INTERROGANTES SOBRE UN RETIRO EFECTIVO

Procesamiento, dinero, enfermedad: El misterio de Milani

En teoría, César Milani se preparaba para sus días mejores. Con Cristina Fernández de Kirchner y Carlos Zannini mantenía una relación de extrema confianza, consecuencia de qué le habían delegado la conducción de la inteligencia estatal en general, no sólo la militar. Con Daniel Scioli también había anudado un vínculo cercano, y antes de ser despedido Horacio Stiuso refunfuñaba por todos los rincones acerca de las consecuencias para él de esa alianza que vinculaba al Ejército con la Policía Bonaerense que le había ejecutado a su amigo apodado 'el Lauchón'. Milani hasta había conseguido, vía un espía llamado José Luis Vila y el embajador argentino ante el Vaticano, Eduardo Valdéz, construir un circuito informativo por si el Papa precisaba alguna 'data'. Pero Milani ya es historia para las FF.AA. Unos dicen que es peligro judicial, otros que es castigo por autonomía extrema pero también quienes deslizan un problema físico que le habrían diagnosticado. Hasta ahora, rumores, nada en concreto.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). César Milani venía tratándose por un tema médico, probablemente en el colon. ¿Tiene algo que ver eso con su salida intempestiva? ¿Los "motivos personales" invocados en el texto de renuncia se relacionan con un tratamiento necesario? ¿O sólo se trata de cuestiones relacionadas con la política cotidiana en la que se había ganado un muy cuestionado lugar? ¿O es que el cerco judicial se había terminado de cerrar? Por ahora, misterio.
 
Acerca de los problemas médicos de Milani, nadie los menciona pero Urgente24 los escucha desde hace algunos días aunque nunca se les concedió importancia. Ahora que se conoce su salida, obliga a incluirlos en las hipótesis.
 
En tanto, en la prensa matutina se lee:
 
 
"(...) La salida de Milani sucede después de dos años de ejercer el cargo en medio de fuertes cuestionamientos por las denuncias de presunta participación en delitos contra los derechos humanos ocurridos en las provincias de La Rioja y Tucumán.
 
La situación judicial más complicada es en Tucumán. La Fiscalía a cargo de Carlos Brito pidió al juez a cargo de la causa, Daniel Bejas, que Milani aclare por qué firmó el acta en la que figura que el conscripto riojano, Alberto Ledo, había desertado cuando en realidad había desaparecido. El 24 de diciembre pasado, el magistrado había solicitado la declaración indagatoria del jefe del Ejército por encubrimiento y falsedad ideológica en el caso de la desaparición del soldado. El hecho ocurrió el 17 de junio de 1976 en Tucumán cuando Milani era oficial y tenía al joven a cargo. En ese momento, el militar estaba en el Batallón de Ingenieros de Construcciones 141 de La Rioja, y fue desplazado a Tucumán durante el denominado Operativo Independencia.
 
El 26 de junio de 2013, la Presidenta mediante el decreto número 832 / 2013 designó jefe del Estado Mayor General del Ejército Argentino al general de división César Gerardo Milani. El 3 de julio, Rossi lo puso en funciones en un acto junto a la Presidenta de la Nación en el Colegio Militar. Ese mismo día asumió (Ricardo) Cúndom como comandante (de Operaciones en el Estado Mayor Conjunto). A fines de ese año, el Frente para la Victoria logró aprobar el pliego del ascenso en el Senado. (...)".
 
 
 
"(...) Consultadas por Página/12, fuentes de la cartera de Defensa refrendaron la versión oficial y aseguraron que el retiro de Milani lo decidió el militar por motivos personales. Desde la oposición, por el contrario, se atribuyó la decisión a motivaciones vinculadas con las acusaciones por delitos de lesa humanidad que pesan sobre el jefe militar saliente: la fiscalía de Tucumán pidió que se lo indagara por la desaparición del conscripto Alberto Ledo, ocurrida en esa provincia en la que Milani actuaba como oficial en el marco del Operativo Independencia. También fue denunciado por su presunta participación en la privación ilegal de la libertad del ex preso político Ramón Olivera.
 
