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AGOSTO DECISIVO

La Gran Apuesta de Brasil

Brasil tiene pendiente un gran programa de obras públicas para modernizar su infraestructura. Ahora afirma que es inminente el anuncio de los llamados a licitación o iniciativa privada de los proyectos considerados prioritarios.

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Desde que la presidente Dilma Rousseff regresó de Londres, donde presentó a Río de Janeiro como sede de los próximos Juegos Olímpicos (los de 2016), se enfocó en el diseño de las concesiones para el área de infraestructura  parando en pie", expresión que ella utiliza en la conversación con sus subordinados para explicar que debe prevalecer el realismo.
 
Los técnicos ya le entregaron el bosquejo del paquete destinado a integrar proyectos para carreteras, ferrocarriles y puertos, además de una solución para disminuir el costo de la energía.
 
La intención es difundir el conjunto de medidas durante agosto. Por eso, un equipo de más de 25 técnicos, incluyendo secretarios de por lo menos 7 ministerios y sus organismos relacionados se empeñan en asuntos intrincados y vinculados entre sí, sobre todo en áreas como el sector eléctrico. 
 
"No logro sentarme en mi oficina ni por 2 horas", dijo uno de los funcionarios que participan en los debates, explicando que son interminables las reuniones en la Casa Civil (Jefatura de Gabinete de Ministros).
 
Todos los proyectos se integrarán en el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), el mecanismo de financiación presupuestaria para obras públicas.
 
Frente a resultados muy por debajo de las expectativas en el balance de ejecución del PAC (y una evolución de la economía privada por debajo de lo previsto), el gobierno de Rousseff se concentra en lo que se denominó "agenda de crecimiento".
 
Desde finales de 2011, Dilma, y los ministros 
 
> de Planificación, Presupuesto y Gestión, Miriam Belchior, y 
 
> de Finanzas, Guido Mantega
 
se movilizaron públicamente para intentar una mayor ejecución de proyectos.
 
A principios de 2012, Dilma visitó todas las grandes obras que se ejecutan en el marco del PAC, para hablar con los empresarios responsables e intentar destrabar las construcciones.
 
Ahora ella quiere tener en las manos un paquete sólido que pueda mostrar a los grandes empresarios brasileños, cuado sean invitados al Palacio de Planalto.
 
También ella desea atraer nuevas inversiones productivas del extranjero. La evaluación es que hay muchos recursos de no residentes dispuestos a contribuir si hay nuevas oportunidades de negocio.
 
Hay una cuestión de fondo, que intenta disimularse pero es insoslayable: no es fácil la implementación ni el cumplimiento de los cronogramas.
 
De todos modos, el gobierno de Dilma Rousseff intenta calmar las aguas. Si bien existe una gran distancia entre los cronogramas originales previstos para la finalización de las principales obras del Programa de Aceleración del Crecimiento, y el balance más reciente sobre el PAC 2 (2da. parte del plan de obras pública), presentado por el gobierno de Brasil, el parte gubernamental dice lo contrario.
 
¿El motivo es que es un año electoral y no puede hablarse de atraso? ¿Hay que calmar a los socios políticos pendientes de esas obras?
 
Los datos divulgados por el Ministerio de Planificación señalan que, entre las 26 obras prioritarias de logística del gobierno -con emprendimientos en rutas, ferrocarriles, puertos y aeropuertos-, solo 2 mantienen un ritmo de ejecución considerado “preocupante”, es decir, que registran atrasos.
 
Para el gobierno, lo importante consiste en el arco vial de la BR-493, en Rio de Janeiro, y la Ferrovía de Enlace Oeste-Este, en construcción en Bahía, bajo responsabilidad de la estatal Valec. 
 
De acuerdo a ese balance oficial, solo 6 emprendimientos están en estado de “atención”, y entre ellos 4 son obras en rutas. 
 
El gobierno analiza como uno de sus problemas, por ejemplo, la ineficacia del plan nacional de restauración y conservación de rutas (Crema), que maneja el Departamento Nacional de Infraestructura de Transporte (Dnit), que tiene más de 30.000 kilómetros paralizados por problemas en los contratos debido a groseras deficiencias en sus proyectos básicos y ejecutivos de ingeniería.
 
Pero según el balance, los problemas terminan ahí. 
 
Los demás 18 proyectos de infraestructura se desarrollaría a un ritmo adecuado, es decir, dentro del plazo correcto de ejecución. Es el caso, por ejemplo, del tren de alta velocidad, planificado para unir las ciudades de Campinas, Sao Paulo y Rio de Janeiro. 
 
Cuando se incluyó como una meta prioritaria para el gobierno, durante la gestión del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el objetivo era entregar los primeros trechos del polémico proyecto en 2014, para el Mundial de Fútbol. Pero después de desestimó ese plazo y el sueño pasó a ser concluirlo para las Olimpíadas de 2016, en Rio, expectativa que también se frustró.
 
Después de 3 intentos fracasados de subastar el emprendimiento, hoy la previsión es terminar la obra del tren-bala a mediados de 2020. A pesar de las prórrogas, en el balance del PAC 2 el ritmo de esa iniciativa se considera “adecuado”. 
 
La Transnordestina, que prevé la construcción y readecuación de 1.728 km de líneas ferroviarias uniendo los estados de Piauí, Ceará y Pernambuco, debía estar lista desde 2010. Incluido entre las obras con un ritmo “adecuado”, el plazo para concluir el ferrocarril que integrará los puertos de Pecém, en Ceará, y Suape, en Pernambuco, se prorrogó hasta el 30 de diciembre de 2014. 
 
El sello de “aprobación” también se usó en el caso del Ferrocarril Norte-Sur, que preveía la entrega en 2010 de 855 km de red entre Palmas, en Tocantins, y Anápolis, en Goiás, lo que ocurrirá en septiembre de 2013.

 

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