LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN ECUADOR

De Assange al cierre del Hoy: Contradicciones de Correa

Internet es el espacio de lucha que queda en Ecuador ante el avance de Rafael Correa, quien utiliza leyes represivas contra la prensa que no controla. Curiosamente, internet fue el espacio donde Julian Assange libró su batalla contra el Gobierno estadounidense antes de terminar asilado en la embajada de Ecuador en Londres.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Ecuador quiere presentarse ante el mundo como paladín de la defensa de la libertad de expresión.
 
Ese fue el motivo por el cual le brindó asilo en su embajada en Londres (Reino Unido) al cofundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange, quien tenía un pedido de extradición de Suecia pero su problema era un posterior envío detenido a USA, que lo reclamaba por la difusión de documentación que Washington DC afirma que eran "secretos de Estado" acerca de la participación militar estadounidense en Afganistán e Irak.
 
Assange lleva 2 años en la embajada de Ecuador y mientras su defensa le reclama a Suecia que retire la orden de arresto e interrogue a Assange en el Reino Unido acerca de una supuesta violación (en verdad, sexo sin profiláctico, un delito en Suecia), el australiano intenta no pasar desapercibido y por eso será el modelo principal en un desfile que se realizará dentro de la embajada durante la Semana de la Moda de Londres en septiembre, con vestuario de la colección de Ben Westwood, inspirada en el vestuario que Clint Eastwood lució en sus películas sobre vaqueros.
 
"Julian ha estado en la embajada por dos años y es importante que no caiga en la oscuridad", señaló Westwod.
 
Sin embargo, esa imagen de Ecuador contrasta notablemente con el cierre de la edición gráfica del diario Hoy, de Quito, a causa de supuestas barreras impuestas por un Ley de Comunicación que inspiró y promulgó el presidente Rafael Correa, cuyas acciones fueron denunciadas por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que afirmó que en Ecuador rige el autoritarismo, que provoca un continuo deterioro de la libertad de prensa en el país.
 
Asimismo la SIP rechazó como una “clara actitud intervencionista” del gobierno de Correa cierto proyecto de enmienda constitucional que busca incorporar a la Constitución de Ecuador que la información es un “servicio público”, y no un derecho de los ciudadanos, contraviniendo tratados y documentos internacionales sobre libertad de expresión.
 
En su editorial del domingo 29/06, el diario Hoy, dirigido por Jaime Mantilla, ex presidente de la SIP (2012-2013), anunció su última edición impresa para proseguir actividades periodísticas como prensa digital y explicó a sus lectores: “Las regulaciones restrictivas de la Ley de Comunicación y la profundización de algunas de sus disposiciones, entre ellas, las que limitan de forma discriminatoria la inversión nacional en medios de comunicación".
 
Surge así que la prensa digital es el último recurso de la democracia. También lucen desoladoras las contradicciones de Rafael Correa, y que rozan a Julian Assange.
 
 
"En los próximos días se sabrá si cuatro periódicos ecuatorianos son sancionados por no publicar todos los detalles del viaje que el presidente, Rafael Correa, hizo a Chile el 13 y 14 de mayo. Estaba programado para recibir un título de doctor honoris causa, aunque en el periplo se entrevistó con Michelle Bachelet y tuvo otras actividades. 
 
La denuncia, que esgrime como principal argumento que los diarios censuraron información de interés público, la puso el coordinador del Observatorio Ciudadano de la Comunicación. Pero no fue por iniciativa propia. Lo hizo después de una arenga que Correa dio el 17 de mayo en su sabatina, un espacio emitido cada sábado en los medios públicos. “Organícense, denuncien”, dijo. “Nos están robando el derecho a estar informados. (...) Ellos [los medios] prestan un servicio público, de informar. (...) ¡A reaccionar pueblo ecuatoriano!”, exhortó el Presidente después de mostrar las reseñas mínimas que los cuatro diarios hicieron sobre el viaje.
 
Esta es una de las 125 denuncias contra los medios (datos hasta el 20 de junio de 2014) que se han registrado con la Ley de Comunicación, que cumple ahora un año. La ley es el principal método de presión del Gobierno de Correa hacia la prensa, que produce consecuencias como que un diario, Hoy, decida dejar de publicar la edición impresa, debido, según ellos, a “la gradual pérdida de libertades” y a la asfixia económica. 
 
Las quejas son contabilizadas por la Superintendencia de la Información y Comunicación, un organismo creado para articular la ley. Carlos Ochoa, titular de la entidad, aseguró la semana pasada que apenas una veintena de denuncias ha derivado en sanciones administrativas. La mayoría han sido amonestaciones escritas, pero también ha habido multas, como la que tuvo que pagar el periódico El Universo: 100.000 dólares por publicar una caricatura que distorsionaba cómo fue el allanamiento de la casa del periodista Fernando Villavicencio, asesor de un diputado opositor e investigado por espionaje. (...").
 
Así, Correa resulta un personaje preocupante porque pretende que los ecuatorianos tengan como única fuente informativa la que quiere su Presidente. Correa rechaza la pluralidad informativa, y le concede a sus mecanismos de censura la categoría de cuestión de Estado.
 
