NO SE RETIRARÁ DE LA ARGENTINA

LAN: "Nos obligaron a aceptar un contrato que no teníamos por qué aceptar"

La empresa LAN considera que tiene un 'nicho' propio argentino y que, al fin de cuentas, no habrá Cristina para siempre, por lo tanto, mientras pueda, hará lo posible para mantenerse en el mercado: esa sería la conclusión de sus decisiones más recientes. Pero será muy oneroso: por ahora, deberá pagar más de US$ 21 millones extra.

 

por VÍCTOR COFRÉ
 
SANTIAGO DE CHILE (La Tercera). Ignacio Cueto, el máximo ejecutivo de Lan Airlines, dirigió la crisis que forzó a la firma a suspender más de 60 vuelos desde, hacia y en Argentina desde el viernes a las 18 horas hasta ayer a las 11.30 horas. Lan tiene 33% del mercado doméstico argentino; el 23% de sus vuelos internacionales y factura casi US$ 1.000 millones, una cifra similar al volumen de sus inversiones en ese país. Cueto admite con pesar que Lan cedió a las presiones de Intercargo, la firma estatal de apoyo terrestre a las aeronaves, porque no hacerlo significaba un daño a sus pasajeros y a la reputación de la aerolínea. Ese, asegura, es el mayor costo.
 
En dinero, Lan Argentina deberá pagar la mitad de los US$ 7,5 millones extra exigidos por Intercargo desde octubre de 2012 a la fecha. Y desde ayer, pagar un costo que Lan considera exhorbitante por los servicios de Intercargo: US$ 18 millones adicionales a los US$ 32 millones que factura con esa compañía. Lan expone las diferencias en cifras. Intercargo cobraba hasta ahora por su servicio -limpieza de aviones, transporte de pasajeros en buses, carga y descarga de equipaje, mangas para las aeronaves- US$ 425 por un avión de pequeño tamaño. La nueva tarifa subió a US$ 854. Por ese servicio, en Sao Paulo paga US$ 383; en Perú US$ 218 y en Colombia, US$ 224. “Ezeiza será el aeropuerto más caro del mundo”, se queja Cueto. El nuevo costo afectará el negocio en ese país: en 2012, Lan Argentina ganó US$ 9,5 millones.
 
Cueto inicia la historia así: Lan e Intercargo firmaron un contrato en octubre de 2012, el que rige hasta 2014. Ese mes llegó a la firma transandina una nueva interventora, María Cecilia García, quien pertenece a la agrupación kirchnerista La Cámpora, liderada por el hijo de Cristina Fernández, que también comanda Aerolíneas Argentinas. “Para La Cámpora, Lan es una amenaza y una competencia. Y al estilo de ellos, decidieron ir contra nosotros a través de subir los servicios terrestres”, analiza Cueto.
 
La nueva administración exigió a Lan eliminar el descuento tarifario contenido en el contrato y comenzó a enviar facturas con el sobreprecio. Lan se negó a pagar y recurrió a la justicia, donde el juez Francisco de Asis Soto le dio la razón a la chilena y forzó a Intercargo a prestar el servicio comprometido en el contrato.
 
El jueves, Intercargo envió una carta a Lan: le exigió pagar los US$ 7,5 millones adeudados. Si no lo hacían, el servicio sería suspendido a las 18 horas del viernes. Lan volvió a la justicia y el juez Alejandro Saint Genez ordenó prestar el servicio y envió los antecedentes a la justicia penal. “No teníamos cómo predecir que esto iba a pasar. Los vuelos, primero, se venden con tres meses de anticipación. Actuamos con la mayor diligencia posible y supusimos, como pasa en cualquier país con un estado de derecho, que no iba a a haber un desacato y una medida tan arbitraria, con tanta impunidad. A las 6 de la tarde pararon. Cuando paran, ya estábamos metidos en un problema muy grave”, afirma Cueto.
 
-¿Cuándo deciden parar los vuelos?
 
-No decidimos parar, nos pararon la operación. Lan no decide parar los vuelos, si no que se da cuenta de que los vuelos no van a ser atendidos, ni para salir ni para entrar, por lo tanto no puede operar.
 
-¿A qué hora empieza la negociación?
 
-Empezamos a llamar por teléfono y no hubo posibilidad de sentarse a conversar con ninguna autoridad ni con ningún representante de la Cía. Notificamos de esto a la Cancillería y al embajador (argentino) Ginés González. Y por gestiones de la Cancillería, logramos que Intercargo se sentara a negociar...
 
-¿Quiénes?
 
-La interventora, María Emilia García, y el gerente general de Lan Argentina. Se juntaron en Ezeiza, a las 10 de la noche.
 
