CONTRA TECHINT, CLARÍN, MOYANO Y LOS FONDOS BUITRES

El contraataque de Cristina (texto completo contra "los ultraconservadores")

En horas complicadas para su Administración, Cristina Fernández de Kirchner ensayó, desde Villa Constitución (Santa Fe) un discurso de contraataque: volvió a embestir contra los fondos-buitres (prometió no cambiar el compromiso de Néstor Kirchner, algo que puede llevar al 2do. default), criticó a Techint por vender un tren laminado a Brasil que era para la ex Somisa, obviamente a los diarios por no reflejar inversiones que ocurren en el país (mientras la 'claque' de La Cámpora gritaba contra Clarín), hubo un cuestionamiento a los sindicatos que, con Antonio Caló presente, se imaginó contra Hugo Moyano, y también habló de la clase media, que acaba de resultar -ella no lo dijo pero estaba implícito- protagonista del #8N, a cuyos participantes terminó llamando "ultraconservadores". La Presidente hizo una fuerte apelación a los trabajadores: "Los que no se confunden son los que manipulan y mienten, los que ocultan las verdaderas motivaciones, pero hay muchísimos sectores de nuestra sociedad que carecen de la información y hasta diría de la formación, pese a que creen saber todo entienden muy poco. Formación no es ser instruido, formación es poder interpretar, es poder decodificar, es poder saber qué es lo que pasa y saber que precisamente los que siempre estuvieron en contra de los derechos de los trabajadores, son los que necesitaban que en el país hubiera mucha desocupación."

 

"Muy buenas tardes a todos y a todas. Señor gobernador de la Provincia de Santa Fe; señor intendente de Villa Constitución; trabajadores y trabajadoras, compañeros, compañeras, santafesinos y santafesinas: hoy es un día muy especial, hoy podríamos hablar de un día a plena industria en la provincia de Santa Fe, República Argentina. Pero hay cosas más emblemáticas todavía, a esta fábrica en la que hoy estamos de Laminados Beltrame, europeos, italianos, me decían recién cuando bajaba del helicóptero y veníamos en el auto hasta aquí que los bancos les daban mayor y mejor recomendación porque invertían aquí en América del Sur, que tiene más perspectivas, desgraciadamente por la crisis que está atravesando Europa, y que calificaban mejor cuando tenían inversiones aquí. Qué extraño que estas cosas no podamos verlas escritas en letras de molde o escucharlas en medios argentinos y me las tenga que venir a contar un empresario italiano. Pero bienvenido sea.
 
Y fue muy emblemático porque el helicóptero se depositó precisamente en esas planchas de laminado caliente, que es la segunda fábrica en América del Sur. Pero debemos conocer la historia. Con esas chapas que se fabrican aquí vamos a poder hacer la chapa naval –conocida como chapa naval- que es la punta de lanza, el insumo básico para la industria pesada del país. Lo decía recién su presidente: con esto se pueden construir barcazas, barcos, se pueden construir molinos de viento, se pueden construir puentes, esto no lo teníamos en la Argentina.
 
Pero quiero contar algo. Hubo un momento hace 20 años, casualmente en noviembre del año 92, cuando se privatizó Somisa, que tenía listo un tren de laminado similar al que hoy tiene aquí Beltrame. Sin embargo la empresa fue privatizada y quienes la adquirieron vendieron ese tren de laminado para la industria pesada a Brasil. Nada es casualidad en lo que ha pasado en el país.
 
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Hoy estamos inaugurando este verdadero mojón en la industria pesada del país también con el apoyo del Banco de la Nación Argentina, que ha suministrado más del 50% de los fondos para esta primera etapa. Banco Nación que, bueno es decirlo, tiene ubicada a Santa Fe en el segundo lugar de préstamos de la línea 400 para pymes y ocupa un lugar central la provincia de Santa Fe, segunda luego de Buenos Aires en préstamos para la industria. También apoyando hoy aquí en Beltrame. Por eso recordaba el señor Sanmantino cuando nos encontramos en mi despacho con la entonces presidenta del Banco Nación, hoy presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont y Débora Giorgi. Mercedes fue la primera que me habló, como vieja desarrollista –si me escucha decirle vieja se va a enojar pero se lo digo con el buen sentido y el buen corazón- de que era necesario e imprescindible volver a construir chapa naval en la Argentina y hoy empezamos.
 
