ELECCIONES EN USA

Los insurgentes cabalgan contra el establishment

¿Podrían los “insurgentes” terminar venciendo al establishment en las primarias estadounidenses? El martes 09/02, republicanos y demócratas del Estado de New Hampshire, ubicado en la región de New England, en el noreste estadounidense, irán a las urnas para elegir a sus candidatos a Presidente, en lo que será el 2do. round en la carrera a la nominación, tras los sorpresivos resultados de los caucus de Iowa, el 01/02.

El editor de política de la revista estadounidense The Atlantic, Yoni Appelbaum, explica que el sistema de elecciones primarias en USA está diseñado para que los candidatos marginales, enfrentados al establishment de ambos partidos políticos, vayan cayendo del tablero. 
 
Hay que recordar que se trata de elecciones escalonadas, en las que los partidos realizan elecciones internas en cada uno de los estados (a veces puede decidirse en asambleas partidarias o caucus, como es el caso de Iowa, y a veces son elecciones primarias, como en el caso de New Hampshire). 
 
De febrero a julio, cuando serán las Convenciones Nacionales de cada uno de los partidos, en las que los delegados eligen al candidato, puede ocurrir muchos eventos. Pero, ¿por qué este año esa misma lógica podría terminar dándose vuelta para favorecer a los que están en los márgenes y en detrimento del establishment de los partidos?
 
Es necesario tener en cuenta que, cuando el ciudadano estadounidense, ya sea Demócrata o Republicano, va a las urnas en forma voluntaria a elegir su candidato a Presidente, en realidad lo que está haciendo es votar por un delegado que irá a la Convención del partido en julio. 
 
Hay estados en los que los delegados que obtendrá cada candidato son divididos proporcionalmente según los resultados de la elección, y hay otros en los que el ganador se lleva todos los delegados. El resultado de las primarias, por lo tanto, no es un reflejo exacto de lo que los votantes quieren, sino que tiene como propósito ayudar a los partidos a elegir a su nominado. La función del delegado al ir a la Convención es representar a una porción de votantes de su estado.
 
El siguiente dato que debe ser tenido en cuenta es que este sistema cambia totalmente la dinámica de una elección normal, explica Appelbaum. 
 
En la elección general, a los demócratas no les importan los “estados rojos” (aquellos en que los residentes suelen votar mayoritariamente por el Partido Republicano, ubicados en su mayoría en el centro del país), y a los republicanos no les importan los “estados azules” (aquellos en que los residentes suelen votar mayoritariamente por el Partido Demócrata, ubicados en las costas del país). 
 
Los candidatos, en esa instancia, dan batalla principalmente por los “swing states” (estados en que ni el candidato demócrata ni el candidato republicano tienen asegurada la victoria). 
 
En cambio, en las primarias, los “estados rojos” tienen muchos delegados que darle a los demócratas, y los “estados azules”, lo mismo para los republicanos. Así, los candidatos no pueden dejar de lado ningún estado en su carrera a la nominación. 
 
Hay estados en los cuales rige la proporcionalidad y estados ‘winner-takes-all states’, o sea que quien gana se queda con todos los delegados.
 
The Atlantic explica que en este sistema escalonado de elecciones por estado, se empieza por 4 estados pequeños repartidos por todo el país (Iowa, New Hampshire, Carolina del Sur, Nevada), que obtienen mucha atención mediática pero no representan mucho en términos reales de la elección del nominado. 
 
Semana a semana se irán sucediendo más caucus y primarias. Un candidato demócrata deberá conseguir 2.383 delegados o más en su favor para ser el elegido; en el caso de uno republicano, son 1.237.
 
Pero después del ‘super martes’ (un martes que suele ser en febrero o marzo –este año será el 01/03-, en que la mayor cantidad de estados tienen elecciones primarias el mismo día), las elecciones que restan son en los estados en que el ganador se queda con todos los delegados. A todo o nada. 
 
La idea detrás del calendario parece ser que, si bien al principio puede haber muchos candidatos compitiendo, luego los partidos se irán unificando detrás de uno. Y cuando le llegue la hora a los estados en que el ganador se queda con todos los delegados, apenas unos pocos se mantengan en carrera. Usualmente, este sistema ha servido para que se vayan “descartando” a los candidatos 'insurgentes', pero este año podría resultar exactamente al revés. 
 
“La lógica detrás de esto -explica Appelbaum- parece ser que se vayan escurriendo los candidatos más marginales, que caigan los insurgentes, los que están en guerra con el establishment del partido, y evitar que consigan la nominación.” 
 
Pero, este año, “bien podría darse el caso de que, cuando lleguemos a esos estados en que el ganador se lleva a todos los delegados, Donald Trump o Ted Cruz todavía estén primeros, y ellos empiecen a llevarse a todos los delegados, no dejando ninguno para el establishment del partido”, advierte Appelbaum.
 
