VATAYON MILITANTE

Fue una pésima semana para Cristina (Otra más... )

Al kirchnerismo cristinista le provocan incomodidad 2 temas: que se habla de la inflación y de la inseguridad, o de la inseguridad y la inflación. Sin embargo, nada hace para reducir ambos males. Y, a veces, los alimenta: vía emisión monetaria (la inflación) y vía polémica sobre presos en salida polémica (la inseguridad). Ya son varias las semanas que tienen saldo negativo para la imagen presidencial y cabe preguntarse hasta cuánto seguirá Cristina tan falta de capacidad de iniciativa política.

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Los líderes argentinos deberían prestarle más atención a las conclusiones del informe elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA) a través de su Barómetro de la Deuda Social: reflejó el apego de la sociedad a la forma democrática de gobierno pero a su vez proyectó reparos en torno a las deficiencias que posee tal sistema para satisfacer las necesidades de la población.
 
Existe una alta preferencia por un sistema de gestión gubernamental en el cual el poder se encuentre repartido (76,8%), aunque todavía una cierta población acuerdo en un gobierno con el poder concentrado en la figura presidencial (23,2%, la 'masa crítica' de la re-re).
 
A pesar de la evolución positiva de las percepciones sobre el funcionamiento de la democracia, 4 de cada 10 (39,9%) no están conformes con la manera en que la democracia resuelve sus problemas. 
 
6 de cada 10 personas consideran que no hay igualdad de oportunidades para educarse, tener un empleo y una vivienda.
 
De acuerdo a lo indicado por el Barómetro, "los bajos niveles de confianza política que suelen perdurar en nuestra sociedad, parecen indicar la presencia de una democracia débil y la falta de calidad gubernamental para resolver los problemas que aquejan a la ciudadanía".
 
¿Qué es lo que más golpea hoy a la democracia? Las secuelas de la inflación y la inseguridad.
 
¿Qué hace al respecto la Administración Cristina? La inflación es ignorada. La inseguridad es considerada "una sensación". El estudio señaló que el problema de la inseguridad se agrava a pesar de las mejoras económicas vivenciadas en los últimos años.
 
Así se llegó a la semana donde el tema fue Vatayón Militante.
 
Tan indefendible lo que ha ocurrido que, en diálogo con radio América, el juez kirchnerista de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Eugenio Raúl Zaffaroni, afirmó: “No hay que quemar las banderas, hay que tener cuidado de no dar ocasión al escándalo”. (...)“.
 
Algunos recortes muy interesantes el domingo 05/08:
 
 
"(...) Según estudios realizados por el Ministerio de Justicia, con una población carcelaria en crecimiento constante, en 2015 podría alcanzarse el récord de 15.000  detenidos en cárceles federales, con lo que el potencial artístico-cultural de estos institutos sería inigualable, al menos en términos cuantitativos.
 
“Gracias al crecimiento exponencial del delito en todas sus formas, y a nuestro programa de reinserción social de condenados a través de la expresión artística, las prisiones argentinas, incluso las de alta seguridad, van a sacar al país del pantano cultural en que se encuentra”, se entusiasma Juan Carlos de la Celda, uno de los impulsores del ambicioso proyecto bautizado “Criminart 2012”
 
“Estoy en condiciones de afirmar que la Penitenciaría de Ezeiza se va a convertir en el Instituto Di Tella del siglo 21”, agregó el funcionario.
 
(...) “Lo que pasa es que la gente está muy influida por la última película de Batman y temen que nosotros estemos haciendo lo que hizo el archivillano Bane cuando toma el control de Ciudad Gótica y libera a más de dos mil detenidos haciendo explotar la puerta la penitenciaría. No es eso lo que nosotros estamos haciendo. Lo nuestro es un poco más responsable y hay mucho más control que en la principista acción de Bane”, señala De la Celda, impulsor y tamborilero de la Murga Los Rompepuertas del Penal de Marcos Paz. (...)".
 
 
Fragmento de un diálogo de Hugo Krasnobroda con Hugo Moyano, en El Tribuno, de Salta (A propósito: a Moyano le disminuyó la imagen negativa en 20 puntos porcentuales ya):
 
"(...) -¿Cómo evalúa la polémica en torno a la salida de los presos?
 
