CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). En varias ocasiones, en Urgente24 se escribió acerca de la jueza Sandra Arroyo Salgado, y siempre en temas vinculados a causas judiciales que le interesaba promover a la Secretaría de Inteligencia.
QUÉ CALLA (Y POR QUÉ CALLA) UNA JUEZA FEDERAL
En el desbande de la ex Side, las dudas de Arroyo Salgado
Sandra Arroyo Salgado, ex mujer del fiscal especial Alberto Nisman y jueza federal con gran conocimiento de los personajes que protagonizan la disputa interna en el espionaje local, duda de la hipótesis del suicidio, y también de la investigación de la fiscal Viviana Fein. Es el siguiente capítulo del drama de la muerte del denunciante de Cristina Fernández de Kirchner y otros.
30 de enero de 2015 - 00:00
Pero muchos cambios han ocurrido en días recientes y provocan impacto en la vida de la magistrada. Por un lado, la Secretaría de Inteligencia ingresó en reyertas domésticas mortales. Luego, murió el fiscal Alberto Nisman, ex marido de Arroyo Salgado. Consecuencia de esto, la Secretaría de Inteligencia va en vías de disolución. ¿Qué hace en ese contexto la jueza federal? Aquí 3 fragmentos para intentar una respuesta.
"La investigación por la muerte del fiscal Nisman está cruzada por fuertes presiones políticas. La fiscal Viviana Fein se quejó ayer del rol que desplegó hasta ahora la ex mujer del fiscal, Sandra Arroyo Salgado, como querellante. Y puertas adentro lamentó los tuits del Gobierno, a través de la cuenta oficial de la Casa Rosada, que apuntaban a una supuesta contradicción en la investigación. Varios colegas la llamaron ayer para trasmitirle su apoyo y denunciaron “una campaña del Gobierno” para interferir en la causa. “La Asociación de Magistrados y la Asociación de Fiscales están con la fiscal”, se apuró a destacar ayer una fuente judicial.
Según Fein, Arroyo Salgado se comunicó la madrugada del lunes 19 “con personas que estaban en el lugar del hecho para trasmitirles a las autoridades de la investigación su idea de solicitar que se demore la autopsia”. Esa personas, según fuentes judiciales, serían el secretario de Seguridad, Sergio Berni, su segundo, Darío Ruiz, y el jefe de la Policía Federal, Román Di Santo.
La fiscal se cuidó de no mencionarlos. Dijo que “no eran familiares” de Nisman, remarcó que no le transmitieron “nada” y que la jueza “Arroyo Salgado no era parte de la causa en ese momento”.
El contrapunto se dio a partir de la autopsia, realizada el lunes entre las 8 y las 10 de la mañana. “La presentación de Salgado en mi causa fue a las 10:15, cuando la autopista ya había terminado”, remarcó Fein. (...)".
"(...) Entre lamentos y lágrimas, después de leer las dos cartas manuscritas que sus hijas le escribieron a Alberto Nisman, y con su ex esposo ya sepultado en la tumba, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado comenzó una larga catarsis personal que culminó en una frase demoledora."Nosotros creemos que (Nisman) no fue hacedor de su final", dijo.
De ese modo, expresó las dudas que la familia del fiscal aún tiene sobre la investigación oficial de la conmocionante muerte ocurrida hace once días.
"Como tu ex alumna, como colega del derecho y como trabajadora del Poder Judicial sé que también confiás en mí, y como magistrada debo pedirte perdón porque pertenezco a este poder, que no sé si está trabajando como se debe trabajar para llegar a la verdadera razón de este final", agregó la ex esposa de Nisman.
Fue la cuarta oradora de una ceremonia de la que participaron familiares, dirigentes comunitarios, allegados del Poder Judicial y unos pocos representantes del mundo político. "No sabemos quiénes fueron, pero confío en que toda aquella gente a la que yo pueda acudir me va a ayudar a hacer todo lo posible", prometió Arroyo Salgado. (...)
