EL PATRIARCA CALDEO RECLAMA A OBAMA QUE MANDE TROPAS

El Papa, en ofensiva contra los yihadistas del Estado Islámico

La situación humanitaria en Irak es trágica y la ofensiva militar “decepcionante”, dijo el Patriarca caldeo. El papa Francisco propiciaría un encuentro con sus representantes en Medio Oriente para mediados de septiembre, a fin de “analizar la situación, intercambiar ideas y posibles iniciativas”, según su vocero, el sacerdote Federico Lombardi SJ.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). "El patriarca caldeo de Babilonia, monseñor Luis Rafael Sako, denunció nuevamente la grave situación humanitaria que atraviesan cientos de miles de cristianos desplazados de sus hogares desde la invasión de las milicias yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), y volvió a reclamar un apoyo serio de la comunidad internacional”, informó la Agencia Internacional Católica (AICA), que agregó que para Sako, el resultado de la supuesta ofensiva militar ordenada por el presidente estadounidense Barack Obama, "es decepcionante".
 
En tanto, el Vaticano informó que propiciaría un encuentro entre el papa Francisco y sus representantes en Medio Oriente para mediados de septiembre, a fin de “analizar la situación, intercambiar ideas y posibles iniciativas”. 
 
En una entrevista difundida por Radio Vaticana, el portavoz vaticano, Federico Lombardi, indicó que ese encuentro entre el pontífice y los nuncios católicos apostólicos romanos en la región sería “para manifestar la cercanía del Papa y de la Iglesia universal a estos problemas” (los católicos apostólicos romanos se llaman a sí mismos "Iglesia universal", sin tener en cuenta que semejante autocalificación puede resultar contradictorio con los objetivos ecuménicos). 
 
El padre Lombardi explicó que todos los nuncios de la región han sido invitados a “promover un movimiento de oración y solidaridad que haga frente a esta dramática situación de nuestros hermanos y hermanas de los pueblos afectados por esta tragedia”. 
      
Precisamente, el patriarca caldeo de Babilonia, Luis Rafael Sako, denunció la grave situación humanitaria que atraviesan cientos de miles de cristianos desplazados de sus hogares desde la invasión de las milicias yihadistas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), y volvió a reclamar un apoyo serio de la comunidad internacional.  
 
Monseñor Sako, que preside la asamblea de obispos católicos de Irak, difundió una declaración en la que alerta por la situación de unos 130.000 refugiados. Según los datos aportados por él, unas 70.000 personas se han visto obligados a desplazarse hasta Erbil. En Duhok, la cifra de cristianos refugiados asciende a 60.000 y también otros más han hallado lugar en Kirkuk, Solimania o Bagdad. 
 
Sako advirtió que las necesidades humanitarias van en aumento y no hay techo, comida, agua o medicina para tantos desplazados. Además, él observó que la falta de coordinación internacional ralentiza y limita la realización de una efectiva asistencia para estos miles de personas que esperan ayuda inmediata. 
 
Sako criticó la campaña militar iniciada por USA, que en las últimas horas ha bombardeado ciertas posiciones yihadistas y entregó armas a las milicias kurdas, que dominan el norte del país. 
 
El clérigo consideró que Obama debe enviar tropas estadounidenses a combatir directamente al EIIL. 
 
“La posición del presidente estadounidense Obama de sólo dar asistencia militar para proteger Erbil es decepcionante. Las conversaciones para dividir Irak son una amenaza. Los estadounidenses no están dispuestos a una solución rápida que dé esperanza, porque no van a atacar al EIIL en Mosul y en la llanura de Nínive. No hay una estrategia para frenar la llegada de recursos a estos terroristas islámicos, que controlan los yacimientos petrolíferos mientras otros extremistas llegan de todo el mundo para unírseles”, expresó el Patriarca. 
 
Pontificio Consejo para el Diálogo Religioso
 
 
El Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso pide «una postura clara y valiente por parte de los responsables religiosos, sobre todo musulmanes, de las personas comprometidas en el diálogo interreligioso y de todas las personas de “buena voluntad”» sobre la violencia que los yihadistas del autoproclamado Califato están ejerciendo en Irak en contra de los cristianos, yazidis y otras minorías religiosas. La declaración de hoy subraya que «nadie podría justificar tal barbarie», sobre todo una religión, y llama a los líderes religiosos a usar «su influencia frente a los gobiernos para que cesen estos crímenes, para castigar a los que los cometen y para restablecer un estado de derecho» en el país.
 