Por eso digo que es emblemático recordar, y recordar por ejemplo lo que decía el presidente de Randon cuando mencionaba que hace años, allá por los '60 y '70, Randon comenzó comprando en la Argentina porque en Brasil no se fabricaba lo que se fabricaba en la Argentina y hoy Randon es una de las principales empresas brasileras.
 
¿Por qué recuerdo estas cosas? Para que todos los argentinos tengamos memoria y recordemos que alguna vez fuimos el país más industrializado de la América latina, que tuvimos el PBI más importante, que llegamos a una participación casi del 50% del PBI entre trabajadores y empresarios; que desarrollamos la industria aeronáutica y automotriz, con capacitación, con recursos humanos, con el surgimiento de una poderosa clase media que permitió que los hijos de los trabajadores fueran a la universidad y pudieran llegar también a ser presidentes de la Nación.
 
Todo esto tuvo interrupciones lamentables, trágicas, tragedias para el pueblo argentino en pérdidas de vidas durante la dictadura pero también en pérdidas de puestos de trabajo y de saberes, de capacidades, de exilios. Ayer estaba leyendo en un libro de economía una cita de un gran filósofo argentino, Mario Bunge, al que quizás muchos de ustedes no conozcan; se fue del país en 1966 en “La noche de los bastones largos”, cuando a bastonazos sacaron de la Facultad de Ciencias Exactas a nuestros científicos, a nuestros intelectuales, a nuestros filósofos, porque para la derecha y los trogloditas, los filósofos, los científicos, los que piensan son enemigos porque sirven para crear conciencia.
 
También es un símbolo que esté aquí hoy -y yo no lo sabía realmente, recién me enteré- por primera vez un Presidente, en este caso una Presidenta en Villa Constitución, símbolo de las luchas sindicales, sociales y contra la dictadura, comisiones internas enteras desaparecidas aquí en Villa Constitución.
 
Todo esto nos debe llevar a una reflexión, a que tenemos que ser muy inteligentes, muy sensatos y muy tranquilos frente a las provocaciones que algunos quieren hacer para retornar al régimen ultraconservador que arruinó la Argentina. No les vamos a hacer el juego, no nos vamos a dejar provocar.
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También quiero hablarles a los trabajadores, a mis compañeros, a esos de casco, jóvenes como Vanessa que hace seis meses entró a trabajar y ya la nombraron efectiva como ingeniera. A los otros jóvenes que hace ocho o nueve años estaban por ejemplo en Purina, ese joven alto de 2 metros, también  es una señal de cómo anda un país que aumente la producción de alimento para mascotas; cuando se puede dar de comer a las mascotas es porque también está comiendo el pueblo, no tengan ninguna duda, por eso también se duplica la capacidad de alimento para mascotas. A nadie se le ocurría hablar de aumentar la producción de alimento para mascotas en el 2001, cuando golpeaban las puertas de los bancos con los martillos para que les devolvieran sus ahorros. A nadie se le ocurría que podíamos tener una chapa de laminados navales por primera vez en la Argentina allá por los años 90, cuando el país se caía a pedazos pese a que crecía económicamente pero expulsaba millones de argentinos que se quedaban sin trabajo. O una jubilada como Norma Pla lloraba en la puerta del Congreso por tener una jubilación de 350 pesos,
 
Y quiero hablarles a mis compañeros trabajadores, porque también Paraná Metal es un ejemplo. Miren, formo parte de una generación que fue histórica pero que también cometió errores y equivocaciones, y hemos aprendido, los que hemos podido sobrevivir, de esas equivocaciones y de esos errores. Muchas veces a nosotros nos quieren correr de un lado o del otro, por derecha o por izquierda. Yo siempre digo a esos que parecen tan combativos ahora, que cuando uno se va demasiado al este, como decía un amigo mío como la Tierra es redonda cuando te corrés demasiado por el este aparecés por el otro lado, por el oeste. Hay que tener cuidado porque Paraná Metal, por ejemplo, es un ejemplo también de que muchas veces la propia ineficiencia u obsolescencia tecnológica, o los propios enfrentamientos sindicales, terminan perjudicando no a los dirigentes sino a los trabajadores. Los dirigentes sindicales nunca se quedan sin trabajo, los que se quedan sin trabajo son los trabajadores, siempre cuando hay una crisis.
 
