¿CAMBIAMOS?

Varisco respalda obras sospechadas de corrupción

Sergio Varisco, el alcalde de Paraná (Entre Ríos) estuvo en la comitivo que recibió horas atrás al ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio, quien llegó procedente de San Juan. Frigerio participó junto al gobernador Gustavo Bordet de la edición N°31 de la Fiesta Nacional de la Artesanía en la localidad Colón. Sobre la relación entre Nación y provincias, Frigerio subrayó que el presidente Mauricio Macri “no concibe el poder como la concentración de recursos para disciplinar”. Pero ya que se habla de recursos, cuidado en cómo se aplican...

PARANÁ. Muchos comienzan a sospechar que, en realidad, no habría sido tan mala la situación en que el nuevo intendente de Paraná recibió el municipio de manos de la anterior administración. La gestión de la intendenta Blanca Osuna quedará en el recuerdo como una de las peores que ha tenido que soportar la ciudad... Obras inconclusas o mal terminadas, calles destruidas y sin ser reparadas, veredas intransitables y una enorme sospecha de corrupción en todo lo realizado a través de la tercerización de la obra pública.

Sin embargo con el correr de los días va quedando más en evidencia que administrativamente no habría sido tan desastrosa la gestión Osuna. A pesar del intento del nuevo intendente Sergio Varisco de querer mostrar que todo era un desastre, ahora se sabe que el municipio contaba con recursos propios, depositados en el banco Nuevo BERSA para afrontar el pago de sueldos del personal durante 3 meses, que no existían atrasos con proveedores y que las cuentas públicas en general se encontraban totalmente saneadas y en orden.

Varisco durante la campaña electoral en varias oportunidades criticó a Osuna por la inmensa cantidad de empleados con que contaba la municipalidad, sin embargo al asumir no sólo que no achicó el número de agentes municipales, sino que lo incrementó en cerca de 900 nuevos contratados. Varisco también denunció a la intendenta anterior por obras sospechadas de corrupción y le reprochó por la permanente tercerización de la obra pública. Obras que, según Varisco, la municipalidad podría encarar utilizando su propio personal y equipamiento, lo que abarataría su costo y lo haría más transparente.

No obstante ello, pareciera que el nuevo intendente ya se olvidó de sus promesas de campaña y de sus denuncias contra Blanca Osuna, a la que sólo acusó ante el Tribunal de Cuentas Provincial, una entidad que carece de seriedad alguna y donde recaen denuncias por compromiso pero que se sabe nunca serán investigadas y mucho menos sancionadas.

Pero Varisco no solo no investiga lo que denunciaba acerca de la corrupción en las obras licitadas en la gestión anterior, tampoco se ocupa de dejar de lado la tercerización de las obras públicas que tanto criticaba durante la campaña. Él ordenó la reconstrucción de cientos de calles en mal estado, pero para ello recurrió a una empresa privada. Si bien la reparación de esas calles era importante, nadie se hubiese enojado si a los vecinos se les explicaba que la demora en comenzar los arreglos obedecía a la necesidad de contar con recursos para poner en funcionamiento la planta de asfalto conque cuenta la ciudad y que fuera abandonada por las tres gestiones anteriores.

Varisco, vaya a saber porque motivo, decidió que el monto a pagar triplica el que se pagaría si la tarea la hiciera la municipalidad con su personal (que lo tiene) y su equipamiento (también lo tiene).

El apuro de Varisco no es solo por querer mostrarse activo ante la ciudadanía, sino por sus deseos de transformarse rápidamente en un referente importante del radicalismo de cara al 2019 y así volver a intentar como en el año 2003, ir por la gobernación. Por eso quizás se olvidó tan rápido de aquellas promesas de denuncias.

Pero el nuevo intendente con su actitud no solo avala obras sospechadas de corrupción en lo que concierne al municipio, sino que además lo hace con obras encaradas por el anterior gobierno provincial que son verdaderos emblemas de la corrupción enquistada en ese período de 8 años. Es el caso del futuro centro de convenciones de Paraná, una obra que se realiza sobre las barrancas del Parque Urquiza, sin que se haya realizado alguna consulta ciudadana tratándose de un espacio público tan emblemático para los paranaenses, pero que, además, es una obra cuya licitación se realizara entre gallos y medianoche, adjudicada sorpresivamente a una empresa que llamativamente es la que siempre gana cuando hay ese tipo de licitaciones tan raras.

Uno de los dueños de esa empresa es un conocido empresario que supo hacer importantes negocios en la anterior gestión de Sergio Varisco. Se trata del conocido Miguel Marizza, presidente de la empresa constructora Caballi SA, habitual adjudicataria de obras públicas en la provincia.

Marizza es dueño de varios locales nocturnos en varias localidades de Entre Ríos donde siempre ha sido beneficiado de alguna forma. En Concordia hace poco tiempo, junto a otros empresarios de la construcción lograron quedarse con la explotación de los galpones del ex puerto de esa ciudad para desarrollar allí un emprendimiento gastronómico. En Paraná, Osuna lo benefició otorgándole permisos especiales para ocupar lugares del Parque Urquiza destinados a ampliar su restaurante en la costanera y que tuvo como consecuencia el desmoronamiento de parte de la barranca, que para reparar costó millones de pesos al erario público local. Varisco también le permitirá seguir con la explotación de ese lugar público.

Marizza es también quien construye el nuevo centro de convenciones y muchos empiezan a creer que, en un futuro no muy lejano, ese lugar, como todo lo que se hace sin la planificación adecuada, quede totalmente obsoleto y sea una buena oportunidad para que Marizza lleve a cabo allí un nuevo emprendimiento gastronómico.

En fin, aunque quizás sea temprano para augurarlo, los paranaenses parecieran seguir condenados a continuar con la zaga de malas administraciones en el municipio.   

Dejá tu comentario