ALFREDO ZAIAT, ROBERTO NAVARRO Y RAÚL DELLATORRE/MARTÍN LOUSTEAU

A 6 años de la 125, el campo arde recordando a Página/12

El miércoles 12/03/2014 se cumplirán 6 años de aquel miércoles 12/03/2008, cuando comenzó a tener vigencia la llamada Resolución 125, inicio de una memorable protesta agrícola que terminó en una feroz derrota de los Kirchner cuando el entonces vicepresidente de la Nación, Julio Cobos, presionado por la mayoría del país, desempató la votación en el Senado con su famoso 'no positivo'. 6 años después, la tensión entre el Ejecutivo Nacional y los productores agropecuarios sigue muy intensa, por diferentes motivos pero, en especial, porque no cesó la ausencia de una política de estímulo de la producción. Por eso hay conversaciones para movilizar a los productores el miércoles 12/03/2014.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). El presidente de la Federación Agraria Argentina, Eduardo Buzzi, ya lo expresó: él busca coincidencias con sus pares de las otras entidades gremiales de los productores agropecuarios para movilizarse el 12/03/2014, al cumplirse 6 años del inicio del gran reclamo de 2008, contra la Resolución 125.
 
La fecha y modalidad del reclamo aún está en negociaciones con la Sociedad Rural Argentina, la intercooperativa Coninagro y Confederaciones Rurales Argentinas.
 
La acción gremial promete no entorpecer las tareas de los chacareros en la recolección de la nueva zafra sojera que estará ocurriendo para entonces, con un objetivo de 53 millones de toneladas pero, a causa de la intervención gubernamental, “con pérdidas importantes de rentabilidad” y un masivo incremento de costos para la próxima campaña.
 
“A pesar de lo que pretende instalar el kirchnerismo, los chacareros estamos muy lejos de ser los triunfadores con esta tremenda devaluación”, afirman quienes reclaman que la Administración Cristina "deponga su actitud discriminatoria hacia las entidades del sector, y con urgencia aborde una serie de medidas que ayuden a revertir la situación”.
 
“Luego de la abrupta devaluación, el Gobierno ha intentado ubicarnos en la vereda de los beneficiarios de la medida. ¿De qué beneficios hablan si quienes producimos los alimentos de la mesa de los argentinos cobramos precios que no cubren los costos de producción y vendemos a un mercado interno que tiene cada vez menos poder adquisitivo gracias a la creciente inflación'”, se enojan.
 
Interesante recordar aquel miércoles 12/07/2008, y los puntos de vista que exhibió el kirchnerismo para explicar las retenciones móviles, medida conocida como Resolución 125. 
 
3 fragmentos de 3 periodistas K en el diario paragubernamental Página/12, que permiten recordar cuál era el objetivo en el inicio del conflicto: quitarle participación en la riqueza a los productores, afirmando que ganaban demasiado dinero, y explicándole a la gente que así se frenaría la inflación en los alimentos.
 
 
"(...) Quedarse con los brazos cruzados ante semejante alza, que se traslada al precio de los alimentos, hubiese sido lo mismo que ignorar el efecto devastador del Tequila sobre el sistema financiero y los ahorristas en 1995. En ese año, el Banco Central otorgó redescuentos, flexibilizó normas de liquidez y facilitó el cierre de bancos en algunos casos y en otros la fusión para cuidar las cuentas de los depositantes, y también las de los financistas. Como se trataba de una intervención pública de auxilio a los bancos para evitar elevados costos para mucha gente, no generó resistencia de los protagonistas ni de analistas de la city. 
 
Las retenciones móviles que ayer se anunciaron tienen el mismo objetivo: el intento de preservar el bolsillo de la mayoría de la población moderando la suba de precios de alimentos básicos frente a un impacto externo, esta vez positivo para un sector clave de la economía. 
 
A diferencia de la reacción frente al salvataje de bancos y ahorristas, en ese caso la intervención del Estado deriva en protestas de todos los colores. Si bien es cierto que ahora el sector público se apropia de una parte de la hiperrentabilidad de la producción agraria, lo hace en función de frenar la suba de alimentos. 
 
Con los bancos, en cambio, entregaba dinero al sistema financiero. Pero eran fondos que, en última instancia, el Estado reasignaba en base a un objetivo de minimizar un shock externo. Lo mismo que hoy con las retenciones móviles.
 