Milani siempre negó su participación en esos hechos y hace dos años se presentó ante un juzgado federal de La Rioja para ponerse “a total disposición” de ese tribunal. También advirtió sobre la existencia de una “campaña mediática de desprestigio” en su contra, a la que también le atribuyó las denuncias por enriquecimiento ilícito que se le hicieron desde programas de televisión. Cuando su pliego de ascenso fue aprobado por última vez en el Senado, el militar contó con el respaldo de la Asociación Madres de Plaza de Mayo; mientras que el Centro de Estudios Legales y Sociales, que no lo había impugnado hasta entonces, decidió oponerse a su designación al evaluar nuevas evidencias. “Hoy vemos con preocupación que la persona que tiene la responsabilidad de conducir las fuerzas armadas hace propios, en el ejercicio de su investidura, argumentos que contradicen avances fundamentales de la reconstrucción democrática llevada adelante por toda la sociedad argentina en los últimos 30 años”, expresó el CELS en mayo de 2013, un mes después de su nombramiento y en medio de la polémica que desató su ascenso.
 
Ayer por la mañana (martes 23/06), antes de que se conociera la renuncia de Milani, se publicó una entrevista de la titular de Madres, Hebe de Bonafini, donde ella volvió a reivindicar a Milani. Allí sostuvo que la denuncia en su contra fue “inventada” y que ella lo seguiría defendiendo “hasta que esté en la cárcel” y no cambiaría su opinión “mientras tanto”. Para Bonafini, la denuncia contra Milani que figura en el Nunca Más de La Rioja no aparece en el original y “se insertó” allí con motivaciones políticas. Finalmente, argumentó que el ex presidente Néstor Kirchner y la ex ministra de Defensa Nilda Garré nunca le “habrían presentado al malo de la película” y agregó que la actual embajadora ante la OEA “dijo una y mil veces” que la acusación contra el militar “era una mentira”. (...)".
 
 
 
"(...) Quizás el de Milani constituya apenas el primero de una serie de giros que el kirchnerismo se vea forzado a producir en las próximas semanas para amoldarse a la campaña que viene, con un postulante que no representaría cabalmente sus principios ni sus sentires. Pero al que habría que sumarse, por su popularidad estable, para intentar la permanencia en el poder. Basta para entenderlo, con la acrobacia observada el lunes en La Plata. La Comisión Provincial por la Memoria presentó su informe anual sobre la situación en las cárceles de Buenos Aires. El texto fue, como siempre, muy crítico de esa realidad. Subrayó, entre infinidad de anomalías, que hay cerca de 35 mil personas detenidas ahora mismo en comisarias, calabozos y centros de menores. Todos los años el kirchnerismo utilizó esa exposición para cuestionar políticamente al gobernador. Los kirchneristas brillaron ahora por su ausencia. La Comisión debió relatar su informe en una sala semi vacía.
 
La salida de Milani ofrecería otra variedad de matices interpretativos. El general no era un militar que respondía sólo a Cristina. También a Carlos Zannini, el secretario Legal y Técnico devenido en candidato a la vicepresidencia. Allí no se terminarían los vínculos. Un oficial de inteligencia, el general Luis Carena, es jefe del Estado Mayor Conjunto. También de fluida llegada a Zannini. En suma: el ahora candidato, con la anuencia presidencial, habría aceptado resignar alguna de sus piezas clave en el sistema de poder para empezar a facilitarle el camino a Scioli. Que también es el suyo.
 
Nadie sabe, a ciencia cierta, si el relevo del militar fue concertado puntualmente entre ambos o respondió sólo a una iniciativa de Cristina. Pero estaría claro que varios temas pendientes –incluso, aseguran, de orden económico– habrían sido conversados por Scioli con Zannini en el primer encuentro que sostuvieron en su oficina del Banco Provincia, en Plaza de Mayo.
 
La permanencia de Milani pareció siempre de elevado costo interno y externo para la Presidenta. Profundizó la brecha, por ejemplo, dentro de los organismos de derechos humanos. Agudizó también interrogantes políticos sobre los motivos reales que hicieron de aquella cuestión una bandera central de la era kirchnerista. Y brindó pasto abundante a la oposición.
 
Pero el criterio de Cristina sobre el ejercicio de la autoridad y del poder esterilizaron hasta ayer cualquier intento de modificación. La transigencia sería para ella una señal debilidad. ¿No lo es ahora? Resulta distinto: le restan sólo seis meses de Gobierno y ha edificado una trinchera para cubrir la retirada. (...)".
[ pagebreak ]
 
 
"En el gobierno de Cristina Kirchner aseguraban ayer que la caída del jefe del Ejército, teniente general César Milani, quedó sellada el viernes último. Ese día se conoció la noticia de que Milani decidió ascender a su secretario ayudante, el coronel Marcelo Granitto, al grado de coronel mayor, a pesar de que el ministro de Defensa, Agustín Rossi, se había negado a ascenderlo a general, en medio de un tenso conflicto.
 
