumbre de las Américas.

¿Qué fue lo que a la Presidenta le desencantó de su viaje a Colombia y que la decidió a iniciar "la Gran Galtieri"? Es difícil conocerlo hoy día. Pero es evidente que los gobernadores y los partidos políticos con representación parlamentaria que la acompañan actuarán con la misma frivolidad que tuvieron ante la declaración del default de la deuda pública en 2001 que anunció Adolfo Rodríguez Saá, la pesificación asimétrica posterior y otras decisiones desastrosas para la imagen de la Argentina y que la ha llevado ha desaparecer del mapa global de las inversiones extranjeras directas, un dato que no pasó desapercibido a las autoridades del gobierno de España y que hoy le recriminaron a Cristina al hablar de que la expropiación es "extraordinariamente" perjudicial para la Argentina y que "quiebra el clima de confianza para traer ahorros e inversiones".

Como la “Gran Galtieri” no tenía como fin solamente la recuperación de las Malvinas, la recuperación de YPF tampoco es el objetivo final. Por ese entonces los militares necesitaban aire para seguir al frente del Gobierno, hoy Cristina necesita una reforma constitucional para acceder a un tercer mandato y con los votos del FpV no alcanza. En ambos casos se trata de la eternización en el Poder.

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El proyecto de ley enviado al Congreso de la Nación por la Presidente incluye una directiva en apariencia restrictiva y autolimitante (así lo intentó ilustrar ella misma) para la sanción de la norma: la aprobación por una mayoría calificada (dos tercios) y no por mayoría (mitad más uno).

Casualmente se trata del mismo requerimiento para la reforma de la Constitución, un similitud que Cristina incluso explicó durante su discurso de este lunes (16/04) y que es un test para una reforma.

En el Frente para la Victoria existe la idea de que quienes le aporten los dos tercios para el proyecto sobre YPF son quienes habría que atraer para obtener la mayoría calificada para la declaración de la necesidad de la reforma de la Carta Magna, y todo debería pasar por un proyecto que contenga sus intereses. Sin duda que es demasiada especulación pero lo curioso es que el FpV solamente está observando la repercusión doméstico, haciendo una abstracción de la repercusión externa.

Los partidos políticos que votarán el proyecto gubernamental quedarán atrapados, además, en las cuestiones vinculadas a la fortuna de los Kirchner y el famoso rumor de la relación con los Eskenazi, que habría sido el disparador de los acontecimientos. Precisamente por eso la reestatización no alcanza a las acciones de los Eskenazi, que si cambian de manos será un paso posterior, que hoy día no se quiere verificar porque resultaría un bochorno importante acerca de la mezcla entre los intereses privados de los gobernantes y los intereses del Estado.

Pero a pesar de todo esto, sigue sin resolverse el problema de fondo: la escasez de inversiones en hidrocarburos -en especial en prospección y exploración-, que ha resultado una consecuencia de la estructura de precios alentada por los Kirchner y que volvía inviable gran parte de la producción de gas y petróleo adicional. ¿Quien invertirá en la nueva YPF estatal si el Estado nacional y las provincias tienen sus arcas en crisis? Y si ya las inversiones no llegan al país habría que sumarle el accionar de España.

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Los españoles tampoco son victimas. España ha demostrado una enorme incapacidad para defender los intereses de sus empresas, por lo que cabe suponer que le ha quedado demasiado grande el rol de país exportador de inversiones.

España no tuvo la información ni la capacidad de presión, y eso va para el gobierno del Partido Socialista Obrero Español como para el del Partido Popular, por igual.

En verdad, el final de la experiencia de Repsol en YPF fue evidente cuando Néstor Kirchner le exigió incorporar a los Eskenazi al capital, y Repsol y el Gobierno español aceptaron incluso la curiosa condición de que los Eskenazi no aportarían capital sino que su aporte se deduciría de las ganancias de la propia YPF.

Todo ese disparate se concretó por el afán de Antonio Brufau que decidió ver un negocio donde era evidente que ya no lo había. Le cabe a él también una cuota de responsabilidad y los accionistas de Repsol harían bien en cesarlo como CEO a causa de su incompetencia.

Ahora solamente se concreta aquello que ya fue verificable en aquella ocasión pero Brufau; los accionistas de Repsol y el Gobierno español decidieron no llamar "aberración" a esa situación irregular, y prefirieron considerarla "una ventana de oportunidad".

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