OTRA SEMANA AGITADA

Dólar sin tregua, YPF no 'cierra' y Boudou es una lágrima

Semana de una importante reunión de gobernadores de las provincias que integran la Ofephi. En tanto, Cristina Fernández piensa su gestión en categorías políticas cuando la economía obliga a otro tipo de análisis. La concentración de todas y cada una de las decisiones del gobierno, aun las más irrelevantes, en las manos de Cristina Fernández, ha generado ceños fruncidos en funcionarios y legisladores del oficialismo.

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). No hay temas nuevos pero no han concluido los temas viejos. Cristina Fernández no consigue superar las dificultades que deterioran su imagen pública, y esa impotencia vaya si no es un tema relevante. Probablemente es lo que, en algunos días, la deprima.
 
Algunos de los problemas de Cristina son por su particular idea de que retroceder es debilidad. Sucede con la improcedente propuesta de Daniel Reposo, flojo de papeles, para la Procuración General de la Nación, que solamente puede aprobarse si el Peronismo Federal acepta prostituirse pero ni siquiera ese eventual éxito rescatará la figura de Reposo. Ni de Cristina.
 
Y ocurre con Amado Boudou, cuya situación es una afrenta a los muchos reclamos de transparencia que el cristinismo ha deslizado desde 2007.
 
Para salvar a Boudou, Cristina tumbó a Esteban Righi; azuzó la recusación del juez original de la causa (Ciccone Calcográfica), Daniel Rafecas; condicionó al nuevo magistrado a cargo, Ariel Lijo, y detonó el apartamiento del fiscal Carlos Rívolo. Pero nada de eso ha logrado blindar al vicepresidente ni alejar las sospechas de que él tuvo/tiene un vínculo real con Alejandro Vandenbroele, su supuesto testaferro.
 
Pero a no adelantarse. Los 10 temas de la semana que comienza tienen el siguiente desarrollo:
 
1. Dólar, inflación, comercio exterior: un desbarajuste que no cesará porque Cristina Fernández no entiende el funcionamiento de los mercados ni quiere comprenderlo, y su histérica reacción impotente confunde más a todos.
 
Claudio Chiaruttini en su editorial por Radio El Mundo:
 
"(...) Un mensaje del ex presidente del Banco Central, Alfonso Prat Gay, parece haber calado hondo en el conocimiento económico de Cristina Fernández: no se puede devaluar el peso porque se importa inflación. El resultado es un BCRA que frenó al máximo la depreciación del peso, mientras el resto de las monedas del mundo se ajustaban a otras paridades y abrieron la brecha entre la divisa de los Estados Unidos según los precios oficiales y paralelo.
 
El retraso cambiario se hizo evidente, hizo crecer las importaciones y dejó a muchos productos argentinos sin ser competitivos, perdiéndose exportaciones. Ante la paralización de la política cambiaria, sólo bastaba una chispa para iniciar el incendio.
 
Y por fin ocurrió en noviembre, cuando Cristina Fernández resolvió frenar la fuga de divisas imponiendo barreras a la compra venta de dólares. Luego llegó el cepo importador. Había comenzado la etapa policíaca del gobierno cristinista, impotente para frenar la salida de dólares, la reducción del superávit comercial y el retraso cambiario.
 
Fueron 5 meses de pulseada entre el mercado y el gobierno. Pese a las quejas del público, la Casa Rosada estaba satisfecha. Creía haber controlado a los operadores y maniatado la demanda. Hasta que la semana pasada, cuando los controles se extremaron, el “blue” despertó y se rompió la barrera psicológica de los $ 6. Fue una señal de alarma para los inversores, para el gobierno, para los operadores cambiarios: comenzó la dolarización de las carteras de inversión, un tema pocas veces hablados públicamente por el gobierno y por los economistas heterodoxos.
 
En una Argentina con mentalidad dolarizadora, que los inversores prefirieran los pesos a los dólares entre 2002 y 2009 era una “irregularidad histórica”. Para muchos, era la confianza en el autotitulado “modelo de redistribución y desarrollo”. Otros no lo creyeron. En realidad, sólo era una 'impasse'. En 2009, luego de la derrota legislativa del kirchnerismo, comenzó un lento proceso de conversión de pesos en dólares y salida de divisas de la Argentina. Fue el comienzo de la fuga.
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Todo gobierno encuentra su límite cuando enfrenta al mercado. A Cristina Fernández le tocó cuando el “blue” tocó $ 6, y se dio cuenta que los controles policíacos no alcanzan para contener la demanda. 
 
