PREVISIONES PARA UN AÑO DE ELECCIONES

Bajo crecimiento, emisión, inflación, dólar: Se viene un 2013...

2013 es un año electoral y las previsiones sobre el desempeño de la economía, con incidencia en la decisión del electorado, están a la orden del día. Cuánto crecerá la Argentina en materia de PBI, cuáles serán las variables que determinen esa suba, el futuro del cepo cambiario y la situación de las provincias, entre otros temas, son abordados en el siguiente informe.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). "Es la economía, estúpido" y en el Gobierno lo saben muy bien. 2013 es un año electoral y el desempeño económico será un factor fundamental que deberá contrarrestar cierto hartazgo que la sociedad exhibe sobre el cristinismo en las encuestas. 

Cuánto crecerá el PBI, cuántos dólares ingresarán, cuál será el papel de Brasil y de las exportaciones de soja, ¿sigue el cepo cambiario? cuál será el ritmo de devaluación. Éstos temas, y otros, son abordados en el siguiente informe de la consultora Economía & Regiones
 
 
El mundo jugará más a favor de la Argentina que en 2012
 
Los buenos precios de la soja, los elevados volúmenes de cosecha y la expansión de la economía brasilera han sido fundamentales para el crecimiento macroeconómico de los últimos años. Cuanto mejor se comporten estos “fundamentals” más dólares ingresarán a nuestra economía, mayor será el consumo y la inversión. En 2012 el empuje del mundo en nuestra economía sólo funcionó a medias: La soja cotizó a un buen precio pero el volumen de la cosecha, como consecuencia de la sequía, resultó muy pobre en relación al promedio de los años anteriores. Paralelamente, Brasil dejó de ser un motor para las exportaciones argentinas, porque su tasa de crecimiento alcanzaría un 0.5/1% en promedio para este año.
 
En 2013 esperamos que el mundo juegue más a favor que este año, dado que, no sólo habría buenos precios de soja y mejor cosecha, sino que Brasil se recuperaría y más que triplicaría el crecimiento de este año.
 
> A su vez, se espera que el PBI brasilero crezca entre 3% y 4% aproximadamente (según la fuente de referencia), lo que forjaría un aumento mayor en la demanda de exportaciones (industriales) argentinas.
 
> Por lo tanto, las exportaciones crecerían 9.5% en 2013 (en términos reales) y el sector externo volvería a dinamizar el nivel de actividad, imponiendo un piso a nuestra tasa de crecimiento del PBI.
 
Sin embargo, a pesar de la buena cosecha y del repunte de Brasil, la profundización de nuestra política económica doméstica y la acumulación de problemas estructurales sin resolver le ponen un techo al crecimiento argentino, haciendo que seamos el país de la región con menor crecimiento proyectado para 2013.
 
 
No habria cambios en la política fiscal y monetaria: Más gasto y más emisión monetaria con más inflación
 
La reciente desaceleración de la tasa de crecimiento del gasto se revertirá en un año electoral y el gasto público volverá a ganar dinamismo en 2013. El gasto primario crecería en promedio 34%, lo cual implica una aceleración con respecto a los valores del acumulado de los primeros 10 meses de este año (29%) y una vuelta hacia el promedio de 2007 / 2012. Este aumento del gasto implicaría un mayor déficit fiscal y mayores necesidades financieras del sector público nacional (SPN) que aumentarían USD522 MM aún sin pagar cupón del PBI. Comparando 2013 con 2012, el BCRA emitiría más pesos (+$30.663 MM) para financiar al Tesoro, pero utilizaría menos reservas (-USD3.246 MM). Es decir, la dominancia fiscal se incrementará el próximo año por lo que no debería sorprender una aceleración inflacionaria. La mayor emisión para financiar al sector público representaría un 10% de la base monetaria. Paralelamente, la tasa de crecimiento del PBI se ubicaría en torno al 3.7% (2013), lo que implicaría que en 2013 se incremente la brecha entre el ritmo en que crece la cantidad de dinero y el ritmo al que aumenta la producción de bienes y servicios (PBI).
 
