DIRCEU PRESO

Brasil: Corrupción, devaluación y Juegos Olímpicos en riesgo

El escándalo de corrupción en Brasil podría hacer peligrar algunas inversiones previstas para realizar los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro en 2016. El caso ya ha puesto en prisión al ex ministro y operador de Lula Da Silva, José Dirceu. El real volvió a depreciarse frente al dólar, que cotizó a 3,46 reales. Así la moneda brasileña acumula una devaluación de 30% en lo que va del año. Está muy cerca de tocar el máximo histórico de depreciación de marzo de 2003, cuando el dólar llegó a comprar 3,49 reales.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - El combo de malas noticias económicas, políticas y sociales proveniente de Brasil volvió a golpear ayer al principal socio comercial de la Argentina.
 
Por empezar, el real volvió a depreciarse frente al dólar, que cotizó a 3,46 reales. Así la moneda brasileña acumula una devaluación de 30% en lo que va del año. Está muy cerca de tocar el máximo histórico de depreciación de marzo de 2003, cuando el dólar llegó a comprar 3,49 reales.
 
En julio, la divisa brasileña perdió 10% de su valor. Y, en todo el año, un 30 por ciento. La moneda había cerrado 2014 en 2,657 reales por dólar.
 
Según los analistas, la crisis política y económica que afecta a Brasil y que podría impulsar un recorte en la nota de las calificadoras con el sello de buen pagador del país, impacta en ?el real.
 
Brasil se encuentra comprometido por un fuerte endeudamiento público y privado tomado en la década del dólar barato. Y no es seguro que todas esas inversiones hayan sido bien realizadas y, por tanto, sean capaces de devolver ahora los rendimientos necesarios para cumplir su deuda.
 
El Estado no está exento. El enorme gasto público comenzó a mostrarse insostenible. El Banco Central proyecta, en base a una encuesta periódica tradicional a economistas e instituciones, un 9,8% de inflación para el año.
 
La presidenta Dilma Rousseff lanzó un plan de ajuste a principios de año luego de ganar su reelección diciendo un libreto distinto.
 
Ese giro, la expectativa de recortes y las masivas denuncias de multimillonarios casos de corrupción que ya han provocado centenares de detenciones de funcionarios y políticos ligados al Partido de los Trabajadores han debilitado sobremanera a Rousseff, justo cuando mayor fortaleza política necesitaría para llevar adelante su programa.
 
Ayer, sin ir más lejos, la Justicia arrestó al exministro de Gobierno de Lula, Jose Dirceu, miembro prominente del PT. Dirceu ya estaba bajo detención domiciliaria acusado de haber operado un esquema sistemático de compras de votos. Pero ahora el arresto está vinculado a una supuesta participación en el escándalo de Petrobras. El hecho acerca aún más a esa causa a Lula y a Rousseff.
 
En este contexto, muchos dudas de que la presidenta –que acumula 11 pedidos de juicio político en un Congreso en el que pierde poder semana a semana– pueda ajustar al sector público. Y eso a su vez multi­plica la incertidumbre general sobre el futuro económico.
 
La semana pasada, un banco internacional, HSBC, abandonó Brasil ante esas malas perspectivas, vendiendo su banco local a Bradesco.
 
Ayer, por ejemplo, activistas del poderoso Movimiento Sin Tierra, en algún momento aliado al PT, ocuparon el Ministerio de Finanzas, que encabeza Joaquim Levy, factótum del plan de ajuste fiscal que quiere ejecutar Rousseff.
 
Petrobras, por otro lado, no sólo es un dolor de cabeza por la corrupción. En sí misma refleja los desafíos económicos de un país en muchos casos mal endeudado. Ayer se supo que la compañía enfrenta serios problemas para vender activos por 15.100 millones de dólares, algo a lo que se comprometió para tratar de reducir su deuda impagable de 120 mil millones de dólares. Es la petrolera más endeudada del mundo.
 