Entonces ella resolvió abrir la canilla de divisas. Funcionó durante 48 horas. Ahora, el gobierno deberá enfrentar 5 días consecutivos de rueda cambiaria. ¿Alcanzará con una señal de laxitud para calmar a los inversores? ¿El gobierno prepara nuevas más operaciones policiales? ¿La demanda potencial que aún existe se satisface con US$ 500 millones, con US$ 1.000 millones o con US$ 2.000 millones? Son preguntas difíciles de contestar.
 
Cristina Fernández dijo hace 2 semanas “no esperen sorpresas”. Entonces, el primero paso fue aumentar los controles cambiaros, luego se lanzó un proceso de vigilancia sobre las agencias de turismo, al tiempo que bajaron por algunas horas las vallas para la compra de divisas. Todos son mensajes contradictorios. Así no se puede crear confianza entre los inversores, en especial, aquellos que quieren convertir sus pesos en dólares. Cada paso del gobierno los alienta a cumplir su intención original: irse.
 
Desde hace 9 años, el matrimonio Kirchner ha mostrado que no tiene feeling con el mercado. Los inversores han intentado adaptarse a los cambios y controles que se impusieron en los segmentos bursátiles, de bonos y bancarios. Adaptarse no es confiar, es sobrevivir. Después de tanto tiempo, los operadores esperaban agazapados un error del gobierno para recuperar el tiempo perdido. La actitud policial de la Casa Rosada se los regaló. Ahora no los van a convencer con placebos, el gobierno deberá aportar medicina para solucionar años de distorsiones.
 
Cristina Fernández piensa su gestión en categorías políticas. Poder, hegemonía, control de la agenda mediática, desarticulación de los enemigos, polarización social, son algunos de ellos. La economía obliga a otro tipo de análisis. (...)".
 
 
2. El Estado Nacional avanzó con la expropiación de las acciones de Repsol en YPF para mejorar la imagen pública de Cristina Fernández e intentar homologar una 'nueva mayoría'. Sin embargo, hasta ahora no hay noticias de que la inversión en petróleo aumente y pueda resolverse el problema de déficit petrolero. Se viene una importante reunión de gobernadores de las provincias que integran la Ofephi.
 
 
"Vaca Muerta va a ser un elefante" disparó, precisamente, uno de los gurúes del ramo, el estadounidense Mark Papa, presidente de EOG Resources, una de las empresas pioneras en el rubro con presencia en Rincón de los Sauces.
 
Sapag viene apostando a esta salida desde hace por lo menos cuatro años. Todo indica que fue el primero en tomar contacto con los norteamericanos, pioneros en este rubro de la industria, y en interesarlos por los yacimientos neuquinos. En este tema, como en otros, el gobernador se ha manejado con un gran pragmatismo: apostó al objetivo con la YPF privada y lo sigue haciendo con la estatal. Cuando vio que la expropiación era inevitable, cambió de caballo pero no de propósito.
 
Si el objetivo de convencer al gobierno nacional y a las empresas de que Vaca Muerta y los no convencionales son la solución parece al alcance de la mano, los problemas de la hora son hoy otros: para empezar la falta de equipos, la capacitación de la mano de obra y las trabas a la importación.
 
Pero la mayor dificultad es el impacto ambiental. No por nada en el encuentro con los empresarios el gobernador aclaró que "está en contacto" permanente con el obispo Bressanelli. El prelado fue el primero en advertir sobre la magnitud del problema y hace unos días anunció que aguarda los resultados de un estudio para definir las acciones a seguir.
 
Es que, desde el punto de vista del interés social, el problema ambiental es el principal. Si van a convertir la estepa neuquina en un colador y van a utilizar el recurso insustituible del agua en proporciones antes nunca vistas, los funcionarios deben tomar todas las precauciones posibles y más.
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Para las perforaciones no convencionales se usa cinco veces más agua que para las clásicas y el líquido sale contaminado con químicos y sales. No ha de ser por capricho que en la mayoría de los países europeos y en varios estados norteamericanos la actividad está prohibida.
 
(...) Si la decisión de extraer el petróleo y el gas no convencionales está tomada porque el país no puede hipotecar su desarrollo, sólo una solución parece posible: regulaciones muy estrictas que incorporen desde el vamos la remediación a los costos de producción.
 
En la semana que se inicia habrá una reunión de la Ofephi en Buenos Aires –no fue posible juntar a todos los gobernadores el viernes en Bariloche– en la que se tendrá que definir quiénes ocuparán los tres sillones rotativos reservados a las provincias en el directorio de YPF. En principio habría acuerdo para que sean los distritos patagónicos y Mendoza las que fijen el criterio.
 
Las provincias quieren reglas claras para las inversiones de YPF, sobre la cantidad de pozos a explotar y la cadena de pagos. Y claman por una descentralización regional que permita traer a sus territorios las direcciones administrativas, cuestión de obtener decisiones más rápidas.
 