Por eso me quiero dirigir hoy desde acá, desde Villa Constitución, a todos y cada uno de los trabajadores de mi país, a cada uno de los más de 5 ó 6 millones de argentinos que volvieron a tener un trabajo registrado, un trabajo digno. Quiero decirles que no hay que renunciar a los reclamos y hay que seguir adelante, pero hay que hacerlo con la sensatez de que vivimos en un mundo cada vez más complicado y que hoy, como en la crisis del 2009 o del 2008, la manutención de cada una de las fuentes de trabajo, cada día de trabajo mayor producción, mayor eficiencia, es la garantía de que vamos a seguir adelante en este modelo. Que no es un proyecto de un partido político, es el proyecto de un país policlasista, de un país que ha recuperado a sus trabajadores pero que recupera también a sus científicos, a sus investigadores del CONICET; que recupera a sus jubilados y que también, para aquellos que todavía no han llegado y aunque a algunos les moleste, crea la Asignación Universal por Hijo que permite dignificar los programas sociales sin que tengan que depender del dirigente político de turno.
 
Esta Argentina es la que quiero defender, esta Argentina que luego de muchos conflictos reabre Paraná Metal, esta Argentina que hoy inaugura la fábrica de laminados de chapa naval en Beltrame. Esta Argentina en que Randon está duplicando la capacidad de la fábrica, esta Argentina que crea alimentos con una multinacional importante como es Nestlé. Muchas veces también, fíjense lo que son las cosas de la economía, cuando nos hablan de que todo depende del estándar de los países, Nestlé, una de las principales sino tal vez la principal multinacional en materia de alimentos, no pertenece a un país donde viven millones de personas, es de origen suizo, todo depende de la calidad, de la eficiencia, de la inversión y la investigación que le pongamos a las cosas.
 
Aprendamos a mirar, no a que nos muestren. Miremos nosotros, entendamos nosotros, para que nunca más nadie nos engañe y nos lleve por caminos equivocados que luego usufructúan unos pocos. Porque si se me permite tengo aún presentes las palabras de dos mujeres argentinas, una me acuerdo que le dimos el premio de los derechos humanos cuando Néstor era Presidente, en el Salón Blanco de la Casa Rosada, Estela Carlotto. Recuerdo que Estela, la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo, contaba que ella, directora de colegio, maestra, docente, clase media platense -la conozco porque yo también soy de La Plata- había ido en 1955 a la plaza por el derrocamiento de Perón, a festejar, no había entendido lo que pasaba en el país, y se tuvo que arrepentir porque después se llevaron a su hija. Y otra madre de Línea Fundadora, Tati Almeida, me contaba que ella también estuvo de acuerdo con el golpe del 24 marzo 1976 porque parecía que iba a pacificar el país. Estas cosas han pasado compañeros y amigos, estas cosas confunden a la gente, los que no se confunden son los que manipulan y mienten, los que ocultan las verdaderas motivaciones, pero hay muchísimos sectores de nuestra sociedad que carecen de la información y hasta diría de la formación, pese a que creen saber todo entienden muy poco. Formación no es ser instruido, formación es poder interpretar, es poder decodificar, es poder saber qué es lo que pasa y saber que precisamente los que siempre estuvieron en contra de los derechos de los trabajadores, son los que necesitaban que en el país hubiera mucha desocupación porque cuando hay desocupación hay salarios a la baja y nadie celebra una convención colectiva de trabajo.
 
Deberíamos entender que también importa que los chicos no vayan al colegio porque de ese modo hay mano de obra hasta infantil en muchas actividades en el norte argentino, o golondrina, como hemos visto también en reiteradas oportunidades.
 
Por eso este proyecto político que genera trabajadores, que genera científicos e investigadores, que distribuye netbooks en los colegios para que nuestros chicos en las escuelas públicas no tengan la brecha digital y puedan tener las mismas capacidades y oportunidades que tienen otros pibes  a los que los padres les pueden comprar una computadora.
 
