CADA DIA MÁS CERCADO

Gobernador PJ a Frigerio: "Sí o sí a San Juan"

No son fáciles los días iniciales del nuevo gobernador entrerriano. La crítica situación que recibió la provincia de su antecesor, hace necesario consensuar un permanente apoyo del gobierno nacional por medio del ministerio del Interior. Pero por otro lado el mandatario sigue enmarañado en la telaraña de funcionarios “amigos” que le tejió el ex gobernador Sergio Urribarri para protegerse de cualquier intento independentista de Gustavi Bordet que lo pueda perjudicar. Además, dio inicio el “operativo limpieza de imagen” del hijo del ex gobernador, Mauro.

PARANÁ. Cuentan en los pasillos de la Casa de Gobierno de Entre Ríos, que ni bien se supo del encuentro que se programaba en San Juan entre los gobernadores peronistas para reclamar un trato igualitario en el reparto de la coparticipación, el gobernador Gustavo Bordet salió disparado hacía Ciudad de Buenos Aires a reunirse con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, para informarle que no tenía otra alternativa más que concurrir.

Es que la dependencia del gobierno nacional que el gobernador entrerriano deberá tener durante gran parte de su mandato, lo obligará casi permanentemente a mantener informado al ministerio del Interior que es el vínculo que le permitirá conseguir todo lo necesario, fundamentalmente en lo financiero, como para poder paliar la difícil situación en que dejó la provincia su antecesor, Sergio Urribarri.

Bordet para poder mantener la gobernabilidad en la provincia deberá hacer un permanente ejercicio de equilibrio entre sus necesidades financieras y sus necesidades políticas y es por eso que ante la reunión de San Juan debió evaluar muy bien los pasos a dar y lo hizo muy bien. En primer lugar se reunió con Frigerio dos días antes de ese encuentro y le expuso, antes que nadie, la necesidad de un reparto equitativo, a la vez que le anunció que participaría. En segundo lugar fue a San Juan solo, sin nadie de relevancia del gobierno anterior. ¿Un pedido de Frigerio?

Sin embargo ese gesto de cierta independencia del gobernador queda enseguida opacado al conocerse una nueva designación en su gobierno. Se trata del nombramiento de la nueva coordinadora general del departamento técnico administrativo de la Escribanía Mayor de Gobierno, un cargo clave en todo lo relacionado a la administración del gobierno.

Para ocupar dicho lugar la elección recayó en una empleada de planta de la Fiscalía de Estado, lo cual no sería una sorpresa si no fuera porque la elegida, María Natalia Bordín, es ni más ni menos que la hermana de la actual esposa del Fiscal de Estado Julio Rodríguez Signes (¿el socio de Urribarri?); es decir su cuñada. Ese nombramiento es una demostración más de la telaraña que el ex gobernador, Sergio Urribarri, tejió alrededor del nuevo mandatario con una sola finalidad: Protegerse ante cualquier intento independentista de Bordet que pudiera motivar alguna acción legal que lo perjudique.

Urribarri se ocupó muy bien de dejarle el gobierno a Bordet pero quedándose con el poder, designando personas de su mayor confianza en lugares claves. O como en este caso, personas de la mayor confianza del hombre que le cuida las espaldas, el Fiscal de Estado Rodríguez Signes. Lo único que no previó el ex mandatario fue que el gobierno nacional no fuera más el kirchnerismo. Y en esa alternativa no prevista puede estar, en un futuro no muy cercano, pero tampoco tan lejano, la salida para Bordet. Si es que puede seguir haciendo el equilibrio necesario.

Otro problema para Bordet es que el no encaja, por no tener aún el suficiente vuelo propio, en ninguna de las alternativas que se van presentando en el peronismo, y aunque Urribarri encaje mucho menos en alguna de ellas, aún conserva en el plano local cierta preeminencia basada en una inmensa corrupción en la que están involucrados los tres poderes del Estado.

La salida de Bordet, para terminar haciendo un buen gobierno y nada más, es Frigerio, pero para seguir teniendo su colaboración deberá buscar la forma de ir despegándose de la telaraña. Hasta ahora no lo ha podido demostrar.

Operativo “Agua Bendita”

Una muestra de la debilidad del gobernador Bordet ante “los Urribarri” es que ni siquiera ha podido evitar el bloqueo que se ejerce sobre la figura de su vice, Humberto Adán Bahl, el hombre al que Urribarri le impidió ser gobernador no autorizando que haya internas. Ahora además de eso, Bahl ha sido recluido al ostracismo y apenas si puede contar con un despacho en la Cámara de Senadores.

Pero el desprecio por Bahl tiene su motivo: Darle el mayor protagonismo posible al hijo preferido del ex gobernador, Mauro Urribarri, ungido nada más y nada menos que Ministro de Gobierno y Justicia. Un protagonismo que Urribarri padre nunca le permitió a Bahl cuando ocupó ese lugar durante su gobierno, pero que ahora reclama para su hijo.

Bordet se lo permite y es por eso, que a pesar de las sospechas que hay sobre las actividades de Mauro Urribarri, que lo relacionan con el mundo del narcotráfico, la trata de personas y la prostitución, se lo envía como representante del gobierno, a sentarse nada menos que frente al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, para tratar el tema de la Reforma Política.

Verlo a Mauro Urribarri sentado en esa mesa con el ministro es una bofetada no solo a Bahl, sino también a Bordet, e incluso al mismo Frigerio. Es Sergio Urribarri diciendo, “acá hago lo que quiero”. Todo ello forma parte además de un intento del urribarrismo por tratar de “limpiar” la imagen del joven ministro. “En cualquier momento lo van hacer bañar públicamente en agua bendita para tratar de ver si así le pueden mejorar la imagen”, comenta un conocido dirigente peronista, en alusión a la tarea que denodadamente están llevando a cabo desde el entorno del ex gobernador para ayudar a su hijo.

Un hecho extraño

Si bien se supone que la presencia de Mauro Urribarri no le debe haber causado mucha gracia a Frigerio, es llamativo que el joven concejal de Paraná, representante del PRO local, Emanuel Gainza, haya pedido una audiencia con Mauro Urribarri, con la excusa de presentar un plan de modernización del Estado, sin compartirlo con sus pares de bancada y ni siquiera con la secretaria municipal del área.

El hecho le vino como anillo al dedo al ministro que no solo recibió a Gainza, sino que además se encargó de darle una gran difusión pública. ¿Fue un simple error juvenil del concejal Gainza?, ¿o el PRO también está detrás de “limpiar” la imagen del ministro?

Las tonterías, muchas veces son difíciles de desentrañar y provocan confusiones que luego son aún más embarazosas de poder explicar.

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