Pero el tema principal que preocupa a los gobernadores es la inversión. "Las empresas están dispuestas", señaló un hombre del gobernador, y puso de relieve la presencia en el Cluster de directivos de Exxon, Dow Chemical y de los grupos Bulgheroni y Eurnekian. Sin embargo, aclaró que "para pasar de los cientos de millones de dólares a los miles, hay que conversar sobre las reglas de juego".
 
 
3. Las desventuras de Amado Boudou no tienen fin. Siempre aparece algún nueva demostración de su desprolijidad. El 'goteo' tiene un costo político enorme y enoja a muchos en el Frente para la Victoria.
 
 
"Jorge Enrique Capirone, el primer ejecutivo que desembarcó en la actual Ciccone Calcográfica junto con Alejandro Vandenbroele, fue antes jefe del vicepresidente Amado Boudou. Tuvo además negocios con José María Núñez Carmona, el más íntimo amigo de Boudou, padrino de su casamiento, testigo de su divorcio y su socio comercial, según consta en documentos presentados ante la Inspección General de Justicia (IGJ), que obtuvo LA NACION.
 
Abogado y contador de Mar del Plata, Capirone asumió como vicepresidente en la nueva Ciccone el 21 de octubre de 2010. Pero 15 años antes, en 1995, fue junto con Núñez Carmona socio de la firma recolectora de residuos Ecoplata. Entre 1995 y 1998, Boudou fue gerente de proyectos, primero, y su gerente general, después, de acuerdo con el currículum vítae que presentó ante el Consejo Profesional de Ciencias Económicas porteño.
 
El vínculo directo entre Boudou, Núñez Carmona y Capirone se suma así a los numerosos indicios acumulados sobre su relación con Vandenbroele -a quien dice desconocer- y con la nueva Ciccone, a la que ayudó a conseguir una moratoria excepcional de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
 
Constituida en junio de 1995, Ecoplata se armó con acciones al portador. Pero después de un cambio normativo que forzó a las sociedades a informar su composición accionaria, celebró una asamblea general extraordinaria el 13 de septiembre de ese mismo año para reformar su estatuto y detallar quiénes eran sus propietarios.
 
Así, aparecieron como dueños los empresarios marplatenses Oscar Allonca (con el 58 por ciento de las acciones y el cargo de vicepresidente) y Fernando Piovano (con el 29 por ciento, presidente), junto con Núñez Carmona (con el 10 por ciento, director suplente) y Capirone (con el 3 por ciento restante, síndico titular). Este se abocó además al asesoramiento contable y societario de la firma. Incluso, acompañó a sus socios en otro proyecto, el de llevar la televisión por cable a Pinamar, a donde iba todos los jueves.
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Boudou también se sumó a Ecoplata, aunque nunca accedió a un porcentaje de las acciones. Venía de trabajar en la recolectora de residuos de Mar del Plata, Venturino Eshiur SA (...). Esa empresa, Venturino, quebró con él como su gerente general.
 
Ya en Ecoplata, en tanto, Boudou primero trabajó "como Proyect [sic] Manager", lo que -según explicó en su currículum- implicó representar a la firma ante las autoridades de Villa Gesell y Pinamar, y competir por los contratos de recolección de residuos en ambos municipios en 1995 y 1996.
 
Casi en simultáneo, sin embargo, el actual vicepresidente también trabajó para ambos municipios, según su currículum. (...)
 
Ya como su gerente general, Boudou continuó en Ecoplata hasta 1998, cuando se marchó a la Gerencia de Presupuesto y Control de Gestión de la Anses. Al cerrar su paso por la empresa, Capirone y Núñez Carmona continuaban como socios minoritarios de Allonca y Piovano. (...)."
 
 
4. Y de las desventuras de Boudou a las de Ciccone Calcográfica, ahora con nombre diferente pero el nuevo maquillaje jurídico no termina de consolidarse. Para colmo resulta que hay problemas importantes en la calidad de la impresión y la puntualidad como proveedor.
 
 
"El rescate financiero de la ex Ciccone Calcográfica, impulsado desde el Gobierno por al menos diez funcionarios de primera línea, incluido Amado Boudou, tenía como fin que esa planta gráfica imprima billetes.
 
Ese objetivo no se puede cumplir.
 
La empresa que dirige Alejandro Vandenbroele tiene dificultades serias para confeccionar dinero.
 
Por fallas técnicas, la compañía se resignó por estas horas a hacer solo una parte de las diferentes etapas del trabajo de producción de divisas: la impresión off set.
 
La impresión calcográfica, la esencia de un billete de calidad, se suspendió y la hará la Casa de Moneda, contaron fuentes de esa entidad que trabajan en esta cuestión.
 
El organismo público empezará con esas tareas a partir de mañana.
 
