PAREJAS DESPAREJAS

De 'Lolita' a Rial/Loly: Ellos las prefieren jóvenes

La reciente confirmación del romance entre Jorge Rial, de 50 años, y 'La Niña Loly', de 24, reavivó el debate: ¿es posible una relación cuando hay tanta diferencia de edad entre los novios? Porque una cosa es un affair, y otra muy distinta es una una relación. Un repaso por los parejas más desparejas de la farándula local y extranjera demuestra que no sólo los hombres las prefieren jóvenes: las mujeres también quieren hombres de menor edad. Qué dicen los psicólogos.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Una frase trillada, pero no por eso menos verdadera, es que existen tantos tipos distintos de parejas como personas hay en el mundo. Algunas se destacan por la diferencia física entre ellos (un hombre petizo con una mujer alta, por ejemplo); otras, por su diferencia de caracteres, de ideologías, etc... y también por la diferencia de edad. De todos modos, actualmente ya no resulta tan extraño que los miembros de una pareja se lleven muchos años entre sí. 

El tema de la diferencia de edad ha sido tratado en muchas películas (y es que la realidad muchas veces supera a la ficción...). Uno de los primeros films que lo representó fue 'El Graduado' (1967). Sin embargo, los protagonistas -Dustin Hoffman y Anne Bancroft- sólo se llevaban 6 años entre sí. 'Lolita' fue otra de las películas controversiales en este aspecto.
 
Sin irnos del mundo del espectáculo, volvamos a la realidad. La reciente confirmación del romance entre Jorge Rial, de 50 años, y Mariana 'La Niña Loly' Antoniane, de 24, reavivó el debate: ¿es posible una relación cuando hay tanta diferencia de edad entre los novios? Porque una cosa es un affair, y otra muy distinta es una pareja, una relación.
 
Veamos los casos más resonantes de la farándula. 
 
Martín Redrado (50) y Luciana Salazar (31). Esta pareja, más allá de la diferencia de edad, es llamativa por lo opuestos y diferentes que son sus protagonistas: él economista, ella vedette/modelo. Sin embargo, por ahora parece funcionarles. El tiempo dirá...
 
Otro caso que también ha dejado con la boca abierta a muchos es el de Santo Biassati y Carolina Fal. El periodista y la ex actriz han mantenido desde el comienzo su romance alejado de las cámaras. Hoy en día siguen juntos y tienen una hija, Sofía. Carolina dejó la actuación y se puso a estudiar medicina. Son toda una familia feliz, donde la diferencia de edad - unos 29 años- no ha sido un obstáculo para el amor.
 
Quien también tiene preferencia por las jovencitas es el músico Fito Páez (49), quien tuvo romances con las actrices Romina Ricci (33) y Celeste Cid (28), entre otras.
 
Otra pareja que también llamó la atención fue la de Rolando Hanglin y Emiko Yamamoto (¡aunque más que la diferencia de edad, lo que sorprendía era su nudismo!).
 
Más acá en el tiempo, Carlos Tévez le llevaba a la actriz Brenda Aniscar 8 años. Y Sebastián Eskenazi le lleva unos 13 años a Analía Franchín, con quien recientemente tuvo un hijo.
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Pero no sólo ellos las prefieren jóvenes: las mujeres también se han enamorado de hombres más chicos. Tal es el caso de Graciela Alfano con Matías Alé -28 años de diferencia-, que estuvieron en pareja 8 años.
 
Otro caso emblemático es el de la actriz Graciela Borges, a quien tras separarse del arquero de Huracán, Marcos “Anguila” Gutiérrez, con quien se llevaba 26 años de diferencia, se la vinculó con el periodista Cecilio Flematti, 31 años menor que ella.
 
El amor entre Elizabeth 'La Negra' Vernacci y el actor Luciano Castro, 13 años menor que ella, duró unos 4 años. Mucho menos duró el romance entre Cecilia Roth y Gonzalo Heredia (25 años de diferencia).
 