-¿Qué pasó ahí?
 
-Ya estaba cancelada la operación hasta las 9.30 de la mañana. Tratamos de conversar dentro de un plano de racionalidad. Nosotros consideramos que teníamos un contrato vigente, que los precios que se estaban cobrando eran los más altos de la región. Y que la arbitrariedad de esto nos parecía un atentado a los clientes, a la competencia. Ellos, en una actitud muy intransigente, dicen: o nos pagan o esta situación sigue. Llegó un momento en que dijimos, bueno, no queda otra que ceder a las presiones. Y tuvimos que ceder a lo que nos planteaban y comenzar a pagar ahora el contrato nuevo.
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-¿La fecha en la que ocurrió no fue casual, ad portas de un fin de semana largo? ¿Intercargo exige esto cuando más los puede dañar?
 
-Sí, yo creo que sí. Creo que estas medidas de fuerza buscan un efecto en los pasajeros...
 
-Y la estrategia les dio resultado. Ustedes cedieron…
 
-Sí. Mirado así, les dio resultado. Nos vimos obligados, frente a este número de arbitrariedades, a ceder porque no podíamos seguir viendo cómo los pasajeros eran afectados.
 
-¿Cuánto costará este episodio?
 
-Lo que más se pierde es en imagen reputacional. El daño que se produce a la expectativa a un pasajero es infinito, y no solamente a la expectativa, sino que a la realidad, porque mucha gente se iba el fin de semana porque iba a viajar con su familia, a un matrimonio o a lo que sea. No hay compensación que le satisfaga.
 
-¿Hay alguna autocrítica? ¿Quizás subestimaron las amenazas? ¿No debieron pagar antes?
 
-Un tribunal dio un fallo a favor nuestro y aprobó una orden de no innovar. Por ello, cuando nos dimos cuenta de que la medida cautelar no servía para nada, fuimos y pagamos. No nos había pasado que una resolución de un juez tuviera tan poco efecto. Era obvio esperar que la resolución del juez se iba a respetar. Lan Argentina está viviendo un clima de arbitrariedades al tener que aceptar el cambio de un contrato vigente en forma unilateral. Y frente a esta situación, Lan podría darse su propio servicio, la ley lo contempla, pero en la práctica no nos lo permiten. Lo único que se tuvo presente para solucionar este tema es el daño que se le está haciendo a los pasajeros. Fuimos, nos sentamos a la mesa y pagamos lo que nos pidieron. No pudimos negociar lo que queríamos. Nos obligaron y lo hicimos solamente por el respeto a los pasajeros y cumplir la promesa con ellos.
 
-¿Los obligaron a buscar una solución que viola la legalidad?
 
-Nos obligaron a aceptar un contrato que no teníamos por qué aceptarlo. Y estuvimos obligado a hacerlo.
 
-¿Qué otro resorte tienen para arreglar la situación?
 
-Estamos en una situación compleja, porque al ver lo que pasó en este caso, que teníamos una cautelar a nuestro favor, y no fue suficiente; que teníamos un contrato que vence en 2014, y no fue suficiente; que tenemos la posibilidad de autodarnos el servicio y no nos los permiten; y que se produce un caos como el que se produjo anoche, en Chile y Argentina, todo eso nos pone en una situación tremendamente vulnerable y de mucho análisis de lo que viene para adelante...
 
-¿Qué significa eso?
 
-Tenemos un activo en Argentina y eso lo vamos a mantener. Lo que vamos a revisar es el crecimiento de nuestras inversiones allá. Lo que quiero dejar en claro es que no pensamos salir de Argentina, lo que sí tenemos que evaluar es cómo van a seguir nuestras inversiones.
 
-¿Esta declaración no será leída como una amenaza en Argentina?
 
-No es una amenaza, es un deber mínimo. Frente a la vulnerabilidad de los proyectos, tenemos que considerar el escenario en que nos estamos desenvolviendo. Amenaza sería decir que nos vamos a ir de Argentina. Tenemos un compromiso con Argentina y los argentinos. Es un gran país y este tipo de situaciones son tremendamente lamentables.
 
-¿Esperaban una mayor intervención del gobierno argentino?
 
-Hemos tenido siempre muy buena comunicación con el Presidente Kirchner y con la Presidenta Cristina Fernández, y siempre ellos nos han hecho saber que ven con buenos ojos que Lan exista en el mercado doméstico. También nos hacen saber de su preferencia por Aerolíneas y de que, en ciertos temas, van a privilegiar el carácter de compañía estatal de Aerolíneas. Ahora, en este tipo de cosas, uno no sabe hasta dónde está informado el Ejecutivo.

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