Las trabas técnicas de la ex Ciccone retardarán la confección de billetes que debe hacer la Casa de Moneda, que ahora sobrecargará su trabajo debido a que absorberá lo que debería hacer hecho la empresa que controla la sociedad The Old Fund, con accionistas desconocidos para la sociedad.
 
La firma había acordado cobrar 170 millones de pesos para hacer 400 millones de billetes de cien pesos. Según el plan inicial del BCRA, la Casa de Moneda iba a imprimir este añ o otros 800 millones de billetes.
 
Es posible, entonces, que haya un retardo en los plazos de entrega de circulante que había estipulado el Banco Central, presidido por Mercedes Marcó del Pon t, rival de Boudou en la interna de la Casa Rosada.
 
La falla principal de la ex Ciccone se debe al mal funcionamiento que están teniendo las placas de níquel que se usan para imprimir el papel moneda de modo calcográfico, es decir, con un relieve apenas perceptible.
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Esas placas fueron hechas por la Casa de Moneda para llevar a la ex Ciccone, pero su terminado no quedó bien, según las fuentes a las que accedió Clarín. (...)
 
La ex Ciccone intentó en las últimas semanas hacer billetes de forma completa , pero todo salió mal.
 
A los problemas con las matrices de la impresión, se sumaron fallas relativas al modo de uso de la tinta y el papel.
 
En las últimas horas, entonces, la Casa de Moneda decidió hacerse cargo de la impresión calcográfica del dinero que iba a hacer la ex Ciccone.
 
Para salir del paso, además, el Estado le prestará a su contratista sus matrices de impresión, que imprimen de a 28 billetes por vez (las de la ex Ciccone, descartadas, eran de 50 billetes). (...)".
 
 
5. El Frente para la Victoria se la tiene jurada a Grupo Clarín. Y considera que el golpe definitivo tiene que ser ahora, nadie puede jurar que en el futuro Cristina tendrá suficiente poder para hacerlo. Además, creen ellos, probablemente golpeando ahora, ella recupere fortaleza.
 
 
"Faltan seis meses y 11 días para el viernes 7 de diciembre. Entonces vencerá el plazo establecido por la Corte Suprema de Justicia para que el Grupo Clarín adecue sus inversiones a lo establecido por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. El sábado 8 se celebra el día de la Inmaculada Concepción, y si Héctor Magnetto no tiene un plan para salir de su encrucijada, deberá encomendarse a Dios. Eso, en caso de que le tema a Dios, ya que por encima del fallo de la Corte no hay instancia humana que pueda resolver cómo hace un grupo empresarial que tiene más de 200 licencias para quedarse con el máximo de 24 que fija la ley para lograr que, nunca más en la Argentina, haya posiciones monopólicas. Magnetto, el hombre que gustaba que lo llamaran Dios, sintió como nunca que la democracia puede llegar hasta los confines de las corporaciones económicas.
 
Alrededor de la fecha del 7 de diciembre se dijeron muchas cosas. El Grupo Clarín confiaba en que la Corte se tomaría más tiempo para establecer un fallo respecto de la cautelar tomada por el entonces juez federal Edmundo Carbone que, a medida de Magnetto, frenó la aplicación del artículo 161 de la Ley que es precisamente el que habla del tema clave: la adecuación de las inversiones que el monopolio llamó caprichosamente “desinversión”. El grupo de Magnetto esperaba que la medida se tomara sobre el fin de año y poder usar 2013, año electoral, para montar una campaña “en contra del avasallamiento de la libertad de prensa”. 
 
Pero la Corte tuvo la precaución de evitar las dos cosas. En primer lugar, porque aclaró en los fundamentos de su decisión que el tema en cuestión es económico y que no está en juego la libertad de expresión, que está suficientemente custodiada por la democracia. En segundo lugar, porque les da el tiempo suficiente para hacer un plan de adecuación y presentarlo, tal como establece la norma, a la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) y así poder seguir operando las licencias que le queden pero ya sin posiciones monopólicas. Y eso deberán hacerlo el mismo viernes 7 de diciembre, con el margen de hacerlo el lunes 10, cuando se cumpla un nuevo aniversario del día internacional de los Derechos Humanos, una fecha que debe producir escozor en los directivos de Clarín, cuya trama de negocios con la última dictadura quedó en evidencia.
 
Varios especialistas tratan de interpretar cuáles son los resquicios que quedan para estirar la fecha efectiva de desprendimiento de licencias. La Ley establece que tienen un mes por delante. Es decir, que antes del 7 de diciembre Clarín no tiene ninguna obligación de presentar un plan, pero que ese viernes es la fecha límite y que, entre ese 7 de diciembre y el 7 de enero, si Clarín presenta un plan, los directivos del Afsca deberán estudiarlo a los ojos de la Ley y aprobarlo total o parcialmente. (...)".
 
