UN '0' EN ESTRATEGIA

Cristina fascinada con su show de demolición

Como si estuviese gozando de participar en una rutina de autitos chocadores, o un bizarro show de demolición, Cristina ha decidido confrontar a diario. Lo hace cuando no parece que a la opinión pública le interese tanta agresividad, y cierto discurso mesiánico. Luego, una cadena con ese relato para las 18:00 demuestra desubicación, cuanto menos. Que muestren el encendido televisivo que tuvo la Presidente y verán.

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Bumper Cars Demolition es un entretenimiento muy estadounidense. Es el espectáculo en el que salen varios automóviles a chocarse, y el ganador es el que sobrevive. Por motivos desconocidos Cristina Fernández se ha interesado en el tema. Es más: parece practicarlo. Su presente político abunda en choques de la más diversa intensidad y espectacularidad. Cristina cree que ella vencerá en la competencia... y sigue chocando, cada vez con un afán casi suicida. Así, ella pretende para la sociedad argentina una colisión permanente, confiando en que el Estado es un paragolpes de envergadura suficientemente confiable... y puede estar cometiendo un yerro considerable...

La Presidente de la Nación está fascinada con el choque permanente. Mientras choca se divierte... y no comprende que, en breve, su entretenimiento puede acabar en tragedia política.

En primer lugar, la mandataria confronta con todos (y todas) cuando está comprobado que en todos los conflictos que mantiene, Ella resta puntos en las encuestas. Así se desprende de la imagen positiva en baja que acumula en sus peleas con el gobernador bonaerense, Daniel Scioli; el mandatario cordobés, José Manuel De la Sota; el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri; y con economistas como Martín Redrado y Adolfo Prat Gay, entre otros.

También con Grupo Clarín y S. A La Nación. Y con todos los periodistas no cristinistas. Hugo Moyano, obviamente. Palos a los banqueros, palos a los petroleros (“había muchas colas en las estaciones de servicio por falta de combustibles. Había en marcha un plan para crear malestar en la sociedad porque se utilizaba solo el 82% de la capacidad de refinamiento"), y a los inversionistas en general (“Yo no doy señales al mercado: porque no soy señalera, soy Presidenta. Una Presidenta debe dar señales de racionalidad, no solo para el mercado, sino para toda la sociedad”). Paros a los competidores de YPF ("Hay compañías que se aprovechan, y fijan un precio Premium más alto, obligan a YPF a que abastezca a la mayoría del mercado a precios más bajos y se llevan la crema del negocio. Esto no lo van a poder hacer"). Palos a los medios de comunicación no oficialistas (“si no hiciera estos anuncios por cadena nacional, nadie se enteraría de estas cosas. Como no podemos hacer cadena nacional todos los días, la reservamos para las cosas que no pueden ser ignoradas”).

A la Presidente la han engañado algunos de sus colaboradores: la han convencido que pelearse es un beneficio, que dividir aguas en forma permanente le concede identidad, que embistiendo suma puntos. Que la política es el arte de parecerse a Néstor Kirchner. 

Cristina se equivoca. El triunfo de 2011 fue porque ella inspiraba lástima (la victimización que propuso el marketing del luto fue exitosa) y porque había más dinero en la calle y los bolsillos. Pareciera que en 2012, al renunciar a la victimización ya imposible de sostener, y someterse a la estanflación que ella misma provocó, Cristina se acerca al espíritu del difunto. Ella debería recordar que la confrontación permanente arrastró a Néstor a la gran derrota de 2009. Sin embargo, Cristina no lo percibe. Ella sustituye su incapacidad para la negociación con mucha pirotecnia, amenazas, confrontación.

Una reciente encuesta realizada por Mariel Fornoni, de Management & Fit, demuestra que la pelea por el envío de fondos de Nación para pagar el aguinaldo en Buenos Aires entre Cristina Fernández y Daniel Scioli afectó negativamente la imagen de ambos, aunque a la Presidente se llevó la peor parte.  Según indicó la encuestadora, Cristina pasó a tener una aprobación del 25%

El descontento se tradujo en que la medición de julio dejó a Scioli con “la mitad menos dos” en cuanto a la aprobación, pese a que, advirtió Fornoni, “en el conflicto puntual, la gente tomó partido por la posición de Scioli”.

