EL SALVADOR

Violencia: El Papa intenta una difícil mediación en una guerra de bandas

¿Hay una sociedad más violenta que la de El Salvador? Hay estadísticas que dan pavor. El Salvador es una sociedad donde una guerra entre organizaciones delictivas conocidas como "maras" ha provocado cientos de muertos. La tregua entre ellas que consiguió en 2012 una mediación de la que participó la Iglesia Católica, entró en crisis y aumentaron los asesinatos, ahora también de policías. El Presidente electo de El Salvador viaja rumbo al Vaticano, donde Jorge Bergoglio se encuentra interesado en que el clero retome la mediación entre bandas criminales para que haya algo parecido a la paz.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Los grupos de delincuentes salvadoreños "aumentaron" su violencia en 2014, adquirieron "más armamento" de uso militar y, pese a una tregua que mantienen desde marzo de 2012, que sin embargo no detuvo los asesinatos, se han lanzado a una nueva escalada.
 
De acuerdo al Instituto de Medicina Legal salvadoreño, entre enero y marzo pasados se registraron 794 asesinatos en El Salvador, cuando en igual período de 2013 se contabilizaron 551 asesinatos.
 
Durante el feriado largo de Semana Santa, en el país centroamericano ocurrieron 90 víctimas mortales: 70 por homicidios y 20 por accidentes varios.
 
Las 2 principales pandillas del país (Barrio 18 y su archirrival Mara Salvatrucha o MS-13), acordaron una tregua el 09/03/2012, que logró bajar el promedio de homicidios de 14 diarios a entre 4 y 6  diarios. La tregua tuvo como mediadora entre las bandas delictivas a diversos clérigos, varios de ellos católicos apostólicos romanos.
 
Pero en 2014 el escenario se ha complicado. El promedio escaló a 8,9 homicidios por día.
 
En las cárceles del país hay unos 10.000 pandilleros recluidos, pero en las calles se estima que circulan libremente unos 50.000, de acuerdo a cifras oficiales.
 
El Ministerio de Seguridad salvadoreño denunció un incremento del 35% en atentados contra policías, registrado entre el 01/04 y el 15/04, respecto a igual período del año pasado. 
 
El arzobispo de San Salvador, Luis Escobar Alas, advirtió: “La tregua no funciona y el nuevo gobierno tiene la obligación de preparar un plan distinto”.
 
Así es como aparece el papa católico Francisco en escena.
 
El presidente electo de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, viaja al Vaticano (llegará el 25/04), antes de asumir el mandato (01/06). 
 
Él es uno de los principales dirigentes del partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y lo fue de la desaparecida organización político-militar Fuerzas Populares de Liberación "Farabundo Martí". Sánchez Cerén quiere un compromiso del Papa con la negociación entre bandas para recuperar la tregua.
 
Raúl Mijango, ex jefe guerrillero del FMLN actualmente en el gobierno, quien fue mediador en el armisticio de 2012 junto con el obispo castrense Fabio Colindres, asegura que las bandas “mantienen la voluntad” de continuar el alto el fuego. Si bin hay una situación de estancamiento no ha sido rechazado por los líderes de las maras (organización delictiva de características muy definidas, que consigue darle una identidad a jóvenes muy humildes y marginales). 
 
Para Mijango, la tregua que se logró entre las maras “es el único intento exitoso en El Salvador y en toda América Latina en materia de reducción de la violencia”. 
 
Las iglesias de El Salvador trabajan en el nuevo plan y presentarán una propuesta de relanzamiento del proceso de paz basada en aquella “Iniciativa Pastoral por la Vida y por la Paz” de 2012.
 
En la vigilia del encuentro entre el Papa y el presidente Sánchez Cerén, monseñor Escobar Alas afirmó: “Es importante resolver el problema de la violencia. Se está hablando de un diálogo amplio al que hemos sido invitados. Obviamente vamos a participar”.
 
El principal mediador de la polémica tregua entre pandillas, Raúl Mijango, no duda en culpar al ministro de Justicia y Seguridad salvadoreño, Ricardo Perdomo, por el incremento de la violencia de las maras, que en las últimas semanas han dirigido sus ataques hacia integrantes de la Policía Nacional Civil.
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Mijango está convencido que es consecuencia de la suspensión del proceso de diálogo ordenado por el ministro Perdomo. Según la Policía Nacional Civil (PNC) "existen lineamientos" de las pandillas para que sus miembros ataquen "directamente a policías, militares y empleados públicos": entre enero y el 05/04 se registraron 47 atentados contra agentes policiales.
 