 
6. Mientras tanto, el Ejecutivo Nacional busca alternativas para recuperar la iniciativa. El problema, sin embargo, es que con todo concentrado en Cristina Fernández, la reacción es lenta y muy previsible. Todo un tema el personalismo.
 
 
"(...) La concentración de todas y cada una de las decisiones del gobierno, aun las más irrelevantes, en las manos de Cristina Fernández, ha generado ceños fruncidos en funcionarios y legisladores del oficialismo. La impresión se agiganta si se toma como ejemplo lo que en los últimos tiempos salta a la vista: la presidenta apenas escucharía, antes de proceder con tal o cual medida, a no más de tres colaboradores. Son ellos Carlos Zannini, Guillermo Moreno y Axel Kicillof. 
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Del joven viceministro de Economía, que ha opacado casi hasta la vergüenza a su jefe, Hernán Lorenzino, se dice que "tiene hipnotizada" a la mandataria. El secretario de Comercio Interior --se reconoce asimismo-- "se la ganó con la militancia pura y dura" y con ese estilo provocador que, cuanto más irrita a sus enemigos, más agrada a su jefa. Del secretario de Legal y Técnica ya se sabe: todo el entramado político y jurídico de la administración, fiel custodio al fin y al cabo del legado de Néstor Kirchner, pasa por su despacho y por sus manos. Lo pinta un vocero: "Cristina confía ciegamente en el Chino, como no ocurre con ningún otro en el gobierno".
 
Esa híperconcentración a la hora de gestionar, que se profundizó desde que arrancó el segundo mandato, pero que se venía perfilando desde la muerte de su marido, pudo verse en Cristina en casos muy puntuales, donde la inmensa mayoría de funcionarios y aliados de variado tono se enteró por los diarios de lo que acababa de ocurrir. La decisión de avanzar con la expropiación de YPF, apenas trabajada con Zannini en los menesteres técnicos, y con Kicillof desde el aporte de un ideologismo setentista vetusto y enmohecido, es un buen botón de muestra.
 
El personalismo de la Presidenta ha generado, como era de esperar, más de un reparo en el gobierno. Y también no pocas contradicciones en las que ha incurrido en las últimas semanas la administración. Es lo que viene pasando con la política económica, pero más precisamente en torno a las medidas para frenar la venta de dólares a empresas y particulares, o las crecientes dificultades que generan las trabas a las importaciones que impone a voluntad, siempre con el paraguas protector de Olivos, el secretario de Comercio Interior. En el primer caso, más de un ministro o secretario de Estado no han disimulado su malestar por lo bajo. Julio de Vido sería uno de ellos. Consideran esa embestida como altamente impopular, mal presentada y peor instrumentada, y hasta tal vez uno de los factores de que la imagen de Cristina se haya amesetado en los últimos tiempos, luego de la recuperación que provocó primero la escalada por Malvinas y, más cerca en el tiempo, la vuelta a manos del Estado de la petrolera de bandera.
 
¿Llegaron, con todo, esas señales negativas, a la propia mandataria? Hay algunos aspectos de la gestión de los últimos días en los cuales daría la impresión de que la preocupación que cunde en un sector del gobierno ha hecho efecto en la Presidenta. Son esos momentos en los que pareciera atender o tomar nota de lo que dicen las encuestas. (...)".
 
 
7. ¿Comprende Cristina Fernández dónde se encuentra hoy día su Administración? Es una pregunta clave hoy día y las respuestas tan diversas provocan tanto debate como confusión.
 
 
"La burrada conceptual que planteó quien dijo que la economía real no tenía por qué sufrir porque los mercados no se comunicaban no tomó en cuenta que el dólar de las casas de cambio tiene un precio, pero que, como también carece de oferta y no se consigue, dejó de ser referente. Por lo tanto, guste o no guste, toda la economía se empezó a ajustar ahora al precio al que se consigue el bien. Si la idea de alguien fue que el que quiera dólares que se embrome y que lo pague más caro porque no pasa nada, en línea con las distorsiones que marcó la Presidenta, también en ese sentido el tiro le salió por la culata. 
 
Aunque se esté viviendo en este marco de lamentable turbulencia en el día a día o quizás por eso mismo, bien podría hacerse un listado de temas económicos que podrían ponerse sobre la mesa para establecer esas "cuestiones sobre las que ya no discutamos más los argentinos", tal como lo pidió la Presidenta. 
 
Por ejemplo, en materia estructural ¿es revisable el actual modelo? 
 
¿Habrá chance de armar un programa que sustente con racionalidad un ajuste de variables, aunque no se llame de esa manera, para volver a cambiar las expectativas? 
 
¿Y si se formara un equipo económico profesional equilibrado que archive el dogma de las ideologías y que elabore un plan para que sea creíble lo que haya que corregir? 
 