-Creo que no le hace nada bien al Gobierno ni a la sociedad, teniendo en cuenta la situación de inseguridad que se está viviendo. Uno tampoco cree que las cárceles deben ser como las que había antes, pero yo creo que cuando se le da a un preso la posibilidad de salir apenas fue condenado por la muerte de una persona, no le hace nada bien al sistema democrático. Hay mucha indignación con ese tema. Reitero: a los presos hay que darles todas las posibilidades de recuperación, pero hay que ver los tiempos de eso. ¿Cómo se le va a permitir salir a un recién condenado sin saber cuál va a ser su comportamiento en la cárcel?
 
-¿Cree que se está usando políticamente a los presos?
 
-A mí no me caben dudas. (...)".
[ pagebreak ]
 
 
"Unir la imagen pública del kirchnerismo con los barrabravas, los delincuentes, los femicidas, los violadores reincidentes y los responsables de la tragedia de Cromagnon, que le costó el gobierno a Aníbal Ibarra, no parece una buena estrategia política. Mucho menos cuando la inseguridad es reconocida en las encuestas como una de las principales preocupaciones del electorado.
 
Por otra parte, si en nueve años de crecimiento a tasas chinas y con poder absoluto el movimiento nacional y popular no logró transformar las cárceles en lugares humanizados y resocializadores, es obvio que no tuvo la suficiente voluntad política para hacerlo. El CELS acaba de reportar que los crímenes y las torturas siguen siendo moneda corriente en el Servicio Penitenciario Federal. Los militantes deberían mover cielo y tierra para que el presupuesto carcelario se ejecute con inteligencia y las prisiones del kirchnerismo dejen de ser una fábrica constante de violentos. Renunciar a esa presión sobre su propio Gobierno mientras hacen política partidista en la población carcelaria, medrando con la desesperación del encierro, suena a hipócrita y peligroso. Defender esa actitud desde el garantismo es banalizar el garantismo.
 
Los episodios de esta semana y los relatos que intentaron imponerse ameritarían un estudio profundo acerca de la relación entre política y delito. Es tétricamente gracioso cómo los delincuentes hacen, rejas adentro, todo lo posible por llamarse "ladrones", y por portar cartel de ferocidad, mientras las buenas almas de la pequeña burguesía de izquierda trata de mencionarlos con el eufemismo "personas privadas de la libertad". Esa contradicción es ideológica. (...)".
 
 
 
"(...) En forma paralela a los problemas con las variables macro se está comenzando a registrar una serie de escándalos que habla también de agotamiento, pero del modelo político. En los últimos días saltó a la tapa de los diarios la actividad de un grupo oficialista -el "Vatayón militante"- que recluta presos para el kirchnerismo, con la excusa de "reinsertarlos" en la sociedad mediante actividades "culturales".
 
Generó conmoción la detección de un homicida notorio amenizando un acto oficialista a pocos días de haber oido la condena de la Justicia por el asesinato de su esposa. Pero la proverbial gota que desbordó el vaso fueron las imágenes del director del servicio penitenciario -fervoroso militante "K"- confraternizando con un violador y homicida convicto.
 
En otro acto, en este caso con dirigentes de clubes de fútbol, la presidenta no sólo no condenó la violencia en los estadios, sino que declaró su admiración por los denominados "barrabravas", a los que pretendió confundir con hinchas comunes, cuando a nadie escapa que forman asociaciones ilícitas con protección de la dirigencia.
 
Tantos errores hablan no sólo del descontrol de sectores del oficialismo, sino también de una comprobable lejanía de la realidad. Si bien el apoyo o el rechazo al gobierno dependen en primer lugar de la marcha de la economía, la desaprensión con la que se maneja una cuestión clave como la de la seguridad sólo puede desgastar a la presidenta, en particular frente a la clase media, muy sensible a la prédica de los medios sobre la violencia delictiva y la impunidad que garantiza la cercanía al poder político. (...)".
 
