FALTAN PRECISIONES

Nisman, a 1 semana de su muerte: 3 novedades y 4 comentarios

La muerte de Alberto Nisman ha provocado mucho más impacto en los escritos de Nisman, en especial el de la denuncia contra la Presidente de la Nación por conspirar contra la investigación del caso AMIA. La reacción gubernamental fue inadecuada, y todas las sospechas apuntaron a quienes acompañan/aconsejan a Cristina Fernández de Kirchner, quien en estos días se comunica con la opinión pública sólo a través de redes sociales. La situación es grave pero, además, es profunda la crisis de la Administración Cristina. Nadie conoce, hasta ahora, qué ocurrió con Nisman pero tampoco se conoce hacia dónde va el Ejecutivo Nacional en un año electoral, y menos qué sucederá ahora.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). En la tarde del domingo 18/01, el fiscal especial Alberto Nisman murió en el baño de su vivienda, en horas de la tarde, a causa de un disparo realizado con un arma de fuego calibre 22, que no era suya sino de un colaborador a quien se la había solicitado. Es todo lo que se sabe con certeza hasta ahora. Aquí algunas novedades y luego 4 comentarios:
 
> Según explicó el agente policial Rubén Benítez, uno de los custodios de Alberto Nisman, en la declaración que dio ante la fiscal Viviana Fein, el fiscal le pidió especificaciones para comprar un arma que tenía pensado llevar en la guantera del auto cuando saliera con sus hijas. Benítez agregó que ambos quedaron en seguir hablando del tema el lunes. Nisman fue encontrado sin vida hace una semana, el domingo 18/01, luego de denunciar a presidenta Cristina Fernández de Kirchner por "encubrir" a los culpables del atentado a la AMIA. 
 
> La procuradora general argentina, Alejandra Gils Carbó, se reunirá con asociaciones de víctimas y querellantes del caso AMIA. Tras la muerte de Nisman, la Procuración nombró como fiscal sustituto provisional, hasta el 31/01/2015, a Alberto Gentili, que se ocupaba de cubrir al fallecido fiscal durante las vacaciones al frente de la unidad fiscal especial a cargo de la causa AMIA. La intención del Ministerio Público Fiscal sería escoger 3 nombres experimentados y de trayectoria irreprochable que, además, no formen parte del círculo de fiscales más próximos a Gils Carbó para dar un mensaje conciliador. La decisión de optar por 3 fiscales responde a la complejidad de la causa y a que ninguno de ellos se dedicará a tiempo completo a la investigación sino que seguirán a cargo de sus respectivas fiscalías.
 
> El agregado comercial de Irán en Buenos Aires, Ahmad Reza Kheirmand, aseguró que el dirigente islámico chiita Alejandro "Yussuf" Khalil, quien aparece en las escuchas junto al ex piquetero Luis D'Elía, "no tiene autorización para negociar" en nombre de ese país y remarcó que "no existe ningún tipo de diplomacia paralela". Kheirmand también negó que el memorándum de entendimiento, firmado para revisar la instrucción argentina de la causa por el atentado a la AMIA, se haya sellado como parte de un acuerdo comercial entre los países para canjear granos por petróleo. En este sentido, sostuvo que el memorando "tuvo como objeto cooperar en aclarar la verdad" y afirmó que el pacto "está vigente en Irán", "aunque ahora está paralizado por una decisión de la Justicia Argentina".
 
 
 
"La presidenta Cristina Fernández hace exactamente un mes que casi no habla con nadie. No apareció más en actos público ni se conocieron fotos suyas clásicas de la gestión. Sólo se reúne a veces con su hijo Máximo, muy poco Carlos Zannini, y no mucho más.
 
En los últimos días, se dice, rompió esa regla apenas para que le redactaran las dos cartas que publicó en las redes sociales para referirse a la muerte del fiscal Alberto Nisman. Un cometido que habría requerido los servicios del exjuez de la Corte, Eugenio Zaffaroni, y del periodista estrella del matutino más comprometido con el gobierno.
 
No es todo eso una construcción periodística. Es lo que relatan fuentes seguras -y espantadas- del gabinete nacional, y dirigentes igualmente asombrados por los acontecimientos que se han sucedido en los últimos diez días, que pertenecen al Consejo Nacional del Partido Justicialista.
 
Todos ellos se toman la cabeza por lo que está a la vista: una presidenta presa más que nunca de una actitud frívola y desprovista de cualquier desparpajo, decidida a sostener primero que Nisman se suicidó y dos días después a decir que lo asesinaron, y, lo que es peor, a obligar a toda su tropa de funcionarios, adulones y serviles sin remedio a que la sigan en ese violento e insólito giro, sólo porque un par de encuestas que leyó le explotaron en la cara.
 