Y si de economía se habla, en lo coyuntural, ¿podrá discutirse la política industrial? 
 
¿Y la cambiaria, por lo visto en terapia? 
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¿O reformular la política energética o la de exportaciones de carne, trigo y leche? 
 
¿Existirá un hilo común que permita rebobinar y corregir errores? 
 
¿Se podrá consensuar la necesidad de reformular el Indec para sincerar no sólo la inflación, sino todas las variables económicas, aunque con ello se reconozca que hay tres veces más pobres que los que marcan las estadísticas oficiales? 
 
¿Habrá lugar para diseñar una política comercial que atienda la necesidad de sustituir importaciones sin malquistarse con el mundo, con ese mismo mundo al que la Argentina dice querer pertenecer? 
 
En este sentido, ¿no hay acaso espacio para volver a jugar con los organismos internacionales como quieren muchos, pero sin necesidad de arrodillarse, como no toleraría el kirchnerismo? (...)".
 
 
8. Otro tema es la Confederación General del Trabajo y la situación política de Hugo Moyano. Hasta la fecha, la promesa de cambiar la conducción de la CGT no resulta un anhelo de cumplimiento efectivo, para Cristina Fernández, y eso puede resultar en una importante derrota política.
 
Julián Bruschtein entrevistó, para Página/12, a Facundo Moyano, hijo de Hugo Moyano, sindicalista de los peajes y diputado nacional. Facundo es el más dialoguista de los Moyano. Su idea de que Cristina puede no estar en contra de Hugo, su padre, y que el ataque provendría de otros funcionarios, es ridícula pero es un nuevo intento de pacificar la relación:
 
"(...) –¿Por qué se rompió la alianza entre la CGT y el kirchnerismo?
 
–La tensión que existe hoy entre la CGT y el Gobierno se debe a un problema político, más allá de que existe un problema económico que influye y es la inflación. Por otro lado, por supuesto que es una relación que tiene componentes que hacen que se profundice esta situación que son las personalidades de quienes conducen, Cristina y Moyano, pero fundamentalmente lo que tensa con mayor influencia es la forma de ejercer el poder y la conducción del gobierno nacional. La no participación del movimiento obrero en temas fundamentales como el mínimo no imponible de ganancias, la asignación familiar y el salario mínimo vital y móvil es un ejemplo de por qué hoy el movimiento obrero ha tomado esta posición de confrontación con el Gobierno. Surge naturalmente, porque negar una mayor participación de los trabajadores a través de sus dirigentes en el sistema político nacional va en contra de la naturaleza del proceso de profundización. Y no tiene nada que ver con que después esto tenga un reflejo de mayor participación en términos institucionales, como más diputados o más funcionarios, sino en participación real en las decisiones. El movimiento obrero está siendo relegado a un segundo o tercer plano en la política y eso es involucionar este avance de los trabajadores hacia la política. Lo que está sucediendo es que se está rechazando o negando un factor que estuvo siempre presente en la evolución y profundización de este proceso. En el medio de esta relación entre CGT y el Gobierno aparece la interna de la CGT. Moyano dice que el Gobierno se mete en la interna, el Gobierno lo niega, al candidato de la oposición Antonio Caló también dice que no. ¿A partir de dónde salen esas denuncias? Particularmente yo no tengo ningún dato preciso para afirmar que el Gobierno se está metiendo. Lo que sí sabemos es que puede haber algún funcionario que sí. No creo que por instrucción de la Presidenta. Al Gobierno hoy más que nunca le conviene tener de aliado estratégico al movimiento obrero y quien mejor expresa al movimiento obrero es Moyano, por historia, por trayectoria, por lucha, por coherencia, por legitimidad con los trabajadores. Hemos escuchado a Moyano referirse en términos confrontativos, y yo creo que la responsabilidad de que la discusión se plantee de esta forma es del Gobierno, porque es el Gobierno el que conduce todo. La situación de la interna de la CGT es complicada. Si bien no vimos hechos precisos que indiquen que el Gobierno está operando para que tal o cual dirigente ocupe el lugar de Moyano, vimos gestos y se puede dar un ejemplo concreto: la asunción de Ricardo Pignanelli de Smata hace unos meses se dio en el marco del apoyo a Caló como candidato para la CGT. Y esto más allá de que no se escuchó a ningún funcionario que se exprese literalmente a favor de ningún candidato, pero sabemos que hubo gestos claros a favor de Caló. Se sabe en el mundo sindical que se está ofreciendo dinero del APE, a mí me lo han dicho dirigentes sindicales.
 