«El mundo entero ha asistido, estuperfacto, a lo que se llama “la restauración del califato” que había sido abolido el 29 de cotubre de 1923 por Kamal Ataturk, fundador de la Turquía moderna», indica la declaración publicada en francés por el dicasterio vaticano guiado por el cardenal Jean-Louis Tauran. La mayor parte de las instituciones religiosas y políticas musulmanas han contestado esta “restauración”, pero los yihadistas del Estado Islámico continúan cometiendo acciones criminales.
 
«El Pontificio Consejo, todos los que están comprometidos en el diálogo interreligioso, los seguidores de todas las religiones así como todos los hombres y mujeres de buena voluntad no pueden más que denunciar y condenar sin ambigüedades estar orácticas indignas del hombre», prosigue la declaración. «La masacre de personas por el simple motivo de su pertenencia religiosa; la práctica execrable de la decapitación, de la crucificción y de la ostentación de cadáveres en los lugares públicos; la decisión impuesta a los cristianos y a los yazidis entre la conversión al Islam, el pago de un tributo (“jizya”) o el éxodo; la expulsión forzada de decenas de miles de personas, incluidos niños, ancianos, mujeres embarazadas y enfermos; el secuestro de chicas y mujeres de las comunidades yazidi y cristiana como botín de guerra (“sabaya”); la imposición de la bárbara práctica de la infibulación; la destrucción de los lugares de culto y de los mausoleos cristianos y musulmanes; la ocupación forzada o la profanación de las Iglesias y de los monasterios; el retiro de crucifijos y demás símbolos religiosos cristianos así como los de otras comunidades religiosas; la destrucción del patrimonio religioso-cultural cristiano de un valor inestimable; la violencia con el objetivo de terrorizar a las personas para obligarlas a rendirse o huir. Ninguna causa podría justificar tal barbarie y, ciertamente, no una religión», afirmó el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. «Se trata de una ofensa de extrema gravedad hacia la humanidad y hacia Dios, que es su creador, como a menudo lo ha recordado Papa Francisco».
 
«No se puede olvidar que los cristianos y los musulmanes han podido vivir juntos (con altibajos) durante los siglos, construyendo una cultura de la convivencia y una civilización de la que están orgullosos. Por lo demás, es sobre esta base que, durante los últimos años, el diálogo entre los cristianos y musulmanes ha continuado y se ha profundizado».
 
«La situación dramática de los cristianos, de los yazidis y de las demás comunidades religiosas y étnicas numéricamente minoritarias en Irak –afirma el dicasterio vaticano– exige una postura clara y valiente por parte de los responsables religiosos, sobre todo musulmanes, de las personas comprometidas en el diálogo interreligioso y de todas las personas de buena voluntad. Todos deben ser unánimes en la condena sin ninguna ambigüedad de estos crímenes y denunciar la invocación de la religión para justificarlos. De lo contrario, ¿cuál credibilidad podrán tener las religiones, sus seguidores y sus líderes? ¿Cuál credibilidad podría tener todavía el diálogo interreligioso pacientemente perseguido durante estos últimos años?».
 
«Los responsables religiosos también han sido llamados a ejercer su influencia frente a los gobiernos para que cesen estos crímenes, para castigar a los que los cometen y para restablecer un estado de derecho en todo el territorio, garantizando al mismo tiempo el regreso de las personas expulsadas de sus casas. Recordando la necesidad de una ética en la gestión de las sociedades humanas, los mismos líderes treligiosos no dejarán de subrayar que el apoyo, el financiamiento y el armamento de los terroristas es moralmente condenable. Dicho lo anterior, el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso expresa su reconocimiento a todos los hombres y las mujeres que ya han elevado sus voces para denunciar el terrorismo, sobre todo el que usa a la religión para justificarse. Unamos, pues, nuestras voces –concluye la nota– a la de Papa Francisco: “Que el Dios de la paz suscite en todos un auténtico deseo de diálogo y de reconciliación. La violencia no se vence con violencia. La violencia se vence con la paz».

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