Ella, decidida y desesperada a recuperar el favor de la gente como sea, leyó que la inmensa mayoría de los ciudadanos de a pie desconfía de la versión del suicidio y responsabiliza al gobierno por lo ocurrido con el extinto fiscal.
 
La foto deplorable y surrealista de los caciques del peronismo leyendo un documento que Zannini ya les entregó redactado para que repitan cual loros el mismo verso increíble del golpe de Estado que preparan Clarín y Magnetto, y sus principales voceros pegando volteretas indecorosas para desdecirse de lo que apenas 48 horas antes había quedado registrado en los grabadores, todo porque "esa es la posición que fija nuestra presidenta", como reconoció sin ningún rubor y ninguna estima por sí mismo el ministro Agustín Rossi, es todo un cuadro.
 
Las voces más sensatas del kirchnerismo y algunos de sus aliados críticos pintan a una Presidenta y un gobierno paralizado, desorientado, y con recurrentes ataques de pánico. Todos atornillados a sus sillones a la espera del papelito que cada mañana llega desde Olivos para decirles qué tienen que hacer y decir. (...)".
 
 
 
"(...) La primera bomba fue para Cristina. En su primera carta, la del lunes, la Presidenta no sólo da rienda suelta a sus chupamedias para que justifiquen la tesis del suicidio (sólo las autoridades argentinas y las iraníes creyeron en esta hipótesis), sino que se coloca en el lugar de una heroína que ya desde la dictadura es quien más viene luchando contra los servicios de inteligencia
 
Ahora descubrimos que ese lugar común acerca de que el estudio jurídico de ella y de su marido se encargaba de rematar casas (o de quedarse con ellas) de los perjudicados por la circular 1050, no era nada más que una infamia. Que Néstor y Cristina, como luchadores eternos contra los militares, ya en plena dictadura utilizaban su estudio para hacer “juicios contra contratistas de obra pública de la Fuerza Aérea y concesionarios de servicio de la Agrupación Aérea”.
 
Debido a eso los militares le colocaron una bomba que no estalló y luego, en reacción, Cristina se fue a pelear contra esos mismos militares, cortando el teléfono a uno de ellos o manteniendo una tensa conversación con otro. Había que tener demasiado coraje -o demasiada impunidad- para atreverse a hablar así con los que supuestamente le mandaron a colocar una supuesta bomba, y en plena dictadura. Pero Cristina, que suele escribir su propia historia de adelante para atrás con el fin de ubicarse en el centro de todas las etapas históricas que le tocó vivir, puede eso y mucho más.
 
Luego, durante la época de Menem, se convirtió en la principal (ella dice “en soledad”) luchadora contra la tergiversación de la causa AMIA y de allí en más no cejaría en sus intentos hasta llegar al presente en que le tirarían un cadáver para que no siga adelante, que es como ella interpreta la muerte del fiscal Nisman. Contra ella. 
 
En esa primera carta nuestra espía detective deduce que Nisman era apenas un empleado de alguien que respondía directamente a Clarín, al cual lo hicieron volver mediante una “orden”, y su informe le fue dado cuando volvió, por esa mano anónima a la que Clarín alimentaba con sus tapas.
 
De Agatha Christie a Christie K
 
"(...) Nuestra espía detective siguió investigando y descubrió varias cosas más que expone en una segunda carta. Entre ellas, que Nisman no era, como pensó al principio, un empleado consciente de las fuerzas malévolas sino un pobre tonto inconsciente que se murió sin siquiera darse cuenta de que su informe no era suyo ni que estaba cubierto de pruebas plantadas para perjudicar a Cristina.
 
Algo aún más terrible: que a Nisman le hicieron defender un informe fraguado no para que lo presentara en el Congreso sino que los que se lo dieron tenían pensado matarlo antes de su exposición pública, para así culpar del crimen a la principal acusada de dicho informe, vale decir, a Cristina. “Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto”, afirma la presidenta en una de las partes más estremecedoras de su relato, sin más prueba que su intuición, ésa que le permite no dudar aunque no tenga la menor prueba de nada.
 
No podía faltarle el tono épico al relato y por eso, como el periodista Horacio Verbitsky dijo que la purga que hizo Cristina en el servicio de inteligencia fue para limpiar al organismo de las secuelas del proceso, ella se toma en serio esa leyenda e insinúa más que insinuadamente que el señor Stiusso es el asesino, pretendiendo ubicarnos en la última página de esta novela policial, cuando recién estamos en el principio aunque ella nos desnude el final que desearía. 
 
Lo que Verbitsky y Cristina no dicen es que mal podría haberse transparentado el servicio de inteligencia con ese cambio, si lo único que se hizo es remplazar a sus anteriores autoridades por un mayordomo de palacio como su jefe formal y por un militar cuestionado como Milani como su jefe informal. Dos “le pertenezco”.
 
