LUCHE Y VUELVE (?)

Pesificación Voluntaria (por ahora)

La idea partió de Víctor Hugo Morales y Cristina tomó el guante cuando anunció la pesificación de sus uS$3 millones declarados. También instó a sus funcionarios a hacer lo mismo a modo de ejemplo para la sociedad. La maniobra de apelar a la “voluntad” en decisiones impopulares no es nueva, ya se intentó con la renuncia a los subsidios para tapar los aumentos en impuestos y no solo no funcionó sino terminó siendo obligatorio para sectores elegidos por el propio Gobierno.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).-  El domingo (03/06) un periodista opositor, Jorge Lanata, demostró una nueva incoherencia en el discurso presidencial sobre los ahorros en dólares de Cristina Fernández. Otro periodista, pero oficialista, Víctor Hugo Morales, inició una campaña de “pesificación voluntaria” dirigida a empresarios, colegas y funcionarios. Todo vino precedido por la indignación que produjeron las declaraciones de Aníbal Fernández sobre sus compras de dólares y que en parte motivaron dos cacerolazos la semana pasada y que prometen repetirse esta semana. En ese contexto, Cristina anunció este miércoles (06/06) durante su discurso en cadena nacional que adherirá a la campaña de Víctor Hugo y convertirá a pesos sus dólares en plazo fijo, instando además a sus funcionarios –principalmente a Aníbal- a sumarse a la movida.

El problema es que la maniobra, que pretende ser ejemplificadora hacia la sociedad, tiene un antecedente donde se pasó de apelar al voluntarismo a terminar en imposición. Se trata de la renuncia a los subsidios en las tarifas de servicios en el marco del ajuste que Cristina comenzó a implementar para su segundo mandato y que incluía la quita de subsidios a las empresas con el consecuente aumento en los usuarios. Solo en el caso de los ferrocarriles –por la Tragedia de Once- el aumento no se concretó aún.

La renuncia a los subsidios comenzó en noviembre de 2011 a poco de haberse logrado la reelección. También comenzó con la renuncia pública de los funcionarios del Gobierno nacional y luego lo que iba a ser voluntario, y que tuvo escasa adhesión, terminó siendo obligatorio a todos los residentes de determinados barrios (countries y zonas con población de altos ingresos) y usuarios según criterios gubernamentales poco claros que generaron confusión y que también quedarían a criterio del Gobierno.

Ahora la movida voluntarista se repite. La diferencia es que sobre el dólar el Gobierno ya implementó múltiples limitaciones a la compra y salida del país, pero sigue necesitando esas divisas para hacer frente a sus obligaciones externas en esa moneda, y por eso los poseedores de plazos fijos en dólares empezaron a retirar los mismos ante el temor de una pesificación.

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Para disipar rumores la semana pasada el viceministro de Economía, Axel Kicillof remarcó que no habría pesificación ni devaluación. Pero no alcanzó.

Sin muchas alternativas para hacerse con dólares, la iniciativa de Víctor Hugo Morales es tentadora, además le ofrece al Gobierno una salida de la polémica por el doble discurso de ahorrar en dólares:  “Frente a la locura del dólar propongo que empresarios, funcionarios y colegas pasemos nuestros ahorros de dólares en pesos”, dijo el relator uruguayo.

Antes, Lanata y la Revista Noticias escracharon a los kichneristas que poseen dólares.

De paso hubo una crítica a Lanata, a quien Cristina en su acto se refirió como a “algunos que fundieron un diario y dejaron gente en la calle…yo estoy contenta que haya gente que hable, ya sea gente como Víctor Hugo u otros”. De paso sobre Víctor Hugo habría que recordarle a Cristina este video.

Pero en su discurso la primera mandataria no hizo referencia a la inflación y su impacto en la apetencia por la divisa estadounidense, solo intentó minimizar a los compradores como un 3 por ciento de la población.

Sobre la preferencia de los argentinos a ahorrar en dólares sí hizo un estudio la consultora Abeceb que además comparó la demanda con otros países:

La “batalla cultural” comenzó desde arriba y el Gobierno frenó prácticamente cualquier tipo de compra en el mercado oficial, lo que se vio reflejado en la ampliación de la brecha entre el dólar fijado desde el BCRA y la cotización en el mercado informal.

Desde el mismo Gobierno se difundieron datos del año 2006 relevados por la Secretaría del Tesoro de los Estados Unidos donde efectivamente se puede percibir la alta dolarización de los argentinos, que con U$S 1337 per cápita encabezan el ranking de las economías con mayor tenencia de dólares por persona en el mundo. En segundo, tercer y cuarto lugar aparecen lejos Rusia, Bielorrusia y Perú respectivamente.

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Ahora bien, al argumento cultural que intenta explicar esta realidad dolarizada se le contrapone una evidencia empírica que tiene que ver con la pérdida del valor de las monedas de cada uno de los países. Es decir, existe una fuerte correlación entre la tenencia y ahorro de dólares respecto a los niveles de inflación que se presentan en una economía.

