CRISIS HUMANITARIA EN USA

Que se los envíen al Tea Party...

La oleada migratoria de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños menores de edad no acompañados que en los últimos días provocó una emergencia en la frontera terrestre del suroeste de USA parece tener un origen: en su afán de incrementar su clientela y sus abultadas ganancias, los "polleros" o "coyotes", que controlan las cadenas regionales de contrabando de seres humanos, propagaron el falso rumor de que el Gobierno estadounidense concederá una amnistía migratoria temporal que favorecerá a las personas que ya se encuentran en ese país, sin importar si ingresaron legal o ilegalmente, y necesitan normalizar su situación.

Legisladores estadounidenses están buscando salidas ante una de las peores crisis humanitarias que ha vivido USA en los últimos años, debido al dramático aumento de niños, en su mayoría centroamericanos, que cruzan solos la frontera. Aunque hasta ahora el Gobierno ha aplicado medidas provisionales para sobrellevar el problema, no se ve aún una solución a largo plazo.
 
“La migración se ha incrementado porque los coyotes han dicho que USA supuestamente daría una amnistía temporal migratoria”, dijo la hondureña Aracelly Calderón, funcionaria del Departamento de Migración de Honduras adscrita al Centro de Atención al Migrante Retornado de Honduras, una organización no gubernamental de Tegucigalpa. 
 
Calderón explicó que las madres de familia, "motivadas por esa supuesta y famosa amnistía", emprendieron esa ruta para migrar. "Las familias llaman al Centro a preguntarnos si es cierto que habrá amnistía, pero les decimos que no. Y las autoridades de Estados Unidos también han desmentido esas versiones”.
 
“Sin embargo, los polleros o coyotes les hablan de una anunciada reforma migratoria que haría el Gobierno (estadounidense) que les dará la oportunidad de ingresar a ese país. Pero eso no es cierto: las personas que ingresan en condición irregular a Estados Unidos e incumple los requisitos de elegibles que exige ese país, van a ser retornadas a Honduras y a los otros lugares”, puntualizó.
 
Algunos congresistas de los Estados fronterizos ya comparan la llegada de los menores al país con la política de "pies secos" para Cuba: los cubanos que logran pisar tierra estadounidense pueden quedarse legalmente, mientras que quienes son atrapados por la Guardia Costera en el mar son regresados a la isla. 
 
Sin embargo, en el caso de los menores indocumentados -provenientes en su mayoría de países como El Salvador, Guatemala y Honduras-, la realidad es muy diferente.
 
El portavoz de la Administración para Niños y Familias, Kenneth Wolfe, confirmó al diario español El País que actualmente el Gobierno tiene “7.247 casos de niños indocumentados en espera de ser procesados, 1.079 de los cuales están en la base aérea de Lackland, en Texas”, que fue abierta especialmente para darles refugio.
 
En opinión de legisladores como Henry Cuellar, demócrata del distrito 28 en Texas -que incluye una zona de la frontera-, parte de la solución consistiría en que el Gobierno habilite cortes de inmigración en su Estado para que una vez que los menores lleguen, puedan resolver sus casos en un tiempo breve y sea ahí donde se determine si son deportados o pueden quedarse.
 
“En Texas ahora están entrando 1.200 personas y de ellos 300 a 400 son niños solos. El Gobierno no logra frenar la situación porque los grupos criminales que los traen saben que si llegan les dan un papel con fecha para una audiencia, aunque la mayoría de esas personas no se va a presentar en la corte”, explicó el congresista. Cuellar insiste en que el Gobierno está tomando decisiones en Washington sin considerar la realidad que se vive en los Estados fronterizos.
 
Actualmente los menores que son capturados por la patrulla fronteriza entran en un proceso legal durante el que el Gobierno intenta localizar a sus tutores legales para que se hagan cargo de ellos mientras se resuelve su situación migratoria. De acuerdo a Wolfe, tan solo este año se han dejado en libertad a 34.661 niños.
 
Los menores dejan sus casos abiertos en las cortes de inmigración y es entonces cuando deciden si pasan a “la sombra”, como comúnmente se les dice a las personas que no tienen papeles en USA, o si se enfrentan al sistema de inmigración y pelean por lograr un estatus migratorio legal.
 
Las opciones son limitadas, pero existen. Los menores pueden ampararse en beneficios como asilo o visas especiales como U y T, que se utilizan cuando las personas son víctimas de violencia, abuso o tráfico humano. Si los niños y sus familias deciden tomar esa opción, el primer obstáculo es recibir asistencia legal y el segundo es el largo tiempo de espera que tendrán que enfrentar para que un juez pueda analizar su caso.
 
Instituciones como Kids in Need of Defense (KIND) han trabajado con niños indocumentados desde 2009. Desde entonces han entrenado a más de 7.000 abogados y han recibido los casos de más de 6.000 menores.
 
Megan McKenna, directora de abogacía de KIND, explica que cuando los niños son liberados la mayoría “no tiene un abogado y se enfrentan solos al Gobierno” en la corte. “Me gustaría decirte que la gente puede contactar directamente a nuestra organización y recibirá asistencia, pero la realidad es que son tantos los casos que es imposible”, asegura
 
Según los datos de Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC) de la Universidad de Syracuse, actualmente existe una espera de 578 días a nivel nacional para los casos en las cortes de migración. En estados como California la cifra llega a 706. Solo este año, USA tiene 366.758 expedientes pendientes.
 
El siguiente paso en el desarrollo de esta crisis serán las propuestas que emanen del Congreso para aminorar el impacto de la crisis humanitaria. 

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