VARIANTE

Latinoamérica precisará una vacuna especial contra la Malaria

Mientras la vacuna contra la clase más letal de malaria que existe está en su fase final de desarrollo, cada vez hay más casos de resistencia a insecticidas y medicamentos, por lo que urge producir herramientas de lucha contra el parásito, incluida la inmunización contra el tipo que ataca en Latinoamérica.

El proyecto está tan avanzado que, si no hay un evento imprevisto de última hora, RTS,S se convertirá en la primera vacuna en ser autorizada para inmunizar a niños contra la malaria.

 
Desarrollada por la farmacéutica GlaxoSimithKline (GSK) en colaboración con la Iniciativa Vacuna para la Malaria (MVI) de la ONG PATH, junto a varios centros de investigación africanos, pretende evitar la infección del Plasmodium falciparum, el parásito causante de la malaria que más muertes causa en el mundo.
 
"Los primeros resultados de la última fase de desarrollo son muy positivos y esperanzadores. Empezaron en 2009 y esperamos concluir con todos los controles clínicos en 2014 y, si todo va bien, obtener la licencia y estar en el mercado en 2015. Es un logro enorme", explicó en una entrevista a Efe David Kaslow, director de la MVI.
 
El Plasmodium falciparum está sobre todo presente en África (aunque también en algunas zonas de Asia, incluida India) y es precisamente en ese continente donde se contabiliza el 80% de las muertes por malaria en el mundo.
 
El Plasmodium es el parásito más letal que existe y eso se debe no sólo a que afecta a poblaciones que habitan en países con bajo nivel de desarrollo y con estructuras de prevención y sanitarias precarias, sino también a que tiene características "especiales".
 
"Hay muchos más personas infectadas con Plasmodium y poblaciones de mosquitos mayores (el vector transmisor de la enfermedad), pero también se sabe que es más 'joven' que el P.vivax, que tiende a no matar al humano que lo alberga para poder vivir más tiempo", afirmó el experto.
 
El P.vivax es el parásito causante de la malaria presente en Latinoamérica y en la mayor parte del mundo.
 
Existen varios proyectos de investigación para desarrollar una vacuna contra este otro tipo de parasito, pero ninguno en fase avanzada, dado que durante años no se le prestó atención por ser menos mortífero.
 
"PATH colabora con algunos de ellos, pero somos conscientes que necesitamos desarrollar nuevas estrategias, más complejas, para desarrollar una vacuna contra el P.vivax. Para empezar, debemos decidir si es necesario una vacuna como la del Plasmodium o si queremos una de nueva generación que consiga el bloqueo de la transmisión", agregó.
 
Las vacunas de nueva generación buscan no sólo controlar la enfermedad, sino también erradicarla a través del bloqueo de la misma, impidiendo que un mosquito pique a un humano infectado y transmita el parásito a uno sano.
 
"Es por ello que PATH trabaja con varios temas al mismo tiempo, porque somos conscientes de la necesidad de tener nuevas herramientas para no sorprendernos cuando algunas no nos sirvan", precisó.
 
Kaslow se refería no sólo a trabajar en paralelo con distintas vacunas, sino también a desarrollar medicamentos para tratar la enfermedad y producir nuevos insecticidas para matar al mosquito, ante la evidencia de que se ha creado resistencia a los más eficaces.
 
Recientemente se ha sabido que los parásitos de la malaria en el Sudeste asiático se han vuelto resistentes a los medicamentos más comunes.
 
Al mismo tiempo se ha detectado en India y África una resistencia de los mosquitos transmisores de malaria a los insecticidas más potentes.
 
"No estoy sorprendido de que haya sucedido, ocurre lo mismo con los antibióticos y las bacterias, pero sí que estoy muy preocupado, porque eso significa que debemos desarrollar de forma muy urgente nuevos medicamentos y nuevos insecticidas, y para todo ello se necesita compromiso y fondos", subrayó.
 
Un estudio reciente demostró que sólo un 6,1 % de todos los recursos invertidos en investigación y desarrollo de enfermedades olvidadas se destinan a la malaria.
 
Más de un tercio de la población mundial está en riesgo de contraer malaria, enfermedad que afecta anualmente a 216 millones de personas, de las cuales mata a 650.000.

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