CRISIS EN LA POLÍTICA ECONÓMICA

Designan a Pinocho economista-jefe de Presidencia

El gobierno del Frente para la Victoria se encuentra convencido de que instalando algunos conceptos, básicamente a través de la cadena nacional de radio y TV a la que accede Cristina Fernández de Kirchner, modificará la realidad, maquillándola según su conveniencia. Por un lado eso es difícil, en especial durante un ciclo económico adverso, y en verdad revela una gran impotencia para corregir aquello que está mal.

 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Cristina Fernández de Kirchner descansa en la Patagonia, los difusores de su pensamiento se encuentran disfrutando del fin de semana mojado, y es oportuno, entonces, regresar con cierta calma sobre algunas de las mentiras fundacionales de la economía del Frente para la Victoria.
 
La Presidente levantó, en reiteradas ocasiones, la bandera del desendeudamiento como una contribución muy importante al bienestar presente y futuro de la sociedad, de manera tal que surge como parte del discurso que el Frente para la Victoria llevará a las urnas en 2013, buscando el número suficiente para la reforma constitucional que le permita a Cristina prolongar su mandato presidencial.
 
Recientemente, en una presentación en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Presidente actualizó su punto de vista cuando presentó la cancelación de los BODEN 2012 –tal como ya ocurrió con la estatización de los ahorros previsionales, la apropiación de reservas del Banco Central y la confiscación de las empresas privatizadas– como otro eslabón en la cadena del desendeudamiento
 
La mentira o desinformación de la Presidente es considerable y no debería permitirse que sigan intentando instalarla como cierta.
 
La deuda pública nacional registrada todavía es superior a la de la década de los ’90... y la contabilidad pública no registra una gran cantidad de nuevos pasivos. 
 
En base a trabajos del Instituto para el Desarrollo Económico y Social Argentino (Idesa) y de la consultora Economía & Regiones, se aportan aqui algunos datos significativos para denunciar a quienes 'intoxican' (informativamente/ideológicamente) a la Presidente de la Nación.
 
Idesa recordó:
 
"La pregunta que cabe hacerse es si realmente se está ante una disminución de la deuda pública. La Subsecretaría de Financiamiento del Ministerio de Economía mide parte de los pasivos que acumula el Estado nacional y según esta fuente se observa que:
 
> Entre los años 1993 y 2001, la deuda pública nacional fue –en promedio– el 39% del PBI.
 
> En el año 2002, con la salida de la convertibilidad, el default, la pesificación asimétrica y la brusca caída de la producción, la deuda pública subió hasta 166% del PBI.
 
> En el año 2011, la deuda pública del Estado nacional descendió a 45% del PBI de los cuales 42% es deuda regularizada y 3% del PBI es deuda todavía en default que no entró a los canjes."
 
 
Acerca de esa relación deuda/PBI, Economía & Regiones intentó brindar precisiones:
 
"¿Ahora bien, la reestructuración bajó el nivel de deuda o disminuyó su peso en términos del PBI? Si se compara el nivel de endeudamiento resultante de la reestructuración con el que había a fines de 2004 la respuesta es afirmativa, porque la reestructuración de deuda desendeudó a nuestro país. El stock de deuda cayó de US$ 191.296 (2004) a US$ 128.630 millones (2005) y el ratio deuda / PBI se redujo de 126% (2004) a 71% (2005).
 
Por el contrario, los resultados del canje de deuda no fueron tan formidables cuando la comparación se hace contra fines de 2001. En este caso el resultado es mixto. Po un lado el nivel de deuda bajó -10.9%; cayendo de US$ 144.453 millones (2001) a US$ 128,630 millones (2005).
 
Por el otro, la relación deuda / PBI aumentó 17 puntos porcentuales, de 54% (2001) a 71% (2005).
 
Esto ocurre porque, además de que se reestructuró sólo una parte de la deuda que entró en default 2001, el Gobierno Nacional siguió emitiendo deuda en 2002; 2003 y 2004 (entre el default y la reestructuración).
 
Por el contrario, el aumento del peso de la deuda en términos del PBI se debió, fundamentalmente, a la pérdida de valor que sufrió nuestra economía como resultado de la mega devaluación del 2002. (...)".
 
 
Acerca del default, que todo indica será un capítulo considerable de la pesada herencia que dejará el FpV, Idesa apuntó:
 
"Resulta muy significativo que U$S 11.000 millones de deuda todavía permanezcan en estado de default. Luego de dos canjes de bonos, en los que se lograron imponer importantes quitas, todavía no se ha logrado regularizar la situación crediticia de la Nación. La principal consecuencia para la Argentina es que su acceso al crédito voluntario es muy limitado. Por eso, el Estado Nacional no tiene otro remedio que endeudarse con otros organismos de la administración pública."
 
Por ejemplo, pasivos con el Banco Central, que técnicamente está quebrado, y por eso es ridículo exigirle a los argentinos que se pesifiquen, o sea que se suiciden en términos de ahorro.
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¿Por qué está quebrado el BCRA? Economía & Regiones ingresa al tema:
 
"El segundo ícono de la política de desendeudamiento tuvo lugar cuando se canceló voluntariamente (con reservas) la deuda total con el FMI por más de US$ 9.800 millones. El pago al FMI fue voluntario y realizado con Reservas Internacionales del BCRA, en una época en la cual el Tesoro tenía superávit y el Central acumulaba reservas.
 
Sin embargo, en términos estrictamente económicos, el pago al FMI no redujo la deuda, sólo produjo un cambio de acreedor. El Tesoro dejó de deberle al FMI y pasó a deberle al BCRA. Este cambio de acreedor fue positivo porque transformó una deuda con un organismo multilateral, con exigencias adicionales a las financieras, en una deuda intra sector público.
 
