CRISTINA AL RESCATE DEL SOCIALISMO

Informe de Rosario: 100 homicidios en 110 días y sigue la droga

100 homicidios en 110 días es el saldo 2014 en la ciudad de Rosario, intervenida con fuerzas federales de seguridad desde hace 10 días. En 2013, los 100 homicidios llegaron en julio. 2014 viene más sangriento. Según esas estimaciones, se espera que durante 2014 los niveles de violencia sean superiores a los años anteriores. El criminólogo de la Universidad Nacional de Rosario, Enrique Font, señaló: "No todos están vinculados a la narcocriminalidad sino todo lo contrario. Son jóvenes que conforman 'juntas' o bandas. Algunos se dedican a hacer arrebatos, a robar, algunos andan armados, pero son chicos que entran y salen del delito y que construyen identidad por pertenecer a una banda. Con una prevención social del delito se podría prevenir pero es un fenómeno que al gobierno no le interesa combatir, no tiene estrategia y le da independencia a la policía", aseguró el ex secretario de Seguridad Comunitaria de la provincia. El enfoque coincide con algunos conceptos deslizados por 'el Bigote' Acosta:

por RAÚL ACOSTA
 
SANTA FE DE LA VERA CRUZ (El Litoral). La Semana Santa trajo a Rosario una confirmación. Las cosas han cambiado. Nadie sabe/cree que definitivamente, pero es cierto que la presencia de fuerzas militares en la ciudad provocaron cambios.
 
La señora intendente, Mónica Fein, ha dicho que se quedarán un tiempo, el tiempo que sea necesario. Las palabras de la señora intendente son necesariamente ambiguas; ella no sabe hasta cuándo se quedarán en la Región Rosario. Ella es la encargada de administrar la ciudad y las fuerzas que ocuparon el territorio para liberar calles y vigilar barriadas enteras no le han dicho nada referente al almanaque de ocupación. Acaso el coronel Berni, jefe de las tropas asentadas en la región, no lo sepa con exactitud.
 
El señor gobernador, Antonio Bonfatti, ha recibido con beneplácito a las tropas y una declaración sobre “un antes y un después” de la ocupación, ocurrida el miércoles 9 de abril a la siesta, define su pensamiento. Un antes. Un después.
 
Dos periodistas, luego un tercero, acompañaron a las tropas de ocupación. Fueron convocados según refieren en la noche anterior. Vinieron en helicóptero con quien comanda la operación y en su tanqueta recorrieron los primeros sitios. Extremo sigilo y extrema confianza, como es obvio.
 
Se dice que fue de día y en mitad de semana para no trabajar con los vendedores en la calle, con la demanda del fin de semana y con demandantes de droga que podrían comprometer el arribo y la ocupación territorial. Algo de cierto parece que tienen estos trascendidos; el coronel Berni dijo varias veces que se sentía orgulloso de que no se hubiese disparado ni un tiro y, de hecho, que no hubiese que lamentar víctimas.
 
El territorio ocupado, base del operativo, es la conquista más evidente de la ocupación. La narcosociedad estaba físicamente ocupando territorios. El total de los funcionarios municipales y provinciales, de áreas tan diferentes como las que se ocupan de caminos, de seguridad, de salud, funcionó como una afinada orquesta. Todos están contentos de la presencia de las tropas de ocupación. Buena gente, buena decisión, bienvenidos sean.
 
Es riguroso: la seguridad es una sensación. No hay menos drogadictos ni se interrumpe la venta, apenas si cambia la modalidad: autos y delivery antes que kioscos convertidos en búnkeres atendidos por menores. Hay más policías en las calles, más patrulleros, más presencia. Hum. No es aseveración ni pregunta. Parece que hubiese más patrullaje, más presencia. Sensación. Las estadísticas no se han alterado, la violencia sigue. Sólo que el común -nunca mejor dicho- el común mortal siente que su vida está un poco, eso, un poco más vigilada. Sensación. Buena sensación. Bienvenida.
 
La administración municipal, que había perdido territorios donde sus representantes territoriales no iban, iban menos, apenas pasaban, o decían que pasaban pero ni se arrimaban, recompusieron su agenda. Lo que siempre estuvo, la presencia cultural (¿quién se va a enojar con los que traen música, payasos, actuaciones infantiles...? ¿Quién? Nadie, ni los barrabravas que manejaban barriadas enteras), fue fortalecido y acaso redoblado.
 
El sector llamado, genéricamente, de asistencia social, llenó planillas y hubo fotos en calles y esquinas donde ya nadie llegaba en el atardecer y nadie con uniforme osaba arrimarse. La presencia de los dirigentes y asistentes sociales fue el eje que el socialismo le quitó al peronismo hace tiempo. Se estaba perdiendo. Síntesis: se perdía el territorio.
 
Las fotos del coronel Berni y la señora Fein son reales. El territorio que se ocupó con fuerzas militares es territorio recuperado para la sociedad civil. El jefe militar de Región Rosario no obstaculiza, al contrario, colabora, potencia la actividad de la administración municipal que -se insiste- se ha visto potenciada y con espaldas protegidas.
 
Queda para el análisis el metalenguaje, lo que subyace. Es necesario que ubiquemos lo que se vio en un marco del pasado y del porvenir. Por la presencia de las tropas dirigidas por el coronel Berni, dependientes de la generala en jefe de todas las tropas del país, la señora Cristina Fernández de Kirchner, la Región Rosario recuperó físicamente calles y barriadas y volvió a entrar para asistir socialmente en los angostísimos pasadizos de algunas villas miseria. Eso es bueno. Muy bueno. Contó con el apoyo de todas las fuerzas políticas, excepto la extrema izquierda y sus voceros. 
 
A la droga jamás se pensó en derrotarla sólo con esta ocupación ni fue ése el objetivo primario, el táctico. La estrategia, a largo y mediano plazo, la saben quienes hicieron el plan. Si es que lo hubo. Falta el discurso de liberación y los votos. El destino de la medalla. Va de suyo: la medalla son los votos.

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