–¿Cómo analiza la composición del bloque opositor a Hugo Moyano?
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–Toda esta coalición heterogénea que aparece en oposición de la candidatura de Moyano en la CGT tiene personajes poco saludables. Cuando Moyano está confrontando con el gobierno nacional aparece una oposición con un candidato –aunque no está claro si tiene todo el consenso y apoyo de ese grupo de dirigentes– que es Caló. Se lo ve en primera fila en los actos del Gobierno, él mismo habla de la buena relación que tiene con el Gobierno. Pero este grupo tiene a voceros como (el gastronómico Luis) Barrionuevo y (el lucifuercista, Oscar) Lescano y para colmo la Presidenta aparece elogiando a un dirigente como Andrés Rodríguez, que fue oficialista del gobierno de Menem y que dejó miles de trabajadores en la calle. Resulta que hoy es ultraoficialista y la Presidenta lo pone como el paradigma del dirigente gremial elogiándolo por la paritaria que negociaron.
 
–Teniendo en cuenta la judicialización que plantea el antimoyanismo, ¿la CGT se encamina hacia una ruptura?
 
–La judicialización es inviable. No hay argumentos por parte de este sector antimoyanista para impugnar. El Comité Central Confederal (CCC) o la reunión de Consejo Directivo que lo convocó –ambos son objetados por la oposición– fueron totalmente legítimos, se cumplió con todos los pasos estatutarios y no hay por donde entrarle. De 254 delegados congresales asistieron 147, es decir el 60 por ciento, y todo esto está asentado. Podrán intentar impugnarlo, pero no tienen posibilidad de que avance. Pero todo esto hay que analizarlo en el sentido político, porque estamos escuchando a casi todos los sectores hablar de unidad. Y es contradictorio que hablando de unidad y de consenso y de que no pretenden la fractura de la CGT, después no asistan a un paso institucional y democrático como el CCC. No ir al consejo directivo que convocó hasta no asistir al comité son acciones contradictorias con el discurso que llevan adelante. Si son la mayoría, si tienen el apoyo del Gobierno y si quieren la unidad, tienen que ir a demostrar que tienen esa mayoría y pueden desbancar a Moyano. Es ahí donde nosotros encontramos la contradicción. (...)".
 
 
9. La democracia no ha cumplido con muchas de sus promesas, y ha promovido una dirigencia política no solo ineficiente sino sospechada de clientelar cuando no de corrupta. Abundan los 'vivillos' a costa del erario público. Y es un problema tan estructural como grave porque afecta a la credibilidad del sistema cuando se acercan tiempos difíciles para la economía cotidiana.
 
 
"Roberto Alifano, un reconocido escritor y periodista que supo colaborar con Jorge Luis Borges, publicó poco tiempo atrás una entrañable biografía del play boy mayor que tuvo la Argentina (Martín Máximo Pablo de Álzaga Unzué, conocido como "Macoco"), pintando a través de su vida el fresco de una época cuyas secuelas aún persisten.
 
A pesar de su gran afecto por el biografiado, Alifano no duda en definir a Macoco como una suerte de arquetipo que imprimió su sello a la época: Macoco, reflejo de una Argentina alguna vez próspera y prometedora, y luego decadente y de futuro... de futuro que nunca se realiza.
 
La historia de Macoco es la de una clase social que metió a la Argentina en el progreso y en el mundo, que -a cambio- se creyó única dueña del país, pero cuando pareció que lo lograba, cual jeque de emirato, dilapidó toda su fortuna, la pública y la privada. Macoco nació cuando ya la fortuna de su familia estaba lo suficientemente consolidada para hacer olvidar los orígenes que toda fortuna demasiado grande y demasiado rápida necesita imperiosamente hacer olvidar. 
 
Por eso se sintió aristócrata cuando su clase degeneraba en oligarquía sin haber sido nunca plenamente burguesía y menos aristocracia, pero aún tenía tanta pero tanta plata como para simular un apogeo que ya era mera decadencia. Al final murió casi en la miseria pero optimista, como cuando le dijo a su pariente y amigo Adolfo Bioy Casares: Caá...rajo, quién nos quita lo bailado a vos y a mí. Ante lo cual, la más sabia respuesta de Bioy fue:No, Macoco, yo quisiera que nos devuelvan lo bailado.
 
Manteca al techo
 
A pesar de que nunca nadie lo expulsó y a pesar de creerse tan argentino como el tango o el mate, Macoco siempre se sintió un exiliado en su patria (como de algún modo se sienten todos los argentinos). Por eso se dedicó a viajar y viajar, sobre todo a Francia, ya que para esa generación -según Alifano- París fue la Casa Grande. 
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Macoco quería a su Buenos Aires querida y admiraba a los Estados Unidos, pero amar sólo amó a París. Allí produjo el hecho que lo haría famoso por siempre, a él y a todos los de su clase: tirar manteca al techo del Maxim's, donde había unas pinturas con el dibujo de unas walkirias con grandes senos sobresaliendo del escote. Macoco hacía torneos donde los cajetillas argentinos jugaban a ver quién acertaba con la manteca, tirada en rulos con un tenedor, en las tetas de esas figuras femeninas.
 