New Hampshire
 
El martes 09/02, republicanos y demócratas del Estado de New Hampshire, ubicado en la región de New England, en el noreste norteamericano, irán a las urnas para elegir a sus candidatos a Presidente, en lo que será el segundo round dentro de la carrera a la nominación, tras los sorpresivos resultados de los caucus de Iowa, el 1º de febrero. 
 
 
"Bienvenidos a New Hampshire, el Estado que suele echar por la borda los planes de Iowa", bromea el periódico The New York Times
 
En realidad, ni Iowa ni New Hampshire son definitorios para la nominación a nivel real, ya que se trata de 2 estados muy pequeños. Iowa tiene 3,1 millones de habitantes y New Hampshire 1,3 millones, en un país que supera los 300 millones. 
 
Pero los 2 primeros eventos electorales deciden la nominación porque sirven para descartar candidatos, y resuelven incógnitas. 
 
Iowa derrumbó el “mito de la invencibilidad” de Donald Trump, quien desarrolló su campaña en base a la idea de que él es un ganador nato, y por lo tanto, Estados Unidos ganará con él si lo elige. 
 
Ahora, Trump tiene esta oportunidad para levantarse, y las encuestas lo acompañan (lo están ubicando 20 puntos por encima que su rival más cercano en New Hampshire). Pero también lo daban por encima de sus rivales, aunque por una diferencia menor, en Iowa, y no resultó así el día de la elección. 
 
Si Trump vuelve a tropezar, habrá que ver si un discurso sostenido casi exclusivamente en la idea del ganador, podrá seguir dando batalla. El gran ganador de Iowa entre los republicanos, coinciden varios especialistas, resultó ser el 3er. puesto del senador por Florida, Marco Rubio
 
El establishment republicano está apuntando a Rubio y no al senador por Texas, Ted Cruz, quien ganó en Iowa. Cruz, también descendiente de cubanos y apoyado por el ultraconservador Tea Party, preocupa a las bases tradicionales del partido tanto como Trump. 
 
En cambio Rubio, según el portal InvestmentNews, es el candidato entre los republicanos por quien apuesta Wall Street. 
 
Por el lado de los demócratas, la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, llega a New Hampshire habiéndole ganado 'raspando' al senador por Vermont, Bernie Sanders (49,8% a 49,6%). 
 
Clinton tiene el apoyo de las mujeres y las personas mayores, pero el fenómeno Bernie ha conquistado a los jóvenes. Tras su casi empate con Hillary en Iowa, el socialdemócrata de 74 años logró, en solo 24 horas, recaudar US$ 3 millones a través de donaciones online, prueba del entusiasmo que genera entre los jóvenes. 
 
El prospecto para Hillary en New Hampshire es negativo, según las encuestas. El promedio del portal Real Clear Politics, que suma los resultados de todas las encuestas, mostraba, al 02/02, a Sanders superando por más de 20 puntos a Hillary en ese Estado. Pero a no subestimar a Clinton, quien tiene un historial de llegar mal parada a New Hampshire y dar vuelta los resultados: ya lo hizo en 2008 contra el actual presidente Barack Obama. 
 
Hillary tiene en ese Estado una organización política profundamente arraigada, pero deberá ingeniárselas para seducir a los 'millennials' si quiere el triunfo.
 
No a Trump, sí al “trumpismo”
 
El columnista Edward Luce, del Financial Times, escribió que Donald Trump ha creado una nueva marca en la política estadounidense: el dedo del medio levantado (alusión al ‘fuck you’). 
 
En Iowa, los votantes rechazaron a Trump como candidato pero robaron su marca: le levantaron el dedo del medio a la élite política norteamericana, afirma CNN. Y 3 de los 4 republicanos (Ted Cruz, Trump y el cirujano adventista Ben Carson) basaron sus campañas en mensajes anti-establishment y entre todos capturaron el 60% del voto. 
 
Por el lado de los demócratas, Bernie Sanders obtuvo la mitad de los votos vociferando en favor de una revolución. El mensaje de los votantes muestra que no hay confianza en el orden económico, y que hay un alto nivel de frustración, tras el débil crecimiento económico en los últimos 10 años. 
 
“Trump puede haber perdido en Iowa, pero el trumpismo ganó”, coincide el semanario The Atlantic. Para el portal Real Clear Politics, el sistema político estadounidense ha sido sacudido por el enojo de los votantes de clase media que desconfían de las intenciones de la élite política. Los contraargumentos populistas y provocativos de candidatos insurgentes, han tenido un efecto disruptivo en ambos partidos. 
 
Más allá de que al final terminen siendo victoriosos candidatos más hacia el centro, Iowa tendrá consecuencias. 
 
 
Hillary Clinton deberá adoptar parte de la agenda de izquierda de Sanders si quiere ganar, afirma CNN. Y por el lado de los republicanos, Trump ha logrado redefinir lo que significa “moderado”. Prueba de esto es que la gran sorpresa de Iowa, Marco Rubio, tuvo que adoptar gran parte del mensaje de Trump para obtener buenos resultados. 
 
