MINERÍA EN MENDOZA

Y desde Moscú y Chipre llegaron los rusos...

La Corte Suprema mendocina aún no define si la ley que prohíbe la actividad minera metalífera es constitucional. Pero Coro Mining ya inició su salida del emprendimiento minero San Jorge, en Uspallata. La empresa apuntó al grupo ruso Solway Investiment, y en diciembre de 2013 se sum Aterra Capital, también de Rusia. Ambas ya controlan el 70 % de las acciones que Coro Mining tenía en el proyecto San Jorge.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). En 2008, el entonces intendente PJ de Las Heras (Medoza), Rubén Miranda, informó que la minera San Jorge (de la canadiense Coro Mining) invertiría US$300 millones en una zona cercana a la villa de Uspallata.
 
El director de San Jorge, Julio César Ortiz, dijo que era “el momento óptimo” para la inversión, a causa de los precios altos del cobre y del oro en el mercado internacional, y las características del yacimiento, en la estancia Yalguaraz, que permitía utilizar un modo de extracción infrecuente.
 
Él no contempló que, desde junio de 2007, había una legislación provincial (N°7.722) destinada a preservar los recursos hídricos del uso de sustancias tóxicas (como cianuro, ácido sulfúrico y mercurio).
 
La consecuencia directa fue la división de la opinión pública en Uspallata, el pueblo de Las Heras, directamente involucrado.
 
Rubén Miranda sufrió una derrota política, y todos miraron hacia el sacerdote católico local, Pablo López.
 
Pasó el gobernador Celso Jaque y llegó 'Paco' Pérez, pero las restricciones no cesaron.
 
Los legisladores locales rechazaron el proyecto de San Jorge el 24/08/2011, cuando el entonces candidato y actual gobernador Pérez pidió que se bochara la declaración de impacto ambiental que había aprobado Jaque.
 
En 2012, Minera San Jorge SA presentó ante la Dirección de Minería de la provincia una “actualización” del proyecto.
 
En un escrito afirmó que confiaba “en que el proyecto de lixiviación puede ser ejecutado de una manera ambientalmente responsable para el beneficio económico y social duradero de las provincias de Mendoza y San Juan. Además, tiene el potencial de más de satisfacer el consumo actual de la Argentina de cobre, y por lo tanto podría ser desarrollado de acuerdo con la política del país de reducir las importaciones”.
 
En 2013, el Instituto Fraser, que realiza investigaciones mineras, ubicó a Mendoza entre los 10 lugares del mundo con más dificultades para invertir en el sector (sin duda estaba, entre otras cuestiones, la mancha por el éxodo de la brasilera Vale, que renunció al potasio en Malargüe).
 
Sin embargo, en la página web de Coro Mining se lee, acerca de su proyecto en San Jorge, que "el Grupo Aterra+Solway adquirió una participación del 70% en el proyecto pagando a Coro U$S 200.000 a la firma (en diciembre), U$S 300.000 dentro de los 6 meses, U$S 500.000 dentro de los 12 meses a y U$S 500.000 en los 24 meses transcurridos desde la firma". En total, U$S 1,5 millón. 
 
¿Quiénes son?
 
El fondo de inversión Solway (de capitales rusos pero sede en la isla de Chipre), predecesor de Solway Investment Group, fundado en 2002, y que controla empresas diversificadas en las actividades de minería básica, de metales no ferrosos, productos químicos, industria del gas y bienes raíces tanto en Ucrania como en Macedonia y Rusia.
 
Aterra Capital, con sede en Moscú, es una firma de gestión de inversiones de capital privado (Boris Granovsky & Kirill Zimin), con una cartera que incluye firmas involucradas en la exploración, desarrollo y producción de cobre, plata, fosfato, zinc, plomo,etc.: cobre en El Roble (Colombia), minerales en Kwale (proyecto en Kenia), zinc en Olza (Polonia), fosfato en Farim (Guinea Bissau), etc.
 
Coro Mining agregó que "el convenio estableció que el Grupo tendría la opción de adquirir el 100% del proyecto por U$S 3 millones en efectivo en cualquier momento dentro de los 6 meses o U$S 5 millones en efectivo en cualquier momento dentro de los 18 meses. En el caso de que el Grupo opte por ejercer su opción por el 100% del proyecto, Coro conservará una regalía de 2,5% en la producción de todos los metales del proyecto, excepto el oro".
 
 
Es la primera llegada de capitales privados de Rusia la Argentina. Esperan que la Corte defina si la ley que prohíbe la actividad minera metalífera es constitucional. Si queda como está, invertirán U$S 200 millones en el proyecto biprovincial con San Juan y crearán unos 2.000 puestos de trabajo.
 