Si tomamos los datos de la Secretaría del Tesoro de los Estados Unidos sobre la dolarización de las economías de los países y se pondera la suba de precios promedio durante los últimos 30 años, los datos son elocuentes. Para Argentina, que en el 2006 tiene un promedio de 1337 dólares por persona, la inflación media durante los últimos 30 años llegó a ubicarse en los 260%.

En Rusia, el segundo país en el ranking de “los dolarizados” los datos muestran una cantidad de U$S 543 per cápita, con una inflación promedio durante las tres últimas décadas del 78%.

Bielorrusia (tercer puesto con 288 U$S p/capita), tuvo en el mismo período una escalada promedio de sus precios del 278%.

Mientras tanto Perú (cuarto con U$S 198 dólares por persona) registró un alza media de sus precios en torno al 437%.

De este modo, la evidencia indica que el vuelo hacia una divisa como el dólar constituye una respuesta racional de los agentes económicos para preservar el poder adquisitivo de sus ahorros frente a una moneda local que pierde valor, como ha ocurrido en la Argentina a lo largo de su historia y está ocurriendo en el último tiempo, con precios que se mueven a razón de dos dígitos año tras año, erosionando el valor real de la moneda local.

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Un caso aparte es Brasil, en donde si bien la inflación promedio a lo largo de los últimos 30 años fue del 356%, la tenencia de dólares es de tan sólo U$S 6 per capita. Esta notable diferencia con Argentina, tiene que ver con que en el país vecino, luego de haber padecido períodos hiperinflacionarios que devaluaron fuertemente el poder adquisitivo de su moneda, aprendió la lección y aplicó políticas antiinflacionarias en forma consistente y continúa durante los últimos 20 años, y de esta forma logró estacionar la variación promedio de los precios en torno al 5%/6% anual. De esta forma, Brasil no constituiría una excepción a “la regla”, si no que podría tomarse como un ejemplo de los efectos de una política económica confiable sobre las expectativas de los agentes.

Dicho esto, se deduce que la política económica de control de cambios que se está llevando a cabo en Argentina ya desde fines de 2011 no es una manera efectiva de frenar la dolarización de una economía.

Esta opción por los dólares también se refuerza con la caída en otra opción histórica: los inmuebles.

Allí el Gobierno nacional también quiere pesificar. El diputado nacional Roberto Feletti adelantó que en el marco de un plan para reducir la "bimonetización" de la economía "lentamente se va a ir a un sostenimiento de la compra y venta de inmuebles sobre pesos o cédulas hipotecarias".

Además, recordó que "el objetivo a lo largo de todos estos años de crecimiento económico fue desvincular el mercado interno de la volatilidad de los mercados internacionales" y señaló que "ahora se puso en debate reducir la bimonetización de la economía".

"La propiedad inmueble operó últimamente como una reserva de valor alternativa al dólar", reconoce y agrega que " estamos en un momento de fricción, y lentamente se va a ir a un sostenimiento de la compra y venta de inmuebles sobre instrumentos que pueden ser los pesos o cédulas hipotecarias y el ahorro se va a seguir canalizando".

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Sobre el mercado inmobiliario, el arquitecto Germán Gómez Picasso consideró este miércoles (06/06) que ante las restricciones a la compra de dólares el escenario del mercado inmobiliario "está más complicado" que a fines de 2001 y advirtió que los nuevos controles sobre los créditos hipotecarios en pesos impactará negativamente en operaciones de compraventa de inmuebles usados.

En ese sentido, explicó que entonces "había gente que tenía dólares y compraba oportunidades, había gente que venía de una recesión prolongada y tenían necesidad de vender. El mercado se movía".

Otros ahorristas optan por los autos. Los patentamientos de autos nuevos crecieron durante mayo el 11,53 por ciento en comparación con igual mes del año pasado, a raíz de un incremento de la demanda fruto de la faltas de opciones de inversión para los ahorristas, según informó la Asociación de Concesionarios de Autos de la República Argentina (ACARA).

En tanto, el dólar volvió a subir este miércoles (06/06) en el mercado mayorista, donde la divisa acumulaba una ganancia de 0,56 por ciento en junio, un mes en que se profundizaba el deterioro de las reservas internacionales en poder del Banco Central.

El repunte en el segmento mayorista impulsó otro centavo la divisa en las pizarras de bancos y casas de cambio de la city porteña, donde se vendió a 4,52 pesos, mientras en el segmento marginal se mantuvo -con mínimos negocios- entre 5,65 y 5,80 pesos, lejos de los 5,10 pretendidos por el Gobierno, según lo expresado días atrás por el senador Aníbal Fernández.

El BCRA acumulaba compras por 90 millones de dólares en junio y 6.660 millones en lo que va del año, pero las reservas internacionales caían 126 millones en el mes y sólo subían 500 millones de dólares desde el 30 de diciembre hasta los 46.876 millones del martes, según información provisoria oficial.

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Precisamente, las reservas internacionales perforaron el martes (05/06) el piso de los 47.000 millones de dólares, debido a la cancelación de deuda pública y a la depreciación de los activos que las componen.

Pero para los economistas privados esa cifra es de reservas ‘brutas’, las reservas netas estarían muy por debajo en valores de unos US$15.000 millones.

La etapa de la pesificación voluntaria ya comenzó, pero no se sabe cómo seguirá ni terminará.

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