CEFERINO REATO, DESPUÉS DE HORACIO VERBITSKY

"Todo esto comenzó en los '70"

Los '70 persiguen a los argentinos. Cuando parecía que los '90 lograrían dar vuelta la página de acontecimientos terribles, contradicciones trágicas y culpas compartidas, llegó el inicio del siglo 21 con los Kirchner promoviendo una delirante revisión del pasado, estableciendo una sesgada reinterpretación de todo… y la Justicia prestándose a tanta tontería… Todo irá, en breve, a revisión otra vez. Por supuesto que a la Argentina no le sirve nada de todo esto que promovieron los Kirchner y la verdadera historia no es la oficial. Es obvio que resulta complicadisimo para Hebe de Bonafini u Horacio Verbitsky porque el tiempo de los K se agota y saben que viene la contrahistoria. Ese fue el origen de un debate reciente, a propósito de la muerte del ex montonero Juan Gelman, y en ese contexto es interesante parte de un diálogo entre Raúl Acosta y Ceferino Reato:

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Cuando murió Juan Gelman, escritor, poeta, periodista y también ex integrante de la conducción de Montoneros -o sea un simpatizante o ex de la lucha armada, inclusive contra un gobierno elegido por los ciudadanos-, otro personaje, de biografía similar (Horacio Verbitsky) se refirió en términos muy críticos hacia el también periodista e investigador de la historia reciente, Ceferino Reato:

“(...) En contraste, me pareció obscena la seguidilla de por lo menos cinco artículos denigratorios que Ceferino Reato, se apresuró a publicar en tres diarios distintos durante la semana posterior, para ofrecer sus propios libros como modelo antagónico a la actitud de Juan. En realidad, la actitud que él atribuye a Juan.

Luego de citar el “No matarás” de Oscar del Barco, Reato se pregunta: “¿Por qué ocultar o disimular su militancia como ‘oficial’ montonero”?

Según el columnista de La Nación, Perfil e Infobae:

> “Luego de romper con Montoneros, en 1979, Gelman se dedicó a la escritura y no quiso hablar de su experiencia armada”.

> “Estos guardianes de la memoria histórica construida por el kirchnerismo, con la imprescindible colaboración de la mayoría de los organismos de derechos humanos, consideran que de esos temas no hay que hablar. Comparten con Gelman el convencimiento de que no hay autocrítica que realizar, (...) siguen convencidos de que la lucha armada fue correcta porque era el mejor camino”.

> “Gelman no hizo autocrítica sobre su militancia en Montoneros –donde llegó a ‘teniente’ y a integrar el Consejo Superior del Movimiento Peronista Montonero– porque pensaba que no tenía nada que criticarse. (...) Si fuera por ellos, nadie debería recordar los atentados de las guerrillas o los fusilamientos de militantes sospechados de traición y delación. (...) Mi posición es que un periodista debe preocuparse sólo por llegar lo más cerca posible de la verdad”.

 

Con el propósito de asistirlo en esa preocupación por acercarse a la verdad, voy a recordarle al ex asesor de prensa de Esteban Caselli en la embajada menemista ante el Vaticano que la autocrítica de Gelman (como la de Walsh o la mía), comenzó antes de la ruptura con Montoneros y le valió una ridícula condena a muerte de su conducción. Afirmar que desde entonces Juan no habló de la experiencia armada ni la criticó requiere, por ser benévolo, de una alta dosis de ignorancia. Para subsanarla voy a transcribir algunas definiciones que constan en un libro de 1987: Juan Gelman. Contraderrota. Montoneros y la Revolución Perdida. (...)”.

Tanto desde el bisemanario Diario Perfil como desde su programa en Infobae TV, Reato le respondió a Verbitsky:

"Horacio Verbitsky es muy inteligente, voluntarioso, sarcástico. Me criticó fuerte porque yo había dicho que Gelman nunca había hecho una autocrítica de su participación en Montoneros. Lo que dice Verbitsky es que en realidad Gelman hizo una autocrítica profunda en 1987, y cita párrafos de una entrevista publicada bajo la forma de un libro. Yo leí con mucha atención lo que dice Verbitsky, pero (lo de Gelman) no es una autocrítica, sino una crítica a la conducción de Montoneros. Y ni siquiera es una crítica  a la lucha armada en sí: lo que dice Gelman es 'nos equivocamos, no nosotros sino una cúpula que se militarizó, no leyó bien el contexto y usó mal la violencia'. No dice 'yo reconozco haber participado en tal acción armada, estuvo mal porque entre el 73 y el 76 hubo cuatro gobiernos constitucionales del peronismo'. No es una autocrítica ni una crítica a la lucha armada en sí,  sino al mal uso".

