por CLAUDIO M. CHIARUTTINI
EL KIRCHNERISMO DESCUBRE QUE NO HAY DELIVERY DEL LIDERAZGO
500 días para un trabajo chino: Encontrar la racionalidad de Cristina
Son días complejos: no se sabe si el Estado argentino avanza hacia un 2do. incumplimiento de pagos de su deuda pública externa. Pero comienza a temerse que aún cuando incumpla su amenaza, igual las finanzas de la Administración Cristina van a hundirse antes de fin de año. Sin embargo, aquí algunas elucubraciones del autor, en su editorial dominical.
20 de julio de 2014 - 10:54
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata). Quizás nunca sepamos cuánto costó la transmisión de “Fútbol para Todos” del Mundial 2014, ni cuántos fueron los esfuerzos que se canalizaron para imponer un cierto relato político. El “Efecto Mundial” apenas duró 2 semanas, pero no llegó a consolidarse por culpa de la propia Presidente de la Nación, quien minó los esfuerzos del marketing político por imponer una “gesta épica” en su enfrentamiento con los holdouts.
La idea original era usar el Mundial para descomprimir y cortar con la racha bajista en la imagen positiva y de gestión de Cristina Fernández. Era repetir el viejo “pan y circo” que tan bien pagó con el Bicentenario (2010, previo al marketing del luto), pero los fenómenos sociológicos son difíciles de repetir, y menos cuando los datos macroeconómico muestran una baja del consumo como no se ha visto en 10 años, un imparable recesión y una caída del poder de compra del salario.
Tal como se vio desde la reunión del G77 + China a la visita del presidente chino Xi Jinping, pasando por el encuentro con su par ruso, Vladimir Putin, y la cumbre de los BRICS; la presentación de Axel Kicillof en la Organización de Estados Americanos (OEA), y la guerra de solicitadas y de rumores contra los holdouts, Cristina Fernández ha hecho lo imposible por establecer la idea de que ella batalla contra Dragones Superpoderosos que controlan a Barak Obama y a la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos, “quieren venir” por Vaca Muerta y apropiarse del futuro económico de las futuras generaciones.
Conclusión: Cristina construye una gran fantasía mesiánico-política tan grandilocuente que se vuelve increíble para muchos.
Es cierto que los jugadores del seleccionado argentino de fútbol profesional no se prestaron a la puesta en escena del Gobierno, no quisieron ir al Obelisco, pero tampoco aceptaron presentarse en la Casa Rosada y obligaron a Cristina Fernández a actuar como una veterana animadora de un programa para chicos (algo así como la ya cuarentona Laura Franco, conocida como Panam), dado que muchos no le quisieron aceptar la invitación a hablar ante los micrófonos, dejando a la Presidente de la Nación tan mal parada que ni los canales oficiales se animaron a repetir demasiado las imágenes del bochornoso recibimiento.
Bien explicó el diario K Página/12, exhibiendo el verdadero sentimiento que hay en el Ejecutivo Nacional: "Cristina Fernández y todo el kirchnerismo celebra haber obtenido un swap de monedas"por el equivalente en yuanes de US$11.000 millones, un préstamo para comprar productos de ingeniería china (por US$4.500 millones, en yuanes) y promesas de inversiones en el Belgrano Cargas por otros US$2.500 millones, en yuanes". Lástima que no entendieron que los restantes US$7.000 millones en yuanes, si se concretaran, serán más deuda externa, que intentaremos compensar cambiando peras y soja por locomotoras y turbinas hidroeléctricas.
Ahora quedan 2 dudas:
> ¿Anotará el Banco Central el swap de monedas como parte de las reservas, cosa que no corresponde dado que es sólo una línea de crédito contingente?, y
> ¿Las promesas de inversión se registrarán como ingreso de inversiones extranjeras?
En todo caso, lo que estamos analizando es cuánto será el maquillaje que el Gobierno se animará a utilizar con las promesas firmadas con los chinos.