En el plano internacional también existen unos cuantos ejemplos, como ser: Michael Douglas le lleva 25 años a su esposa, la actriz Catherine Zeta JonesDemi Moore le llevaba 15 años a su pareja, Ashton Kutcher. Y ni hablar de Woody Allen, que le lleva 35 años a Soon-Yi Previn, hija adoptiva de su ex mujer Mia Farrow y André Previn, y con quien se encuentra en pareja desde 1997.
 
Otra que los prefiere jóvenes es Madonna: a su ex novio Jesús Luz le llevaba 29 años. Y Jennifer López (42), que se separó de Marc Anthony y ahora tiene un romance con el bailarín Casper Smart, de 24 añitos.
 
# La explicación de los psicólogos
 
¿Por qué se dan estas parejas? Muchos piensan que tan sólo se deben al interés económico de ella, y al deseo de rejuvenecer de él. En efecto, esta es una de las causas que se dan en algunos casos, únicamente en algunos, aclaran los psicólogos. Estas "parejas" suelen durar cierto tiempo o simplemente hasta que la persona más mayor, generalmente el hombre, fallece. Las aventuras extraconyugales de la persona más joven, los celos de la más mayor, y un cierto desinterés emocional compatible con una corrección en las formas son tónica habitual en estos casos.
 
Dice Esteban Cañamares, psicólogo clínico y sexólogo:  "Hay otro tipo de parejas de edad muy distinta. Todos los hombres buscan en la relación de pareja que ella haga “un poco” de madre, de esa madre que consuela, cuidada, atiende. Todas las mujeres buscan “un poco” que él haga de padre, de ese padre que protege, satisface necesidades, y abraza en momentos de miedo y desconsuelo.
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Este deseo de hombres y mujeres es perfectamente normal, totalmente compatible con un buen funcionamiento de pareja, sumamente gratificante y hasta deseable en cualquier unión, incluidas las formadas por personas del mismo sexo. Eso sí, siempre que esta búsqueda de una actitud maternal – paternal no sea constante, rígida, que sea intercambiable y no muy marcada.
 
Hay casos en los que la mujer no busca “un poco” a un padre sino “mucho”. El hambre de amor paterno nunca satisfecho del todo, el no haber nunca renunciado en lo más profundo a que papá sea “de propiedad privada”, sin compartirlo con mamá ni con los hermanos, lleva a un número no desdeñable de mujeres a sentirse atraídas por hombres 15, 20 ó 30 años más mayores que ellas. Al mismo tiempo existen hombres que no asumen el paso del tiempo, otros que sienten que su psicología es aún joven aunque esté encerrada en un cuerpo que ya empiece a languidecer. Otros más que no renuncian a vivir momentos vitales anteriores que las circunstancias no les dejaron experimentar.
 
 En otros casos, aunque menos frecuentes, es ella la que tiene 20 ó 30 años más que su pareja. Son varios factores los que suelen estar presentes en éstas relaciones en las que él podría, por edad, ser el hijo de ella.
 
. El miedo de la mujer a relacionarse con hombres de su edad, a quien viven como “más peligrosos”.
 
. La necesidad del hombre de reeditar la etapa de cuidados maternales seguramente no satisfechos en la infancia.
 
. La necesidad del hombre y de la mujer de dirigir hacia personas viables sus deseos sexuales, ya que no pueden hacerlo hacia sus progenitores y descendientes (si éstos existen) respectivamente.
 
. El deseo de ellas de vivir la etapa juvenil en la que no quedaron mínimamente satisfechas sus expectativas vitales.
 
 Entre este tipo de mujeres y de hombres se forman el segundo tipo de parejas con marcada diferencia de edad.
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 - Un tercer tipo de parejas, quizás el más numeroso, está formado por personas que reúnen todos los requisitos para sentirse atraídos: semejantes sufrimientos emocionales, distintos pero complementarios mecanismos para sobrellevarlos, esquemas similares de cómo debe ser una relación de pareja, estilos de hacer el amor compatibles… y ello con independencia de que el mayor sea él o sea ella.
 
