UNA TRANSICIÓN COMPLICADA

Cristina activa las 'células dormidas'

¿Y quién esperaba una transición institucional en calma si perdía el Frente para la Victoria? Por lo tanto, todo esto que ocurre es previsible. Pero también lo es que la mayoría de la sociedad eligió correr el riesgo. Y muchos otros que votaron por el FpV lo hicieron por un temor que puede resultar falso. La pulseada recién comienza pero que Cristina contemple que es mejor mirar la secuencia antes que la foto: sus fuerzas se encuentran en relativa dispersión...

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Domingo de muuuucho periodismo. ¿Es posible resumir la coyuntura política en 5 fragmentos? Aquí van:
 
 
 
"Si ganó por tres puntos o por más es un dato que posiblemente nunca se sepa, aunque el hecho mismo de que se abran dudas sobre este tema pone en evidencia las dudas y aprensiones que generó un poder político decidido a ganar a cualquier precio.
 
En lo personal, me limito a decir que es la primera vez en casi cuarenta años de seguir elecciones que un candidato va ganando por más de diez puntos, su rival reconoce la derrota y en menos de dos horas se produce un sorpresivo y festivo aluvión de votos oficialistas.
 
Según los rumores circulantes, ese aluvión estaba destinado a promover el triunfo de la causa K.
 
Ese objetivo  se detuvo por algunas intervenciones políticas discretas pero firmes, motivo por el cual se “acordó” un triunfo de la oposición, pero por una diferencia mínima, consuelo que les permitirá a los K decir a través de su vocero oficial, conocido popularmente como el Morsa, que de hecho fue un empate.
 
De todos modos, la victoria de Cambiemos era previsible.
 
Después del 25 de octubre esa certeza estaba en la calle, posiblemente estaba de mucho tiempo antes, pero el 25 de octubre esa verdad adquirió estado público.
 
Lo que se sospechaba, lo que se presentía, lo que se deseaba, se hizo realidad.
 
El kirchnerismo fue derrotado o, Cambiemos, ganó.
 
Más de la mitad de los argentinos decidieron dar vuelta una página de la historia.
 
El futuro dirá sobre la trascendencia de esta decisión, pero por lo pronto está claro que los argentinos el 22 de noviembre decidieron darse una nueva oportunidad. (...)".
 
 
 
 
"Se quedan donde están”. La orden fue impartida por Cristina Fernández a Alejandro Vanoli, Alejandra Gils Carbó, Martín Sabbatella y Tristán Bauer en Olivos. Los recibió con reserva y les dedicó más tiempo que al encuentro por la transición con Mauricio Macri. (...) Ellos tendrían estabilidad legal durante un par de años más. Aunque se trató de una estrategia política presidencial para condicionar a su sucesor.
 
(...) De aquellos funcionarios sólo uno asoma dispuesto a ejercer una resistencia activa. Vanoli está pendiente de la causa que dispararon dos diputados de Cambiemos y el futuro ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, por la venta de dólares en el mercado a futuro. El trámite lo sustancia el juez Claudio Bonadio. El titular del Central vacila. Gils Carbó, en cambio, propicia un reclutamiento de su tropa. La procuradora convocó para el jueves a una cumbre de fiscales –con duración de siete horas– en una estancia en Open Door, muy cerca de Luján. Ha dispuesto para la ocasión una flota de micros y otorgamiento de viáticos para los que estén a más de 200 kms de distancia. La invitación tendría por ahora una módica aceptación. (...)
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Cristina empezó a comprobar con disgusto que la disciplina de aquellos funcionarios, aún en su crepúsculo, no sería la de todos. Juntó a los diputados del Frente para la Victoria –varios se ausentaron– tratando de conservar el abroquelamiento que mantuvo hasta ahora. Para continuar imponiendo su juego. No perdió la oportunidad delante de ellos para pulir al mandatario electo. Banalizó sus declaraciones acerca de que la cita entre ambos por la transición no valió la pena. “Fue más breve porque Macri pidió ir al baño”, contó. (...)
 
Tres diputados de La Rioja se indisciplinaron el mismo día que Macri se encontró con el futuro gobernador provincial, Sergio Casas. Es el actual vice de Luis Beder Herrera. La comunión del macrismo y el Frente Renovador funcionó sin grietas para impedir temporalmente el quórum en Diputados. Tal vez, un anticipo de lo que pueda acontecer en el futuro. Si eso se repitiera, la primera minoría K (107 legisladores) podría devaluarse a partir de diciembre. Esa verificación habría encolerizado a la Presidenta, al punto de exigir cosas disparatadas. Planteó que la sesión preparatoria prevista para esta semana, en la cual jurarán los nuevos legisladores, fuera aplazada hasta el 9 de diciembre. Un día antes del recambio presidencial. Quería enmarcarla con la última movilización kirchnerista frente al Congreso para despedir a su líder. (...)".
 
