CONSPIRACIONES Y QUEBRANTOS

¿Qué está pasando con el Deutsche Bank?

A mediados de febrero 2016, las páginas de Economía de todos los periódicos europeos están llenas de referencias a la espectacular quiebra de Lehman Brothers. En la mira, Deutsche Bank, banco de inversión alemán fundado en 1870, hoy la entidad financiera más importante de Alemania y una de las más relevantes del planeta. En lo que va de 2016 sus acciones se han depreciado -41%, una enormidad.

Deutsche Bank vive días complicados. Desde principios de año, los títulos del mayor banco alemán se han depreciado un 41%. Su valor en Bolsa es ahora de 22.000 millones de euros. 
 
Hay conspiraciones a la carta. "Recibimos la información de nuestros brokers alemanes de que los vendedores de Deutsche Bank son básicamente los hedge funds anglosajones, que pretenden provocar una ampliación de capital para, por supuesto, participar en ella recomprando en la ampliación las ventas en corto que han generado", comenta Jaume Puig, Director General de GVC Gaesco Gestión, en un informe en el que analiza el mal comienzo de año de las bolsas.
 
¿Puede darse el caso de que Deutsche Bank se convierta en el Lehman Brothers europeo? El directivo de GVC Gaesco cree que pensar en esta posibilidad es algo rocambolesco.
 
"¿Lo mismo por segunda vez? ¿Tan poco imaginativos somos? ¿Tendrá algo que ver que desde el mundo anglosajón siempre se ha visto mal la injerencia de un banco no anglosajón en un negocio, la banca de inversión, que consideran algo así como suya?", ironiza Puig.
 
Todo comenzó a principios de año, el banco reconoció haber sufrido pérdidas de hasta 6.800 millones de euros durante el 2015. A pesar de que sus directivos juran que es muy solvente, los mercados le respondieron con el desplome por las dudas.
 
El CEO del banco, John Cryan, también quiso calmar a sus trabajadores al asegurar que disponen de “capacidad y compromiso de pago de cupones para los inversores. ¡Estamos en condiciones de pagar!”. Su insistencia no fue suficiente y después de la caída del 9,5% el lunes 08/02 sus acciones siguieron descendiendo el martes 09/02 otro 4,2%. No sucedió el miércoles 10/02 pero hubiese sido terrible.
 
Sucedió que apareció el diario Financial Times afirmando que Deutsche Bank recompraría sus bonos senior (tiene 53.800 millones de euros en este tipo de activos), multimillonario plan de recompra que permitió apaciguar algunos nervios de sus inversores. 
 
Mediante un comunicado, Deutsche Bank afirmó que dispone de una capacidad de pago de cerca de 1.000 millones de euros para 2016, una cifra a priori suficiente para cubrir los 350 millones de euros que vencen en abril.
 
Recordó también que cuenta con 4.300 millones de euros para 2017 gracias a la posible venta de su participación del 20% en el banco chino Hua Xia Bank. 
 
Y que tiene reservas por valor de 1.900 millones de euros con los que se podrían compensar posibles pérdidas futuras. 
 
¿Es suficiente? Deutsche Bank está expuesto a US$ 73 billones en derivados; 20 veces el PIB de Alemania y 5 veces el PIB de la zona euro, lo que le otorga el título del banco más expuesto a derivados de todo el mundo. 
 
Pero lo que más preocupa a los mercados es lo de las pérdidas de más de 6.000 millones de euros que presentaron en sus últimos resultados y el entorno de bajísimos tipos de interés.
 
Desde la crisis global 2008 que Deutsche no andaba tan rojo. Y lo que se haga, hay que hacerlo rápido y bien.
 
A su favor cuenta con un entorno de volatilidad y miedo a una nueva recesión. Los títulos bancarios se han depreciado en todos los mercados europeos una media del 25% desde enero. El banco italiano Unicredit ha cedido incluso un 45%, caída que, a diferencia de lo que sucede en USA, con nuevos repuntes gananciales en JP Morgan, Citigroup y Bank of America, han disparado en Europa el barómetro de riesgo que mide el nerviosismo de los inversores, el llamado Credit Default Swaps (CDS), por el que estos se blindan ante el impago de deuda.
 
Desde mediados de enero, los CDS de los grandes bancos europeos se han duplicado y en el caso de Deutsche Bank ha pasado de 96 puntos básicos a 226, una evolución que, al margen de factores coyunturales, arrancó el anuncio de Cryan de que eliminaba los pagos de dividendos para 2015 y 2016. 
 
Traducido al lenguaje de los inversores, el Deutsche Bank podría no tener dinero para pagar los intereses de sus bonos contingentes convertibles (CoCos), por valor de 5.000 millones de euros.
 
Deutsche Bank lo está negando y ya recibió el "apoyo político" del poderoso ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, con una simple afirmación: "No tengo la más mínima duda acerca de la estabilidad del banco".
 
Pero las dudas persisten. Por eso lo de recomprar su deuda multimillonaria, un alarde de capacidad financiera que disiparía esas dudas y, a la postre, permitiría a Deutsche Bank concentrarse en sus bonos preferenciales, los llamados "bonos senior" que, según los analistas, superan los 50.000 millones de euros.
 
Deutsche Bank ha rehusado confirmar esa maniobra eventual, que ya cuenta con el visto bueno de analistas y operadores bursátiles como Lang&Schwartz, para los que la compra por parte del banco de su propia deuda, la que cotiza bajo su valor nominal, incrementaría su capital y reduciría obligaciones, en tanto que la recompra se habría efectuado con sus propios medios.
 
Según un estudio de la firma Jefferies, los bancos europeos, incluido Deutsche Bank, han apostado en exceso en el sector energético, especialmente en gas y petróleo.
 
En total se habrían concedido créditos por más de 100.000 millones de euros, préstamos que, a tenor de la evolución de los precios del crudo y las dificultades por las que atraviesa el sector, han aumentado considerablemente la exposición al riesgo de las entidades financieras. 
 
Para el economista Hans-Peter Burghof, hay que volver a los beneficios, y eso lleva a reducir la competencia mediante fusiones.

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