UN ARRABALERO EN PROBLEMAS

Mariotto permuta sonrisa por sofocón

La visita de Santiago Montoya a su despacho forma parte de una declaración formal de buenas intenciones en las que nadie cree pero que obedecen a la orden presidencial de actuar una distensión que diluya la idea de que los K trabajan para tumbar a Daniel Scioli. Mientras dure, tratará de aprovecharla para reparar los vínculos dañados luego del papel que jugó en la crisis del pago desdoblado de aguinaldos En particular con Cristina: Mariotto se enteró por televisión del anuncio del envío de fondos para cubrir esa obligación, efectuado desde la Casa Rosada y en compañía del Gobernador

 

por DANIEL BILOTTA
 
LOMAS DE ZAMORA (Especial para Urgente24). La visita de Santiago Montoya al Senado bonaerense del 2 de agosto sirvió a Juan Gabriel Mariotto para ensayar parte de la estrategia que se propone poner en  práctica: aprovechar la orden presidencial de actuar una distensión con Daniel Scioli para liberarse, al menos de forma temporal, de su traje de peleador arrabalero que, al menos hasta ahora, solo le viene provocando disgustos:  además de consolidar su imagen negativa ante la sociedad, le valdría duros reproches de la presidente Cristina Fernández, insatisfecha por el modo que elige para ejecutar las directivas que recibe, según versiones del propio oficialismo.
 
Especialmente, por un nivel de improvisación que se le atribuye  a sus actos y  que no es bien visto en la cúpula del poder pero que volvió a poner en práctica ese día. El titular del Grupo Bapro se había acercado a la Legislatura para analizar con Nora De Lucía y Alberto de Fazio, los dos senadores de confianza de Daniel Scioli, cómo reactivar el plan de regionalización que tiene media sanción en Diputados y desde el mes de abril está demorado en la comisión de Legislación General.
 
De Fazio entró en consulta con José Luis Pallares, titular de la comisión de Reforma del Estado y de buen contacto con el vicegobernador. De ese diálogo surgió la posibilidad de juntarlos para una foto en su despacho que sirviese para abonar la idea de que la instrucción presidencial tenía eco. Mariotto accedió de inmediato: en el sitio web de esa Cámara puede verse el retrato de los protagonistas de esta historia a la que se sumó Cristina Fioramonti, jefa de la bancada K.
 
Fuera de esa instantánea, Montoya se llevó bastante poco: apenas la promesa de aunar criterios para un debate parlamentario profundo que podría insumir no menos de dos años y el pase del proyecto del que es autor a la comisión que maneja Pallares.  Todos, incluidos los más cercanos colaboradores de Scioli, saben que se trata de una tregua establecida por el kirchnerismo duro cuando comprendió que el proceso de desgaste al que sometieron al gobernador hace algunas semanas terminaría por corroerlos.
        
Pero, según fuentes del propio universo K, la decisión de rectificar la estrategia para “dejar por ahora dormir en el freezer” el trabajo de esmerilar al gobernador se tomó en base al resultado de los sondeos que demostraron que las dificultades que tuvo para pagar aguinaldos se las imputaban a la Presidente. 
 
La infidencia que, según  confirmaron algunas fuentes, cometió de forma premeditada Darío Díaz Pérez y la comparación entre Scioli y Fernando De la Rúa que efectuó Mariotto cuando arreciaban las críticas a la capacidad de gestión de su superior, habrían sido determinantes en esa percepción de acuerdo al núcleo del kirchnerismo duro. 
 
“Sabía que si hablaba antes más de 100 personas y aunque fuese una reunión política en el Municipio, alguien iba a dejar trascender” parte del diálogo de la Presidente con intendentes del Conurbano que reveló el de Lanús a principios de julio y en el cual la Presidente tildaba de “inútil” a Scioli y hasta planteaba la posibilidad de que “me deje la Provincia.” 
 
Desde entonces, Díaz Pérez habría perdido contacto con la Casa Rosada. “Cristina dio órdenes de cortarle los teléfonos” , confió la fuente para quien la impericia del jefe comunal terminó por perjudicar a Oscar Parrilli, quien había logrado introducirlo de nuevo en ese ámbito tras la desaparición de Néstor Kirchner. El secretario General de la Presidencia es, por estos días,  uno de los que paga el costo de su antigua cercanía con el fallecido ex Presidente.
            
El exabrupto de Mariotto, en cambio, mereció otro tipo de sanción. A una semana de su aparición denostando a Scioli, se enteró mirando televisión que Cristina le anunciaba el envío de los 600 millones de pesos necesarios  para pagar el aguinaldo, durante un acto que compartieron en la Casa Rosada. La figura del helicóptero, con una connotación que remite al abandono anticipado del poder del ex presidente de la Alianza, mereció críticas puertas adentro de todo el arco oficialista, donde el vicegobernador procura ahora restañar vínculos.
 
