VACA MUERTA

Galuccio, el hombre más desesperado

Dicen que Miguel Galuccio, CEO de YPF, anda desesperado intentando hablar con Cristina Fernández para convencerla de evitar un nuevo default de la Argentina. Están en juego las inversiones en el yacimiento de Vaca Muerta. Las acciones de YPF se desplomaban cuando se conoció la decisión de la Corte de USA de no tomar el caso de los holdouts, y una cesación de pagos terminaría sepultando las necesarias inversiones en el yacimiento y su plan de emitir deuda. A futuro Galuccio ya cerró con Scioli (con quien recorrió Vaca Muerta días atrás) y está en tratativas con Macri, su gran problema es Sergio Massa, que lo quiere afuera de la petrolera. Pero todo depende de Vaca Muerta, y del default.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Miguel Galuccio es el funcionario que más sufrirá el default cristinista si las cosas siguen así en el caso de los Fondos Buitre. Dicen que el CEO de YPF está desesperado intentando hablar con la Presidenta para convencerla de evitar una cesación de pagos. Para él están en juego las inversiones en el yacimiento de Vaca Muerta, la joya de la petrolera reestatizada y esperanza de la 'remontada energética'. Pero también está en juego su gestión y su futuro. Ya consiguió cerrar con Daniel Scioli y habla con Mauricio Macri. El único ‘presidenciable’ que no lo quiere es Sergio Massa.

Galuccio ya tuvo una muestra de lo que puede pasarle si la Argentina cae en default. Fue cuando se conoció la decisión de la Corte Suprema de Justicia de USA de no tomar el caso de los holdouts. Ese día las acciones de la petrolera argentina se desplomaron aquí y en New York.

El CEO se esfuerza por captar inversiones para Vaca Muerta y tenía previsto también emitir deuda. Todo eso está ‘parado’ hasta el 30 de julio, última fecha para arreglar con los Fondos Buitre.

La desesperación de Galuccio también se acrecentó porque viene de toparse con la brusca devaluación de enero, que le pinchó los precios de la nafta en dólares, y un cese de pagos lo condenaría a una tasa cara que podría dejarlo fuera de juego. Además tiene problemas con los gobernadores de las provincias petroleras. El gobernador de Mendoza, que inicialmente avaló el proyecto del CEO de YPF que les quita participación a las empresas provinciales en la explotación petrolera, anunció que se suma al proyecto alternativo que encabeza el gobernador de Neuquén para un nuevo esquema para la explotación petrolera, distinto al que presentó Galuccio con el aval de la Casa Rosada.

Por último, el 24/07 el titular del gremio petrolero, el senador Guillermo Pereyra, anunció la prolongación de la medida de fuerza que se realiza desde la noche del miércoles por 48 horas, hasta este viernes (25/07). Reclaman por trabajadores despedidos de una refinería. YPF estimó pérdidas por US$12 millones.

Jorge Brito, a quien se consideró durante muchos años como un amigo de la Casa Rosada (titular del Banco Macro) comenzó a colisionar con el entonces supersecretario Guillermo Moreno por la expansión del mercado del dólar paralelo y ahora se acerca a Sergio Massa. Brito dijo durante una entrevista el 21/07 que “si se arregla con los holdouts, puede entrar rápido plata en colocación de bonos y asimismo obtener millones de dólares por diferentes empresas haciendo acuerdos con YPF por Vaca Muerta. Con otro Gobierno veo que rápidamente se va a tener una inversión importante en Vaca Muerta, va haber un derrame. Hoy el campo está dejando de exportar unos u$s 6.000 millones en trigo, maíz y carne. Está todo armado y mañana se puede poner en marcha...La Argentina no necesita del crédito, se calcula que los argentinos tienen más de u$s 220.000 millones en el exterior”.

Galuccio soñaba una lluvia inversora para Vaca Muerta tras el acuerdo con Repsol y con el Club de París. Ahora todo cambió.

Habrá que ver si después del golpe del default hay otra forma de conseguir los millonarios desembolsos necesarios para dar vuelta la deficitaria ecuación en materia energética que socaba las reservas del Banco Central.

Algunos ya creen que se volverá un escenario irremontable para Galuccio, quien ya había comenzado a hacer los deberes para que su gestión trascendiera a la de Cristina.

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