(...)
 
Macoco y sus imitadores
 
Tanto a Macoco como a quien era su antípoda en todo, Arturo Jauretche, si hoy vivieran les costaría entender cómo gobiernos peronistas tienen de figuras culturales centrales (a las que usan como símbolos de lo que los nuevos ricos del poder quisieran ser) a María Julia Alsogaray o Adelina de Viola o Amado Boudou, personajes, en comparación con Macoco, truchos de toda truchedad. 
 
Oque la alternativa opositora sea la del niño rico Mauricio, al que su papá plebeyísimo educó más como aristócrata que como burgués (aunque no hiciera su fortuna ni como aristócrata ni como burgués, sino como contratista de todos los gobiernos) y por eso habla con ese acento presuntuoso, que es lo único que queda de una clase superada por el tiempo pero a la cual las nuevas élites buscan imitar en sus peores defectos... Es que son hijos de Macoco, aunque Macoco los hubiera desheredado, como sus tías lo desheredaron a él.
 
África mía
 
Macoco, cuando viajaba al África, no disfrazaba sus prejuicios colonialistas con presuntuosos ideologismos. Creyéndose Allan Quatermain, el héroe blanco de Las minas del Rey Salomón, contaba así sus odiseas africanas: En África yo tenía mi tribu propia, la de los "Macoco", que la descubrí en uno de mis safaris. Se llamaba así. Eran unos nativos cariñosos, muy especiales y en cada viaje que hacía yo les llevaba regalos. Me adoraban. Alguna vez pensé establecerme allí para siempre y organizar mi propio reino. 
 
Como se ve, en el fondo nada ha cambiado, salvo que las cosas que antes se decían por su nombre, ahora las dice Moreno. La "derecha fina" de Macoco, con su racismo nada escondido, viajaba al África para encontrar al "buen salvaje" en la tribu de los "Macocos" y hoy la "izquierda fina" cree hallar el "buen salvaje" en un déspota multimillonario al que se le perdonan esas nimiedades por creerlo heredero del Che Guevara. (...)".
 
 
10. La situación fiscal de las provincias es grave, con alguna excepción que confirma la regla. La cobardía de algunos gobernadores es proporcional al rojo fiscal.
 
 
"(...) Lo que ocurrió la semana que pasó refleja, con claridad, que la reticencia desde lo más alto del poder nacional no es una cuestión exclusiva de generosidad o afecto. Si antes no quisieron, ahora no pueden.
 
Después de varios días en los que caviló si ir o no a la Corte Suprema de Justicia con una presentación que ya estaba disponible desde la época de Juan Schiaretti, el gobernador José Manuel de la Sota vio una pequeña rendija entreabierta.
 
Así, De la Sota logró que lo habilitaran a endeudarse y le tiraron una ruta vieja y destruida, la 36. No hay discurso ni campaña de marketing que pueda maquillar esos anuncios como buenas noticias.
 
Lo demás fueron, otra vez, promesas: 300 millones que estaban en el freezer desde que el antecesor de De la Sota, Schiaretti, puso cara de malo, y algunas obras complementarias en la carretera que une Córdoba con Río Cuarto, las dos principales ciudades de la provincia.
 
¿Volvió, acaso, De la Sota sobre sus pasos? En tal caso, ¿por qué lo hizo?
 
“Tenemos la esperanza de que empecemos a cobrar”, se limitó a decir a los periodistas el viernes, durante los actos del 25 de Mayo en Hernando.
 
Mucho más que tres. Quizá esta expectativa esté basada sobre elementos externos a su zigzagueante relación con el poder kirchnerista: ni de cerca es Córdoba la única provincia que tiene acreencias con la Nación y que sus fondos son exiguos.
 
Buenos Aires y Santa Fe están en iguales condiciones. Y ni qué hablar del resto de las provincias, atrapadas entre administraciones dispendiosas y la astringencia de recursos nacionales, manejados por el centralismo kirchnerista a cambio de sumisión.
 
Toda esta situación condiciona, sin duda, el clima político rumbo a las elecciones de medio término para Cristina Fernández, el año próximo.
 
La estrategia de ocupar todos los espacios políticos que el kirchnerismo puso en práctica para los comicios en que Cristina resultó reelegida se mantiene bien vigente.
 
Si entonces, en Córdoba, De la Sota y Schiaretti se vieron obligados a bajar la lista oficial del peronismo, representado en Unión por Córdoba, para dejar lugar sólo a la boleta K, lo que puede pasar el año venidero tiene cada vez menos de misterio. (...)".

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