Este alto grado de compatibilidad les lleva a intentar una relación de pareja estable a pesar de una marcada diferencia de edad.
 
Les guía en definitiva el amor, el sincero interés por el otro, la maravillosa experiencia de sentirse fundidos en una entidad llamada pareja. Tienen derecho a vivir estas experiencias.
 Casi todas ellas cometen un grave error, ignorar las dificultades añadidas que conlleva una relación con estas características.
 
¿Qué problemas conlleva este tipo de relación?

 

 . La pareja es compartir. Compartir no sólo lo material, el espacio físico, la alegría o la enfermedad, sino también y quizás prioritariamente las emociones, aquello que alegra, entristece, hace vibrar a nuestro corazón, o simplemente inquieta. ¿Cómo podrá una persona de 60 años compartir con su pareja de 30 la experiencia de envejecimiento, de limitaciones físicas que la edad va ineludiblemente dando? ¿De qué forma podrá compartir lo que siente hacia sus nietos, (si anteriormente tuvo otra pareja de la que nacieron hijos), con alguien que tal vez no ha sido aún madre? Al mismo tiempo ¿cómo podrá el miembro más joven de la pareja compartir su todavía inmensa fuerza creativa y emprendedora? ¿O bien las discusiones con sus padres, cuando su pareja se sitúa mejor en el lugar de ellos que en el hijo / a como su pareja?
 
> ¿Cómo compartir la ilusión por un futuro mejor cuando a uno le queda casi toda la vida por delante mientras que el otro tiene casi toda ya vivida?
 
Estos son únicamente algunos de los muchos ejemplos en los que es difícil compartir la vida con alguien de muy distinta edad.
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 . Los celos. El manejo de esa sensación ácida de los celos, el miedo a la infidelidad de la pareja, el grado de libertad que cada uno se otorga en la relación con otras personas de sexo contrario…. es uno de los temas delicados y potencialmente conflictivos en cualquier pareja. En las de mucha diferencia de edad se convierte en un gigante que puede terminar haciendo sucumbir la relación.
 
El más mayor, habitualmente el hombre, suele temer la presencia de rivales más jóvenes, más atractivos, con mayor capacidad sexual. Por ello las actitudes de sabotaje hacia la persona más joven son frecuentes en algunas de estas parejas, tal como favorecer que padezca una llamativa obesidad, o reforzar su inseguridad.
 
 . Amistades de edades y ambientes incompatibles. No se tiene el mismo tipo de amistades, ni se gusta de frecuentar el mismo tipo de ambientes a los 30 que a los 60, o a los 40 que a los 75…ésto puede privar a las personas que mantienen éstas relaciones  de la satisfacción de juntar a sus amigos con su pareja, y puede producir roces y malentendidos con las amistades del otro ya que funcionan con esquemas muy distintos a los habituales para uno mismo.
 
 . Distintas posibilidades sexuales. La sexualidad sólo termina con la muerte, pero va cambiando con el paso del tiempo. Las mujeres suelen estar en el máximo de su potencial sexual, de su capacidad para disfrutar de tocar y ser tocadas, en torno a los 38 años. Su deseo, sus orgasmos, la capacidad para liberarse de miedos… están en su punto álgido. Si su pareja tiene alrededor de 65 ó 70 años seguramente tiene un impulso sexual mucho bajo. Un hombre de esta edad suele tener una necesidad sexual  claramente menor que cuando estaba a punto de cumplir los 40. La necesidad de estimulación para alcanzar una erección suficiente está considerablemente aumentada, el período que necesita para reponerse tras un encuentro sexual antes de poder tener otro ha aumentado considerablemente, sus posibilidades mecánicas para ciertas posturas y juegos pueden estar muy mermadas…
 
No son inconvenientes insalvables, especialmente si la pareja no cae en el habitual error de reducir su sexualidad a la simple penetración. Pero no cabe duda de que tendrá dificultades añadidas a las de otras parejas sin tanta diferencia de edad.
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 . Rechazo de las familias. Con razón o sin ella es frecuente que tanto la familia de la persona más joven como la de la más mayor, no vean con buenos ojos este tipo de uniones. De no lograr que reconsideren su postura será un dolor para cada protagonista el no poder gozar de la dicha de que su pareja y su familia se encuentren satisfactoriamente, que sus dos pilares afectivos estén “en paz”.  Por otro lado le será difícil a una mujer pongamos de 25 años, poder conectar con cuñados y cuñadas, que pueden hasta triplicarle la edad, o por poner otro ejemplo relacionarse con los hijos de su pareja que pueden ser de su edad y aún mayores, pero ante los que juega un rol muy particular.
 