Si bien en nuestra provincia el proyecto no avanza, los miembros de Coro Mining comenzaron a realizar operaciones para ir saliendo del emprendimiento minero San Jorge en Uspallata y desde 2010, a cuatro años de haber llegado a la provincia, comenzaron a buscar nuevos inversores. Así fue como en ese año ingresó al proyecto el grupo ruso Solway Investiment y en diciembre de 2013 lo hizo Aterra Capital, también de Rusia. 
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Ambas firmas se juntaron y se quedaron con el 70% de las acciones que Coro Mining tenía en el proyecto San Jorge y, por lo tanto, están a cargo del gerenciamiento. Así lo explicó a Los Andes, Taras Nechiporenko, quien es CEO del proyecto San Jorge desde febrero. También confirmó que tienen pensado invertir U$S 200 millones y darles trabajo a unas 5 mil personas entre empleos directos e indirectos. De esta forma, San Jorge se convierte en la primera inversión privada rusa en Argentina.
 
El grupo formado por ambas empresas rusas tiene inversiones en distintos lugares del mundo: en Indonesia, en el Kongo y en Guatemala tienen una planta de níquel en la que han invertido U$S 600 millones. 
 
Los planes
 
Los nuevos directivos tienen pensado esperar la decisión de la Corte Suprema de Justicia sobre la constitucionalidad de la ley N°7.722 que impide la explotación metalífera. Si los miembros del máximo tribunal provincial entienden que contradice la Carta Magna local, avanzarán con el proyecto biprovincial. Así, entonces se realizará la extracción primaria de cobre en Uspallata, desde ahí la materia prima recorrerá 22 kilómetros en tren hasta llegar al departamento de Calingasta de San Juan donde se realizará el tratamiento con ácido sulfúrico. En Mendoza entonces, solo quedaría una cantera por la que deberán pagar regalías. 
 
Nechiporenko tiene claro que "si nosotros comenzamos a producir 25 mil toneladas de cobre fino por año en San Jorge, abastecemos la demanda interna de Argentina porque en 2012 este país importó esa cantidad de cobre fino", un material muy utilizado en la metalmecánica. Con la inversión de 200 millones entre ambas provincias, deberá aumentar los 27 millones que la minería no metalífera le aportó al PBG el año pasado. 
 
Las trabas
 
Los rusos conocen el derrotero por el que pasó el proyecto San Jorge. Una vez más, como otras veces, a fines de agosto de 2011 la Legislatura paralizó la aprobación final de la Declaración de Impacto Ambienta (DIA). Por esos días el actual gobernador Francisco Pérez, ya estaba en campaña para ocupar el sillón de San Martín y le ordenó a los diputados de su partido no aprobar la DIA. "A partir del rechazo social vengo a pedir a mis diputados que rechacen de plano del proyecto San Jorge", fueron las palabras que pronunció Pérez aquel 25 de agosto del 2011. 
 
Nechiporenko ya se juntó con el gobernador Francisco Pérez y cuenta que está a la espera de un próximo encuentro. Ya fue pedida la audiencia pero todavía no ha tenido respuesta. También han invitado a funcionarios locales y nacionales a conocer la mina de níquel que están explotando en Guatemala.
 
Los problemas ambientales
 
Los empresarios rusos están al tanto del cuestionamiento social que tiene la actividad minera metalífera en Mendoza. Pero Nechiporenko insiste en que en muchos países se desarrollan proyectos mineros metalíferos y no hacen daño. Pero es que aquí, los cuestionamientos sociales pasan también por si el Estado podrá controlar los emprendimientos que se lleven a cabo sin contaminar. El empresario ruso indicó que en Nueva Zelanda y en Chile, ambos países con producción vitivinícola, las explotaciones mineras conviven con otras actividades.
 
El negocio que los seduc
 
Los rusos tiene claro qué vienen a buscar y, por eso, es que están dispuestos a invertir. Además, Nechiporenko se desempeñó como agregado comercial en la embajada de Chile y dice que la experiencia de haber pasado por el cuerpo diplomático es importante tenerla para el mundo de los negocios. 
 
A la hora de explicar la decisión de la inversión, Nechiporenko indica: "Vemos el proyecto de Mendoza y Argentina en el contexto de las perspectivas enormes que tiene este país en desarrollo minero" Y agrega convencido que "las reservas de cobre en Argentina le permiten al país entrar en la lista del Top 5 de países productores de cobre. Nosotros vemos el proyecto en el contexto de estos datos y de estas perspectivas. Entiendo que hay que analizar la inversión de esta manera. Visto así, considero que tomamos una buena decisión al invertir". 

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