SEVERN SUZUKI Y RÍO +20

A no hacerse ilusiones: Es difícil salvar el planeta

Cada tanto aparecen eventos globales para convencer a los humanos que la Tierra tiene un futuro sustentable pero nunca hay mejoras y la frustración sucede a otra frustración. Río +20 es uno de esos eventos. Buena oportunidad para leer sobre la deforestación en todo Brasil (¿cómo será en la Argentina?) y enterarse de Severn Suzuki 20 años después de cuando ella silenció al mundo... por 5 minutos.

 

Algunos datos precisos, para ubicar los pies sobre la tierra (devastada): Cuando empezaba la Cumbre Río +20, donde más de un centenar de jefes de Estado discuten el futuro del planeta Tierra, el IBGE (Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística) difundió su investigación Indicadores de Desarrollo Sustentable 2012 (IDS), en el que quedó expuesta la deforestación que ocurre en todo Brasil, que no sucede solamente en la Amazonia... Y es el país organizador del encuentro...
 
Los indicadores revelan que en Brasil se conserva sólo el 12% de la superficie original de la Mata Atlántica -una formación vegetal brasileña, paraguaya y argentina, selva tropical que en Brasil, acompañaba la zona litoral del país desde Río Grande del Norte a Río Grande del Sur, llegando por el interior hasta la Provincia de Misiones y el este del Paraguay-, resultando el bioma más devastado del país que organiza la cumbre climática.  
 
De 1,8 millón de Km2, quedaron apenas 149.700 Km2. 
 
El área deforestada ya alcanza a 1,13 millón de Km2 (88% de su superficie original), lo que equivale a casi todo el estado de Pará y más que toda la región Sudeste.
 
Y los datos se refieren a 2010... ¿qué ocurrió desde entonces? Es difícil estimarlo. Después del sistema Atlántico, el Pampa gaúcho es el más deforestado: perdió 54% de su superficie original, de 177.7 Km., hasta el año 2009, última estimación existente.
 
La devastación del Cerrado, el 2do. bioma más grande de Brasil -amplia ecorregión de sabana tropical que equivale al 22% Brasil, más grande que Alaska, e incluye el estado de Goiás el Distrito Federal, la mayor parte de Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, y el estado de Tocantins, la parte occidental de Minas Gerais y Bahía, la parte sur Maranhão y Piauí, partes pequeñas de São Paulo y Paraná-, llegó a 49,1% en 2010. 
 
En la edición anterior de los IDS, publicada hace 2 años, el IBGE había identificado una devastación del 48,37% del Cerrado. Esto quiere decir que en 2 años, fueron deforestados casi 52.300 Km2., equivalentes a casi todo el estado de Rio Grande do Norte.
 
La Caatinga -ecorregión nordestina, bioma exclusiva de Brasil, caracterizada por una flora desértica y xerófila, y árboles espinosos y pequeños, plantas de gruesa corteza, y pastos adaptados a la aridez en la base. Muchas plantas crecen, florecen, y mueren durante la corta estación lluviosa- perdió un 45,6% de su superficie original de 826.400 Km2. 
 
El Pantanal -llanura aluvial que cubre la parte más occidental de Brasil y partes aledañas de Bolivia y de Paraguay, que los españoles llamaban Laguna de Xarayes-, es el bioma más pequeño y mejor conservado: perdió 15% de la superficie total de 150.400 Km2. Los datos se refieren a 2009.
 
El IBGE presentó las tasas de deforestación de todos los biomas extra-amazónicos, ya que la Amazonia tiene una vigilancia específica, más antigua y más detallada.
 
Los biomas son las regiones con ecosistemas homogéneos en relación a la vegetación, suelos, clima, fauna y flora. Brasil está dividido en 6 biomas. El estudio del IBGE llama la atención sobre el hecho de que la deforestación, además de dañar la tierra, sus recursos hídricos y las especies de fauna y flora, aumenta las emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera.
 
"El monitoreo de los biomas, es esencial no sólo para su conservación, sino para cualquier tipo de intervención o ley destinada a regular el uso de los recursos naturales en Brasil. A partir de los estudios de la deforestación y áreas restantes, Brasil sabe dónde están las áreas que necesitan ser recuperadas y que puede servir para las actividades económicas, sin necesidad de abrir nuevas áreas", dice el estudio.
 
Para ser el bioma más devastado, la Mata Atlántica también tiene el mayor número de especies de fauna extinguidas o en peligro de extinción: cerca de 260. 
 
En total, el IBGE indicó 9 especies ya extinguidas, 122 especies en peligro crítico, 166 en peligro y 330 vulnerables. No es posible hacerse muchas ilusiones aunque siempre hay personas que reclaman volver a creer en que un día habrá una conciencia ambientalista global...
 