En definitiva, el pago al FMI fue positivo porque se hizo con recursos genuinos y porque cambio favorablemente el acreedor, aunque no constituyó desendeudamiento. En el sentido de su definición más estricta, el pago al FMI no fue política de desendeudamiento."
 
¿Qué recibió el BCRA del Tesoro Nacional? Un documento de promesa de pago. ¿Cuándo pagará el Tesoro Nacional su obligación con el BCRA? Probablemente nunca. ¿Qué ocurriría con el BCRA si asentara la pérdida en su contabilidad? Tendría que declarar su propia quiebra. Por lo tanto, mejor continuar mintiéndole a todos los tenedores de pesos.
 
Idesa sumó interrogantes al desendeudamiento planteado por Cristina Fernández:
 
"Pero lo más preocupante son los pasivos ocultos del sector público nacional. En materia previsional se destacan los cientos de miles de juicios por no respetar la movilidad y los compromisos asumidos con los 2,6 millones de personas que obtuvieron una jubilación sin haber hecho aportes a través de las moratorias. 
 
La degradación del sistema estadístico público impide hacer cálculos precisos, pero seguramente entre ambos compromisos se acumulan 10% de PBI adicionales de deuda. 
 
La contabilidad pública tampoco registra los pasivos asumidos como consecuencia de la estatización de empresas. Entre las más gravosas para el erario público se destacan YPF, Aguas Argentinas y Aerolíneas Argentinas. 
 
Sólo YPF implica una demanda, por parte de sus propietarios españoles, por otros U$S 10 mil millones o sea otros 3% del PBI. También habría que contemplar la masiva incorporación de empleados públicos para satisfacer intereses políticos o personales."
 
Economía & Regiones decidió profundizar en la relación Deuda/PBI. Mucha atención al siguiente concepto:
 
"La disminución de la relación Deuda/PBI está sobredimensionada porque en el numerador la deuda en pesos se ajusta por CER, que es menos de la mitad del aumento de los precios implícitos de los bienes y servicios del PBI del denominador. Este desfasaje, que contribuye a reducir artificialmente el peso de la deuda, se corregiría incorporando el “default” del CER en el numerador.
 
Según los datos oficiales en la actualidad la relación Deuda / PBI es de 42%. Sin embargo, si ajustamos la deuda en pesos del nominador con la misma inflación con que son ajustados los bienes y servicios del producto del denominador, la relación deuda / PBI sube hasta 52%.
 
Paralelamente, si valuamos esos bienes y servicios del producto al dólar paralelo, el peso de la deuda en relación al PBI trepa hasta 57%, lo cual supera por 3 puntos porcentuales a la relación deuda / PBI de fines 2001 (54%).
 
En pocas palabras, la reducción del peso de la deuda que se logró con “esta” política oficial de desendeudamiento es inferior a lo que muestran las estadísticas oficiales en 15 puntos porcentuales. No obstante, una relación deuda / PBI de 57% no es mala en términos internacionales."
 
Idesa incorporó una prudente reflexión:
 
"La única deuda que se reduce es la voluntaria. Esto se comprueba con el limitado acceso al crédito que sufre la Argentina. En paralelo, es creciente la acumulación de pasivos no registrados. Aquí se inscriben las deudas previsionales, las estatizaciones impagas y el aumento del empleo público espurio. Así, la deuda pública supera con creces el 50% del PBI. Los problemas se explicitarán cuando no se pueda seguir dilatando el pago de los juicios y haya que indemnizar a los empleados públicos que no cumplen funciones."
 
Economía & Regiones profundizó semejante advertencia:
 
"En el último stock de deuda 2011 hay varios ítems “pasados por alto” que contribuyen a minimizar el stock nominal de endeudamiento y su peso sobre el producto:
 
Por ejemplo entre estos ítems se debería tener en cuenta la estatización de empresas y el incumplimiento de contratos, que originan reclamos y procesos judiciales que probablemente devenguen obligaciones de pago.
 
En este sentido hay juicios ante el CIADI de firmas y grupos que reclaman indemnización por estatización de sus empresas o incumplimiento de contratos de tarifas de servicios públicos, concesiones u otros (Repsol, Marsans, Grupo Suez, y otros).
 
Paralelamente, también habría que considerar deudas previsionales que no son computadas como la potencial deuda por juicios de movilidad jubilatoria5 y por la ley del 82% vital y móvil.
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A su vez, en el stock de endeudamiento habría que computar deuda por energía e infraestructura, dos sectores en los cuales ha habido un gran deterioro estructural y hacen falta importantes inversiones, que debieran ser encaradas de aquí a la finalización del presente mandato hacia fines de 2015. Dado que en ambos sectores el Estado tiene un rol muy activo, es lógico computar el financiamiento de dichas obras como endeudamiento del sector público. 
 
En este sentido, proyectamos que estas inversiones son efectuadas en los próximos 3 años y calculamos el ratio deuda / PBI en 2011 (trayéndolo a valor presente) y en 2015.
 
Si incorporamos a la deuda todos los ítems no contabilizados y que se debieran computar, el stock de deuda ascendería al 78.5% en 2011, duplicando casi el dato oficial de 42%.
 
(...) Este comportamiento pone de manifiesto que lo más aconsejable sería que las políticas económicas se tornaran más prudentes y convergieran hacia los cánones de política que aplican nuestros vecinos de la región (Brasil; Chile; Uruguay y Perú), facilitando el acceso al crédito internacional a tasas más bajas y razonables."
 
Por lo tanto, la próxima vez que escuche lo del desendeudamiento comprenda es que, apenas, un slogan vacío, un capítulo más del relato de Cristina para engañar a muchos argentinos. Un nuevo aporte de Pinocho, asesor estrella de Presidencia de la Nación.

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