Este proyecto que ha generado millones de personas de la tercera edad incorporadas al beneficio previsional con movilidad jubilatoria dos meses al año. Recuerdo, y vos también Agustín (N. de la R.: Rossi) te debés acordar, cuando discutimos en la Cámara de Diputados aquel famoso índice por el cual íbamos a ajustar, hasta algunos compañeros de muy buena fe -se lo recordaba el otro día a un gran compañero como es Héctor Recalde- se oponían porque decían que ese índice iba a perjudicar a los trabajadores. Sin embargo han tenido los aumentos más grandes merced a ese índice porque estaba basado precisamente en la generación de trabajo y la capacidad de recaudación del Estado, entre otras cosas.
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Por eso digo que muchas veces no es que haya mala fe, es mucho peor, porque si hay mala fe uno no se preocupa, piensa de esa manera pero dice otra cosa, muchas veces no entienden ni los propios procesos políticos e históricos que originan las consecuencias y piensan que todo es esfuerzo personal e individual. Me acuerdo en esta maravillosa provincia de inmigrantes, porque mis abuelos también lo eran, de esta cosa dual de nuestros abuelos los inmigrantes, por un lado eso que traían de la Europa de dos guerras, del sacrificio, del trabajo, del esfuerzo y que vinieron aquí a la Argentina para hacerse la América.
 
Y por el otro lado un cierto grado de individualismo que no les permitía comprender que su progreso, que su situación social y económica además del esfuerzo personal era producto de un proyecto político de país, porque si todo dependiera, si nuestro bienestar personal y económico dependiera únicamente del esfuerzo y de lo que uno trabaja, bastaría entonces con esforzarse y trabajar para progresar, para estudiar, para tener casa, para tener auto y viajar. Y ya hemos visto que eso no es así, yo puedo tener muchas ganas de trabajar, es más, puedo trabajar las 24 horas del día o las 16 horas del día y seguramente hasta ser explotado, pero si no hay un proyecto de país que garantice la redistribución social del ingreso, la movilidad social ascendente, la generación de valor agregado, la ciencia y la tecnología, la investigación, la inversión, el desarrollo, no hay posibilidades de progresos individuales.
 
Por eso hablaba desde lo colectivo, y por eso vamos a seguir convocando, una y mil veces, desde aquí, desde Villa Constitución, desde Santa Fe y desde cada uno de los lugares de la República a la responsabilidad social, al amor por la Patria, al compromiso colectivo pero esencialmente a la idea, ya comprobada, de que los argentinos debemos avanzar todos juntos, que no es posible que solamente un sector se beneficie mientras el resto se hunde, porque eso es pan para hoy y hambre para mañana.  Ya lo vimos en la década de los '90 y somos nosotros  hoy los que venimos a hacernos cargo de la fiesta de los '90, del endeudamiento.
 
Cuando hoy –y para finalizar- escuchaba a nuestro Canciller hablar de todas las gestiones que estamos haciendo para lograr precisamente que la Fragata Libertad, que los fondos buitres, que no quisieron ingresar en la reestructuración de deuda del 2005, ni del 2010; es mentira, como dicen algunos lenguaraces economistas pagados por  los propios bancos, inversores y consultoras, que son inversores. Dos oportunidades tuvieron para ingresar en la deuda: 2005 y 2010, como lo hizo el 93% de los que tenían tenencias o acreencias contra el Estado argentino.
 
Ese fondo que nos embargó la Fragata Libertad -y que algunos parece que se pusieran contentos en la República Argentina- compró papeles de la deuda del '94, porque no son deuda de este gobierno, por $ 5 y se negó a ingresar en cualquiera de las dos reestructuraciones de deuda. Y yo quiero leerles, para finalizar y para entender este país, que cuando las ideas, los proyectos y la interpretación que uno hace del mundo y de lo que pasa es correcta, resiste el paso del tiempo. Quiero leerles -para finalizar- el discurso que con motivo de la Asamblea Legislativa del año 2004,  el 1º de  marzo 2004, ya hace más de ocho años, Néstor Kirchner hablaba al Congreso de la Nación y decía: “a los llamados fondos buitres, que junto a los intereses financieros más recalcitrantes e insaciables intentan lucrar con la difícil situación ejecutando acciones mediática y espectaculares”.
 