A eso se atribuye la visita de Agustín Rossi al Centro Cultural Mujica, de Banfield, el último fin de semana de julio. El jefe del bloque de diputados oficialistas es una de las figuras fuera de controversias en esta etapa. Su presencia fue entendida como “un paraguas” por el entorno de Mariotto. Tanto es así que Rossi aprovechó su paso por el Conurbano para acercarse hasta uno de los barrios más pobres de Lanús, “El Campito” donde compartió la recorrida con el vicepresidente Amado Boudou.  A Díaz Pérez no se le cursó invitación para ese acto.
 
Fiscalía y juego
 
A diferencia del intendente de Lanús, cuya gestión es juzgada por el oficialismo como “voluntarista pero desordenada y sin planes”, Mariotto cuenta con el manejo de una llave legislativa estratégica que lo vuelve una pieza imprescindible para la ofensiva contra Scioli. Gobernador y vice habrían vuelto a dialoga: Mariotto le habría adelantado que insistiría con los foros para fijar un marco regulatorio al juego para después de las prórrogas concedidas por decreto a las licencias de los bingos.
 
El primero se concretaría el 12 de septiembre en Mar del Plata. Para esa fecha,  su entorno especula que debería estar resuelta la designación de un nuevo Fiscal de Estado. Se trata de un cargo clave para el cual el gobernador debe elevar una propuesta que luego tiene que convalidar el Senado. Scioli ha hecho correr que impulsará a quien lo ejerce de forma interina: Hernán Gómez, decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata y con “antecedentes inobjetables” según legisladores cercanos a Mariotto quienes, sin embargo, insistirán con la posibilidad de que sea “uno que nos guste a nosotros” quien termine por ocupar el cargo.
 
A la estrategia del gobernador de impulsar a un afiliado radical para obtener consenso entre sus bloques legislativos, le responderían con un hombre proveniente de ese partido pero de indudable filiación K. De lograrlo, estarían en inmejorables condiciones de ejercer presión sobre el Ejecutivo. “El Fiscal puede objetar el decreto si es que lo estima lesivo para los intereses del Tesoro provincial”, se entusiasman. 
 
Desde la oposición se viene insistiendo en que los $1.000 millones adicionales que los bingos entregarán a Scioli este año a cambio de la prórroga es una cifra insignificante frente a una recaudación anual estimada en $4.500 millones.

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Otros dirigentes K creen que la decisión final sobre el Fiscal la adoptará Cristina pero sin abandonar la idea original que algunos gobernadores de buena sintonía con la Presidente dicen haberle escuchado y que luego de la experiencia de Díaz Pérez solo admiten confiar bajo estricto reserva de datos. “Cristina sabe que no hay reelección posible y es por eso mismo que necesita sacar de la cancha a Scioli para elegir un sucesor sin oposición.”
 
Listas
 
Del margen de maniobra con el que contaría, algunos de esos mandatarios entienden que la caída en su imagen es un fenómeno urbano que no guarda relación con lo que ocurre en el interior profundo del país. Otros, sin embargo, no subestiman lo que ocurre en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Pero creen que la ola llegará  a esas regiones bastante más tarde que los signos de reactivación económica previstos para el primer semestre del 2013.
          
El kirchnerismo bonaerense se siente en condiciones de dar un dique de contención. Insiste en que antes de la discusión por la lista de diputados nacionales será inevitable la disputa por el PJ que descuentan para el 31 de marzo como está dispuesto en el orden nacional, aunque no exista ninguna resolución formal de sus actuales autoridades para adherir a esa iniciativa.
 
También expresan también optimismo para derrotar con holgura  a la corriente La Juan Domingo. De forma paradójica, se trata de un análisis compartido por sus máximos representantes. Así se lo confió uno de ellos a un alto funcionario provincial. Hay quienes dudan, que Cacho Álvarez pueda retener la conducción partidaria en Avellaneda frente al intendente Jorge Ferraresi.
 
No desechan, por eso, un acuerdo que conserve las formas y que le permita a Scioli retener la presidencia del PJ, aunque con un consejo que refleje la relación de fuerzas de “arreglo arriba y pelea abajo.” Fórmula que permitiría afrontar con mayor tranquilidad un cronograma electoral apretado. Tres meses después de la interna deberán concretarse las primarias y luego las generales.
 
Esfuerzo logístico y económico que resultaría insostenible para quienes no tengan de su lado a los intendentes. Algunos  de ellos estarían tomando sus recaudos y organizando por su cuenta versiones afables de “la Juan Domingo” y otras variantes de disidencia, como “Peronismo sin Fronteras.”  También el último fin de semana de julio fue movido para Alejandro Arlía, quien estuvo inaugurando locales de su corriente en el Segundo Cordón del  Conurbano.
 
El trajín del jefe del Gabinete se inscribe dentro de una lógica que termina por avalar el kirchnerismo: “Quien diga que todo está arreglado miente”, aseguró un alto dirigente del sector quien, sin embargo, no  pudo ser categórico para desestimar, por esa misma razón,  que Karina Rabolini aparezca encabezando una lista de diputados nacionales alternativa a la que lideraría Alicia Kirchner acompañada, si hay acuerdo, por Alberto Pérez. “No creo”, fue el apocado comentario que le mereció esa hipótesis.

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