CRISTINA VIVE UNA ILUSIÓN

Los Barones lanzan el Insaurralde-Espinoza que respaldará a Scioli

Ni Mauricio Macri tiene asegurado el triunfo ni Sergio Massa está condenado a la derrota. Ni mucho menos Daniel Scioli quedó a un lado de la carrera electoral: los Barones del Conurbano no sólo chocaron con Florencio Randazzo sino que son los que lanzan a Martín Insaurralde por la Gobernación bonaerense, no sólo para frenar a Francisco De Narváez sino para alentar el proselitismo del gobernador bonaerense. En la Quinta de Olivos deberían considerar, tal vez, que no todo el país es Río Negro, explicó el autor en su editorial radial dominical.

por CLAUDIO M. CHIARUTTINI
 
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Sin Saco y Sin Corbata) La decisión de la Convención Nacional de la Unión Cívica Radical de apoyar la propuesta de Ernesto Sanz para avanzar en un acuerdo electoral con el PRO, abrió la puerta a una serie de decisiones políticas que están despejando el terreno para la verdadera batalla que se desatará desde ahora hasta el cierre de listas: el intento del kirchnerismo de retener el trozo más grande de peronismo posible bajo su control, y el peronismo oscilando entre una tentativa de limitar la colonización kirchnerista y la declaración de guerra a la Casa Rosada y la Presidente de la Nación.  
 
Hermes Binner y Julio Cleto Cobos se bajaron de sus respectivas candidaturas presidenciales, lo mismo que Julián Dominguez (quien se lanzó a gobernador de Buenos Aires), Martín Insaurralde anunció que irá con Daniel Scioli; el intendente de Escobar, Sandro Guzmán, dejó el massismo y volvió al Frente para la Victoria; Sergio Massa tuvo que frenar una virtual revuelta de los “intendentes fundadores” del Frente Renovador, Gerardo Morales confirmó que los acuerdos radicales con el massismo se mantienen sin cambios, Mauricio Macri adelantó que su vicepresidente no será radical; y Juan Manuel Urtubey, Sergio Urribarri y Agustín Rossi se van despidiendo de sus respectivos intentos de ser candidatos a Presidente de la Nación luego de que Carlos Kunkel adelantara que Cristina Fernández sólo bendecirá 2 listas dentro del Frente para la Victoria.
 
Esta son sólo algunas de las decisiones que se tomaron en una semana y que van conformando un complejo escenario político y electoral, donde las fuerzas todavía intentan consolidar sus alianzas y los candidatos deciden si avanzan o se retiran de la carrera electoral que han emprendido. Y eso que unas 10 provincias todavía deben decidir si separarán las fechas de votación de las elecciones locales de las nacionales.
 
Tal y como dice el viejo refrán: “los melones se acomodan solos”, y eso es lo que está ocurriendo. Por ejemplo:
 
1. Los radicales que criticaron la propuesta de Ernesto Sanz están descubriendo que el Punto 5 de la “Declaración” permite avanzar con los pactos ya negociados con el massismo y que el PRO está muy presionado para sumarse a los candidatos radicales del interior, si quieren que en el “paño” presidencial está presente Mauricio Macri.
 
2. El PRO entendió que la aprobación de la propuesta de Ernesto Sanz consolidó el “Mito de Triunfo” en Mauricio Macri, debilitando en forma extrema el armado político de Sergio Massa. Sin embargo, entienden que las posibilidades de cerrar un acuerdo con los radicales más allá de Córdoba, Mendoza y Entre Ríos, no logrará desplazar al massismo de las boletas radicales de los distritos donde ya pactaron.
 
3. Sergio Massa debe enfrentar la sensación de que quedó fuera de la carrera presidencial, el enojo de muchos peronistas que se sintieron muy mal tratados por el ex Intendente de Tigre (tal como José Manuel de la Sota y Jorge Busti), los “éxodos” que financia el Frente para la Victoria, además de una fuerte interna entre los candidatos a Gobernador de Buenos Aires. Todo esto sin contar con fuertes rumores de que el dinero, le escasea.
 
4. En el Frente para la Victoria tampoco el clima es el mejor. Los pésimos cierre de listas en Mendoza, Santa Fe y Ciudad de Buenos Aires; la ausencia de candidatos “potables” para el electorado (tal como ocurre en la metrópolis porteña), las presiones para tomar el control del armado de las listas (que en Río Negro desplazó al peronismo para abrirle paso a La Cámpora y el Frente Grande, fuerza que amenazó con irse con Sergio Massa, pero ahora revisa la decisión) y el exigente reclamo de los “Barones del Conurbano” para que Daniel Scioli sea el único candidato a Presidente de la Nación, obligan a Cristina Fernández a tomar decisiones que, en la mayoría de los casos, hasta ahora, han sido desastrosas.
 
En contra de lo que digan las encuestas,
 
> Mauricio Macri aún está lejos de ser uno de los dos hombres que polarizarán la elección presidencial,
 
> Sergio Massa perdió demasiado tiempo y abundantes oportunidades y muy posible que no logre recuperar el terreno perdido; y
 
> Daniel Scioli todavía no pudo lograr (y quizás nunca lo consiga) que Cristina Fernández lo bendiga como su “Delfín” y le facilite la carrera presidencial.
 
Es un juego abierto.
 
Pero en 2 semanas, desde que Cristina Fernández le bajó la lista al sciolismo en la capital federal y la Unión Cívica Radical aceptó buscar un acuerdo con el PRO, en el peronismo histórico se han puesto a trabajar para no ser “marangonizados” por la Presidente de la Nación y entrar en la 2da. vuelta, si es que se produce el ballottage.
 