 
 
"(...) El director del Servicio Penitenciario, Víctor Hortel, compañero de alborotos de los presos y militante fanático del kirchnerismo, les habló de "nosotros" a los diputados opositores. Uno de ellos le preguntó: ¿Quiénes son ustedes? ¿El Servicio Penitenciario o el Vatayón Militante? La respuesta evasiva de Hortel: Según. El diputado lo espoleó: Muy bien. En el caso de Vázquez (el ex baterista de Callejeros condenado hace un mes a 18 años de prisión por matar a su mujer), ¿quién pidió su salida? Respuesta: Nosotros, el Vatayón. ¿Entonces usted la pidió como dirigente del Vatayón y usted la recomendó como director del Servicio Penitenciario?, inquirió el legislador. Sí, claro, se confesó el responsable de las cárceles.
 
Ese es el núcleo del problema: el que controla a los presos es el mismo que se divierte con ellos. Más allá de la responsabilidad de los jueces (las salidas de Vázquez no debieron ser autorizadas nunca), lo cierto es que el caso enfrenta a la Presidenta con todos los segmentos de la sociedad, asediada por una inseguridad creciente y cada vez más violenta. (...)".
 
 
Leandro Halperín (director de UBA XXII, el programa que introdujo la posibilidad de estudiar carreras universitarias a personas privadas de su liberta) a Federico Sierra, de La Política Online:
 
"(...) -¿Las ONGs ganaron más presencia en la actividades de reinserción durante el último año?
 
-A partir de la llegada de Hortel ganaron mas lugar ONG: agrupaciones políticas como Vatayón, pero también la UBA. Lo nuevo es que el kirchnerismo milita en las cárceles. Hasta entonces sólo la UCR y algunos organismos de derechos humanos teníamos llegada a actividades con reclusos, pese a todos los impedimentos de la administración kirchnerista. A partir de la llegada de Hortel el dato nuevo es que también el kirchnerismo tiene una agrupación que milita en cárceles.
[ pagebreak ]
 
(...) -¿Y eso asusta a la opinión pública?
 
-Si, eso espanta a muchos. Pero lo cierto es que en las cárceles no hay nada para ganar en términos de votos, no es algo que “venda bien” ante la opinión pública ni esté bien visto. Es algo que el Estado debe hacer y que la sociedad necesita: trabajar en cárceles y realizar actividades de reinserción es necesario.
 
(...) -¿Cree que quedó expuesta la hipocresía de muchos que pretenden esconder y postergar los problemas de los presos?
 
-En nuestro país no hay cárcel “para siempre”, toda la gente que esta presa hoy en algún momento volverá a estar en libertad. Cuando se genera un delito nos da miedo, cuando nos enteramos que el delincuente está por salir nos da miedo que esté en libertad y queremos que vuelva a la cárcel rápido. Decimos que no creemos que haya salido recuperado de alguna manera y mientras está preso, lo que pretendemos es pegarle, negarle derechos, educación, quitarle todo lo que le pueda hacer bien. Y cuando salen le tememos. 
 
(...) -¿La Presidenta demostró estar mal asesorada cuando se refirió al tema públicamente?
 
-La Presidenta está mal asesorada, esa información que ella dio perjudica a funcionarios como Hortel. No lo beneficia que oculte datos y dé estadísticas imprecisas. Lo perjudica, porque cuando las estadísticas mejoren él no va a poder demostrar una mejora. Alguien le acercó material equivocado sobre la situación en cárceles a Cristina Kirchner. No sé quién. Es más valioso aceptar que han estado equivocado durante tantos años. (...)
 
-¿Cómo es la situación en los servicios penitenciarios provinciales?
 
-Terriblemente grave. En esto momentos, incluso peor que en el servicio federal. Habría que analizar caso por caso, pero actualmente muchos de esos servicios tienen directores y funcionarios a cargo con alguna voluntad de modificar esa realidad. Que el gobernador de Salta diga que el responsable es únicamente el policía que torturó es no asumir el problema, es querer mostrarlo como un hecho puntual y aislado, cuando es un problema estructural. (...)".
 
 
 
"(...) El viernes 03/08, el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel, puso las cosas en negro sobre blanco cuando le pidieron una opinión sobre esta cuestión. Dijo que considera preocupante la “manipulación de presos” para participar de distintos actos organizados por el poder central y marcó también que no puede hablarse de reinserción de las personas privadas de su libertad por diferentes delitos cometidos cuando se los utiliza políticamente.
 
