UNA ARGENTINA AGITADA

El #18F por Nisman promete un mal 62 cumpleaños de Cristina

Cristina Elisabet Fernández de Kirchner nació en La Plata, capital bonaerense, el 19/02/1953. Ella cumplirá 62 años el 19/02/2015. Pero 1 día antes ocurrirá el #18F, que no será un regalo feliz para la mandataria que tan mal se ha comportado en todo el 'caso Nisman' desde la denuncia contra ella de parte del fallecido fiscal especial.

por CLAUDIO M. CHIARUTTINI
 
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata). Hace 3 semanas, moría el fiscal especial a cargo de la 'Causa AMIA', Alberto Nisman. Desde entonces nada ha sido igual, ni para el Gobierno, ni para la oposición. Sin embargo, en los 21 días que distan hasta el próximo 01/03, cuando Cristina Fernández presente en el Congreso la agenda de temas con los cuales tratará de borrar este pésimo verano político, las tensiones que se vivirán, los maniobras que se producirán y los escándalos que estallarán no son previsibles, ni los efectos que tendrán para el año electoral que transitamos ni para sus principales protagonistas.
 
El Gobierno no da abasto para crear “cortinas de humo”. Desde el Jefe de Gabinete, Jorge Milton Capitanich, al que le quedan pocos días en su cargo; rompiendo melodramáticamente 2 páginas del diario Clarín, al secretario general de la Presidencial, Aníbal Fernández, tuiteando en inglés a Mia Farrow; además de los irrespetuosos y racistas tuits sobre “el aloz”, “el petloleo” y “La Cámpola” al “milagro chino” de ir en silla de rueda a Beijing y volver totalmente recuperada. Nada sirvió para sacar el 'Caso Nisman' de la tapa de los diarios o de distraer la atención de la opinión pública.
 
Es cierto que casi nadie habla de la denuncia del fallecido Alberto Nisman contra la Presidente de la Nación y el canciller Héctor Timerman, pero el fiscal que tiene a su cargo la investigación, Federico Delgado, prepara un pedido de cientos de medidas de pruebas, el número no es exagerado, para que el juez federal, Daniel Rafecas, active la causa en cuanto vuelva de sus vacaciones.
 
En fuentes tribunalicias se sostiene que es más probable que la investigación de la muerte de Alberto Nisman entre en un “cono de sombra informativo”, salvo que sea real la denuncia de Jorge Cayetano Asis, acerca de que la fiscal Viviana Fein está “cajoneando” pruebas, para que la situación no se convierte en un “escándalo” internacional; a que pueda “dormirse” la pesquisa de las denuncias por un acuerdo con Irán. Por eso el intento del Gobierno de unificar todo lo que tenga que ver  el Caso AMIA en un solo juez, y de ser posible, amigo de la Casa Rosada.
 
Sin embargo, el torpe accionar el Gobierno logró que el Caso Nisman llegue a la tapa de los diarios de todo el mundo, por lo cual, la denuncia de un acuerdo entre Cristina Fernández y el Canciller argentino con el Gobierno de Irán y las motivaciones detrás de tal pacto, han activado muchos lobbys poderosos que quieren conocer más detalles de la muerte del Fiscal de la Causa AMIA y de sus acusaciones.
 
En cierto sentido, la denuncia de Alberto Nisman contra Cristina Fernández y Héctor Timernan promete ser como el Caso del “Tráfico de Armas”, que persiguió a Carlos Saúl Menem y medio Gabinete durante más de 15 años. Es decir, de este tema, ni la Presidente de la Nación ni el Canciller se liberarán con facilidad.
 
Pero, además, hay una decisión del Poder Judicial de recuperar su poderío e independencia. Y hubo 2 muestras claras en la semana en este sentido: 
 
> la que tomó más estado público: el llamado a una movilización al cumplirse el primer mes de la muerte de Alberto Nisman por parte de un grupo de Fiscales Federales, con el apoyo de la Asociación de Magistrados y la pata gremial, es decir, la “Familia Judicial”, en pleno; y
 
> la que tuvo menos trascendencia pública: la denuncia que presentó un fiscal de Cámara y 8 fiscales federales para que se investigue si Fernando Esteche, de Quebracho; y el “espía” Ramón Allan Bogado, 2 hombres a quienes Alberto Nisman había involucrado como partícipes de la supuesta maniobra urdida por la Presidenta de la Nación, que promete meterse en el tema “diplomacia no oficial” durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, que podría generar otra catarata de escándalos por conocer.
 