“Si miramos la imagen, hoy en Buenos Aires Cristina tiene 40 de positiva con 33 de negativa”, explicó la socióloga.

"La aprobación a la gestión de la Presidenta y su imagen venían cayendo. Hoy llega a un punto donde en la encuesta nacional tenemos un 40% de aprobación y un 53% de desaprobación. Si se compara con el 65% que tenía en octubre cuando fue la reelección ha tenido una pérdida importante", agregó en declaraciones a Radio Mitre.

"En la provincia de Buenos Aires la gestión ha tenido una caída importante. 'Hoy la gestión del gobierno nacional tiene 44% de aprobación contra 49% de desaprobación en la provincia. Es el segundo mes que tiene más de desaprobación que aprobación", afirmó Fornoni.

Pero, los asesores de la Presidenta parecerían que en realidad quieren que caiga, ya que no tienen en cuenta estos factores. Además, está comprobado que los mandatarios que menos confrontan y tienen perfil conciliador son los que tienen mayor aceptación por parte de la gente: el caso puntual sería Scioli, quien se muestra siempre muy conciliador; o Mauricio Macri, que excepto en el conflicto que existe ahora en torno al servicio del subte, no es un personaje que confronte cotidianamente como sí lo hace Cristina.

Las agresiones de la Presidente también apuntaron en el último tiempo contra el jefe de Gobierno porteño. Fue cuando los dos participaron el jueves 02/08 del acto por el 158° aniversario de la Bolsa de Comercio. Cristina Fernández se dirigió a Macri como “procesado”.

[ pagebreak ]

Ahora, en Ensenada, Cristina fue por más. “Estuve a punto de pedirle la renuncia a Galuccio, pero no fue cuando lo dijo (Marcelo) Bonelli, sino cuando me dijo que me tenía que poner casco y overol para venir a la planta”. Ella explicó que el periodista Marcelo Bonelli y su esposa cobraban de YPF, antes de su recuperación para el país “250 mil pesos en servicios, no sabemos si periodísticos”. 

Todo muy curioso porque Bonelli goza de una amabilidad notable con Alfredo Scoccimarro, el secretario de Medios y vocero de Cristina. Entonces, ¿quién informa a Cristina y deja en ridículo a Scoccimarro?
 
Luego, si Cristina denuncia, que no se queje cuando le denuncien a su grupo más cercano. Ni hablar de las tarjetas de crédito de Florencia, por ejemplo. Cristina ha decidido prender fuego todo pero se puede quemar ella también. O chamuscar. ¿Cómo lo asumirá su narcicismo?
 
En su embestida general, Cristina embiste contra sus propias tropas. La Presidente dice: “Se pagaban por año (en YPF), $ 11 millones en periodistas, en publicidad no convencional: publicidad que la pagás, pero no aparece. Debería haber una ley en la Argentina, así como nos obligan a los funcionarios públicos a presentar nuestras declaraciones juradas de ingresos, el cuarto poder por lo menos debería publicar de parte de qué empresas reciben dinero. Alguien que fue empleado de Repsol desde 2008, debería tener la nobleza de no escribir, o de decir que está enojado porque no le renovaron el contrato”.
 
¿Empleado de Repsol? Durísimo. ¿Quién? Luego, ¿y los periodistas kirchneristas en la nómina?
 
Luego, ¿garantiza Cristina que no le enviará la AFIP con ánimo vengativo a los periodistas no kirchneristas de la nómina? 
 
Cristina está enojada con la prensa porque la culpa porque su imagen se va al demonio. Hay cierta contradicción entre las encuestas optimistas y la realidad de una Presidente desencajada.
 
En Santa Cruz lo contralaban con cierta facilidad. Ahora es bien diferente. Cristina se enoja y cree que amenazando logrará enderezar el barco.
 