"Todavía creo que vamos a cambiar el mundo"
 
20 años después de hablar en la Eco-92 que patrocinó Naciones Unidas en Río de Janeiro, a Severn Suzuki, quien ya tiene 32 años y es madre de 2 hijos, todavía es conocidacomo "la niña que silenció al mundo", cuando arrancó diciendo: "Al venir aquí hoy, no tengo intereses encubiertos. Estoy luchando por mi futuro". 
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Ella es ambientalista, y se siente avergonzada por los debates sobre el futuro del planeta. Pero conserva intactos sus ideales. De licencia por maternidad, llegó a la Rio+20, y fue entrevistada por el semanario IstoÉ
 
-¿Cómo se involucró con la causa ambiental?
 
-Cuando yo tenía 9 años, viajé con mi familia al vale do Xingu en la Amazonia. Pasamos un tiempo en una aldea Kaiapó, y eso cambió mi vida completamente. Era un mundo muy mágico. Cuando regresamos, volamos en un pequeño avión a la ciudad más cercana, pasando por encima de algunas 'queimadas' (quema de vegetación para preparar el suelo para plantar) en el bosque. En ese momento yo no estaba realmente lo que estaba sucediendo. Pero fue tan impactante para mí, como niña, el hecho de ese lugar, un hermoso bosque estaba siendo destruido, yo sentí que tenía que hacer algo al respecto. 
 
-¿Cómo fue aún de niña a la Amazonía?
 
-Mi padre viajaba mucho por trabajo. Era presentador de televisión e hizo un programa sobre el río Amazonas. Él y mi madre conocieron a un líder kaiapó y se involucraron en las causas que defendía. En 1989, ya existía el peligro de construir una gran presa en el valle del Xingu, llamada Kararaô. Los indios se unieron y formaron una coalición para detener el proyecto (esta unión se llevó a cabo durante el 1er. Encuentro de los Pueblos Indígenas del Xingu, que quedó marcado por la imagen de la india Tuira apoyando un machete en la cara del presidente de Eletronorte, José Antonio Muniz). Con la repercusión, pudieron evitar que la represa fuera construida, debido a que el Fondo Monetario Internacional (FMI) era el principal donante. Y lo gracioso es que 20 años después, Brasil ya no depende del FMI pero la misma planta se está construyendo en Belo Monte.
 
-¿Qué resolvió hacer después de ese viaje?
 
-Organicé un club ambiental en la escuela llamado Organización Ambiental de los Niños (ECO, sus siglas en inglés). Éramos sólo un pequeño grupo de niños. 
 
-¿Y cómo entró en la Eco-92?
 
-Fue la suma de trabajo duro y suerte. Hacíamos un periódico para los otros niños, íbamos a  la playa a recoger basura y recaudábamos dinero para otras organizaciones. Ahí oímos hablar de la Eco-92 y sabíamos que sería la mayor reunión de jefes de Estado que se había hecho para discutir la protección del medio ambiente. Decidimos que teníamos que ir a fin de recordarles quiénes serían afectados por sus decisiones. Nosotros pensamos que íbamos a encontrar ancianos, sentados en reuniones que decidirían nuestro futuro. Registramos nuestros nombres en el Foro Global y hablamos con todos. Entonces la gente empezó a escucharnos. Éramos poco comunes, no había niños allí. En el último día nos invitaron a ir a la sesión plenaria de la ONU.
 
-¿Y como se sintió, a los 12 años, hablando a una audiencia de líderes mundiales?
 
-Yo sabía lo que estaba haciendo. No hubo tiempo de ponerme nerviosa, ya que sólo tenía 1 hora para llegar hasta allí desde el momento en que fuimos informados sobre el discurso. Pero yo sabía cuál era mi objetivo. Habíamos trabajado durante 2 semanas, pasando nuestro mensaje y hablando de ello, así que estaba bien preparada. Recuerdo que sentí una increíble sensación de claridad cuando estaba en el escenario.
 
-¿Cree que podría repetir el mismo discurso en la Río +20?
 
-Sí, creo que otro niño de 12 años podría pronunciar el mismo discurso. No hemos avanzado tanto como deberíamos, y es decepcionante. 20 años más tarde tenemos la oportunidad de reflexionar y preguntarnos por qué no avanzamos en nuestros objetivos. Desde hace 20 años que necesitamos un gran cambio, y no ha llegado todavía. Todavía vivimos de una manera insustentable. 
 
–¿Su forma de pensar sobre los problemas ambientales ha cambiado mucho desde la Eco-92?
 
