CHINA SALE DEL CLOSET

Cuando la ficcion es la realidad (y viceversa)

Boom de novelas chinas que cuentan la corrupción y la burocracia del Estado comunista. Así, la ficción es la posibilidad para contar aquello que el periodismo no puede en el Gigante asiático.

WASHINGTON DC (Foreign Policy). Los chinos sienten una enorme curiosidad por saber cómo funciona su Gobierno, pero simplemente no gozan del mismo nivel de acceso a la política del que disfrutan los estadounidenses. Como consecuencia, las novelas sobre burocracia —historias de trabajadores públicos de bajo nivel que se mueven por el turbio sistema político chino— han ido adquiriendo cada vez más popularidad en el país durante la última década, a medida que el interés en los asuntos ciudadanos ha crecido.

Con frecuencia escritas por antiguos funcionarios locales, estas novelas no levantan del todo el telón que oculta el opaco mundo de la política en que se mueven las élites —recientemente conmocionado por la expulsión del jefe del partido en Chongqing, Bo Xilai—, pero sí proporcionan un tentador atisbo a la corrupción y las intrigas que encierra el corazón de la burocracia china. He aquí cinco de las más populares e intrigantes novelas sobre el funcionariado publicadas en China en los últimos 5 años.

Director

Director, publicada en 2007, narra la historia de un funcionario, ligeramente corrupto, que trata de gestionar las relaciones entre Beijing y su ciudad natal, la ficticia Dongzhou. Considerado de forma generalizada "El Padrino" del género de la novela burocrática, su autor, Wang Xiaofang, se basó en sus propias experiencias de finales de los 90, cuando trabajaba como secretario para un teniente de alcalde de Shenyang que fue más tarde ejecutado por corrupción. (Wang no estuvo implicado pero su carrera política terminó pronto). Mientras él trasladaba a la ficción muchas de sus experiencias en sus libros, los periodistas se encargaron de sacar a la luz su vida real.

En una entrevista con el periódico The Guardian, Wang se burló de las informaciones de que el líder de una banda le había entregado un sobre que contenía más de US$ 30.000 en efectivo para su jefe. "Simplemente están escribiendo cosas que encuentran en Internet, no lo que yo dije", juró, antes de aclarar, "fueron US$ 20.000".            

La Secretaria del Subgobernador

Aunque más de un 20% de los miembros del Partido Comunista Chino eran mujeres en 2010, es raro que las mujeres alcancen puestos de alto nivel, y solo hay una entre los 25 miembros del Politburó, el más importante órgano de gobierno de China. En esta novela, la teniente de alcalde de la ciudad ficticia de Pingzhou es encontrada muerta en su oficina en misteriosas circunstancias, un suceso que siembra la confusión entre los cuadros burocráticos y los ciudadanos de a pie de la ciudad.

Como resultado, la secretaria del partido en Pingzhou, debe encontrar un equilibrio entre su búsqueda de la verdad, las oportunidades políticas y sus propios sentimientos. Uno de los principales sospechosos en el caso de asesinato es el inspector jefe de la ciudad, quien –quizá de forma poco sorprendente— resulta ser el primer amor de Ding.

El autor del libro, Yan Bo, estudió en un instituto del Partido Comunista en la ciudad de Tianjin y afirma haber publicado más de 3 millones de palabras, incluyendo la obra La secretaria del subgobernador, subtitulada, Una mujer derriba el universo masculino de la burocracia.

Notas sobre Burocracia

Esta saga de 8 capítulos, que ha vendido más de 3 millones de ejemplares desde su publicación en 2010, sigue durante una década a Hou Weidong, un burócrata corriente, mientras asciende en la administración local con una combinación a partes iguales de encanto, corrupción y trabajo duro. Como muchas de su género, esta serie se lee en parte como ficción y en parte como manual de entrenamiento para el mundo real.

Su cubierta muestra un matasellos rojo que dice "De lectura obligada para funcionarios del Gobierno", y el 4to. libro de la saga afirma enseñar a los lectores cómo "hacer que el jefe de tu jefe te admire".

El autor, Zhang Bing, que escribe bajo el pseudónimo "Pequeño Puente Viejo Árbol ", se refería misteriosamente a sí mismo como "un director de una oficina cualquiera de una ciudad cualquiera de una provincia cualquiera" hasta que los medios chinos descubrieron su identidad como subdirector de una oficina de saneamientos públicos en Chongqing.

Zhang Bing contó recientemente a The New Yorker que planifica terminar la serie con Hou convirtiéndose en secretario del Partido de una ciudad importante. "Realmente yo no entiendo el mundo que hay por encima de ese nivel", explicó Zhang, "así que si continuo escribiendo ya no será auténtico".

Corriendo en círculos (oficiales)

Los materiales promocionales para este libro de 2011 escrito por Xu Kaizhen —antiguo gerente de una fábrica de propiedad estatal y ahora autor de más de media docena de novelas burocráticas, incluyendo Diputado en el Congreso Nacional del Pueblo y Grupo del Comité del Partido provincial—, prometen explicar "las reglas claras y ocultas para ascender".

En la novela, Yu Youan dirige la oficina cultural en la ciudad ficticia de Nanzhou cuando estalla una crisis política: el secretario del partido y el director de los nombramientos públicos son investigados por la compra y venta de puestos oficiales, mientras otros funcionarios aprovechan la oportunidad para maniobrar en busca de ascensos. Vacilante en un principio, Yu comienza a conocer las sórdidas entrañas de la vida política de Nanzhou.

En una conversaciòn en la Beijing University a comienzos de año, Xu defendió la naturaleza reveladora de su obra, argumentando que los escritores de novelas sobre burocracia tienen el deber especial de describir la verdadera realidad de la sociedad.

Confesiones de un funcionario corrupto

Publicado en enero, justo antes de la caída de Bo Xilai, las Confesiones, de Chu Jing, siguen a un ficticio ex teniente de alcalde investigado por crímenes cometidos mientras ocupaba su cargo.

"De repente me di cuenta de que mi estilo de ser un hombre que sobresale —una grulla en una bandada de pollos—… incluso poseyendo el poder sobre la vida y la muerte de la gente, se ha convertido ahora a un sentimiento de duda", dice el protagonista.

Libros como este y como Investigando a los delegados, de Chu, ofrecen un desahogo catártico como un modo, por muy modesto que sea, de que los ciudadanos chinos participen de forma indirecta en el opaco mundo político de su país —o al menos un canal para que puedan quejarse públicamente de él—.

En Dangdang, uno de los portales de ventas de libros online mas grandes de China, un ciudadano que comentaba un libro se preguntaba si los funcionarios corruptos podrían arrepentirse alguna vez, añadiendo que si "tuvieran una conciencia", no serían unos ambiciosos arribistas "a la caza de mujeres y dinero".

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Julio Arias, autor del libro Naranjas de la China: un español en Beijing

 

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