“Cualquiera que tiene una información y la maneja en su provecho, tiene una pena, salvo los que manejan la información pública. Me refiero a los que son estrellas en los medios de comunicación, todos sabemos de quienes estoy hablando y de qué intereses, necesitamos una ley de ética pública de una buena vez para ese cuarto poder; simplemente para manifestar si reciben un dinero de alguna empresa o si tienen cierta afinidad política. Lo que está mal es bajo una cierta pátina de independencia, estar defendiendo a intereses inconfesables: porque si estuviera bien que lo dijeran, lo dirían, pero no lo dicen”, insistió Cristina.
 
Cuidado. Su tropa de comunicadores podría quedar diezmada.
 
Los mandobles habían comenzado antes. "Escuché a un ex presidente del Banco Central" que "se tuvo que ir porque se peleaba con el ministro de Economía por las políticas activas", dijo Cristina el 23/07, y añadió que en cambio con Mercedes Marco del Pont "es la única etapa donde no hemos tenido peleas con Economía", afirmó la mandataria en un acto en Haedo. Mentira. Abundaron los choques de Marcó del Pont con Amado Boudou que cesaron porque el vicepresidente decidió intentar dedicarse más a la política que a la economía.

En esa misma línea, Cristina recordó -sin nombrarlo- que Alfondo Prat Gay "quiso imponerle al presidente Kirchner que si no nombraba a dos directores que él proponía le presentaba la renuncia. Inclusive algún ex funcionario recordará que le dijo no le presentes la renuncia porque te la va a aceptar", lo que finalmente ocurrió.

De esta manera, la Presidente salió a respaldar a su viceministro de Economía, Axel Kicillof, quien más temprano había sido criticado por Prat Gay. "Kicillof creo que se chupaba el dedo cuando yo era presidente del Banco Central y la Argentina crecía al 9 por ciento sin inversión", aseguró esta mañana el diputado nacional (ver nota relacionada).  Previamente, Kicillof había acusado a los economistas opositores de tener "mala intención".

En concordancia, ese mismo día, Cristina cuestionó también al ex titular del Banco Central Martín Redrado por un pronóstico supuestamente erróneo sobre la balanza comercial. Sin mencionarlo, la mandataria relató que Redrado "había pronosticado que en el año 2009 ibamos a tener solo saldo de balanza comercial 6 mil millones de dólares" pero "ese año creo que tuvimos 12 mil".

[ pagebreak ]

Así, prosiguió, cuando le enrostró esa diferencia a Redrado, según la presidenta el ex titular del BCRA respondió: "Ah, pero vos interveniste en la economía, por eso tuvimos superávit".

A partir de todas estas agresiones y/o confrontaciones la Presidente se gana cada vez más la antipatía de la gente, que no soporta más los conflictos entre políticos. Demasiado tienen con los problemas que los aquejan, sobre todos los que tienen que ver con la economía, la inseguridad y los pésimos servicios que existen en el país.

El otro punto que tiene que ver con un mal asesoramiento es el horario que la Presidente elige para salir por Cadena Nacional. La mayoría de las veces, esto ocurre alrededor de las 18hs, momento en el cual en los hogares están las amas de casas y los chicos (y sólo los que van al turno mañana a la escuela), nadie más.

La gente que trabaja, en ese horario, normalmente todavía no regresó a sus hogares. Por eso, lo que Ella quiere que escuchen porque “son cosas importantes” en realidad no las escucha nadie.

Las amas de casa, cansadas de la rutina, seguramente optan por poner un canal de cable o música en la radio, ya que no es una audiencia a la que le interesen los mensajes de un presidente.

Quienes se encargan de la estrategia comunicacional de la presidente con estos factores que son muy importantes en la construcción de imagen y de llegada de los mensajes de Cristinas, tienen un 0 como nota, ya que el resultado es negativo para Cristina.

Como si estuviese en los autitos chocadores, cada vez que vuelve a confrontar, choca con la gente que no quiere más conflictos y cada vez que habla por cadena nacional choca con una audiencia indiferente a sus mensajes.

Dejá tu comentario