Y Reato embistió directamente contra Verbitsky: "Él lo deja peor a Gelman. Es mejor rescatarlo como el gran poeta que fue. Yo creo que en el fondo a Verbitsky no le preocupa Gelman, sino su historia personal. Él trata de tomar a Gelman como ha tomado a Rodolfo Walsh, para hacer el relato de su vida y atemperar esas zonas oscuras de su propia vida".

Ahora, Ceferino Reato fue entrevistado por otro periodista, poeta, autor teatral y ensayista, Raul Acosta, en LT8, de Rosario:

-Estamos charlando con Ceferino Reato, que es director de la revista Fortuna y su último libro,"Viva la sangre" cuando lo presentó en Rosario, tuve la suerte de estar junto a él. Viva la sangre, se llama el libro, y es en cierto modo desmitificador –sería la palabra- de hechos históricos. Uno de ellos, básico, es que el montonero mató gente. Este olvido lleva a una recategorización del montonero: si vos matás gente no hay excusas… si sos católico la muerte es la muerte y el asesinato es eso y  no hay vuelta. Basado en este eje, uno de sus últimos artículos, referido a Juan Gelman, fue motivo de enojo por parte de muchos de aquellos que compartieron la época sangrienta de Juan Gelman, más allá de su categoría de poeta fenomenal.[ pagebreak ]

-Claro. El tema es debatir de los 70 a partir, en este caso, de la muerte de Gelman, notable poeta admirado además por la lucha que hizo para reencontrarse con su nieta, para encontrar los restos de su hijo desaparecido durante la dictadura. Todo eso está muy bien, pero lo que yo criticaba en algunos artículos era que no hubiera hecho una autocrítica de su paso por Montoneros. Recién él rompió junto con Rodolfo Galimberti en 1979.

-Él es el uno de los que firma el Acta de Roma junto con Julia Constenla, ese acta es es la que dice ‘Vuelvan a la Argentina’. El acta que indica vuelvan y que después fue la masacre grande que tuvieron, no.

-Claro. Porque la contraofensiva, que era volver en pelotones porque pensó que la dictadura se caía a pedazos, fue aprobada en enero del 79 en Roma por toda la conducción de la cual formaban parte Gelman y también Galimberti. Al mes siguiente ellos se abrieron, pero eso fue en el 79. Entonces lo que yo decía es por qué no exigir o por qué no hacer una autocrítica de la responsabilidad que cada uno tuvo en aquella época. Porque es muy fácil hacer la crítica de los otros o de la conducción montonera, es decir, la culpa fue de Firmenich. Bueno, está bien, pero vos eras una persona grande. Hay que ser responsable también de los actos propios.

-Para llevarlo a un plano más general, uno de los ejes de lo que nos está pasando es que de esos años 70 la mirada que hoy se tiene desde el gobierno es muy de costado. Y uno de los ejes de ese costado, esa equivocación de la mirada, está en no entender que hubo realmente desaciertos, equívocos, que si hay culpables hay muchos. Ni siquiera la teoría de los dos demonios es útil. Hay un demonio y que fue la muerte. La violencia.

-Fue la violencia, claro. Y que muchos la practicaron en nombre de valores, de ideologías. Que también la derecha mató en nombre de valores, la patria y todas esas cuestiones que yo personalmente estoy en contra. Pero no tiene mucho que ver lo que uno piense hoy, sino lo que pasó en aquel contexto. Entonces, escudarse en los ideales, matamos porque queríamos un país más igual, más libre, no sirve de mucho, porque todos mataron en función de ideales, no eran asesinos seriales que salían a la calle y decían ‘voy a matar porque me gusta matar’. No, había un ideal. Y el catolicismo ha provisto, tanto a unos como a otros, de muchos de esos ideales.