Pidió, además, que se investigue a los jueces ya que estimó que pueden ser sujetos de diferentes presiones. Después, estimó que sería oportuno poner bajo la lupa los controles o supuestos controles que ejerce o debe ejercer el Ministerio de Justicia.
De manera elegante, Pérez Esquivel acusó al Gobierno de ponerles una zanahoria a los presos, sacarlos a dar una vueltita con el compromiso de hacer número en actos oficiales.
 
(...) La argumentación del dirigente humanitario fue simple, pero desautorizó a la presidenta Cristina Fernández, que a mediados de semana apareció para defender con énfasis y fuertes adjetivos la propuesta de insertar socialmente a los privados de su libertad.
 
“Se dice que esto es reinserción social pero no ­puede ser reinserción cuando se están utilizando políticamente estas cosas”, remató Pérez Esquivel para darle un corte a una discusión que él considera poco menos que desopilante.
 
En realidad, debatir sobre esto linda con lo irracional, porque, en definitiva, supone estimar que la reinserción social se puede lograr a través de la militancia o siendo útil a un grupo de militantes de una determinada idea, en este caso cercana al poder. (...)".
[ pagebreak ]
 
 
"(...) La coartada cultural kirchnerista tropezó con obstáculos: la conducta del jefe del SPF, Víctor Hortel, que en una época supo ser profesor universitario; la visita que cuatro diputados de la oposición hicieron a la cárcel de Ezeiza.
 
Hortel no se cuidó de ocultar nada delante de esos legisladores.
 
Se declaró militante K y encargado de seleccionar a cada recluso. El día después que trascendió el escándalo reunió a los directores de unidades penitenciarias y arengó: “A mí me banca Cristina. Desde ahora vamos a sacar más presos que antes” . Hortel es una persona expansiva que, afirman, no se amilana ante el ridículo. No sólo por aquella murga que lideró en la cárcel tocando un redoblante. O su irrupción en Devoto como el Hombre Araña. Se suele disfrazar de Batman, su personaje preferido, para sorprender a ocasionales invitados.
 
El ministro de Justicia, Julio Alak, es su contracara. Acartonado y formal. Esperó a la delegación de legisladores custodiado por una legión de 40 camporistas. Esos jóvenes diagramaron la inspección. Llevaron a los diputados a determinados pabellones donde los presos respondieron preguntas ajustadas a un libreto, al parecer, preestablecido. En un pasillo, un recluso se atrevió a susurrar al oído de un legislador: “Nadie hablará mucho. Tenemos miedo de que se corten las salidas” .
 
Alak describió las bondades del SPF como si se tratara de una institución noruega. Derramó cifras sobre la reinserción social y la baja en la reincidencia de los presos imaginando, tal vez, que nuestro país sería un gran jardín de infantes. Para ser justos, el ministro de Justicia pone las palabras donde su secretario del área, Julián Alvarez, de La Cámpora, toma decisiones. Alvarez suele convenir las salidas transitorias con Hortel y, en no pocos casos, forzarían la convalidación de los jueces.
 
El otro plano del escándalo tiene que ver exclusivamente con Cristina. El caso, en sí mismo, encierra gravedad política e institucional. Aunque se potenció, sin dudas, porque entre los presos con salidas transitorias figuraron Eduardo Vásquez, el ex baterista del conjunto Callejeros, y Rubén Pintos, el asesino de un barrabrava de River. Vásquez fue condenado hace poco más de un mes a 18 años de prisión por haber quemado y asesinado a su mujer, Wanda Taddei. Pintos recibió prisión perpetua.
 
Cristina refirió a Vásquez, casi al pasar, como “el pibito ese” . Vásquez cometió un femicidio. Su ex conjunto fue protagonista, además, de la tragedia de Cromañón. La Presidenta exaltó también la supuesta pasión de los barrasbrava cuando alientan a sus equipos. Los barrasbrava no viven de esa pasión: viven de los negocios siempre oscuros que su actividad les permite tramar con dirigentes de clubes, futbolistas, políticos y policías. (...)".

Dejá tu comentario