En las últimas horas, Arroyo Salgado solicitó que en un peritaje clave participe, además de la Policía Federal, el área de Cibercrimen de la Policía Metropolitana. Se trata del análisis de los tres teléfonos celulares y las cuatro computadoras encontradas en el departamento del fiscal.
Según explicaron fuentes con acceso al expediente, a Arroyo Salgado le comentaron que la fueza de seguridad porteña en el último tiempo resolvió investigaciones donde pudo obtener importante información de redes sociales, GPS y geolocalización.
El resultado de estos peritajes es de suma importancia para saber con quién habló y con quién se mensajeó Nisman antes de morir. La fiscal Fein había ordenado el análisis, pero debió suspenderlo cuando Arroyo Salgado presentó un escrito en el que pidió que no se hiciera hasta que ella, como querellante, presentara un perito de parte. (...)".
"(...) Al igual que lo sucedido con Nisman, Arroyo Salgado logró llegar a magistrada merced al impulso que le dio la Secretaría de Inteligencia (ex SIDE), bajo el paraguas del entonces todopoderoso ex director de Operaciones Antonio Stiusso y su enemigo, el director de Reunión Interior, Fernando Pocino.
En su juzgado, no casualmente, se concentran decenas de causas contra piqueteros, docentes, trabajadores de la carne, de la leche y ferroviarios —entre otros—, procesados sólo por protestar históricamente contra la política K.
Luego de lo sucedido con su ex marido, Arroyo Salgado se siente en medio de una encrucijada: ¿A quién responder ahora, al gobierno al que le fue funcional durante tantos años o a Stiusso y sus “boys”, que la coronaron como jueza?
Haciendo historia
Sandra Elizabeth Arroyo Salgado, CUIT 23-20729803-4, nacida el 1º de julio de 1969, fue designada jueza gracias al oportuno lobby hecho por el kirchnerismo sobre la Comisión de Acuerdos del Senado, que la calificó con el mayor puntaje de su terna a pesar de que los candidatos con los que compitió —Juan Pablo Salas, Raúl Maria Cavallini y Jorge Ariel Apolo— tenían un conocimiento mucho mayor sobre derecho. En esos días, el sitio La Política Online aseguró: "La elección (de Arroyo Salgado) sorprendió en el Poder Judicial, teniendo en cuenta la experiencia judicial de los candidatos que compitieron por el cargo. Tiene un postgrado en Derecho en la Universidad Austral (Opus Dei) y unos pocos artículos publicados".
No bien fue refrendada su designación por Néstor Kirchner —a través del decreto 713/2006—, la novísima jueza comenzó a trabajar en algunas de las causas que quitaban el sueño al oficialismo, una de ellas relacionada a una supuesta intrusión o hackeo a la cuenta de correo electrónico del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti. En breve se comentará sobre este tópico.
Arroyo Salgado es una persona obsesionada con el bajo perfil —no da entrevistas y no le gusta que se hable de ella— y es vista por sus colegas como una persona adicta a su trabajo, siempre relacionado a la temática judicial. La mayor parte de su carrera la hizo como defensora pública, comenzando a los 18 años como "meritoria" en un juzgado federal porteño. Más adelante, llegó a ser relatora del camarista Gerardo Larramberre.
Uno de los antecedentes que querría borrar de su pasado está relacionado a su desempeño como asesora del ex embajador argentino en México, Jorge Yoma, cuando este era senador nacional y presidía la Comisión de Asuntos Constitucionales. Yoma, es dable recordarlo, ha sido una de las espadas del saqueo menemista dentro del Senado en los años '90.
Oportunamente, el diario La Nación describió a Arroyo Salgado como "fanática" de la tarea judicial: "El trabajo es una de las principales prioridades de su vida. Tanto, que hace que el grueso de las decisiones pase por ella misma. Le cuesta mucho delegar y ella misma intenta llevar adelante audiencias y entrevistas (...) Cuando tiene tiempo libre, suele dedicarse especialmente al deporte. Es del estilo de mujeres que ponen un toque de atención especial a su figura. Juega al tenis todos los fines de semana, va al gimnasio cada vez que puede y suele salir a correr. Una preocupación por la actividad física a la que sólo es capaz de renunciar por una buena película en el cine".
