OBSESIONES DEL NUEVO GOBIERNO

Gils Carbó

El presidente electo quiere que la procuradora general dé un paso al costado. La considera una ?militante? y en su entorno temen que le garantice impunidad a la administración saliente, acosada por diversas causas judiciales. Gils Carbó no se quiere ir y esgrime que echarla sería como expulsar a un juez de la Corte. La presión macrista y los puentes que busca la funcionaria.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Una de las obsesiones que mantiene en vilo a Mauricio Macri en los días previos a su asunción como Presidente de la Nación tiene que ver con funcionarios designados por el kirchnerismo, pero que cuentan con un aval para continuar en sus cargos después del 10/12. 
 
Entre ellos se cuentan el presidente de Banco Central, Alejandro Vanoli; el titular de la AFSCA, Martín Sabbatella; y la procuradora general, Alejandra Gils Carbó. 
 
Macri entiende que por su condición de “militantes kirchneristas” dichos funcionarios están inhabilitados para seguir ejerciendo esos roles durante el gobierno de Cambiemos. 
 
Lo ratificó el mismo Macri en una entrevista con Luis Majul. “Ellos (por los tres funcionarios) tienen que entender que son militantes. Si ellos se hubiesen declarado profesionales independientes era una cosa. Pero desde ese lugar hicieron política activa a favor de una idea”, dijo Macri en el programa La Cornisa, del canal América. 
 
El presidente electo ya les pidió la renuncia pero ninguno de los 3 quiere abandonar el cargo. En el caso del titular del BCRA, en el macrismo creen que podrán removerlo con los instrumentos que establece la Carta Orgánica de la entidad monetaria. Invocarían un “mal desempeño” a partir de la abultada venta de dólares a futuro que Vanoli autorizó recientemente. 
 
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Lo mismo correría para Sabbatella, quien conduce la autoridad de aplicación de la Ley de Medios y es el que posee una actitud abiertamente militante. Además, Sabbatella es impugnado incluso por sectores que apoyaron la normativa, porque no la aplicó en un caso tan evidente como el de Telefe. 
 
Sergio Bergman, diputado del PRO y futuro ministro de Medio Ambiente, descartó que se fuerce la renuncia de Sabbatella a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). Para el rabino “por una cuestión ética y estética (Sabbatella y Tristan Bauer, titular de los medios públicos) deberían dejar su lugar para que aparezcan funcionarios que den ecuanimidad porque en el Estado tenemos que trabajar para todos y no para un partido”.
 
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El capítulo de Alejandra Gils Carbó es tal vez el que más preocupa al presidente electo. Se trata de la jefe de los fiscales. Como tal puede remover a cualquier fiscal actuante. En el macrismo creen que, utilizando ese poder, la procuradora general puede entorpecer investigaciones que afecten a Cristina Fernández, favoreciéndola; o intentar perjudicar a los funcionarios de la próxima gestión. 
 
Ella manifestó que esa "no es una posibilidad", pero cabe recordar que también es inspiradora de la agrupación Justicia Legítima, de sesgo filokirchnerista.
 
Gils Carbó le dice a todo el mundo que intentar removerla atentaría contra la independencia del Ministerio Público Fiscal que ella conduce. “Sería incompatible que defiendan las instituciones y cuando suban al poder traicionen los principios que tanto han enarbolado”, le dijo a Diario Perfil.
 
Además, señaló que los instrumentos para sacarla del cargo son los mismos que se necesitan para echar a un juez de la Corte.  En eso le dio la razón la vicepresidente del máximo tribunal Elena Highton de Nolasco. "El cargo es para quedarse, es vitalicio, y la única vía para dejarlo es el juicio político", explicó la ministro de la Corte Suprema en declaraciones a radio América.
 
La necesidad de un jury es algo que el macrismo no desconoce. “En el caso de Gils Carbó creo que hay motivos, merece un juicio político y tiene que poder defenderse en esa instancia”, dijo el diputado Bergman en declaraciones a Nacional Rock.
 
No obstante,  para llevar a cabo tal proceso el gobierno necesitará de una mayoría especial para lograr la destitución. Un número que le resultaría a Cambiemos muy difícil de conseguir con minoría en ambas cámaras del parlamento.  Tal vez por eso, el diputado massista Felipe Solá consideró que ir en busca de la remoción de Gils Carbó “puede resultar un gasto de energía inútil”. 
 
Gils Carbó, en tanto, prepara un intento de demostración de fuerza. Convocó para este jueves a una cumbre de fiscales en una estancia cerca de Luján. Busca un apoyo contundente para su continuidad. 
 
Más allá de eso, la procuradora también intentaría tender puentes con la venidera administración. Antes de que Macri ganara el balotaje anticipó que si el resultado era el que finalmente se dio estaba dispuesta “al diálogo y a trabajar en consenso”.  Un punto de contacto podría ser a través de Germán Garavano, quien asumirá como ministro de Justicia y con quien Gils Carbó tiene buena relación.
 

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