Por su parte, Perdomo ha reaccionado diciendo que “si Mijango está involucrado en hechos delictivos con las pandillas, también será perseguido”, aunque, luego, ha aclarado que no se le investiga.
 
Acerca del escenario que ya conoce el Papa antes de recibir al Presidente salvadoreño, Jessica Ávalos escribió en el diario La Prensa Gráfica de San Salvador:
 
"Dos bandos están intentando, de forma paralela, remendar lo que queda de la tregua entre pandillas iniciada en marzo de 2012. Por un lado, Raúl Mijango y Fabio Colindres, asistidos por pastores de varias iglesias, propusieron un relanzamiento de la versión inicial de la tregua. Y por otro, el ministro de Seguridad, Ricardo Perdomo, ha iniciado su propia cruzada bajo la etiqueta de diálogo, para convencer a las pandillas que dejen de matar.
 
Los intentos, pese a ser paralelos, tienen el mismo objetivo: sofocar el incremento de homicidios registrado en los últimos meses. A la fecha hay un promedio de nueve asesinatos cada día.
 
Mijango y Colindres, dos de los precursores de la tregua, participaron en una conferencia de prensa para proponer la reactivación de lo que llaman proceso de pacificación. Lo hicieron aglutinados en un movimiento bautizado como Iniciativa Pastoral Por la Vida y la Paz, integrado por ocho pastores de distintas iglesias.
 
Mijango y Colindres tienen prohibido el ingreso a penales desde que Perdomo asumió las riendas de Seguridad. El movimiento pidió al Gobierno que refrende al exguerrillero y al obispo castrense como los mediadores del proceso y que les conceda facilidades para que “realicen el mejor esfuerzo de pacificación de una manera más directa y sin obstáculos”.
 
“Debe quedar claro que no proponemos que el Gobierno negocie con grupos delictivos. Pero sí creemos que el Gobierno en todas sus expresiones debe asumir responsablemente la solución integral del problema de la violencia”, suscribió ese movimiento.
 
De forma paralela, el sacerdote Antonio Rodríguez, conocido como padre Toño, sostuvo una reunión con pandilleros recluidos en el penal de Cojutepeque. Según los mediadores, Rodríguez ha sido delegado por el ministro Perdomo para ser el nuevo mediador con los pandilleros encarcelados.
 
“Perdomo no quería trabajar con los mediadores que ya están establecidos. Él (Perdomo) quiere construir su propio proceso de paz con sus propios mediadores, y el elegido es Toño. Y exactamente en eso anda. Está haciendo una locura, está tratando de hacer un pacto parcial con una de las pandillas. A quién se le ocurre a esta altura hacer una cosa que está encaminada a dividirlos”, comentó Paolo Lüers, activista que desde el inició de la tregua abrazó la causa de Mijango y Colindres.
 
Mijango también aseguró que Rodríguez es el “enviado” de Perdomo. Cuando se le preguntó por qué el Gobierno los había apartado a él y a Colindres dijo que eso lo debe responder el ministro.
 
Perdomo, por su parte, no confirmó si Rodríguez ha sido ungido como el intermediario con las pandillas. El que sí dio su versión fue Rodríguez, quien negó que esté buscando entendimientos con las pandillas en nombre de Perdomo.
 
Yo solamente fui a una visita pastoral. No ha habido ningún tipo de diálogo. Yo no soy el que sube o baja homicidios. Eso lo hace Raúl (Mijango). Yo no negocio homicidios”, negó el sacerdote.
 
El pasado 16 de abril, Perdomo llamó a un nuevo diálogo a las pandillas. Propuso una versión “más transparente” del proceso.
 
Su propuesta era incluir a sectores económicos, políticos, civiles, religiosos y culturales. La tregua, a diferencia de lo dicho por Mijango y Colindres, fue iniciativa del exministro de Seguridad David Munguía Payés algo que él mismo reconoció públicamente, y que no fue seguida por Perdomo a su llegada a Seguridad. Desde entonces Perdomo ha tomado otro camino.
 
“El ministro (Perdomo) sé que me va a hacer una invitación porque ya habló con el arzobispo, con la conferencia episcopal. Yo no creo en un proyecto tan hermético, que ha sido muy cuestionado, como el de Raúl. Yo creo en un proceso de país, que sea amplio”, afirmó Rodríguez. (...)"

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