DESCANSO DOMINICAL OBLIGATORIO

Peligrosa iniciativa contra la libertad de culto en la Argentina

Un sector de los pequeños comerciantes afirma que pierden ventas porque ellos cierran los domingos pero los shoppings siguen abiertos. Entonces hay cometido una inmoralidad: mezclar las creencias religiosas y los beneficios mercantiles, promoviendo un medieval descanso dominical obligatorio.

por EDGAR MAINHARD
 
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Simpatizante de cuanto gobierno pasó, el dirigente gremial empresario Osvaldo Cornide tiene una dilatada trayectoria al frente de la ex Coordinadora de Actividades Mercantiles Empresarias (Came), rebautizada Confederación Argentina de la Mediana Empresa.
 
Considerando que Cornide ya era activista del gremialismo empresario en febrero de 1976, por entonces a las órdenes de Jorge Sabaté (o sea Rogelio Frigerio), promoviendo un paro contra el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, resulta que hace 37 años que se encuentra en funciones, sin que se le conozca alguna actividad empresarial o comercial en concreto.
 
Pese a tanto tiempo transcurrido, el fracaso de Cornide es evidente en cuanto a su labor -no así su calidad de vida-, ya que:
 
1. Cornide no pudo liderar los cambios estructurales en la actividad comercial.
 
2. Cornide tampoco consiguió impedirlos.
 
Sucede que él fue superado por 2 tendencias muy concretas: el desarrollo de grandes superficies comerciales (los shoppings) y la aparición de la comunidad china, ambos imponiendo modalidades comerciales y un sistema de trabajo flexible, con horarios que son esquivos para el comerciante argentino que decide no adaptarse a los cambios. En especial, el afiliado a Cornide.
 
¿Cómo lograr frenar ese escenario adverso? Cornide lleva años reflexionando al respecto ya que su cercanía a las autoridades de turno no resulta suficiente porque, en un marco de libre comercio, lo que importan son las preferencias del consumidor o cliente.
 
Pero Cornide y la libertad de elegir no se llevan bien. Cornide ama las regulaciones. Él tiene un enfoque antiguo, casi medieval de casi todo.
 
Un ejemplo de ello es su ambicioso proyecto de descanso dominical obligatorio, con el argumento de que la Argentina es un país que adhiere, desde lo institucional, al catolicismo apostólico romano. Cornide afirma que el domingo es el día del Señor y, entonces, habría que cerrar todos los comercios y cesar todas las actividades en ese día para que los devotos puedan asistir a misa (¿también una obligación?), y, según él, así se recuperaría la felicidad de todos (y todas).
 
Cornide considera que en el altar de sus propios beneficios comerciales individuales hay que sacrificar la libertad de elegir, la libertad de culto y la libertad de comercio. Evidentemente es un personaje muy complicado este Cornide.
 
Él apuesta a obtener el apoyo de la Iglesia Católica Apostólica Romana, y según él ya trabajaba en el tema cuando Jorge Bergoglio era cardenal a cargo del Arzobispado de Buenos Aires, renovando su objetivo ahora que el prelado jesuita es el papa Francisco. 
 
Pero eso es lo que dice Cornide... En la página web de Came, él comunicó en detalle el proyecto, y jóvenes promotoras distribuyen volantes en las esquinas más comerciales de la Ciudad, con el título: "El Papa, por el cierre de comercios el domingo", y un subtítulo: "Apoyo. Francisco respaldó un proyecto que impulsa la CAME".
 
Cornide presenta su propuesta de descanso dominical obligatorio como una reacción a las consecuencias negativas de la globalización. Cornide no dice que lo que pretende es restringir la competencia comercial, o sea intentar ganar más dinero, sino que habla de recuperar los valores espirituales.
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El dirigente gremial empresario juega con fuego: él no dice que hay un objetivo fenicio en lo suyo sino que afirma: "(...) La pobreza, las inequidades sociales, la despreocupación frente a los problemas urgentes de nuestros semejantes, la revalorización de lo material por sobre lo espiritual, la anulación del tiempo para la reflexión o el diálogo sereno, la precarización del empleo, la deshumanización del trabajo y la dominancia de la economía son problemáticas que nos conciernen a todos y sobre las cuales hay que iniciar un diálogo profundo y consciente para establecer acuerdos, consensos y directrices a seguir.".
 