Así, Ecuador se ha convertido, después de Cuba y Venezuela, en el país cuyo gobierno más acosa a la prensa independiente. 
 
Ya es un paradigma de la política represiva el acoso de Correa al diario El Universo, de Guayaquil, aunque son muchos más medios de comunicación los afectados por los juicios incoados en contra de periodistas, columnistas y propietarios ya que, en verdad, lo que Correa pretende (y está consiguiendo) es provocar una enorme autocensura en Ecuador. Y la autocensura es peor que la censura.
 
Así, mientras intenta erigirse en defensor de Assange contra USA, Ecuador se ha convertido en el país que permanentemente ataca a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y, en especial, a la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, reductos en los que los periodistas agredidos han presentado sus casos y han recibido, en general, atención y defensa de sus derechos.
 
Y ahí está otra gran contradicción en que vive Correa: intenta sumergir a la prensa libre al soporte digital, que es donde Assange y Wikileaks pusieron en jaque al gobierno estadounidense.
 
Por lo tanto, si Assange y Wikileaks pusieron en jaque a Washington DC utilizando como eje a la red internet, ¿por qué Correa cree que a él le irá mejor?
[ pagebreak ]
 
La mala imagen de Ecuador circula más rápido cabalgando sobre bites, igual que le ocurre a China, un país que no consigue convencer acerca de su modernidad cuando mantiene la censura y provoca autocensura.
 
La experiencia ecuatoriana, un caso preocupante similar a lo que ocurre en Cuba y Venezuela, permite comprender en su real dimensión la necesidad de defender en forma intransigente la libertad de información, base fundamental del sistema democrático, y resistir el acoso de gobiernos que quieren controlar los medios de comunicación para reproducirse en forma indefinida en el poder. 
 
Un encuentro organizado por la Fundación Andina para la Observación y Estudios de Medios señaló que en Ecuador hay ausencia de reportajes de investigación en los medios y cómo se prioriza la publicación de temas menos polémicos o que no rozan al Gobierno. 
 
“No puedes publicar noticias judiciales en indagación previa ni documentos con carácter reservado. Hay artículos de la Ley de Comunicación que lo limitan. La responsabilidad subsidiaria hace que los medios tengan restricciones para publicar ciertas cosas por las multas”, comentó un periodista, rogando anonimato.
 
“La ley dice que todas las noticias deben ser contextualizadas, verificadas y contrastadas, pero sigue siendo una práctica no dar entrevistas ni información a los periodistas de medios privados”, denunció. 
 
“Los funcionarios públicos ponen como pretexto la falta de tiempo y sus problemas de agenda, y a veces nos sueltan algún dato y luego llaman a decir que ese dato es incorrecto y que no lo podemos publicar hasta que nos den el correcto. Así pasa más tiempo”, agregó. 
 
El jurista Mauricio Alarcón, de la Fundación Andina para la Observación y Estudio de Medios (Fundamedios), cree que el artículo más polémico de la legislación represiva de Correa es el 10, relacionado con las normas deontológicas, donde “se fundamentan las acciones por contenidos discriminatorios o incoherencia de titulares noticiosos”. 
 
El jefe de investigación del diario El Comercio, Arturo Torres, reflexionó: “Los juicios (N. de la R.: promovidos por Correa) han influido en los periodistas para tener más cuidado, pero más allá de eso, en el diario estamos aprovechando para fortalecer la calidad y oxigenar la agenda. No solo nos centramos en morder al Gobierno”. 
 
La experiencia de Torres con algunas fuentes públicas es que estas ponen trabas para entregar información. “Esto retrasa la publicación y si damos algo incompleto enseguida viene la carta… Con esto pierde la sociedad. Hay que ir más allá de esa pugna entre medios, periodistas y el Gobierno”.
 
César Ricaurte, director de la Fundación Andina para la Observación y Estudios de Medios, describió la situación provocada por la Ley de Comunicación: “Los medios tienen equipos de abogados que revisan cada nota, el criterio periodístico ya no prima, el actor jurídico determina las publicaciones”.
 
Cada sábado, Correa utiliza 30 minutos para desmentir a periodistas, sobre todo a los que hacen programas de opinión. Correa dirige una suerte de "6 7 8", con secciones fijas como "La cantinflada de la semana", donde se recuerda y edita la intervención de algún periodista a lo largo de la semana en radio, televisión o vídeo, y pasarla una y otra vez para escarnio público. 
 
Hay una voz en off que explica "la verdad" (el punto de vista oficial) y pone en duda la profesionalidad del periodista, cuya foto aparece resaltada con un círculo rojo. Y finalmente se le estampa un sello a esa foto, que dice “mentira comprobada” o “mala fe”. 
 
El mensaje subyacente constante de Correa es instalar que la prensa no gubernamental es corrupta.
 
La Superintendencia de la Comunicación considera que este espacio, el de Correa, no está reglado por la Ley de Comunicación porque no es un programa de contenidos sino un acto de gestión pública. 
 
Mientras tanto, en Londres, Assange le agradece a Ecuador que le permita permanecer en la embajada rodeada de policías británicos...

Dejá tu comentario