Y este comportamiento teatral del Gobierno tiene impacto sobre los mercados. Se acerca el mes que otorgó el juez estadounidense Thomas Griesa para negociar, y la negociación no avanza.
En forma contraria a lo que ocurrió con los casos Repsol y Club de París, oportunidades en las que se hizo un poco de escándalo inicial y luego, cuando se trataron los detalles finos del acuerdo, se mantuvo el silencio; el 'cacareo' constante de los funcionarios públicos hace pensar que estamos más cerca de un default (cualquiera sea su tipo: técnico o efectivo) que de un acuerdo.
¿Esa es la táctica para 'aflojar' las ambiciones de los acreedores litigantes?
Es increíble que el Gobierno, pero sobre todo la Presidente de la Nación, someta a tal grado de tensión a la economía argentina, en medio de una recesión creciente con inflación creciente, por menos de US$1.600 millones que, con una buena negociación, se pueden pagar en 2, 3 o 4 años, casi sin impacto para las arcas públicas.
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Los cierto es que, al día de hoy (domingo 20/07) nadie sabe lo que piensa o qué hará Cristina Fernández. Todas son especulaciones al respecto. Ni siquiera funcionarios muy encumbrados en el Ejecutivo Nacional conocen la hoja de ruta. Es posible sospechar que se impone la “ratio política” sobre la “ratio económica”, y eso siempre derrumba cotizaciones.
Sin embargo, para contradecir el pesimismo del mercado, algunos argumentan ciertos signos de realismo entre las decisiones de la Presidente que podrían indicar otra senda.
Por ejemplo:
1. Aceptar que crezcan las críticas contra Amado Boudou dentro del kirchnerismo, tal como lo hicieron, con horas de diferencia, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo (antes que le aparecieran afiches que lo presentan totalmente en soledad en el Día del Amigo, que se festeja hoy domingo 20/07), o la legisladora Julia Argentina Perié (Misiones-FpV), quien integra parte de la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados
2. Aceptar la derrota y dejar que vuelva a sus funciones el fiscal José María Campagnoli, aunque se haya ordenado mantener el jury el máximo tiempo posible, para intentar juzgar de nuevo al funcionario, algo que parece dudoso por estas horas, dado que no habría “guiño” de la Corte Suprema para un accionar semejante.
3. Recibir a la conducción de la CGT oficialista con la promesa, dicen en la Casa Rosada, del anuncio de aumento del Mínimo no Imponible para el Impuesto a las Ganancias a partir del mes de agosto, pero en un porcentaje poco significativo pero que le permitiría a Antonio Caló llevarse un “signo” de buena voluntad.
4. La firma de un acuerdo de la Nación con Daniel Scioli, que permite a la Provincia de Buenos Aires que el Tesoro Nacional vuelva a hacerse cargo de algunos de los gastos que tiene la educación bonaerense, inequívoca demostración de que no todos los puentes se encuentran dinamitados hacia el ex gobernador ex vicepresidente de la Nación.
Ahora, ¿es “realismo” o es "casualidad" ?
1. Cristina Fernández no se puede hundir con Amado Boudou.
2. Ella no puede tener otra derrota frente a la Corte Suprema por José María Campagnoli.
3. No tiene sentido perder a los últimos sindicalistas que le son fieles.
4. Ella sabe que no puede soltarle la mano a Daniel Scioli dado que cada crisis política, desde el regreso de la Democracia, comenzó cuando la Provincia de Buenos Aires estuvo al borde de la quiebra.
Hay otro dato que debe tener en cuenta la Presidente de la Nación, en el hipotético caso de que no fuese "casualidad": la interna panperonista que ella está fabricando puede horadar su poder político en vez de fortalecerla porque arriesga su capacidad de retener espacios de poder en las estructuras políticas que hoy la sostienen pero necesitan tomar vuelo propio. Por ejemplo, la foto de Martín Insaurralde con Daniel Scioli para negar su pase con Sergio Massa, es respondida por una foto de Florencio Randazzo con Diego Bossio, titular de la ANSeS, tratando de mostrar 2 presidenciables + 2 gobernadores posibles K, en un paralelo que no existe.