Sin embargo, en algún momento Cornide se queda sin alternativa y expone su problema: "(...) si a fines de la década del ’80 había solo 2 shoppings instalados en el país, a fines de los ’90 esa cifra se había ampliado a 48, y el año 2012 finalizó con una plataforma de 107 espacios comerciales de ese tipo, de los cuales 36 se localizan en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, en tanto el resto se distribuyen por el país. En el sector de autoservicios la evolución fue similar y hoy, de los 8.672 establecimientos activos en la Argentina, 1.345 son bocas de grandes cadenas de supermercados que concentran casi 60% de las ventas totales del sector. Simultáneamente, las mediciones sobre satisfacción de los argentinos con su vida no evolucionaron positivamente, y entre los principales flagelos manifestados por la población se encuentran el exceso de empleo (N. de la R.: se refiere a muchas horas de trabajo) o la falta de tiempo para compartir con familia y amigos. (...)".
 
Pero, entonces, Cornide vuelve a hacer trampa: mezcla peras con manzanas. Es cierto que hay una profunda crisis en las relaciones interfamiliares en la Civilización del siglo 21, y resultaría fundamental valores aparentemente perdidos por muchos,  pero no es cierto que esa situación pueda superarse apelando al maquillaje de restringir los horarios comerciales e imponiendo el gravoso costo de imponer un culto religioso a todas las personas, rechazando la libertad de culto. 
 
Cornide afirma: "(...) Estudios oficiales y privados realizados en provincias y municipios de la Argentina muestran que los hipermercados y shopping destruyen más empleos de los que generan, y la realidad cotidiana nos indica que la libertad del consumidor no se construye en un domingo de compras por el shopping o el hipermercado sino en espacios como el hogar, el barrio o lugares comunes donde se pueda compartir un juego, una palabra o simplemente encontrar un momento de tranquilidad, en compañía o en soledad. (...)".
 
Él pretende que sus intereses comerciales privados se conviertan en una inquietud de toda la sociedad.
 
Y él afirma que el descanso dominical obligatorio es apropiado porque "es el día del Señor", otro concepto en extremo controvertido.  
 
No todos los ciudadanos practican religiones que guardan el domingo como día santo.
 
Ni los islámicos ni los judíos ni los adventistas del 7mo. día, por ejemplo, descansan el domingo.
 
¿Quién dijo que el papa Francisco, involucrado en objetivos ecuménicos intensos, simpatiza con un descanso dominical obligatorio? ¿Cómo creerle a Cornide que el Papa, en intenso diálogo con islámicos y judíos, promueva un descanso dominical obligatorio por sobre los legítimos intereses de esos devotos creyentes en países como la Argentina?
 
En su afán mercantil, Cornide incursiona, además, en un problema teológico. Por ejemplo, el cambio del sábado por el domingo como día de descanso.
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La ley dada por el emperador Constantino el 7 de marzo del año 321 d.C., relativa al día de descanso (Código de Justiniano, Lib. 3, tít 12, Párr. 2), estableció obligatoriamente el domingo pero sin fundamento bíblico alguno:
 
“Descansen todos los jueces, la plebe de las ciudades, y los oficios de todas las artes el venerable día del sol. Pero trabajen libre y lícitamente en las faenas agrícolas los establecidos en los campos, pues acontece con frecuencia, que en ningún otro día se echa el grano a los surcos y se plantan vides en los hoyos más convenientemente, a fin de que con ocasión del momento no se pierda el beneficio concedido por la celestial providencia”.
 
Charles Hefele, en su texto History of the Councils of the Church, tomo II, p. 316., se refiere al Concilio de Laodicea, realizado en el 364 D. C., que procuró darle una cobertura teológica a la decisión de Constantino, aunque el argumento tampoco fue bíblico: 
 
“Los cristianos no deben judaizar y estar ociosos el día del sábado (el día de reposo original), sino que deben trabajar en ese día. Deben honrar en una forma especial el día del Señor. Como cristianos, hasta donde esté a su alcance, no deben trabajar en ese día. Con todo, si se les encuentra judaizando, se les separará de Cristo”. 
 
Pero Cornide decide correr el riesgo... y es grave que autoridades de las provincias de Chaco y La Pampa afirmen su solidaridad a una acción tan dictatorial... en una sociedad democrática.

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