Embestida K
Desde el año 2006, en el juzgado de San Isidro comandado por Arroyo Salgado, se lleva adelante una investigación judicial por el supuesto hackeo a las cuentas de correo electrónico del presidente de la Corte Suprema de la Nación, Ricardo Lorenzetti. En el marco del expediente —del cual culminaron procesados varios colegas hace unos meses— se allanaron los domicilios de periodistas, operadores y ex agentes de la SIDE, supuestamente involucrados en la intrusión —y posterior comercialización— de diversas cuentas de correo electrónico de funcionarios del Estado y personajes de la farándula.
La historia que se esconde detrás del avance de esta causa judicial es sumamente interesante, ya que, si bien es real que existe una especie de "organización" dedicada a vender secretos privados, no todo es como se ha hecho trascender públicamente. Por caso, hay una docena de documentos que prueban que el pedido de hackeo de cuentas de funcionarios partió desde el despacho de al menos tres poderosos ministros del Poder Ejecutivo, sin mediar orden judicial alguna, como exige la ley. (...)
Dicho sea de paso, ¿qué hará la jueza en caso de tener que enfrentarse con esa documentación? ¿Se animará a embestir contra poderosos ministros del kirchnerismo?
Más allá de la acusación formal de Arroyo Salgado, pocos saben que el "expediente Lorenzetti" se está utilizando para dirimir internas entre funcionarios públicos y aleccionar a medios críticos. Veamos.
Por un lado, existe un fuerte enfrentamiento entre altos funcionarios de la ex Secretaría de Inteligencia —uno de ellos es Fernando Pocino, quien suele hacer espionaje a pedido de Cristina Kirchner— y el hoy secretario General de la Presidencia, Aníbal Fernández. Un sector acusa a otro de "operar" y viceversa.
Como se dijo anteriormente, Arroyo Salgado fue bendecida por funcionarios de la SI para que pudiera recalar en San Isidro. A su vez, la jueza responde a los intereses del Poder Ejecutivo, sitial al que pertenece, por transición, Fernández. Un verdadero dilema para la magistrada, que deberá resolver en el corto plazo, antes de que esta causa judicial le explote en el rostro.
Por otro lado, como se mencionó más arriba, se ha forzado la participación de diversos actores "enemigos" del kirchnerismo en el entramado de la causa. "Se aprovechó para involucrar a personas a las que el gobierno les tenía mucha bronca", afirmó la fuente antes mencionada.
Es sabido que los que han impulsado esta causa judicial son agentes de la ex SIDE, algunos de ellos encolumnados a Fernando Pocino, quien paradójicamente mantiene a sueldo a varios periodistas alineados al gobierno. Uno de sus hombres de confianza, Gustavo Queirolo, es quien solía dar precisas instrucciones a Arroyo Salgado para que avance en uno u otro sentido.
Asimismo, Queirolo es quien, junto a otros dos espías, da información a los medios adictos al kirchnerismo —especialmente a diario Página/12— para que la publiquen sin chistar.
Concluyendo
La cautela de Arroyo Salgado a la hora de hablar de la sospechosa muerte de su ex marido tiene que ver con todo lo aquí relatado.
Por un lado, no sabe qué hacer con sus viejas lealtades, tanto a la ahora disuelta Secretaría de Inteligencia como al gobierno, al que le fue funcional judicialmente.
Por el otro, teme ser víctima de los carpetazos de la ex SIDE si llegara a “sacar los pies del plato”. ¿Pudieron los mismos que la impulsaron como jueza ser los que están detrás del asesinato del padre de sus hijas? Esa es la gran duda que la carcome en estas horas.
Es todo un dilema, que da explicación a su inesperado mutismo y a sus erráticas medidas como querellante en la causa judicial que investiga el fallecimiento de su ex marido. Una de ellas fue el desistimiento a realizar una nueva autopsia al cuerpo de Nisman, a pesar de que se mostró disconforme respecto de la labor hecha por los especialistas oficiales. (...)".