En síntesis, si bien es cierto que en una Argentina tan disparatada como la que estamos viviendo, la verdad podría ser todavía más delirante que la versión presidencial, aún siendo así es peligrosísimo para la salud institucional del país que una presidenta intente acomodar la realidad al relato que más le convenga a sus intereses, que de eso y de nada más que eso se tratan sus dos cartas. Algo que viene haciendo desde siempre, pero con la diferencia que ello ahora implica jugar con la muerte.
 
Por otro lado, sería imperdonable si ella tuviera conciencia de que todo lo que dijo en sus dos cartas son mentiras, pero mucho más grave es, políticamente hablando, si se creyera tales sandeces, porque entonces sí que los argentinos estaríamos en el más completo de los desamparos."
 
 
 
"(...) Como en los momentos fundacionales del país, “el pueblo quiere saber” la verdad: ¿El fiscal se suicidó o lo asesinaron? 
 
A partir de ese hecho fáctico, cada quien sacará sus conclusiones. El propio Gobierno ya lo hizo al pegar un volantazo de la primera a la segunda hipótesis, acuciado por los sondeos de opinión que reflejan que un promedio del 75% de los encuestados considera que Nisman fue ultimado. El año electoral parece hacer temblar las convicciones. 
 
También agudiza la necesidad de la mesa chica del kirchnerismo -en la que sólo están la Presidenta, la conducción de La Cámpora y otros pocos funcionarios- de despegarse de algunos dirigentes afectados por las escuchas telefónicas a las que accedió Nisman, como el ex piquetero Luis D´Elía y el líder de Quebracho, Fernando Esteche. 
 
Ambos sufren por estas horas un creciente destrato del oficialismo, que les avisa de esa manera que corren por su cuenta. Así, D´Elía pasaría de la categoría de leal absoluto a ser un lobbista iraní infiltrado en el kirchnerismo, mientras que Esteche es señalado como el jefe de una agrupación sembrada por los servicios de inteligencia para romper manifestaciones en beneficio de los gobiernos de turno
 
Sin ir más lejos, eso es lo que siempre pensaron de ellos en sectores de oposición, por lo que no deja de llamar la atención que esos argumentos surjan ahora de la Casa Rosada. a Medio Oriente. Por eso, D´Elía y Esteche deberían intuir que la Presidenta sólo defenderá a uno de los involucrados en las escuchas: el diputado Andrés “Cuervo” Larroque, lugarteniente de su hijo Máximo en La Cámpora. 
 
Ni que hablar de Jorge “Yussuf” Khalil, el supuesto comerciante de origen sirio a quien señalan como agente del régimen iraní, sobre cuyo paradero no se tienen precisiones aunque no faltan los que especulan con un viaje relámpago. (...)".
 
 
 
"(...) Los periodistas de investigación, con sus denuncias sobre la corrupción, comenzaron a impactar por debajo de la línea de flotación. Por primera vez, Cristina perdió la iniciativa y se puso a la defensiva, tratando de limitar los daños, una situación que Néstor Kirchner siempre consideró catastrófica. El fin del viento de cola económico desnudó las gruesas falencias del gobierno que, por negarse a hacerse cargo de años de despilfarro, tuvo que adoptar medidas cada vez más extravagantes.  
 
En el lado opuesto, el malhumor social crece, y quienes hasta hace poco eran indiferentes a la política se han vuelto sensibles a las denuncias por la corrupción y la mala gestión. Sobre ese malhumor, se viene fortaleciendo la parte pensante de la sociedad opositora, que llega a algunos acuerdos básicos sobre lo que espera del gobierno por venir.
 
Junto con cuestiones más urgentes, hay una novedosa revaloración de las instituciones y la república. Pero en lo inmediato, lo más importante es una actitud de resistencia al avance arrollador del kirchnerismo, que no tiene limitaciones en el Congreso pero las encuentra en una sociedad que respalda y alienta a sus alfiles, los periodistas y los jueces. 
 
La locomotora kirchnerista choca hoy con las murallas que se levantan en la sociedad civil. La política se encuentra en un punto de inflexión, en el que el gobierno no puede dejar de ir por todo, aunque pierda todas las batallas, y la sociedad civil opositora y sus dirigentes políticos se animan a dejar la posición defensiva y comienzan a avanzar
 
Sólo este respaldo genérico, que proviene de la sociedad civil, el periodismo y la justicia, explica que el fiscal Alberto Nisman pudiera hacer una denuncia de semejante magnitud, dirigida a la cabeza misma del gobierno. No sabemos si se sostendrá en términos judiciales pero, en términos políticos, su efecto fue fulminante. Un golpe a la mandíbula del núcleo gobernante. Sobre este primer impacto, su trágica muerte transformó lo que podría haber sido una mancha más en una batalla que puede significar una inflexión en este incierto fin de ciclo. (...)".

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