En cuanto a Scioli, ¿es redituable utilizar toda la fuerza de su equipo político para contar una intrascendente jornada de promoción de herramientas de trabajo y empleo en Tigre, o la reunión del Jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, sellando el pase el ex secretario de Obras Públicas del municipio massista San Fernando, un “4 de Copas” que ingresa a las filas sciolistas? La obsesión de Scioli debería ser alcanzar el poder, no alcanzar a Massa.
El PRO se suma al “tiempo de rapiña” al massismo y anuncia como una gran victoria que la fuerza política ha vuelto a tener bloque (monobloque, en verdad), en la Cámara de Diputados bonaerense al lograr el pase del legislador Orlando Yans, quien venía trabajando en el massismo. Así, el PRO también festeja su propio “4 de Copas”.
A la vez, la diputada nacional Patricia Bullrich “acerca” al macrismo al ex fiscal federal y ex interventor K de Santiago del Estero, Pablo Lanusse, del entorno de Massa (lo había llevado el diputado nacional Adrián Pérez). Lanusse no es “4 de Copa”, sino “5 de Copa” pero de distinto palo: no suma ni para un envido, dirían los que juegan al truco. Carece de votos propios y tampoco tiene estructura.
Mientras todo el panperonismo (porque Macri juega en el panperonismo ¿no? Eso explica la simpatía con Hugo Moyano, además de los negocios) juega a robarse las fichas del Frente Renovador, tal como si fuera un gran Backgamon, Massa insiste con el caprichito de tentar a Martín Insaurralde para que se pase al Frente Renovador, negocia con José Manuel De la Sota mientras crea en Córdoba una estructura política paralela (¿?), y busca concretar en las próximas semanas algunas incorporaciones bien mediáticas, para exhibir que él no ha llegado al límite de su crecimiento.
Tal como ocurre desde 2003, cuando Eduardo Duhalde permitió, en su enfermiza necesidad de aislar a Carlos Menem, el nacimiento del panperonismo múltiple, que no dirime sus cuitas en internas electorales (o sea una Ley de Lemas de facto), otra vez la atención de la opinión pública se concentra en los atracos que se hacen entre ellos, sciolistas, macristas y massistas, produciendo un reacomodamiento dentro del kirchnerismo y, en el fondo, de todo el peronismo.
Cristina Fernández siempre soñó con ordenar y coordinar su herencia, tal como hizo Néstor Kirchner cuando le cedió a ella el poder. Pero la interna panperonista puede escapársele de las manos. Ella no puede controlar a massistas y macristas, tiene poca injerencia tiene entre los sciolistas, y el kirchnerismo ya es algo hipotético, no una realidad.
En el kirchnerismo, tal como en el sciolismo, todos quieren ser la continuidad de Cristina Fernández, pero dudan en la conveniencia de ser apadrinados por el caprichoso ego presidencial. Es la aspiración de cualquier político el conseguir un patrocinante con recursos, pero también es cierto que se convierten en aspirante condicionados y si algo no acepta el peronismo es un mandadero disfrazado de líder. El liderazgo no es un delivery.
Entre los menguados kirchneristas temen que el final del 2do. mandato consecutivo de Cristina Fernández no sea el que imaginaron cuando faltaban 1.000 días. Ahora que sólo quedan 500 días, hay más problemas de los previstos, y ya no está tan firme que pueda entregarse la bomba al próximo Presidente. Comienzan a temer que estalle antes.
Por eso, mientras Cristina Fernández ensaya relatos y puestas en escena en medio de una negociación externa tensa, el temor a la irracionalidad crece en el kirchnerismo. Y nadie quiere heredar un gobierno irracional.