Fíjense: “ejecutando acciones mediática espectaculares”, parece ser que fuera un discurso del día de ayer, “pero destinadas al fracaso para lograr sus fines, les cabrá entender la firmeza de las posturas nacionales. Queda claro que no existe margen para recurrir a ajustes, ni al incremento del endeudamiento, esto es claro tienen que entender que no puede haber más endeudamiento. Por eso también cuidamos las divisas que necesitamos para las importaciones, para el turismo, para pagar la deuda de los privados y también para pagar la deuda, que otros contrajeron en los años 90 y también durante la dictadura en adelante. No pagaremos deudas a costa del hambre y la exclusión de millones de argentinos generando más pobreza y aumento de la conflictividad social para que el país pueda y vuelva explotar. Sería bueno que recordaran cuánto daban por sus acreencias en el 2001 cuando gobierno, instituciones, políticos, el país, todo se caía, porque se caía todo en el 2001”.
 
Yo era legisladora - nadie me lo contó - estaba sentada en mi banca, el 19 y el 20 diciembre, cuando la represión se llevó más de 30 argentinos.
 
Este Gobierno -decía Néstor, el 1 marzo 2004, reitero- con racionalidad y toda la prudencia del caso seguirá principios firmes de negociación con tenedores de deuda soberana intentando salir del default sin poner en riesgo el crecimiento que las cuentas nacionales y todos los indicadores evidencian. No pagaremos a costa de que cada vez más argentinos vean postergado su acceso a la educación, la salud, la vivienda, el empleo decente. Creciendo –decía, en el 2004- nuestra economía mejorará nuestra capacidad de pago. Como dijéramos aquí no somos el proyecto del default –recordaba- no fuimos nosotros los que dictamos el default; sabemos que nuestra deuda es un problema central, pero no pagaremos de cualquier modo. No se trata de ideologías, no se trata de capricho, de temeridad, verborragia, inflexibilidad o cómo quieran llamarlo, se trata de una fría y racional lectura de los números y de la economía; se trata de asumir con realismo lo que la situación indica. Lo irracional, lo que parece fruto de la más embriagada fantasía es el tamaño de nuestra deuda -decía allá, en el 2004- 160% del PBI. Lo irresponsable y ausente de buena fe puede contraerla. Tenemos la certeza de que recibiremos una y mil presiones, sabemos que nos pondrán obstáculos, que deberemos superar, pero sabemos el inmenso apoyo que nuestra defensa de los intereses nacionales tiene en la gran mayoría de nuestro pueblo; no vamos a aflojar”, eso decía Néstor Kirchner, el primero de  marzo del 2004 y eso dice esta Presidenta, ocho años más tarde.
 
Este discurso, que si yo lo hubiera dicho ayer hubiera sido exacto para determinadas situaciones, revela la coherencia y la consistencia de un planteo. Pero no es solamente la defensa de los intereses nacionales, no es solamente lo épico, que no es lo épico, sino lo correcto y lo que debe ser, es también esta postura de sostener que no íbamos a pagar con el hambre del pueblo, que nos dejaran crecer para poder pagar, como realmente  lo estamos haciendo, puntualmente desde el año 2005 a la fecha, esta postura de crecimiento es lo que ha permitido que hoy, aquí, en Villa Constitución, el Banco Nación haya podido financiar la apertura de esta fábrica, es lo que ha permitido que el país ponga también el proyecto del Bicentenario; Randon también obtuvo financiamiento por parte del Bicentenario para poder ampliar; es posible abrir, hoy, Paraná Metal, es posible, hoy, que Nestlé esté extendiendo su línea de producción para mascotas.
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Si  él no hubiera tenido esta postura, si él se hubiera inclinado -como querían– si él  hubiera cedido -y eso que tenía apenas el 22% de los votos- nada de esto existiría: no habría clase media, no habría trabajadores, no habría universidades, no habría “Plan Sumar”, no habría “Plan Conectar Igualdad”, no habría nuevas universidades, no habría becas… nada de eso habría.  
 
Es bueno tener memoria, no para refregarle nada a nadie, sino para no volvernos a equivocar más, argentinos. Hemos actuado con demasiada ingenuidad las grandes mayorías, aún los que no comulgan con nuestras ideas, aún los que tenemos diferencias, pero que si piensan un poco, razonan y recuerdan verán con claridad que el único camino posible es la defensa irrestricta de los intereses de la Nación y del pueblo, o del pueblo y la Nación, que después de todo son una misma y única cosa.
 
Gracias Santa Fe, gracias Villa Constitución, gracias Argentina y vamos a seguir trabajando como siempre lo hicimos con el compromiso por los que ya no están, por los que están y por lo que vendrán. Muchas gracias a todos. (Aplausos).

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