Hay que compender que Cristina Fernández le bajó las listas al gobernador de Buenos Aires y al presidente del bloque de senadores del Frente para la Victoria. No son 2 “pichis”, son 2 de las mayores autoridades dentro de la estructura del Partido Justicialista. Se rompió una regla básica del peronismo: el respeto por el poder territorial de un liderazgo local. Y eso tiene, siempre, consecuencias políticas graves.
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De esta forma, la guerra está declarada: Cristina Fernández quiere borrar del mapa a los líderes peronistas y reemplazarlos por la mayor cantidad de militantes de La Cámpora y aliados posible. No es algo nuevo. Comenzó en 2009, provocó la derrota de aquel año y la de 2013, pero ahora se agravó. En el fondo, la batalla por el control de las listas definirá si existirá, a futuro, el peronismo como la mayor fuerza política nacional.
 
Puertas adentro del Gobierno, creen que 2015 será el año en que terminarán por desaparecer el radicalismo y el peronismo “tradicional” de la historia política argentina. Creen que el PRO es la nueva centro derecha que siempre ha tenido 20% a 25% de  votos y, con la muerte del Frente Amplio UNEN, el Frente para la Victoria aparece como heredero natural del peronismo, ocupando una ancha franja del electorado que va del centro a la izquierda dura, absorbiendo militantes que vienen del radicalismo, el socialismo, grupos sindicalizados, colectivos sociales, organizaciones de derechos humanos y fuerzas combativas con toques foquistas, herederos de los grupos terroristas de los ’70.
 
El kirchnerismo no se lee a sí mismo como una fuerza política en decadencia, pese a que Cristina Fernández no tiene posibilidades de un nuevo mandato, en lo inmediato. Ellos consideran que la Presidente de la Nación puede ocupar cualquier espacio y seguirá siendo la “líder natural” del nuevo “movimiento”, tal como ocurrió con Juan Domingo Perón una vez que fue derrocado, pero sin tener que estar en el exilio. Una ilusión política.
 
La visión autocomplaciente parte de una cadena de mentiras y falacias, las mayores de todas se refieren a creer que el peronismo está en decadencia, que el radicalismo no es una fuerza electoralmente competitiva, que el massismo no existe como tal, que el PRO será débil si le toca gobernar y que el voto independiente, que ha decidido las elecciones desde 1983, puede ser dominado por el marketing político. Deberían revisar estas posiciones. Veamos un simple hecho que confirma los errores que comenten en su análisis político en la Casa Rosada.
 
Hace dos semanas, los “Barones del Conurbano” de la poderosa 3ra. Sección Electoral de la Provincia de Buenos Aires, que incluye La Matanza, un país en sí mismo -electoralmente hablando-; recibieron por pedido del Ministro de Infraestructura, Julio de Vido, al ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, en su carácter de precandidato a Presidente de la Nación, bajo la promesa de que el encuentro sería parte de los diálogos con los presidenciables del oficialismo.
 
Durante el encuentro, los “Barones del Conurbano” le pidieron a Florencio Randazzo que reconsidere su candidatura presidencial y que analice bajarse a gobernador de Buenos Aires. La respuesta fue rotunda: no sólo él se negó, sino también amenazó con armas listas en todos los distritos que no apoyaran su postulación.
 
¿Cuál fue el resultado? Los “Barones del Conurbano” convencieron al intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurrale, para que vaya como candidato a gobernador de Buenos Aires y, casi con seguridad, llevará como compañero de fórmula a Fernando Espinoza, alcalde de La Matanza; dando un inmenso respaldo a la postulación de Daniel Scioli y volvieron a colocar al peronismo en carrera, dado que Francisco de Narváez amenazaba con convertirse en el heredero en el Sillón de Dardo Rocha casi sin pelear.
 
Ahora, el peronismo busca limar asperezas internas. Sergio Massa se acerca a José Manuel de la Sota para cerrar un acuerdo, Eduardo Duhalde y Adolfo Rodríguez Saá buscan una gran interna panperonista con el gobernador de Buenos Aires y el ex intendente de Tigre, sin la presencia kirchnerista; en distritos como Santa Fe se intentan bajar listas que no van a sumar votos, pero que debilitan a otros justicialistas que tiene posibilidades de retener o ganar cargos electivos, los gremios son llamados a proveer fiscales, militantes, estructura, votos.
 
Con lentitud, “los melones se acomodan solos”, pero la Casa Rosada presiona con tanta fuerza que puede obtener los resultados contrarios a los que busca. Un caso claro es el desdoblamiento de elecciones. Ya 10 provincias han decidido no compartir el Calendario Electoral Nacional y hacer sus elecciones locales en otras fechas. Se dice que otras 9 podrían hacer lo mismo, lo que aumenta las chances de massistas, macristas y radicales de sumar votos, mientras que permite a los liderazgos locales poder armar las listas con mayor libertad e independencia.
 
Y si la Casa Rosada cree que podrá extender el 'Caso Río Negro' al resto del país, puede desatar una revuelta en todo el peronismo. Así como el kirchnerismo puede abrir listas paralelas, el peronismo también puede hacer alianza con el massismo, el macrismo o el radicalismo para sumar postulantes a esas listas. En el fondo, la pelea es por colocar “alfiles” en posiciones de poder, no importa el camino, ni que Cristina Fernández encabeza o no alguno de los “paños” de la boleta. Quien controla el aparato político local, en el fondo, es el que cuenta los votos y quién cuenta los votos, casi siempre es el ganador seguro de una elección.

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