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INFRAESTRUCTURA Y CRISIS

Un portafolio millonario

Las inversiones en el sector de infraestructura son una alternativa para el crecimiento sustentable de la economía brasileña y una protección contra la crisis que afectan al mercado global. Pero... son necesarios nuevos instrumentos de financiación para el sector y perfeccionados los que ya existen.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). De acuerdo con la Associação Brasileira da Infraestrutura e Indústrias de Base (Abdib), entre 2011 y 2015 el sector debe recibir inversiones de R$ 922.000 millones (US$ 450.899 millones), y ese volumen podrá ser mayor que se fueron tomadas medidas para incentivar nuevos proyectos.  

 
Del total de las inversiones previstas por Abdib, R$ 142.000 millones (US$ 69.444 millones) son destinados al sector de energía eléctrica, R$ 424.500 millones (US$ 207.599 millones) para el petróleo y gas, R$ 172.000 millones (US$ 84.115 millones) para transportes y logística, R$ 98.500 millones (US$ 48.170 millones) en telecomunicaciones y R$ 85.000 millones (US$ 41.568 millones) para el área de saneamiento.
 
Según números de la Abdib, a precios de 2011, las inversiones en el sector de infraestructura, incluyendo recursos públicos y privados, aumentaron de R$ 63.000 millones (US$ 30.809 millones) en 2003 a R$ 170.000 millones (US$ 83.137 millones) el año pasado. Ya el Banco Nacional de Desenvolvimento Econômico e Social (BNDES) estima que el sector recibiría inversiones totales de cerca de R$ 1,5 billón (US$ 733.000 millones) hasta 2015. 
 
Otro informe, realizado por la Associação Brasileira de Tecnologia para Equipamentos e Manutenção (Sobratema), indica que las inversiones pueden alcanzar R$ 1,47 billón (US$ 719.000 millones) en el mismo periodo, con la realización de 12.265 obras.
 
El presidente de Abdib, Paulo Godoy, resalta que, ante las carencias y cuellos de botellas existentes en diversos sectores, la inversión en infraestructura puede transformarse en un inductor de crecimiento para otras cadenas productivas, con un impulso importante en la generación de ingresos y empleo, además de colaborar para el fortalecimiento de la competitividad de la economía brasileña.
 
“Defendemos que las inversiones en infraestructura son un antídoto contra los efectos de la crisis global”, dijo el presidente de Abdib. 
 
Godoy también aboga por incentivos al ahorro interno para que un mercado de financiación de largo plazo se desarrolle en el país. Él cree que instrumentos de mercado puede ser mecanismos eficientes para la financiación de proyectos del sector, reduciendo la dependencia del BNDES. El banco de fomento del gobierno federal es hoy el principal financiador de proyectos de infraestructura en el país.
 
Godoy resalta que el sector de petróleo y gas acabó inflando los resultados finales y que hay sectores que recibieron aportes bien debajo de lo que sería necesario para hacer frente a las necesidades. Para él, el sector de transporte y logística es lo que requiere mayores inversiones por ser un área clave para la competitividad de las empresas. 
 
Godoy defiende que el gobierno promueve más inversiones en infraestructura, haga mejor gestión de los recursos disponibles y disminuya las trabas burocráticas para el desarrollo de proyectos con capital privado. Abdib cree que el modelo de concesión adoptado en los aeropuertos de Cumbica, Viracopos y Brasilia puede ser ampliado en otros sectores, como el saneamiento básico. 
 
Para alcanzar la universalización de los servicios de agua y alcantarillado, serían necesarias inversiones anuales de R$ 20.000 millones (US$ 9.780 millones) a lo largo de 15 años.
 
El economista de IEDI, Julio Gomes de Almeida, evalúa que las mejores opciones para desarrollar la economía están en la inversión pública en infraestructura y también en mecanismos para acelerar la participación del capital privado. “Los incentivos en infraestructura resultan en inversiones duraderas que no pueden ser retirados después”, resalta. 
 
El BNDES proyecta un crecimiento en el volumen de liberaciones de recursos para el sector de infraestructura. En los primeros cuatro meses del año, el sector de infraestructura respondió por un 39% (el equivalente a R$ 13.500 millones (US$ 6.602 millones) del total liberado por el banco, seguido por la industria, con participación del 28% (R$ 9.400 millones o US$ 4.597 millones), comercio y servicios (R$ 8.200 millones o US$ 4.010 millones) y agropecuaria (R$ 3.000 millones o US$ 1.467 millones).
 
"Los proyectos de infraestructura no sufren los efectos de eventuales coyunturas de desaceleración económica. Su curso prosigue normalmente dentro del banco, conforme los programas establecidos por el gobierno, independientemente de lo que acontezca en el resto de la economía", dice Dalmo Marchetti, gerente del Departamento de Logística del BNDES.
 
Pero el hecho es que el ritmo de crecimiento de los desembolsos totales para infraestructura - incluyendo todas las líneas, además de las inversiones más pesadas - viene disminuyendo en los últimos cuatro años. 
 
Después del salto del 38,6% ocurrido en 2009, año en que las liberaciones acumularon R$ 48.650 millones (US$ 23.792 millones), ante R$ 35.100 millones (US$ 17.165 millones) en 2008, el incremento ha sido más modesto. Fue del 7,75% en 2010 y del 6,8% el año pasado. El decrecimiento en la velocidad de aceleración es, según técnicos de la institución, natural, pues, cada año, el volumen total se agiganta, haciendo la base de comparación muy elevada. 
 
El banco administra hoy cerca de 332 proyectos de infraestructura, en el monto de R$ 232.000 millones (US$ 113.458 millones). De esos 332 proyectos, un 56% ya fueron aprobados, un 20% están sometidos a la fase crítica de análisis y un 24% en la etapa inicial de carta-consulta.
 
Los ejecutivos del mercado financiero son unánimes en asegurar que el papel del BNDES, como proveedor de crédito de largo plazo, persiste insustituible. 
 
Tanto es así que todas las otras líneas destinadas a la infraestructura -captaciones externas por medio de préstamos sindicalizados, lanzamiento de eurobonos, estructuración de project finance y de project bonds, y los fundings en reales suministrados por las Asociaciones Público-Privadas (PPP), Fondos de Inversiones y Participación (FIP), fondos de infraestructura y debentures incentivadas- son sólo complementarios
 
"El BNDES es el socio fundamental en las financiaciones de larga duración", dice el director de renta fija del BBI, Leandro Miranda"El BNDES es la gran ancla de todo el proceso de financiación a la infraestructura", dice Sergio Monaro, director de project finance del HSBC. La supremacía del BNDES se justifica: costes imbatibles de las líneas a la infraestructura, compuesto por TJLP (un 6% al año desde 2009) más la tasa básica del 0,9% al año, y los spreads de riesgo, que varían del 0,5% a hasta un 3,5% en casos extremos.
 
Para la abogada especialista en estructuración de proyectos de infraestructura, Rosane Lohbauer Menezes, es necesario perfeccionar el modelo de diseño de inversiones como las PPP. Resalta que existen otros mecanismos de captación de recursos para proyectos de infraestructura que aún no fueron utilizados, pero que pueden venir a tener participación importante, como los fondos de Fondos de Inversión en Participaciones en Infraestrutura (FIP-IE), que poseen beneficio fiscal específico para financiación de proyectos de infraestructura.

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