Y las dificultades para vender activos expresan el dilema en que está metido el propio Gobierno. Según especialistas, no aparecen compradores porque nadie está seguro de si podrá vender libremente sus productos. El Gobierno montó durante estos años una madeja de subsidios que abarataron los precios de la energía, pero no puede sostenerlos. Y los inversores no quieren quedar presos de precios políticos y sin subsidios.
 
Juegos en peligro
 
Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016 están siendo amenazados en sus preparativos debido a que Brasil a raíz del escándalo de corrupción en Petrobras.
 
Afectar a las compañías constructoras responsables del proyecto deportivo podría costarle a la nación carioca un total de US$ 12 mil millones, los cuales siguen siendo investigados por pertenecer al círculo de corrupción que le compete a Petrobras.
 
En ese sentido, las investigaciones han puesto a las compañías en un momento difícil puesto que sus líneas de crédito se han acabado y sus principales ejecutivos se encuentran privados de su libertad y en espera de un juicio.
 
Un ejemplo de lo anterior corresponde a la empresa OAS, dedicada a la construcción de unas series de instalaciones olímpicas en Deodoro, ésta entró en bancarrota durante el mes de marzo, luego de que sus líneas de crédito se terminarán.
 
Por ello el Gobierno de Río de Janeiro, ha entrado en un proceso de apoyo a esta situación actuando como banco, prestando dinero a las compañías para evitar que se frenen las construcciones.
 
No obstante, algunos funcionarios olímpicos han declarado que el escándalo aún no ha causado retrasos, aunque está complicado el desafío de construcción pues Río intenta realizar una renovación urbana de una magnitud que  no haya sido vista desde los Juegos en Barcelona 1992.
 
A pesar de que aún falta un año para la ejecución de los Juegos Olímpicos, el gobierno debe saber manejar las consecuencias del polémico caso con Petrobras para que el trabajo concluya en tiempo y forma.
 
Embargo a Dirceu
 
El ex ministro brasileño José Dirceu, detenido ayer por las corruptelas en Petrobras pese a que aún cumple condena por escándalos destapados en 2005, orquestaba la corrupción ya desde el primer gobierno del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó ayer la Fiscalía.
 
"La red (de corrupción) en Petrobras se constituyó en el primer mandato de Lula y repitió de alguna manera el esquema de sobornos" parlamentarios descubierto en 2005, durante el primer período del ex presidente (2003-2007), y que llevó a prisión a 25 políticos y empresarios, entre ellos el propio Dirceu, dijo el fiscal Carlos Fernando Santos Lima.
 
Dirceu, de 69 años, fue condenado a once años y diez meses de cárcel por los escándalos de 2005 y ayer fue detenido en su casa, donde estaba en régimen de arresto domiciliario, pero ahora por su presunta responsabilidad en la corrupción en la estatal Petrobras.
 
"Seguía recibiendo comisiones aún preso", declaró Santos Lima al justificar la decisión de suspender el arresto domiciliario del que Dirceu disfrutaba desde fines del año pasado y recluirle otra vez en prisión.
 
Según la Fiscalía, Dirceu y algunos de sus allegados recibían de la red de corrupción en Petrobras unos 200 mil reales (alrededor de 58.480 dólares) por mes, aunque todavía no se determinó cuánto de ese dinero era directamente para el ex ministro.
 
"No tenemos dudas de que Dirceu recibía ese dinero de diversas formas, de que ese dinero tenía origen en la red de corrupción de Petrobras, y de que se benefició personalmente de todo eso", apuntó Santos Lima.
 
Según el fiscal, parte de ese dinero le era entregado a Dirceu través de la firma de consultoría jurídica JD, de su propiedad, que era "contratada" para operaciones "de fachada" por algunas empresas privadas implicadas en el caso Petrobras.
 
La propia Petrobras calculó que, entre 2004 y 2014, esa red se apropió ilegalmente de unos 2.000 millones de dólares, y así lo reflejó en los balances presentados a sus accionistas.
 
El Partido de los Trabajadores (PT), la formación de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, y de su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, negó haber participado en redes de corrupción.

Dejá tu comentario