La marcha citada por la “Familia Judicial” para el 18/02, justo 1 día antes del cumpleaños 62 de Cristina Fernández, promete ser histórica por el apoyo que ya está recibiendo de la oposición, de actores sociales claves y en las redes sociales. Por eso, la Casa Rosada, ha comenzado una desprolija maniobra para esmerilar el prestigio de los convocantes, desmovilizar a la opinión pública y para volver a dividir al Poder Judicial, resucitando el cadáver de Justicia Legítima.
 
Hay que entender la marcha en cuatro planos diferentes. Para la corporación judicial es una cuestión de supervivencia e independencia, literalmente hablando. Para la oposición, una forma de recuperar protagonismo. Para ese 60% de la población que está enojada contra Cristina Fernández, una oportunidad de expresarse y revivir el histórico 8N. Por fin, para el Gobierno, es una pulseada por el poder. Y como hay mucho en juego, mucho veremos con el fin de distraer, confundir y desalentar.
 
No sólo el Gobierno no puede “romper” con el “cerco informativo” que impone el Caso Nisman, tampoco la oposición.
 
Daniel Scioli intentó recuperar protagonismo exhibiendo a su esposa, Karina Rabolini, ante el Papa, y regresando a las declaraciones periodísticas. Pero duró poco. Le preguntaron sobre su relación con La Cámpora y se negó a responder, algo que nunca hizo en más de 20 años de carrera política y paseo por los medios.
 
Sergio Massa sufrió pequeñas sangrías políticas y sumó algunos aliados menores, lo que pasó tan inadvertido como su visita a la Central de Trabajadores Argentinos, de Pablo Micheli -con excelente resultado-; y con la Asociación de Magistrados, firmando un acuerdo que no levantó el amperímetro.
 
Mauricio Macri no pudo “sacarle el jugo” que quería al anuncio del acuerdo con Elisa Carrió, pero él ya envió unas 12 misiones negociadoras al interior para poder ampliar los acuerdos locales con “lilistas”, radicales e, incluso, algunos massistas, como el caso de Horacio “Pechi” Quiroga, de Neuquén; o, se comenta, de Juan Manuel Cano, de Tucumán, que dejarían el Frente Renovador para avanzar en un acuerdo con el PRO.
 
Según las primeras encuestas, el 'Caso Nisman', y la posterior reacción del Gobierno, hicieron perder puntos de adhesión a Daniel Scioli, fueron inocuas para Sergio Massa y podrían haber sostenido a Mauricio Macri. Pero el escándalo tardará 1 o 2 meses en ser “decantado” por la sociedad y ver el efecto electoral que tiene. Pero cuanto más se extienda en el tiempo, más beneficiará al candidato que aparezca con mayor imagen de opositor (hoy Mauricio Macri, al tener a Elisa Carrió a su lado) y menos al Gobernador de Buenos Aires, que sostiene su alianza con el kirchnerismo.
 
El implacable clima de vacaciones en que se encuentra envuelta la mayoría de los ciudadanos hace que el Caso Nisman haya impactado en las clases media y alta, que son las más informadas; de las zonas urbanas. En las zonas no urbanas, la economía, la inseguridad y la falta de empleo concentran la atención de los potenciales votantes.
 
Y en la Economía, el Gobierno tampoco tiene nada bueno que mostrar. Se está a un paso de cambiar el Jefe de Gabinete, de tener que suspender la venta de “dólares ahorro”, a punto de lanzar dos planes para incentivar el consumo, pero manteniendo las restricciones a las importaciones; los datos de la producción industrial son pésimos y la inflación podría volver a crecer en marzo; al tiempo que el clima con los holdout se enrarece y las reservas se evaporan a una velocidad creciente.
 
Cristina Fernández y el Gobierno se prepara para “bailar sobre un campo minado” las próximas semanas. Si responde con su ADN, con sus hábitos, con sus costumbre, van a extremar sus posiciones, van a dar manotazos de ahogado, van a producir hechos que nos dejen sin aliento, van a forzar la situación al máximo, van a crispar, al tiempo que van a recurrir a la militancia, a ese 25% de los argentinos que creen ciegamente en la Presidente de la Nación en busca de apoyo (por eso, no hay que descartar una movilización de aparatos clientelares el 19 de Febrero, para simular un “Día de la Lealtad Kirchnerista”, pero financiado con dineros públicos).
 
Podemos esperar cualquier cosa. Hoy, ni el Gobierno sabe que hará, pero tiene en claro que si no usa el bisturí en profundidad, si no hace una demostración de fuerza mayor, si no traza una “línea” en el “campo político”, estarán más cerca de irse del Gobierno como Fernando de la Rúa que como Carlos Saúl Menem. Justo lo segundo que más temen, luego del pánico que tienen de terminar presos.

Dejá tu comentario