EL NUEVO JEFE DE LAS FF.AA

Milani hace kirchnerismo en las FF.AA. y crece el enojo en la fuerza

Empieza a crecer un lógico malestar en las Fuerzas Armadas desde que el espía César Milani accedió a la jefatura del ejército por decisión de Cristina Fernández. En su discurso con motivo de su asunción en el Colegio Militar, molestó especialmente el pedido a los militares para que "acompañen con renovadas ansias el proyecto nacional". Pero además el general Milani comenzó a designar gente de su confianza en puestos clave de la estructura militar y a volcar su influencia sobre la elección para cubrir cargos en las otras fuerzas. Algunas fuentes castrentes aseguran que el ex miembros de inteligencia estaría pensando en reeditar el Operativo Dorrego de 1973 entre las juventudes de las FF.AA y del kirchnerismo para tareas de ayuda social y pequeñas obras de infraestructura.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Si ya había malestar en las Fuerzas Armadas por la elección del espía César Milani como nuevo jefe del ejército, la situación entre las filas se agravó desde su discurso en el Colegio Militar cuando Cristina Fernández lo puso en funciones y las últimas designaciones donde el general ubicó a gente de su confianza en puestos clave. También tuvo influencia sobre la ocupación de cargos de las otras fuerzas.

La frase que motivó las primeras reacciones contrarias de los miembros de las Fuerzas Armadas fue su pedido a los militares para que "acompañen con renovadas ansias el proyecto nacional". Lo dijo en el Colegio militar, donde solo habló Milani y no lo hicieron los jefes de la Armada y de la Fuerza Aérea.

Según fuentes castrenses citadas este 05/07 por La Nación, "todo el acto en el Colegio Militar -donde el jefe del Ejército tomó posesión del cargo, junto con sus pares de la Armada y de la Fuerza Aérea- fue organizado para el lucimiento de Milani. Fue el único de los tres que habló".

"La gente quedó muy dolida y preocupada. La Presidenta habló del nuevo rol social de las Fuerzas Armadas y no mencionó el retraso salarial y los problemas de equipamiento", explicó un oficial.

El clima no era el mejor en el ejército. El encumbramiento de Milani estuvo acompañado por el pase a retiro obligatorio de unos 36 oficiales.

Además Milani logró ocupar los siguientes cargos con gente propia:

En la jefatura del Estado Mayor Conjunto: Estará un subordinado suyo, el general de brigada Luis María Catena, surgido también del área de la inteligencia militar. También tiene el respaldo de la ex ministra de Defensa Nilda Garré y del actual ministro Agustín Rossi, y al igual que el propio Milani cuenta con lazos con la ex SIDE y con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) de Horacio Verbitsky.

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A subjefe de los aeronáuticos llegó un hombre que contó con la influencia de Milani: el brigadier Rodolfo Centurión.

El director general de Inteligencia de la Armada es hombre de Milani, se trata del contralmirante Manuel Guillermo Tomé.

Otras fuentes militares citadas este 05/07 por La Nación señalaron que Milani dio señales ante la Presidenta de estar dispuesto a reeditar la experiencia del Operativo Dorrego, que en 1973, durante la breve gestión de Héctor J. Cámpora, reunió a sectores jóvenes del Ejército y a militantes de la Juventud Peronista (JP) para asistir en tareas conjuntas a los damnificados por inundaciones y contribuir a la construcción de puentes y caminos.

"Tras la caída de Cámpora y el regreso de Perón, la JP pasó a la clandestinidad y muchos oficiales militares que habían compartido tareas con los jóvenes militantes en el Operativo Dorrego pasaron a combatirlos", recordó la fuente castrense.

En tanto, el kirchnerismo va por más: En el Senado tomó estado parlamentario anteayer un proyecto que giró el Poder Ejecutivo para aprobar los ascensos de los nuevos jefes militares al grado inmediatamente superior. Milani, que es general de división, pasaría a ser teniente general, lo que atizaría aún más el rechazo que planteó la oposición al discutirse su anterior ascenso, a fines de 2010.

A Milani le atribuyen además ser el cerebro del controvertido Proyecto X, de espionaje sobre las organizaciones sociales.

Su devoción K llegaría a la puesta en funcionamiento de un ateneo peronista en Cosquín (Córdoba), propiedad de la familia del uniformado, buscando apuntalar la carrera política de su sobrino, el abogado Rodolfo Milani.

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