 Rechazo familiar, dificultades sexuales añadidas, incompatibilidad de ambientes y amistades, celos, incapacidad para compartir experiencias vitales, etc. son dificultades añadidas e importantes.
 
 > ¿De qué manera enfrentarse a estos problemas?
 
 Ante todo y sobre todo siendo muy conscientes de que existen, todo lo contrario de lo que se suele hacer. Ocultar un problema, no hablarlo, adoptar posturas que tienden a negar la evidencia, no sólo no contribuye a sobrellevarlos sino que es el requisito para que antes o después desborden a sus protagonistas. Tanto en su formación, como de cuando en cuando en la convivencia, las parejas con mucha diferencia de edad deben pararse y revisar cada uno de estos apartados, u otros que en su caso concreto supongan dificultades.
 
 (Un vivo interés por las cuestiones del otro, aún cuando por la propia edad esas cuestiones “queden muy lejos” en la experiencia vital actual, será imprescindible, pero sin por ello caer en el autoengaño de creer que pueden ser vividas como propias cuestiones que sólo se pueden vivir con emoción cuando la edad y las circunstancias acompañan para ello. Por ejemplo, a los 35 años se podrá escuchar y tratar de entender, (pero nunca creer que se vive plenamente) la triste sensación de la persona de 70 años de que los lugares físicos y las costumbre y valores que tuvieron vigencia en su juventud van desapareciendo inexorablemente.)
 
 Una especial generosidad de cada uno para adaptarse al ambiente, a las amistades, al estilo del otro, es imprescindible. También habrá que aumentar el grado en que cada uno da “permiso” al otro para hacer actividades y frecuentar ambientes que le son propios y difícilmente compartibles con la pareja, (no hacerlo así supondría que alguno de ellos renunciase a compartir con otras personas los valores y costumbre propios de su generación y la pérdida de amistades. En definitiva la aparición de insatisfacciones emocionales de las que antes o después, consciente o inconscientemente se acusaría a la pareja)
 
 Aprender a satisfacer sexualmente al otro siguiendo sus esquemas, su ritmo, y sus preferencias, alternando los estilos y las concesiones.
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 (Lo primero que tendrá que hacer cada uno será informarse de las particularidades que conlleva la edad de su pareja, así por ejemplo un hombre de 60 años, necesita una mayor estimulación, y más directamente aplicada a su pene, que un hombre de 30, para lograr una buena erección. Una mujer que ha sobrepasado la menopausia puede requerir lubricación vaginal artificial, cosa que no ocurre con las mujeres de mucha menos edad. O cualquier persona de uno u otro sexo puede tener dificultades anatómicas para realizar el amor en determinadas posturas que no le resultaban difíciles con la edad que tiene su actual pareja.)
 
(Por otra parte aquello que sexualmente es ampliamente aceptado en la generación joven actual, por ejemplo el sexo oral, puede ser tabú para muchas personas que pertenecen a una generación anterior), (el diálogo, la comprensión, cierta renuncia y un progresivo acercamiento a las costumbres del otro son, en todas las parejas pero especialmente en las de mucha diferencia de edad, algo imprescindible)
 
 (Por otro lado el miembro más joven de la pareja debe dar al de más edad una especial seguridad afectiva, dejarle claro su amor, señalarle cuántos motivos tiene para quererle. Esta es la mejor forma de reducir el miedo que provocan los rivales más jóvenes, es decir, los inevitables celos.)

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