4TO. MANDATO DEL PT, CASI UN PJ BRASILERO

2do. mandato de Dilma con Levy como jefe del ajuste

Dilma Rousseff inicia su 2do. mandato presidencial consecutivo, el 4to. del PT. El marco de los planes económicos del nuevo gobierno será explicado por Rousseff durante el discurso que pronunciará en el Congreso, inmediatamente después del juramento de rigor. La presidenta Rousseff, pasados los fuegos de artificio de las promesas electorales, necesita mirar ahora al país que deberá gobernar y brindar esperanza, ya que parece iniciar el 2015 entre el desencanto y el temor de tener que hacer frente a un momento amargo de austeridad económica.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Tanto los brasileños que reeligieron a la presidenta Dilma Rousseff, tal como los que hubiesen preferido una alternancia, piensan lo mismo sobre la corrupción política, sobre la deslealtad, sobre los abusos de poder y sobre la falta de participación de la sociedad en la gestión pública.
 
Serán los días de Joaquim Levy, el nuevo ministro de Hacienda de Brasil.
 
Ingeniero naval, con un doctorado en Economía en la Universidad de Chicago, Levy trabajó los últimos años en Bradesco, uno de los mayores bancos del país. Su formación va en contra del modelo de un Estado centralizador que ha caracterizado la Administración Rousseff. 
 
Levy y la Presidenta serían como agua y aceite, pero “esa combinación se repite en otros países”, observa el presidente de la Orden de los Economistas de Brasil, Manuel Henríquez García. “En Francia también hemos visto ese matrimonio [el socialista Françoise Hollande y su ministro liberal, Emmanuel Macron, nombrado recientemente]”, compara.
 
El nuevo ministro afirmó, en una entrevista al diario Valor Económico, que la reducción de estímulos en las grandes economías, como USA y China, presionan aún más a Brasil para ejecutar cambios rápidos en la conducción de su política. “Lo importante es entender que combatir el frenazo en la creación de empleo y la caída del crecimiento del PIB con una mayor expansión fiscal no encaja con la realidad y seria peligroso”, avisó.
 
Ajeno a las críticas, Levy dedicó las últimas semanas a conocer en detalle las cuentas junto al exministro Guido Mantega, y saber, incluso, el tamaño de los esqueletos que tienen que contabilizarse para definir el tamaño del ajuste de los gastos públicos en el segundo mandato de la presidenta Rousseff. Levy asumirá así el papel de mensajero de malas noticias, como el aumento de impuestos, la restricción del crédito y el fin de los subsidios a empresas, que permitieron la sustentación de empleos, patrimonio de las gestiones petistas. No es casualidad que las consultoras ya proyecten un aumento en la tasa de desempleo.
 
 
"Tras recibir la llamada de su médico para advertirle que sufría un cáncer de ganglios, la entonces ministra Dilma Rousseff suspiró y se desahogó con su secretario particular: “La vida no es fácil. Nunca lo fue”. La frase, del 17 de abril de 2009, ganaba aún más sentido para una mujer que enfrentó desafíos como nadie. Rousseff sobrevivió a las torturas de la dictadura militar y superó el cáncer antes incluso de convertirse en la primera presidenta de Brasil, en 2010. Ahora, Rousseff asume su segundo mandato, consciente de que la vida no se lo va a poner fácil, como nunca lo hizo.
 
A diferencia de otros obstáculos con los que se ha tropezado, algunas de las dificultades actuales son consecuencia de sus propios errores a lo largo de estos cuatro años y van a exigirle una capacidad de renovación y mucha mano izquierda más allá de la empleada en 2011. Aquel año, Rousseff, que nunca había disputado un cargo electivo, salía de la campaña victoriosa, en un “clima de optimismo y confianza”, como relató el periodista Ricardo Amaral. El país quería la continuidad de las conquistas de Luiz Inácio Lula da Silva, y su sucesora prometía que así sería.
 
Al despedir 2014, Brasil no exhala el mismo sentimiento de hace cuatro años, cuando se eligió con 55,7 millones de votos, 12 millones más que su rival, el conservador José Serra. La noche del 26 de octubre, cuando los brasileños votaron en la segunda vuelta, Rousseff no supo hasta el último momento si se mantendría en el poder o tendría que ceder su lugar a Aécio Neves, que capitalizó como nunca el sentimiento anti-Rousseff. Los resbalones en la economía, la inflación, las denuncias de corrupción en Petrobras, la negación de la crisis, los gastos excesivos del Mundial y las protestas de junio de 2013 demostraron que las urnas habían dejado de ser tan favorables para la presidenta. Rousseff venció, pero con una diferencia de apenas 3,4 millones de votos. Ya reelecta, Rousseff enfrenta ahora protestas callejeras de la derecha que exigen su impeachment y de los más exaltados que afirman preferir una dictadura militar a la “dictadura bolivariana” de Rousseff. (...)".

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