Esta mayor emisión podría inducir una aceleración de la inflación de entre 2 y 3 puntos porcentuales durante el próximo año, siempre que no caiga la demanda de dinero, porque de ocurrir esto último, se incrementaría la velocidad de circulación del dinero y la inflación podría ser entre 5 y 6 puntos porcentuales mayor.
 
En este contexto, el mayor déficit fiscal, el aumento de la emisión monetaria y la aceleración de la inflación le pondrían un techo a la recuperación económica en 2013, impidiendo que nuestra economía aproveche mejor el favorable escenario internacional.
 
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La depreciación promedio del tipo de cambio oficial sería algo mayor que en 2012, pero inferior a la de diciembre
 
Durante los últimos años, la política cambiaria estuvo caracterizada por una devaluación nominal inferior a la inflación provocando una apreciación del tipo de cambio real. A modo de ejemplo, en 2011 el tipo de cambio oficial sólo se depreció 7.8%, mientras que el aumento de precios superó el 20%. En 2012, con una inflación un tanto mayor, la devaluación fue del 15%. Sin embargo, en 2012 hubo un cambio en la política cambiaria oficial. Este año se consolidó y profundizó el cepo cambiario y se duplicó la tasa de devaluación, que pasó de 7.8% (2011) a 15% (2012). Es más, en los últimos cuatro meses la tasa de devaluación nominal se aceleró. En septiembre y octubre de este año la tasa de devaluación mensual anualizada habría alcanzado un 18%. Luego subió a un promedio de 20% (noviembre’ 12) y 26% (diciembre’12). De acuerdo con nuestro análisis, el cambio de política cambiaria oficial acontecido en 2012 no es coyuntural, sino estructural. Es decir, creemos que lo más probable sería que no hubiese una vuelta hacia la política cambiaria de 2011 en la cual la depreciación nominal promedio anual era de un sólo dígito.
 
Por lo tanto, creemos que para evitar una fuerte apreciación del tipo de cambio real, en 2013 la tasa de devaluación seguirá mucho más de cerca a la inflación. De acuerdo con nuestras proyecciones, la tasa promedio anual de depreciación se ubicaría entre 16% y 20% anual, lo que dejaría al tipo de cambio oficial entre 5.70 y 5.90 pesos por dólar al cierre de 2013.
 
Dado que la política cambiaria oficial es totalmente discrecional, las estimaciones y proyecciones del tipo de cambio oficial tienen mayor margen de error que las de otras variables macroeconómicas. En este sentido, la evidencia empírica muestra que en los años electorales el tipo de cambio nominal no se deprecia considerablemente, ya que los gobiernos saben que es muy difícil ganar elecciones con inestabilidad cambiaria. Luego, creemos que la tasa de devaluación promedio anual de los últimos días de este año (26%/28%) no se consolidaría en un año electoral como es 2013, por lo que el actual ritmo de depreciación nominal estaría procurando generar un colchón para el próximo año.
 
El combo de mayor emisión y menores reservas deteriora el tipo de cambio de cobertura (de Convertibilidad). En la Argentina actual se verifica una elevada correlación entre tipo de cambio de cobertura y el tipo de cambio de contado con liquidación. A medida que se emiten más pesos y se gastan reservas, el tipo de cambio de cobertura se deteriora y el contado conm liqui sube. Esta relación se consolida a partir del establecimiento y fortalecimiento del cepo cambiario.
 
Teniendo en cuenta nuestras proyecciones de emisión monetaria y de reservas y suponiendo que la relación entre el tipo de cambio de cobertura y el tipo de cambio contado con liquidación se mantiene en el próximo año, (a modo de ejercicio) proyectamos un tipo de cambio de cobertura de 9.1 y un contado con liqui de 10 pesos por dólar para fines de diciembre 20131.
 