En realidad, es una medida que se imponía ya desde enero de 2006, cuando la soja, el trigo y el girasol empezaron a manifestar una tendencia decididamente al alza. También el maíz, aunque con un ajuste bajista en la primera mitad de 2007, pero con valores que hoy más que duplican los precios de comienzos de hace dos años. Como se dice, más vale tarde que nunca.
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Los pequeños y medianos productores se quejarán, aunque las retenciones no son su verdadero problema en un negocio que les permite ganar como pocas veces en la historia, sino las pocas y grandes exportadoras que deprimen los precios que pagan por los granos y se quedan, por lo tanto, con la crema del negocio. 
 
Si Economía quiere avanzar en instrumentar un esquema eficiente de intervención en la estructura de las rentabilidades relativas, no debería limitarse a las retenciones móviles y por tipo de grano, sino también al interior de la cadena de cada uno de ellos. (...)".
 
 
 
"(...) Si el Gobierno no hubiese anunciado el aumento de las retenciones, fuentes de las empresas molineras y comercializadoras de harina ya anunciaban que se venía la falta de harina. 
 
Uno de los primeros síntomas del desarreglo en esa plaza fue que los productores agropecuarios estaban recibiendo por sus granos menos de lo que cuesta el producto. 
 
Si el precio era de 400 pesos, con una retención del 20 por ciento debían recibir 320. Pero los molineros les estaban pagando 280. 
 
Para (Jorge) Schvarzer “esta falta de transparencia en los mercados es generada por las formas erróneas en que interviene el Estado”. 
 
Osvaldo Barsky, decano de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Belgrano, por su parte, señaló a Página/12 que “es necesaria una Ley de Agricultura Integral, como la que rige en Estados Unidos, que incluya este nuevo sistema de retenciones móviles, pero que el destino de esos fondos sirva a los ciudadanos”.
 
El último aumento de retenciones a los granos y sus derivados fue el 6 de noviembre de 2007, hace cuatro meses y una semana. En ese lapso los aceites de soja y girasol subieron más del 40 por ciento en el mercado internacional. Y los granos, el insumo para fabricarlos, un porcentaje similar. Eso desató una puja entre los actores del mercado para ver quién exportaba más. Las retenciones móviles, en parte, vienen a solucionar ese problema. (...)".
 
 
 
"(...) En conferencia de prensa, el ministro Martín Lousteau defendió el nuevo esquema de derechos de exportación móviles, asegurando que es más eficiente para evitar el traslado del alza de los precios internacionales a los valores domésticos. Lo que queda por verse, en referencia a la mencionada eficiencia, es cuál será el comportamiento de los exportadores, y si transferirán en forma equitativa los beneficios y costos a la producción. Hasta ahora, la realidad está lejos de esos signos de transparencia. Y justamente uno de los ejes centrales de la protesta de ayer de la Federación Agraria en la zona cerealera y portuaria del Gran Rosario era denunciar que los exportadores se quedan con la parte del león en la súper renta agraria nacida en las alzas internacionales.
 
Otro aspecto destacado por Lousteau en la nueva instrumentación es que introduce incentivos diferenciales en favor de la producción de trigo y maíz, con niveles de retención inferiores a los de soja y girasol, como una señal en contra de la “sojización” del campo. Además, destacó, le otorga un horizonte de previsibilidad a la producción al disponer un nivel de precios netos estables durante los próximos cuatro años.
 
“Lo que hay que tener en cuenta son los niveles de rentabilidad, y a estos niveles de precios y con estas retenciones, el campo sigue siendo hiperrentable”, destacó el ministro de Economía durante la conferencia de prensa en Casa de Gobierno. “La inflación en el rubro Alimentos se duplicó en el mundo en el último año”, indicó Lousteau. Anticipó, además, que se trabajará en medidas que otorguen incentivos al mayor uso de fertilizantes en la siembra –para aumentar la producción– y otras formas de respaldo “para los eslabones que agregan valor al producto”, como podría ser alguna línea de crédito a tasas subsidiadas.
 
La medida ya empezó a disparar las primeras críticas, que en el Palacio de Hacienda ya descontaban antes de hacer los anuncios. Según Economía, “el problema está en las entidades tradicionales, que siempre están en la vereda de enfrente”. En cambio, de los representantes de productores medianos y chicos esperan obtener mayor comprensión. “Vamos a garantizar que en la próxima campaña el productor triguero reciba el precio pleno que le corresponde”, subrayó Lousteau, como para ganarse la confianza de un sector que, hasta ahora, sólo recibió promesas de que iba a recibir compensaciones, que sólo en cuentagotas llegaron a sus bolsillos. (...)".

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