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Viagra femenino: Presión a la ANMAT para que abra paso a la "revolución rosa"

Entre polémicas por sus efectos adversos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos dio el visto bueno al fármaco que incrementa el deseo sexual en las mujeres, y ahora buscan acelerar la autorización en la Argentina de la ANMAT. En efecto, lo que aprueba la FDA suele aprobarse luego, como un efecto cascada, en el resto de los países, por lo que se descarta que Sprout Pharmaceuticals, el laboratorio que la desarrolló, avanzará en breve en todo el mundo con la que promete ser otra droga global como el sildenafil, el nombre genérico del Viagra.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) Las autoridades federales de salud estadounidenses aprobaron el primer fármaco por prescripción diseñado para incrementar el deseo sexual en las mujeres, un hito perseguido desde hace tiempo en la industria farmacéutica.
 
Pero la flibanserina o Addyi, el nombre comercial que le dio la empresa Sprout Pharmaceuticals, tiene numerosas restricciones de seguridad que prevén que nunca alcance el gran éxito en ventas que tuvieron los medicamentos para combatir la disfunción eréctil entre los varones, como el Viagra, que generaron miles de millones de dólares.
 
La etiqueta de la nueva sustancia incluye una clara advertencia de que combinarla con el alcohol puede provocar una presión sanguínea peligrosamente baja, así como posibles desmayos. Esos problemas también se pueden presentar si el medicamento es combinado junto con otros fármacos comunes, incluyendo los utilizados para combatir las infecciones por hongos.
 
La aprobación por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA por sus silgas en inglés), representa un inusual giro en las políticas de la agencia. La dependencia había rechazado el fármaco en dos ocasiones anteriores debido a sus escasos beneficios y los preocupantes efectos secundarios.
 
Sin embargo, el mes pasado un comité de expertos recomendó a los reguladores estadounidenses que aprobaran la comercialización del medicamento siempre y cuando se apliquen medidas para que se lo recete de manera segura.
 
El largo recorrido a la aprobación no estuvo libre de polémicas, sobre todo por parte de grupos feministas. Uno de ellos, Even The Score acusó a la FDA de sexismo por rechazar dos veces la droga, cuando el Viagra se comercializa desde 1998. La agencia negó categóricamente esta acusación.
 
La flibanserina disminuye la conducción de serotonina del sistema nervioso y por esa vía aumenta el deseo sexual.
 
¿Estamos entonces o no estamos en el nacimiento de la "revolución rosa"? 
 
Lo que aprueba la FDA suele aprobarse luego, como un efecto cascada, en el resto de los países, por lo que se descarta que Sprout Pharmaceuticals, el laboratorio que la desarrolló, avanzará en breve en todo el mundo con la que promete ser otra droga global como el sildenafil, el nombre genérico del Viagra.
 
La pastilla azul se hizo popular como Viagra, el nombre que le dio Pfitzer, el laboratorio que la patentó y en la Argentina, ya se vende en 34 variedades más que la aspirina. Y recientemente, se aprobó en Europa una nueva versión, en crema. La droga no sólo cambió la vida de quienes no podían lograr o mantener una erección, sino que cada vez más es utilizada para explorar por quienes no tienen una razón médica para necesitarla: dos de cada 10 consumidores son menores de 20 años. Una práctica que, advierten los especialistas, tienen sus riesgos.
 
Es que el Viagra levantó una barrera, lo mismo que hizo la píldora anticonceptiva en la década del 60. Aprobada el 9 de mayo de 1960, le dio entonces el poder a la mujer de decidir cuándo quedar (o no) embarazada y logró relegar la función reproductiva del sexo a un segundo plano, priorizando el placer. Aunque ya existían otros métodos anticonceptivos (como el diafragma, el DIU y el preservativo), la comodidad y la intimidad de la píldora la hicieron imbatible. 
 
En Argentina, la utilizan casi el 20% de las mujeres en edad fértil.
 
Ahora, dicen los expertos, el Addyi mira otra vez a ellas. Aseguran que, como ocurrió también con el Viagra, a medida que la pastilla se haga masiva las mujeres se van a animar a hablar, a preguntar, a cuestionar. El Addyi, como el Viagra y la píldora, ponen el foco en el deseo. 
 
¿Cómo funciona la Flibanserina?
 
La respuesta no es sencilla, porque el organismo de la mujer es completamente diferente al del hombre en cuanto lo sexual. Las causas de la disfunción sexual en el masculino tienen que ver estrictamente con lo biológico y está vinculado con la falta de erección del pene. Sin embargo, para ellas el deseo responde a la interacción de las hormonas y la conformación química en el cerebro.
 
La Flibanserina presenta lo que sería un antídoto para esa "falta de deseo" o "Desorden del Hipoactividad del Deseo Sexual Femenino". Este trastorno se da previo a una etapa clave en la vida de las mujeres: la menopausia. En ese momento de "premenopausia", ellas desean intimidad fisica, pero sin que aparerzca el apetito sexual. Este fenómeno se presenta en un 7% de las mujeres que atraviesan este período, provocándoles una profunda angustia, según consigna el diario 'La Opinión'.
 
En principio, el tratamiento es totalmente diferente al que usan los hombres para lograr una erección. Desde el color de la cápsula -celeste para ellos, rosa para ellas-, hasta la manera de consumo, todo es diferente entre un "viagra" y el otro. En el caso de la Flibanserina, las mujeres deben tomar una píldora por día al momento de acostarse. En cambio, quien padezca de una disfunción eréctil la consume minutos antes del acto sexual.
 
La droga que presenta la Addyi estimula diversos puntos cerebrales y actúa aumentando la dopamina y la norepinefrina. Sin embargo, lo más importante es que disminuye la serotonina, sustancia que en cantidad superior a la media provoca el descenso del apetito sexual.
 
Esto puede deberse también a la combinación de antidepresivos. Algunos de ellos provocan el aumento de la serotonina, un neurotransmisor en el cerebro, que disminuye el deseo sexual y puede ascender si la mujer está medicada con pastillas para combatir la depresión.
 
La dosis debe suministrarse a la hora de acostarse, "para ayudar a disminuir el riesgo de eventos adversos que ocurren debido a posible hipotensión, síncope y depresión del sistema nervioso central (como la somnolencia y sedación). Los pacientes deben interrumpir el tratamiento después de ocho semanas si no reportan una mejoría en el deseo sexual y la angustia asociada", expresó la FDA en un comunicado.
 
Pero también tiene contraindicaciones. Los posibles efectos colaterales que comprobó la FDA asociados con el uso de Addyi "son mareos, somnolencia (sueño), náuseas, fatiga, insomnio y sequedad de boca". "La decisión brinda a las mujeres preocupadas por su bajo deseo sexual una opción de tratamiento aprobado", dijo Janet Woodcock, directora del Centro para Evaluación e Investigación de la FDA.
 

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