Recordábamos al cura Leyendecker, que era de la Inmaculada de Santa Fe, como uno de los sitios donde se proveyó un perdón religioso a este tema. En Santa Fe, el grupo violento se organizo primero como "Tacuara". Pero esto me gustaría ponerlo en el contexto del 2014. Porque esa mirada sesgada sobre el pasado tiene un correlato con una mirada sesgada sobre la realidad. Hay muchos de estos grupos, cercanos a esta historia, que están muy cerca del poder y siguen con ese escorzo, mirando a Argentina desde ese costado donde hay iluminados y tontos o traidores. Ese maniqueísmo nos molesta mucho. En cierto modo es criminal.

Yo me acuerdo de la charla que tuvimos cuando presentamos el libro y vos tenía esta actitud, y me parece muy correcta. Yo creo que muchos de los errores del kirchnerismo de hoy abrevan también en los ‘70. Por ejemplo, ese no sentirse responsable de nada; hace diez años y medio que gobierna el kirchnerismo y la inflación siempre es culpa de otros, de los empresarios, del imperialismo, del campo, pero nunca de los errores de la política económica; los pobres, los ni-ni, los que o trabajan ni estudian, esos vienen del ‘90. En estos 10 años no ha pasado nada, hubo un salto. Entonces, creo que esa ausencia de responsabilidad viene de los ‘70. Vos fíjate que los montoneros nunca se reconocen, salvo excepciones, nunca son culpables de nada; digamos, se murió Rucci, lo que hace Gelman en el ‘87 en vez de hablar del atentado contra Rucci dice ‘lo de Rucci’, ni siquiera pueden nombrarlo.

-Referido al hoy, hay gente que está convencida vehementemente de que algo bueno está pasando, y algunas cosas buenas están pasando. Pero cuando digo ‘vamos en serio, defraudación pública, mal uso de la función pública, dinero de coimas, terrenos comprados a precio vil, enriquecimiento ilícito, ¿podemos hablar de esos temas?’, y los K mas fervorosos no hablan de esos temas.

-No, los colegas nuestros se han vueltos más militantes que periodistas, porque por lo menos podrían tocar esos temas para defenderlos, pero no, de eso no se habla.

-Y la otra cuestión, donde finalmente terminamos hablando de fútbol, es en lo siguiente: hay una manera de definir el ‘progresismo’, que es cuando se habla de que hay 63 millones de teléfonos pero no hay caminos, no hay usinas, no hay aeropuertos, no hay gas, no hay electricidad, no hay nafta… bueno, estos son los hecho públicos del común, de todos. Defender lo público de lo privado es uno de los ejes de cualquier Estado de Bienestar o de cualquier Estado medianamente socialista. Y esta gente se vanagloria de que hay 63 millones de teléfonos pero las rutas son una porquería.

-Y después no funcionan, si te movés se pierde la señal. Yo creo que hay muchas cosas que, en esta última década, han mejorado. Y fruto del gobierno, fruto de la sociedad, ustedes que están en la zona del centro saben muy bien cómo es que trabajan nuestros productores agropecuarios, nuestros exportadores, y también el gobierno ha hecho cosas buenas. El problema ahora es que estamos en una crisis, y de la crisis esta me parece que no vamos a salir bien si cada uno no asume sus responsabilidades. Si la Presidenta con esa mentalidad setentista dice ‘los culpables son los otros’ estamos mal, porque en realidad hay muchas cosas que el gobierno puede corregir. Por ejemplo, el gasto público. Ahora se habla de que le van a dar el Futbol para Todos a Tinelli; gran negocio para Tinelli peor lo vamos a pagar todos, con el presupuesto público. Un país que tiene, las cifras más conservadoras dicen, 600 mil chicos que no trabajan ni estudian dilapida, para mí, dinero en asegurar que todos asistan al fútbol gratis. A mí me gusta mucho el fútbol, pero creo que hay cosas que hay que pagarlas porque el Estado tiene muchas cosas más importantes que eso de las que ocuparse, la educación es una y de los pobres en especial.

Dejá tu comentario