 
 
 
"(...) El problema para Cristina es que se quedó sin Estado, ni provincial ni nacional, y ahora deberá luchar para que los infiltrados que dejó por miles sobrevivan en un Estado en manos de un partido hostil. Porque esos cuadros sin Estado se ahogan, pues como estructura política nacieron estatizados y fuera de él no saben qué hacer ni de qué vivir.
 
Por eso la orden es resistir desde dentro como sea. Se trata de la nueva y denodada lucha de Cristina por sostener la infiltración de los suyos en el terreno estatal enemigo. Y para eso tuvo que adecuar el relato.
 
Ya no hablará de reiterar el 45-55 en sus peores aristas, las del culto a la personalidad o la persecución a la prensa libre, ni de volver al 73 continuando a Cámpora y la juventud maravillosa. No, ahora se comenzará a conversar de la resistencia peronista iniciada en el 55. O la ideología del tanto peor mejor aplicada por Montoneros entre 1975 y 1976. O de 1983, esos años en los que la juventud peronista se enorgullecía de autocalificarse como “somos la rabia”, de tanto odio que no podía contener. Ese es el kirchnerismo hoy, que ha salido a la ofensiva diciendo que acá no se perdió sino que se empató y entonces el Estado debe ser para los dos. Resistir en el seno del poder estatal.
 
Cuando ganó Alfonsín, el perdedor Luder pretendió presentarse como la oposición racional tal cual hoy lo quiere hacer el perdedor Scioli. Mientras que Herminio Iglesias y el peronismo ortodoxo (lo que hoy sería el kirchnerismo) buscaron desde el primer día boicotear al nuevo gobierno. Durante dos años provocaron todo lo que pudieron a Alfonsín hasta que en el 85 esos bárbaros fueron pulverizados en las urnas. A partir de allí ni el perdedor Luder ni el provocador Herminio se quedaron con el PJ, sino una nueva generación política que dejó de ponerle palos en la rueda a Alfonsín y que gracias a ello en apenas dos años más le ganó los comicios en casi todo el país a la UCR.
 
Ahora parece que tendremos que sufrir algo parecido si el peronismo no despierta sus aristas racionales y se hunde en la desesperación de la derrota. El cristinismo intentará obstruir todo lo que pueda al macrismo a fin de ganar en 2017 las elecciones legislativas y con ello tener los números suficientes para impedirle gobernar definitivamente a Macri sus últimos dos años. 
 
Por eso el tiempo que viene será crucial, entre un gobierno que precisa ser enérgico pero conciliador y una oposición furiosa si todo sigue así, con el cristinismo atacando y los demás peronistas vegetando. Aunque es posible que un sector del justicialismo, aprendiendo de la historia, se subleve antes y decida apoyar la reconstrucción institucional que el kirchnerismo destrozó. 
 
Pero los que esperan que Scioli conduzca este proceso contra Cristina se equivocan. Scioli ya demostró con creces que él sólo sabe obedecer, no mandar. Es el paradigma del hombre que se preparó para gobernar obedeciendo obsecuentemente todo lo que le ordenaran, con la meta estratégica de supuestamente recién desobedecer cuando ganara. En su concepción había que ser dependiente para lograr la liberación. Un sofisma por donde se lo mire que demostró su fracaso estrepitoso. (...)".
 
 
 
 
"El ministro de Economía del gobierno de Mauricio Macri, Alfonso Prat-Gay, está siendo investigado en la Justicia. Figura como apoderado de la cuenta de María Amalia Sara Lacroze de Fortabat y su nieta Amalia Adriana Amoedo en el HSBC Ginebra. Es un depósito de 68,3 millones de dólares, saldo correspondiente a fines de 2006. Antes de esa fecha, el monto había superado los 100 millones de dólares. Es una cuenta que no estaría declarada a la AFIP. Esto lo definirá el cuerpo pericial de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y peritos de partes estudiando las declaraciones juradas de 2005, 2006 y 2007 (Ganancias y Bienes Personales) de esas dos grandes contribuyentes. Prat-Gay es el usuario de Internet de esa cuenta según la ficha del HSBC Ginebra, lo que refleja el estrecho vínculo con la entidad financiera para el manejo de esos fondos. (...)
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Cuando se difundió esta información, el financista que Macri eligió para el manejo del Palacio de Hacienda emitió un comunicado diciendo que él nunca había sido titular o beneficiario de una cuenta en Suiza y que siempre tenía todos sus activos debidamente declarados ante la AFIP. El dato que no mencionó fue que en la denuncia de la AFIP radicada en el Juzgado Nacional en lo Penal Tributario N 3, de la jueza María Verónica Straccia (causa 134053/2014) no aparece como titular de una cuenta, sino como apoderado de la de Amalita. Prat-Gay también realizó su descargo luego de la fiscalización electrónica que le realizó la AFIP con motivo de las cuentas bancarias del HSBC. Informó que los honorarios percibidos y sus correspondientes impuestos como apoderado de cuentas de tercero con “poder limitado de gestión” están “debidamente reflejados y efectivizados en los balances” de APL Economía SA, firma donde figura como accionista y director.
 