En las semanas previas a Iowa, Rubio se volvió más anti-establishment, sugirió que Obama era un traidor, y afirmó que podría oponerse a la Alianza del Pacífico en caso de ser elegido Presidente. Un Trump ofrecido en un mejor paquete, según The Atlantic.
 
El mito del Trump invencible, ¿sobrevivirá a la derrota?
 
“¿Puede una campaña presidencial erigida únicamente sobre los tablones del éxito y el triunfo sobrevivir a una derrota?”, es la pregunta que enfrenta Trump, explica Real Clear Politics. 
 
El segundo lugar conseguido por Trump, atrás de Cruz, está por debajo de lo que las encuestas le auguraban. Y en Iowa, no es tan importante ganar como superar las expectativas. 
 
El diario español El País explica que Trump, conocido por sus rascacielos, casinos y participación en reality shows, irrumpió en la política como un “opni: objeto político no identificado”. 
 
“Mezcla de bufón y demagogo, su ascenso descolocó al mundo político y mediático. En una era de descontento con las élites, sabía tocar las teclas adecuadas”, explica El País. Si Iowa no ha pinchado el globo de Trump, sin dudar que lo hará descender a la Tierra. 
 
“Trump decía a los votantes, puesto que siempre había triunfado en la vida y los negocios, que si lo llevaban a la Casa Blanca, Estados Unidos volvería a ganar tras años de declive. No había peor insulto, en su diccionario, que loser, perdedor. Él creaba en sus seguidores —muchos de ellos, blancos de origen europeo golpeados por los sucesivos vendavales que han azotado a las clases medias de este país— la ilusión de que dejarían de ser losers para volver a ser winners (ganadores)”, explica el diario. 
 
¿Cómo hará para sostenerse ahora tras la derrota en Iowa, que en realidad podría dividirse en 2 derrotas? En Iowa, Cruz obtuvo 27%; Trump, 24%; Marco Rubio, 23%. Una derrota fue ante Cruz, y la otra que Rubio se le ubicara en la nuca.
 
Para el martes 09/02 en New Hampshire, de todas maneras, Trump tiene buen prospecto. En el promedio de encuestas presentado por Real Clear Politics, al 04/02, lidera con el 36% del apoyo, más de 20 puntos por encima de su rival más cercano que es Marco Rubio, con el 15%. Pero las encuestas ya han inflado a Trump en Iowa, y bien podría ser resultar que ese sea el caso otra vez.
 
Trump no es el único republicano que se juega todo en New Hampshire. La campaña ha sido hasta ahora una carrera con dos carriles: el de los insurgentes Trump y Cruz, y el del establishment como Marco Rubio; el ex gobernador de Florida, Jeb Bush; el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie; y el de Ohio, John Kasich
 
Estos 3 podrían estar jugándose la última oportunidad de revivir sus campañas, coincide el The New York Times. Según el portal de la CNN, el establishment republicano le tiene terror a una candidatura de Cruz, por lo que Rubio es el gran candidato a unir el partido atrás suyo y en contra de Cruz, pero aun así deberán negociar con los que están más a la derecha dentro del partido. 
 
La euforia entre los partidarios de Rubio se explica en el contexto de una campaña dominada por Trump y por Cruz. Ambos defienden posiciones populistas o extremistas, poco seductoras para el elector más pragmático que vota en las presidenciales. Ambos preocupan al establishment republicano. 
 
Bernie Sanders, el “Pino Solanas de USA
 
“¿Por qué Bernie Sanders, el Pino Solanas de USA, es tan popular entre los jóvenes?”, preguntó desde su Twitter el politólogo argentino, Sergio Berensztein
 
Sanders cuenta con el apoyo del 46% de los votantes entre los 18 y 34 años, mientras que Hillary es elegida por el 35%, según datos citados por el portal BloombergView. 
 
Sanders es el candidato que está llamando a una “revolución política”. No le alcanza el “cambio” propuesto por Obama. Tiene convicciones morales firmes y las sostiene. 
 
Los jóvenes lo perciben como un intransigente que irá hasta las últimas consecuencias con tal de luchar contra “los malos”. ¿Quiénes son “los malos” en el mensaje de Sanders? 
 
Wall Street, los bancos, el establishment político y los medios de comunicación. En su discurso, tras su (casi) empate con Hillary en Iowa, proclamó: “La codicia, la imprudencia y el comportamiento ilegal de Wall Street puso a esta economía de rodillas. El pueblo americano rescató a Wall Street – dijo en referencia al rescate de los bancos que hizo Obama tras la crisis del 2008-, ahora es tiempo de que Wall Street ayude a la clase media.” 
 
Para Bloomberg View, es altamente improbable que Sanders sea el nominado de los demócratas, pero para los millennials “su candidatura es irresistiblemente atractiva, no necesariamente porque sus políticas tengan mucho sentido, sino porque les atrae una cosa: su inconfundible sentido de indignación ante el estado de las cosas.” 
 
El periódico digital Huffington Post destaca que, de todas maneras, afortunadamente para Clinton, cuanto más joven sea el votante, menos chances hay de que vaya a votar.

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