Según confiaron a LA NACION fuentes oficiales, ello enrareció aún más la relación con la Presidenta, que, ahora se sabe, se había ido desgastando. Desde 2003, Milani dirigía el poderoso aparato de inteligencia militar y respondía a las órdenes del secretario legal y técnico, Carlos Zannini, con fuerte influencia sobre la ex SIDE.
 
Pero en los últimos tiempos Milani se había arrogado una autonomía que molestó a Cristina Kirchner. Además, por su cuenta, se había acercado demasiado al gobernador bonaerense y candidato presidencial del Frente para la Victoria (FPV), Daniel Scioli, cuando aún Cristina no lo había bendecido con la candidatura a vicepresidente de Zannini.
 
En Balcarce 50 sospechaban incluso que abastecía de información sensible a Scioli. También aseguran que Milani ayudaba al gobernador a prevenir "maniobras" del ex director de Operaciones de la ex SIDE Antonio "Jaime" Stiuso, ahora perseguido por la Casa Rosada. Luego Scioli elogió calurosamente a Milani en un reportaje en LA NACION y eso aumentó las sospechas.
 
Los reparos de Rossi hacia el coronel Granitto, un oficial de inteligencia ascendido por Milani a coronel mayor, obedecieron a que el titular de Defensa lo consideraba un militar "carapintada" durante el alzamiento de 1987. Rossi se negó a proponer su ascenso en el Senado.
 
El Gobierno se molestó cuando la noticia del ascenso apareció el viernes último en el diario Clarín. El rango de coronel mayor es honorífico, pero Milani desafió así a Rossi, que no quiso ascenderlo, y buscó demostrar autonomía. En la Casa Rosada lo entendieron como una insubordinación.
 
En Defensa también objetaban que Granitto está mencionado en la causa por los excesos de los militares en la recuperación del cuartel de La Tablada en 1989.
 
De todos modos, Milani buscó mantener ayer las formas y en un comunicado del Estado Mayor del Ejército informó que pidió su retiro por "razones estrictamente personales". (...)".
 
 
 
"(...) El asedio de la Justicia, dicen colaboradores cercanos de Milani, pudieron motivar esta salida.
 
En Tucumán la Justicia investiga su presunta responsabilidad en la desaparición del conscripto Alberto Ledo. El 17 de junio de 1976, cuando cumplía el servicio militar obligatorio en Famaillá, ese conscripto riojano desapareció. La última vez que sus compañeros lo vieron, había salido en patrulla de reconocimiento en la zona. Días pasados el juez del Tribunal Federal Nº1 de Tucumán, Daniel Bejas, decidió desestimar el pedido del fiscal federal Carlos Brito, de citar a declaración indagatoria a Milani; le pidió más pruebas.
 
El magistrado confirmó la validez probatoria del acta que Milani había redactado y firmado en la que se dejaba constancia de la deserción de Ledo. 
 
Esa documentación fue la que le dio sustento al requerimiento del fiscal federal Brito, quien el 22 de diciembre pasado había solicitado la indagatoria de Milani.
 
Para el fiscal el sumario de deserción fue la herramienta burocrática que habría sido utilizada para encubrir presuntamente el secuestro y posterior muerte del soldado. 
 
El ex Jefe del Ejército también está imputado en otra causa en La Rioja por presuntas torturas a Ramón Alfredo Olivera y su padre. Ambos denunciaron haber sido presuntamente detenidos ilegalmente por Milani en 1977. 
 
Además tiene otra investigación por presunto enriquecimiento ilícito que se tramita en el Juzgado Federal N°3 de Daniel Rafecas. La denuncia señala que en 2010 Milani declaró un patrimonio de $ 1.494.610 y que en 2011 declaró 1.785.880 pesos, cuando su sueldo fue de 14.000 pesos mensuales en 2010 y 15.000 en 2011. Se busca establecer cómo fue que adquirió una casa de 1.150 metros cuadrados en La Horqueta, en San Isidro, en 1,5 millones de pesos pero, según la denuncia, está valuada en más de medio millón de dólares. Milani declaró ante la Oficina Anticorrupción que utilizó el dinero proveniente de la venta de un departamento en Moldes 2376 para adquirir la casa de La Horqueta, pero el dictamen del fiscal señala que la operación del departamento de Belgrano se registró después que la compra en San Isidro.
 
La última cuenta del largo rosario de asuntos pendientes fue la decisión de la Cámara Federal de Casación Penal que hizo lugar al pedido de hábeas corpus presentado por Nora Cortiñas, la referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, para que Milani y el ministro de Defensa, Agustín Rossi, declaren como testigos en la causa por el secuestro y desaparición de su hijo Gustavo en la última dictadura militar. (...)".

Dejá tu comentario