Mediante las resoluciones 762 y 763/2014 del 18 de diciembre del año pasado la AFIP notificó a PratGay, con relación a los impuestos a las Ganancias y sobre los Bienes Personales, el requerimiento de pago de ambos tributos del período 2006 por un total de 81 millones de pesos correspondiente al saldo de la cuenta no declarada en el HSBC Ginebra.
 
En la firma APL Economía SA también participan Pedro Lacoste y Luis Andrés Caputo con cargos de presidente y vice, respectivamente. El primero será el viceministro de Prat-Gay, y el otro ocupará el cargo de secretario de Finanzas. Caputo, que vive en el mismo edificio de Prat-Gay, también trabajó en el JP Morgan como su vecino futuro ministro para luego pasar a liderar el Deutsche Bank en Argentina. (...)
 
Como se detalló en la edición del 7 de junio pasado de Página/12, Prat-Gay busca detener, hasta anular, la investigación con el traslado del expediente a un juzgado más amigable. Para ello presentó una denuncia penal contra los funcionarios de la AFIP Horario Curien (subdirector general de Fiscalización) y Pedro Robeda (subdirector general de Asuntos Jurídicos) acusándolos del delito de falso testimonio y asociación ilícita, ampliándola contra el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, como parte de una asociación ilícita e instigador del falso testimonio. Consiguió que la demanda sea radicada en el juzgado federal de Claudio Bonadio. (...)
 
El razonamiento expuesto por Prat-Gay en la presentación ante Bonadio es que el delito de los funcionarios públicos fue el de haber realizado la denuncia judicial por el caso HSBC mintiendo al imputarle a las Fortabat, y a él como apoderado, el delito de evasión tributaria. La réplica de la AFIP, contenida en un memo de descargo en la Secretaría N 22 del Juzgado Federal N 11, dice que con esa presentación “se busca que la existencia o no de evasión tributaria –que corresponde al Juzgado Penal Tributario N 3– sea definido por un juez distinto al que le corresponde”. Para agregar: “Pretende Prat-Gay, con la excusa del falso testimonio, que un juez ajeno al caso, el Dr. Bonadio, defina –en su favor– la inexistencia de evasión que se le imputa en la causa original”.
 
La estrategia judicial del futuro ministro de Economía es que Bonadio impulse una investigación paralela de los delitos denunciados por la AFIP y de ese modo detener la tarea de persecución de importantes ilícitos tributarios en la sede natural y específica (juzgado de Straccia). (...)".
 
 
 
 
"El flamante ministro de Ciencia y Tecnología del futuro gobierno de Mauricio Macri, Lino Barañao, le dio ayer a Clarín una entrevista exclusiva. Barañao es, todavía, ministro de Cristina Kirchner y continuará su tarea integrando el elenco estelar de la “otra visión”, contra la que votó el propio entrevistado según lo ha declarado. (...) ¿Cuál es la noticia? Obvio: Barañao habla para Clarín, un acto que hace muy poco tiempo hubiera sido considerado una herejía por la Inquisición K. Lo que debería ser un acto normal –la relación de un ministro con el periodismo– se ha convertido en estos años en un acto excepcional. Esa desmesura formó parte de una campaña salvaje cuyo objetivo fue deslegitimar a los medios y periodistas que no se subordinaron ni a las ideas stalinistas de la política ni a la billetera generosa (del Estado). El problema para esa campaña fue que las audiencias nunca abandonaron a los medios ni a los periodistas que el gobierno con tanto empeño se ocupó en tratar de destruir en su reputación, ese método de asesinato virtual que utilizaron, con persistencia de una policía política, los sectores más duros del kirchnerismo.
 
 
 
 
El reportaje a Barañao, entonces, marca un después de esa fallida ofensiva cultural. El ministro de los dos gobiernos ahora no tuvo problemas en recibir a Clarín. En otros tiempos, ministros y funcionarios kirchneristas, varios de ellos vinculados por la profesión con periodistas de Clarín, huían en público si recibían alguna consulta de este diario o se convertían en voceros de la campaña que alentaba la propia Presidenta desde las cadenas nacionales. (...)".

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