Entrarán más dólares, pero la economía no tendrá mayor cantidad de divisas
 
A pesar que entrarán más dólares por comercio exterior y no se pagará cupón del PBI, esperamos una caída de las reservas similar a la de este año. Esto sucedería porque estimamos una reducción del superávit comercial, como consecuencia de que nuestra economía necesitará importar insumos y bienes de capital para los sectores productivos. Es decir, el aumento de las exportaciones quedaría contrarrestado por un avance mayor de las importaciones, necesario para que la economía crezca entre el 3% y el 4% anual. No obstante, no creemos que se liberen masivamente las trabas a las importaciones, sino que la apertura será en forma selectiva y marginalmente.
 
De todos modos, la fuga de capitales se mantendría en niveles estructurales similares a los de este año (U$S 6.500). En este escenario, el giro de utilidades y dividendos al exterior será la variable clave que determinará la variación del stock de reservas internacionales del Central.
 
Nuestra economía cuenta con un déficit estructural de aproximadamente U$S 6.000 por año en materia de giro de dividendos y utilidades. Por ende, hay que seguir muy de cerca los  permisos que el Gobierno le otorgue a las empresas para girar dividendos a sus casas matrices, destinado a compensar el aumento de las importaciones. Por último, nuestra economía perderá aproximadamente unos U$S 5.600 millones por vencimientos de deuda (capital e intereses) tanto nacional como provincial, excluyendo la deuda que se refinanciaría automáticamente.
 
Resumiendo, a pesar que entrarían más dólares por mayor cosecha, buenos precios y mejor Brasil, en 2013 se perderían USD2.500 MM aproximadamente de reservas.
 
 
El frente fiscal provincial seguirá deteriorándose
 
A escala provincial, no prevemos grandes modificaciones en la dinámica fiscal. Por el lado de los recursos, si bien habría un incremento significativo en las transferencias federales (tanto automáticas como discrecionales), se volverá a incrementar la presión tributaria con el objetivo de evitar un ajuste del gasto en un año electoral. Al menos 11 jurisdicciones ya han aprobado o buscan implementar subas de alícuotas, principalmente en Ingresos Brutos e Inmobiliario. En forma global, los ingresos provinciales se expandirían un 28% (+5 pp vs 2012). Por la elevada incidencia de la partida de personal en la estructura de gastos, la definición de la pauta salarial determinará el tamaño del déficit anual. Prevemos que se sostendrá una política salarial “contenida”, similar a la de 2012, con aumentos en torno al 24%. Dado que cada punto de aumento salarial significa $1.700 millones de gasto adicional, las provincias necesitarán $40.000 millones para financiar los aumentos, a lo cual se suman los $15.000 millones provenientes de las actualizaciones por antigüedad y la anualización de los aumentos 2012. En síntesis, el gasto de personal se expandiría en $55.000 millones durante 2013, lo que se asemeja al total de recursos que se destinarían a erogaciones de capital. Con dicha pauta del 24% nuestro escenario base proyecta un déficit de $20.400 millones, un 6.5% mayor al cierre 2012.
 
En forma consolidada, el gasto provincial se incrementaría un 27%, tres puntos por arriba de la tasa 2012. Esta aceleración sería explicada por las partidas de capital, dado que los gastos corrientes mantendrían estable su ritmo de crecimiento. Esta dinámica obedece al clásico repunte en la ejecución de obras públicas durante un año electoral, las cuales pasarían de $29.000 a $37.000 millones, con mayor financiamiento discrecional (focalizado en aquellas jurisdicciones al Gobierno Nacional) y automático, a partir del sólido crecimiento esperado en
 
En lo que respecta a los servicios de deuda, se incrementarían un 35.5%, llegando a $21.100 millones, que sumados al déficit primario llevan las necesidades de financiamiento a $34.000 millones. En consecuencia, las provincias intensificarán la salida a los mercados de deuda, dado que la brecha financiera se incrementaría en $4.800 millones. Respecto a la asistencia financiera del Gobierno Nacional, el Presupuesto 2013 da cuenta que se continuará con la política de dejar a las provincias libradas a su suerte: la cuota presupuestaria destinada al Programa de Sustentabilidad de las Finanzas Públicas Provinciales se reduce a $5.800 millones, desde los $15.000 millones presupuestados en 2012. Esta cifra permitiría cubrir el 17% de las necesidades financieras proyectadas para el 2013, restando financiar $28.200 millones.
 

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