–Tengo 20 años más. Pero mi pensamiento es el mismo. Por alguna razón, no hace mucho tiempo, nuestra sociedad empezó a hacer planes sólo a corto plazo. No le damos mucho valor al futuro del planeta y cómo nuestras acciones se reflejarán de aquí a 20, 30 o 50 años. Estamos cometiendo crímenes contra las futuras generaciones, lo que yo llamo crimen intergeneracional. Las generaciones pasadas se salvaron, pero las futuras tendrán que lidiar con estos problemas durante toda su vida. Mi mensaje es el mismo, pero ha cambiado mi perspectiva. Ahora soy una madre y todavía creo que vamos a cambiar el mundo, si realmente mantenemos la conexión entre lo que estamos haciendo y el bienestar de nuestros hijos.
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-¿Qué piensa Ud. de la última reunión sobre el cambio climático de la ONU, la COP-17?
 
-Fue absolutamente vergonzosa. Necesitamos que la comunidad internacional trabaje en conjunto. No hay ninguna opción, todavía necesitamos de los líderes mundiales para promover el cambio. Pero siento que no podemos esperar por ellos. Me siento muy avergonzada de que mi país haya dejado el Protocolo de Kyoto el año pasado. En Canadá, hemos visto algunos progresos en los niveles municipal y local, pero no en el plano nacional ni internacional.
 
-En estas reuniones, hay una clara división entre países en desarrollo y desarrollados. ¿Qué opina de esa división?
 
-No puedo creer que los países ricos sean incapaces de asumir el liderazgo necesario para resolver los problemas que ellos mismos crearon. Es absolutamente ridículo que Canadá y USA digan: "Necesitamos que China, India y otros países tomen una posición. Miren la cantidad de gases de efecto invernadero que liberan...". ¡La mayoría de las emisiones de CO2 en la atmósfera es emitida por países desarrollados! Éste es nuestro problema y tenemos que limpiar nuestro desorden. Por supuesto, otros países tienen el derecho a desarrollarse, pero tenemos que asumir la responsabilidad por el problema que hemos creado. Estoy muy decepcionada con el argumento de que "sólo firmaremos si China e India adoptan determinadas medidas". Eso no es liderazgo.
 
-¿Qué piensa sobre la construcción de la represa de Belo Monte?
 
-Creo que probablemente va a suceder algún tipo de acción internacional contra eso y yo formaré parte. Es el ejemplo perfecto de cómo necesitamos la negociación y el apoyo internacional. La Amazonia es el pulmón del planeta. Si no se protege todas las formas de vida, el planeta sufrirá las consecuencias. En este punto, no valoramos lo que realmente tiene impacto en la salud humana, en la calidad de vida y en la diversidad de las criaturas que existen en nuestro planeta. Esto sustenta nuestra propia existencia. Y si nosotros, como comunidad internacional, no comenzamos a valorar las cosas, no vamos a ser capaces de priorizar los valores reales de un ecosistema tan increíble como el Amazonas. 
 
-¿Cuál será su participación en la Río +20?
 
-Voy con la delegación canadiense que formamos para la convención. Tenemos algunas políticas por las que queremos presionar a nuestro gobierno. Voy a hablar en varios eventos paralelos. Vamos a demostrar que hay una alternativa y reforzaremos nuestra solidaridad con Brasil y con los países que están trabajando por la sustentabilidad. También estoy tratando de llevar a un grupo de indígenas de Canadá. Ellos formaron una coalición y fueron capaces de negociar muy bien con el gobierno. Espero que este ejemplo pueda ser útil para los nativos de la Amazonia, porque me enteré que falta unidad entre las tribus afectadas por la construcción de Belo Monte.
 
-¿Cuál es su opinión sobre los ambientalistas radicales?
 
-Estoy a favor de Sea Shepherd. Ellos son disidentes de Greenpeace y controlan los océanos para garantizar que el derecho internacional se aplique, sobre todo con respecto a las ballenas. Ellos tratan de sabotear barcos, pero no están violando la ley, porque defienden el derecho internacional. Tenemos que empezar a pensar fuera de los límites tradicionales. Yo no creo en el uso de la violencia, pero sin duda creo en la desobediencia civil y creo que ese es una manera de hacer frente a los delitos intergeneracionales que nuestra sociedad está provocando.
 
-¿Piensa entrar en la política?
 
-Sí, creo que en algún momento tendré que ir por ese camino. Simplemente no va a suceder pronto.
 
-Algunos dicen, científicos incluidos, que el recalentamiento global y el cambio climático están exagerados. ¿Cuál es su posición?
 
-Los medios de comunicación han hecho un daño enorme al divulgar esa controversia, que simplemente no existe. Si nos fijamos en el número de los climatólogos que apoyan los datos del Panel Intergubernamental de la ONU para los Cambios Climáticos (IPCC), queda claro que no hay ningún debate científico. Pero, a pesar de que el 90% de los climatólogos dicen que el calentamiento global es un hecho y el daño fue causado por el hombre, los medios de comunicación encuentran a un 10% que niega el calentamiento global, y dicen que no se puede probar. Los medios de comunicación lo ponen como un debate con dos mitades iguales. Tenemos que ser más inteligentes...

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